La Diputación de Gipuzkoa prevé crear un Órgano Foral para la Igualdad encargado de supervisar que no se discrimine a las mujeres en ningún contrato, subvención, política pública u oferta de empleo desarrollada por la Administración territorial. La creación de este órgano, de rango superior, está prevista en la nueva Norma Foral de Igualdad, una herramienta jurídica propuesta por la Diputación para avanzar hacia un nuevo modelo social más igualitario.
La directora general de Igualdad, Laura Gómez, y el diputado de Política Social y mimebro de Alternatiba, Ander Rodríguez, han dado a conocer hoy el anteproyecto de Norma Foral para la Igualdad de Mujeres y Hombres de Gipuzkoa, la primera que se presenta en el Territorio y también en la Comunidad Autónoma Vasca. El borrador inicial de esta Norma se puso a exposición pública el 15 de octubre y durante 20 días hábiles se recogerán las aportaciones y propuestas de la ciudadanía. Después, se iniciará su tramitación en Juntas Generales.
El diputado ha explicado que esta Norma Foral es una herramienta más, esta vez jurídica, para avanzar hacia un nuevo modelo social: “En el modelo social y económico que nos han construido, el cuidado de la vida de las personas está feminizado, invisibilizado, no valorado. Cuando se mercantiliza, lo hace en condiciones de mucha precariedad. Queremos un nuevo modelo social en el que el cuidado de la vida sea sostenido por el conjunto social, no sólo por las mujeres, en condiciones de dignidad”.
A través de esta Norma, se establecen mecanismos de control y supervisión sobre todas y cada una de las decisiones de esta Diputación, y se incluye la creación de Unidades de Igualdad en cada uno de los departamentos forales, con el fin de garantizar que no se tomen decisiones que perpetúen o promuevan situaciones de discriminación entre hombres y mujeres. Afecta a todos los departamentos: Desde Deportes hasta Hacienda, pasando por Política Social, Movilidad o Memoria histórica, entre otros. Y, además, verificará todo tipo de políticas públicas: la elaboración de los presupuestos generales; la concesión de subvenciones a empresas o entidades sociales; la contratación de servicios en el mercado privado; la convocatoria de ofertas públicas de empleo, etc. En palabras del diputado, “se trata de extender los tentáculos de igualdad a todos los departamentos y todas las esferas de la Diputación, pero, además, ampliar esas exigencias de no discriminación también a cualquier empresa o entidad que quiera contratar con la Administración pública o recibir algún tipo de subvención de cualquier departamento. De esta manera, incidimos en el sector público y también en el privado”.
Y para asegurar que la Diputación lleva a cabo todas estas medidas, la propia Norma Foral establece que se constituirá una comisión de seguimiento y evaluación formada en un 50% por representantes del movimiento feminista y asociativo de Gipuzkoa, que deberán, además, elaborar un informe cada cinco años.
La directora de Igualdad, por su parte, ha detallado algunas de las medidas sectoriales que incluye esta Norma, en relación con las áreas sobre las que tiene competencias la Diputación:
- Se regula lo referido al uso no sexista del lenguaje e imágenes en la comunicación.
- En Política Social, se articulan medidas para garantizar el cuidado de todas las personas en condiciones dignas y universales.
- Se incorporan criterios de género a la política fiscal progresiva y la economía social
- Destaca la obligación de eliminar el apoyo institucional a los modelos excluyentes de ocio y celebración que, amparándose o no en la tradición, entrañen cualquier tipo de discriminación.
- En materia de memoria histórica, la Diputación deberá impulsar el reconocimiento y visibilización de las mujeres específicamente en los años de la guerra civil española y posterior dictadura franquista.
- En Deportes, deberá garantizar una práctica deportiva realmente igualitaria entre mujeres y hombres, en términos de reconocimientos, ruptura de estereotipos, etc.
- Se amplia, además, el concepto de violencia machista, que se entiende no sólo como la que afecta a las mujeres, sino también a aquellas personas que transgreden las normas del sistema sexo-género-heterosexualidad, véase la transfobia, homofobia o lesbofobia.