Intervención de la compañera de Alternatiba y concejala de Euskal Herria Bildu en el ayuntamiento de Bilbao, Alba Fatuarte, en el último pleno municipal en torno a la iniciativa para que el consistorio solicite el cierre definitivo de la central nuclear de Santa Maria de Garoña.
No por ser el último de los puntos del pleno de hoy es menor el tema que nos ocupa. Y no es casualidad que esta iniciativa parta del movimiento ciudadano ya que ha sido la ciudadanía, encabezada por los movimientos ecologistas, los que han salido a la calle una y otra vez a la calle para reclamar el fin de la energía nuclear y, en lo que nos afecta más directamente, el cierre definitivo y sin retorno de la cercana central nuclear de Santa Maria de Garoña. Algunas de las últimas manifestaciones, por cierto, coincidían con los máximos representantes de este ayuntamiento, y el del gobierno foral de Bizkaia, pedaleando al son de una multinacional que, en su currículum, ofrece dudosos honores como estafar a sus clientes manipulando el precio de algo tan fundamental como la energía o, sobre todo, tener al menos la mitad de la culpa de que a muchos años ya del cierre recomendado de la central de Garoña, tengamos que seguir hablando de la misma.
No será EH Bildu quien se niegue a apoyar una propuesta que insta al cierre definitivo de Garoña, y por eso la apoyaremos pese a todas nuestras reservas, pero no lo haremos sin poner encima de la mesa algunas de las carencias de la misma.
Fue el propio Einstein, cuyas teorías fueron fundamentales para el desarrollo de la energía nuclear, quien advirtió que la humanidad ha aportado, y cito literalmente, “trágicas complicaciones a la humanidad”, hasta el punto de crear “los medios para su propia destrucción en masa”.
Lamentablemente, el desarrollismo nos lleva a producir y construir sin límites, en espera de que un consumo incesante sea eje tractor de un sistema suicida. Si insistimos en hacer oídos sordos ante los límites finitos del planeta, probablemente, en unas cuentas décadas, el hecho de que los plenos duren 10 o 12 horas será el menor de los problemas de quienes nos sucedan, ya que tendrán que debatir sobre cómo gestionar la imposibilidad de respirar el aire, de acceder al agua o de recuperar el anillo verde que rodea el botxo.
Decía que la propuesta presentada por el equipo de gobierno tiene carencias. Y la mayor es que no responde a casi ninguna de las propuestas específicas que solicita la petición ciudadana. La mayoría conducidas a divulgar la realidad de la energía nuclear y potenciar las alternativas frente a la misma.
La propuesta recoge mostrar solidaridad ante las víctimas pasadas de catástrofes nucleares; y por supuesto que lo suscribimos, pero nada dice de los compromisos que podemos adoptar ya para evitar que puedan repetirse catástrofes similares a las de Txernobil o Fukushima .
Y tampoco dejaremos de sumarnos a una iniciativa que pide el cierre definitivo de Garoña. Ahora bien, a exactamente un mes de las elecciones del 26J, con un gobierno en funciones que funciona poco, mal y sin dar explicaciones; parece poco razonable realizar esta u otras exigencias sobre la central a un ejecutivo que nadie sabe si para entonces seguirá o no en activo. Si este pleno se cree realmente la proposición, deberá interpelar no solo a un gobierno en funciones sino también a los venideros, sean del color que sea.
Afortunadamente, tenemos alternativas, de la mano de la economía social, que nos permiten desenchufarnos de Garoña tal y como persigue buena parte de la propuesta original del movimiento ciudadano. Porque ya es hora de responsabilizarnos de nuestra huella en la tierra, bueno será que el ayuntamiento lo facilite y lo fomente en la medida de lo posible. Y más nos vale llegar a ese futuro realmente sostenible cuanto antes y con el viento y el sol a favor, que pedaleando, o con energías peligrosas como bandera.