En una rueda de prensa en Gasteiz, el portavoz de Alternatiba y parlamentario de EH Bildu Oskar Matute, junto con Dani Maeztu, ha calificado de «escandalosas» las últimas informaciones publicadas en relación con el Tren de Alta Velocidad (TAV)
La postura del Lehendakari Urkullu y el PNV con el Tren de Alta Velocidad representa a la perfección la metáfora del que va por la autopista en dirección contraria, estando seguro que son el resto de conductores quienes se han confundido.
Informes de reputados catedráticos y profesores de economía dejan en evidencia la nula rentabilidad económica, social y medioambiental de la red de alta velocidad española. Una red, que al igual que la Y vasca o el corredor navarro, se ha basado en criterios de oportunismo y propaganda política y no en rigurosos informes coste beneficio.
Es denunciable y bochornoso que un dispendio de dinero público ingente no se haga sobre la base de objetivos e independientes informes coste-beneficio en cualquier coyuntura. Ahora bien, lo que clama al cielo es que conociendo los informes y los resultados que esos informes arrojan sobre la rentabilidad del TAV, el Lehendakari Urkullu, en un momento de crisis económico, social y medioambiental como la actual, siga empeñado en dilapidar millones de euros, necesarios para paliar los efectos de la crisis y cambiar el modelo productivo, en un proyecto que va de ningún sitio a ninguna parte, sin ninguna reversión social y económica y que además no solo ya está hipotecando las arcas públicas, sino que puede hipotecarlas para generaciones venideras.
Por si esto fuera poco, los datos dados a conocer sobre los tiempos de conexión entre las capitales vascas, la renuncia a la conexión con Burdeos en alta velocidad por parte del estado francés y la demora sine die de la conexión con Burgos, no hacen más que ahondar en lo que ya se sabía desde hace tiempo. El TAV ha sido un proyecto construido bajo grandes mentiras y sustentado por la propaganda, sin informes ni datos objetivos, de los diferentes gobiernos de la CAPV que lo han impulsado.
Ni llevará mercancías, ni quitará camiones de las carreteras, ni reducirá emisiones de CO2, no será un tren social, ni siquiera un tren competitivo para la elite económica. Un despilfarro y un despropósito. Por si esto fuera poco, los grandes gestores de la CAPV, piden la gestión directa de los intercitys. De esos Intercitys, que no sabemos qué tiempo tardaran, cuanto costará mantener, cuanto costarán los billetes …. En definitiva, Urkullu nos propone que juguemos a la ruleta rusa con el cargador lleno de balas. Eso sí, con el dinero de todos y todas sobre la mesa.
Es la hora de las respuestas y las decisiones. Urkullu debe dar a conocer los informes, si es que los tiene, que contrarrestan a los informes de catedráticos y profesores de economía que hablan de la nula rentabilidad social, económica y medioambiental del TAV. Los informes que contrarrestan los datos oficiales de tiempos y conexiones de la Y vasca. Los informes objetivos sobre los que sustenta pedir la gestión y por lo tanto el mantenimiento de una línea que se sabe desde ahora que no será rentable.
No vale ya el comodín del proyecto “estratégico”, la ciudadanía no es tonta y exige datos e informes coste-beneficio rigurosos y objetivos. Es por ello, que este viernes en el parlamento vamos a interpelar al Lehendakari sobre los datos que sustentan su terquedad para con este proyecto. Y esperamos respuestas. Respuestas que el Gobierno Vasco siempre ha negado a EH Bildu, prefiriendo la descalificación partidista que el debate riguroso. Esperemos que en esta ocasión y ante lo palmario de los datos que nos llegan sobre la nula rentabilidad de este proyecto, ahora sí, el Lehendakari se erija como portavoz de una supuesta buena gestión, y explique a EH Bildu y sobre todo a la ciudadanía, cuales son los beneficios, los sacrificios ya los conocemos, que el TAV acarrearan a nuestra sociedad y los informes con datos objetivos en que esos supuestos beneficios se sustentan.