Sin duda la noticia del día es el contagio de ebola de una sanitaria que atendió a uno de los dos misioneros católicos repatriados en fechas recientes. Sea que me ha pillado justo delante del ordenador y que tengo incontinencia verbal últimamente, pues nada que me ha dado por hablar del tema, aún entendiendo que la cosa no es para tomarse a broma, y aunque a quienes toca gestionar este desaguisado se esfuercen en demostrar que son de chiste, la verdad es que el tema se las trae, y no solo por sus posibles consecuencias.
Para entender cómo hemos llegado hasta aquí deberíamos empezar por hacer un poco de hemeroteca. ¿Se acuerdan ustedes de aquel tipo soso y sin sustancia que nos hablaba de unos pequeños hilillos de plastilina después de haber mandado a mar abierto un petrolero con una grieta que ríase usted del Cañón del Colorado?
Hilillos de plastilina llegando a las costas gallegas
Pues bien, aquel señor tan simpático es ahora Presidente del Gobierno. ¿Qué cómo pudo llegar ahí? No me lo pregunten, yo tampoco lo entiendo, supongo que solo la estupidez humana es infinita.
Pero este señor viene de un partido que ha dado a grandes prohombres de la historia del Reino, ¿se acuerdan de aquel “Viva Honduras”? Aquel lumbreras gestionó lo de la repatriación del YAK-42, otro exitazo.
Todavía hoy hay soldados de El Salvador pagando psicoanalístas
Pero el reparto estelar no puede quedar ahí. Y lo peor es que las consecuencias te tan avispados y avispadas próceres no son ninguna broma, y sino que se lo pregunten a las familias de los fallecidos en el accidente del metro de Valencia, o a las del Madrid Arena, mientras la Sra. Botella se daba un relaxing baño of espuma in Portugal. No, las gracietas de estos engañabobos, o sea, buena parte sino toda la masa electoral de su partido, no tienen ni puñetera gracia. Siegan vidas, fauna, y naturaleza por igual, y encima se cachondean de nosotras.
Si por desgracia esto del ebola no queda en una desgraciada anécdota todavía nos tocará oír que estos personajillos irán a rezar a alguna Virgen para que desaparezca la enfermedad, o quizá, aún peor, nos tocará ver a un Rouco Munilla decir que esto es un castigo divino por no aprobar la Ley del Aborto. No se rían, que es peor, con este gobierno la realidad siempre supera a la ficción.
La Ministra de Sanidad, la Sra Mato, que hasta en el nombre se cachondean, es responsable directa de todo lo sucedido, y de todo lo que pueda suceder, aunque se escuden en irresponsabilidades de las sanitarias. ¿Qué mayor irresponsabilidad que eliminar la única planta del Carlos III especializada en tratamientos epidemiologicos? ¿Qué mayor responsabilidad que recortar, y precarizar los servicios médicos? ¿Qué mayor irresponsabilidad que repatriar a dos personas enfermas sin disponer los medios para aislar, tratar y curar la enfermedad? Claro que eran dos misioneros, católicos ellos, porque si se tratara de ciudadanos o ciudadanas de andar por casa allá se hubieran quedado de turismo.
De todos modos, estén tranquilos, que no cunda el pánico, estamos en buenas manos, en las de una mujer que no encontraba un Jaguar en su garaje, y en las de un Gobierno que si encontrara una bomba nuclear abandonada, la detonaría para evitar males mayores.
Sigan votando, nada que ver aquí.
¿Sta María de Garoña días después de su prorroga?