Acontecimientos políticos de primera magnitud anuncian que se avecinan buenos tiempos para los pueblos sin Estado y para la libertad de sus gentes. El pasado jueves celebramos la Diada Nacional de Catalunya para apoyar de esa manera y sin reserva alguna que las catalanas y los catalanes puedan el próximo 9 de noviembre decidir libremente si quieren conformar un Estado independiente.
Y del mismo modo, en esa estela de hitos históricos que recorre Europa para los pueblos que aspiran a ser libres, hoy Escocia está ejerciendo el derecho a decidir para determinar si debe convertirse en un Estado independiente.
Independientemente del resultado, Escocia ya ha ganado. Escocia ha sido reconocida por el Gobierno británico como sujeto de decisión política y como tal hoy ha ejercido el derecho de autodeterminación. Esto supondrá una referencia ineludible en el futuro para todas las naciones europeas que aspiran a ejercer ese mismo derecho.
Para empezar, el referendum escocés demuestra que el derecho de autodeterminación es de perfecta aplicación en la Europa del siglo XXI y que puede ejercerse de manera pactada; dicho ejercicio apunta con su dedo acusador hacia quienes niegan la palabra a los pueblos e incluso llegan a negar su identidad como nación y deja en evidencia que su posición es antidemocrática y que tiene un único objetivo, mantener bajo su yugo a naciones y pueblos que desean ser libres y poder decidir libremente su futuro.
Mientras, Madrid nos insulta y amenaza con el Código Penal y prisión a quienes queremos poder decidir y además irnos de España. La diferencia entre los procesos escocés por una parte, y vasco y catalán por la otra es que mientras Escocia tiene enfrente un contrincante con una oferta democrática, a vascos y catalanes se nos niega la palabra e incluso la existencia como comunidades políticas diferenciadas y por lo tanto desprovistas de derecho alguno.
La celebración del referendum es un acicate para que catalanes y vascos también podamos decidir libremente nuestro futuro. Mayorías sociales y políticas apoyan ese derecho inalienable en ambos pueblos y por ello no nos cabe duda alguna, vascos y vascas tambien decidiremos libremente nuestro futuro
Para ello es necesario pensar y actuar en interés del país y más allá de las visiones de parte; la libertad de los vascos y vascas requiere del compromiso de toda la sociedad vasca para acordar una vía vasca hacia la soberanía, y eso exige acuerdos para la defensa y el ejercicio del derecho a decidir de toda la ciudadanía del país sin excepción alguna. A lo largo de la historia, todos los pueblos encuentran tarde o temprano su camino hacia la libertad. No es momento para escapismos, el momento es histórico y la responsabilidad también. A pesar de las dificultades, quien quiere hacer algo encuentra el camino; y quien no quiere, encuentra una excusa.
Hoy celebramos con satisfacción el ejercicio del derecho de autodeterminación que han protagonizado los escoceses y escocesas. Apoyamos también sin reservas que el 9 de noviembre Catalunya pueda decidir; desde la profunda convicción de que Euskal Herria podrá ser dueña de su propio futuro más pronto que tarde. Está en nuestra mano y cada vez somos más.