Enrique Martínez Flórez – Alternatiba
Me parece difícil, cuando no imposible extrapolar los resultados de unas elecciones a otras, diferentes, bien por su naturaleza o por razón de territorio. Y ello porque, es obvio, existen muchas diferencias derivadas de situaciones socioeconómicas y sobre todo de los diferentes sistemas de partidos en las distintos territorios. Ahora bien, examinar las propias diferencias y poner de relieve porqué los datos de unas elecciones, no sirven en otras ya es por sí mismo un ejercicio de análisis del que resultan consecuencias que, en definitiva parten de aquellos datos. Cuestión distinta es si el análisis es correcto y las consecuencias del mismo acertadas, el propio análisis, por mucho que queramos disfrazarlo de objetividad, siempre estará teñido de cierto subjetivismo.Intentaré acertar al poner de relieve las diferencias entre las autonómicas andaluzas y los siguientes procesos que nos toca vivir aquí.
La primera cuestión visible es que el Partido Socialista ha ganado. ¿Tiene consecuencias este triunfo para los socialistas de Euskal Herria?. Pues yo creo que sí, ha sido una inyección de moral para un grupo que estaba muy necesitado, por otro lado, Pedro Sánchez ya tiene un triunfo sobre el PP y consolida de momento, un liderazgo, al menos hasta las municipales y autonómicas, en las que un mal resultado, daría rienda suelta a aquellos por los que apueste Susana Díaz, sería el momento de Chacón o de Madina. Estos efectos beneficiosos ¿serán suficientes para aguantar, es decir, repetir resultado que es lo que ha supuesto el triunfo de Susana Díaz? Esto significa aguantar el tirón de Podemos. La medida de lo que aguante será determinante en el futuro de la política vasca. El pacto con el PNV dará a este Ayuntamientos y Diputaciones si los resultados del Partido Socialista, son parecidos a los que tiene, en caso contrario, si se desploma o no controla las pérdidas, al menos, el panorama se muestra muy abierto con la entrada de Podemos en las instituciones.
En Navarra la nueva formación lo ha dicho claro, pero la predicción se enturbia si consideramos que en Madrid Nafarroa siempre ha sido cuestión de Estado y el pacto de Podemos con los partidos de la coalición abertzale de izquierda requerirá un ejercicio de valor de la cúpula. En este caso y, por seguir con la referencia andaluza, el PNV es el Partido Socialista. Me explico. En Euskal Herria contamos con un partido que tiene un apoyo social firme, visceral e institucionalizado, son una masa de votantes a los que redes clientelares o episodios de corrupción como el recientemente conocido de Bidegi, no importan. Tampoco les importará a estos votantes que descabalguen a la lista de la izquierda abertzale mediante un pacto con los socialistas españoles, y eventualmente si fuera necesario con el PP. Es la misma situación que ocupa el PSOE en Andalucía y que le ha permitido ganar las elecciones pero necesitando de una muleta para resultar investido y dispuesto para ello a pactar con quien sea.
A la debacle popular en Andalucía es difícil encontrarle parangón, la caída es menos dura si ya se estaba abajo, de la situación actual a la irrelevancia no hay mucha diferencia. La única pregunta es saber si mantendrán su apuesta por la lista más votada, mucho me temo que no. De lo que resulta de Andalucía, lo único que me cabe decir es que en Euskadi, el juego depende de las combinaciones entre Podemos, Bildu y el Partido Socialista, y de la posterior postura de los primeros, aquí y en Madrid, porque si examinamos programas y trayectoria en los gobiernos, éstos no debían tener dudas.
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