Entrevista al compañero de Alternatiba y candidato al congreso por Bizkaia de Euskal Herria Bildu Oskar Matute, realizada por Humberto Unzueta y publicada en el periódico Deia.
¿Cómo esperan remontar los malos resultados del 20-D? Se nos tiene que ver como una fuerza arraigada con los problemas de la gente, no solo con unos determinados temas muy vinculados a nuestra tradición política. A partir de ahí nuestro mensaje es que EH Bildu es una fuerza honesta y solvente a la hora de defender los derechos y las libertades de los ciudadanos vascos en cualquier lugar donde estos sean vulnerados. Es evidente que el Congreso es uno de esos foros para hacerlo y, por tanto, es razonable que esperemos tener una representación potente.
¿Están ya superadas las reticencias históricas de la izquierda abertzale respecto a estar o no en el Congreso? EH Bildu siempre ha tenido claro que tenemos que estar presentes en cualquier lugar en el que alguien tenga la capacidad para decidir sobre cómo hemos de vivir, para denunciar y proponer cosas diferentes. De la misma manera que estamos en el Parlamento Europeo y eso no nos genera ninguna dificultad, tenemos que estar en el Congreso de los Diputados mientras sigan condicionando nuestras vidas y sigan esquilmando nuestra capacidad para poder hacer aquí políticas propias que dignifiquen a la gente. Es cierto que en otros tiempos alguien pudo ver nuestra ausencia en Madrid de manera negativa, pero quiero recordar que la izquierda abertzale ha estado en diferentes ocasiones en el Congreso de los Diputados. Basta recordar a Jon Idigoras, Anjel Alcalde o Josu Muguruza como ejemplos de ello.
¿Cuáles son los temas principales que va a defender EH Bildu en el Congreso? El primero es el derecho a decidir, esto es, reivindicar el respeto a nuestra mayoría de edad para decidir libre y democráticamente cómo queremos articularnos en relación o no con otros pueblos y naciones del Estado español y para estructurar nuestro modelo de sociedad y desarrollo económico. El segundo eje tiene que ver con los derechos sociales y laborales, ya que hay que confrontar con esas medidas que nos llegan a Euskadi en forma de recortes, precariedad, más paro y menos futuro para nuestros hijos. El tercer eje tiene que ver con la paz y las soluciones democráticas y, en este sentido, tenemos que hacer entrar en razón al Gobierno español y hacerle ver que con la paz ganamos todos, que desde el reconocimiento a todas las víctimas sin exclusiones se puede avanzar. El cuarto eje tiene que ver con los derechos y libertades, con la denuncia de un Estado español que ha decidido arrinconar la democracia para satisfacer determinados intereses de élites económicas y que ha decidido que la democracia le molesta.
¿En qué medida ha condicionado a EH Bildu la fuerte irrupción de Podemos en Euskadi? ¿Se ha ‘podemizado’ EH Bildu? EH Bildu nace con la voluntad de unir a todos los soberanistas e independentistas de izquierda para ofrecer un proyecto integrador que nos permita construir nuestra propia realidad. Esa idea la seguimos manteniendo. Es cierto que ahora han surgido nuevos actores políticos como Podemos que han conseguido aglutinar en torno a sí ese anhelo. Pero EH Bildu es un proyecto arraigado, no nace en un laboratorio ni de la capacidad teórica de cuatro expertos.
Coincidiendo con la pujanza de Podemos, EH Bildu parece haber acentuado su perfil social y ablandado su discurso independentista. Creo que nos hemos dado cuenta de que renunciar a cambiar la percepción que sobre nosotros se ha construido durante tiempo -y algo de culpa habremos tenido nosotros- es algo que tiene que ver con nosotros y nos debilita. Si nosotros no intentamos corregir ese relato interesado, la gente cree que esa imagen es la fotografía real de lo que es EH Bildu, pero EH Bildu siempre ha sido una fuerza comprometida en la calle y en las instituciones con los cambios sociales, con el ecologismo, el feminismo, los valores de la izquierda… Ahora lo que hemos hecho es decir que nuestra apuesta por un modelo nacional y nuestra apuesta por un nuevo modelo de sociedad tienen que ir unidas. La gente tiene que saber que cuando planteamos construir un país propio lo queremos para mejorar sus condiciones de vida, no planteamos un proyecto soberanista para dar un estímulo a quienes ya se sienten soberanistas e independentistas, sino que es una mano tendida al conjunto del país.
¿Su designación como cabeza de lista por Bizkaia en vez de mantener a Onintza Enbeita y la de Mikel Otero por Araba en lugar de Iker Urbina es para buscar un perfil más cercano a Podemos? He oído hablar de esto de la copia y el original pero, si una parte importante de la ciudadanía interpreta que mi perfil es tal o cual, lo hace porque ha seguido mi trayectoria, y si mi trayectoria es anterior a la de Podemos, ¿quién es la copia y quién el original? Además, en EH Bildu nos hemos equivocado a veces pero jamás hemos equivocado al adversario y nuestros adversarios son aquellos partidos que apuntalan y sostienen un régimen que nos niega nuestros derechos como pueblo y pisotea nuestra dignidad y libertades como personas. Esos partidos son el PP y el Partido Socialista.
¿Por qué dice el PNV que el único cabeza de lista abertzale por Bizkaia es Aitor Esteban? Desde hace tiempo me guío más por los hechos que por las palabras. Frente a eso yo digo que el PNV ponga día, hora y lugar, si quiere en un batzoki, para empezar a desobedecer al Estado, para empezar a levantar una realidad que haciendo uso del pase foral o de la desobediencia empiece a decirle al Estado español que no estamos dispuestos a pasarle ni una más en los recortes de los derechos. Que ponga día, hora y lugar para empezar a levantar un dique de contención contra la recentralización y defender la creación de un Estado propio.
¿Cómo deberían ser las relaciones de EH Bildu y PNV en el Congreso la próxima legislatura? Me gustaría que cada vez que haya un ataque a nuestro autogobierno y una agresión a las condiciones de vida de la gente de este país, ya sea con leyes de carácter laboral, social o de libertades civiles, podamos hacer una respuesta plural y contundente y clara. Este anhelo lo hago extensible no solo al PNV, sino al resto de los diputados que salgan de las circunscripciones vascas.
¿Apoyaría EH Bildu a Sánchez si éste necesitara sus votos para ser investido o formar gobierno? Puede darse la circunstancia de que el soberanismo de izquierdas, tanto el vasco como el catalán, puedan tener la llave de un gobierno alternativo al del PP. Nosotros ya echamos a Barcina, Maya y Maroto de la Comunidad de Nafarroa y de las alcaldías de Iruñea y Gasteiz, respectivamente, y haremos lo propio con Rajoy, llegado el caso. Pero quien vaya a sustituir a Rajoy tendrá que comprometerse de veras con un cambio profundo para construir una nueva realidad, no vale con plantear reformas decorativas para seguir manteniendo un régimen. Quien quiera nuestros votos debe entender que aquí hay un pueblo y que ese pueblo tiene que ser respetado. Eso pasa por el reconocimiento de la nación vasca y además debe construir algo nuevo basado en procesos constituyentes en general y el vasco en particular.
¿Qué propuesta concreta plantearán sobre el derecho a decidir? ¿La vía catalana, la bilateralidad…? Estaríamos encantados de encontrar un interlocutor que nos respetara, que aceptara nuestra existencia como nación, nuestra capacidad de decisión y con el que pudiéramos acordar. Nadie quiere ni plantea hacer las cosas por el camino más largo o el de más incertidumbre, pero la realidad es que nadie ha demostrado que con muros se pueda dialogar y llegar a acuerdos. Con un muro es imposible dialogar, por eso hablamos del proceso constituyente.
Tras ese muro sitúa a Rajoy. ¿También al PSOE de Sánchez? ¿Y al Podemos de Iglesias? La cerrazón del PP es absoluta y evidente en cuanto a los derechos de Euskal Herria. Y luego hay una incógnita. Estos días PSOE y Podemos se miran como aliados necesarios, más allá de los reproches. Pero la historia de los socialistas nos invita a tener pocas esperanzas sobre el nivel de respeto que nuestro pueblo merece y debiera tener en ese acuerdo. Por ello tendremos una actitud vigilante.
Podemos apela últimamente a la patria española. A mí no me parece mal que un partido español quiera una patria digna para los españoles. El problema es cuando esa patria me obliga a ser parte de la misma aun cuando yo no quiera. Ese gobierno alternativo al PP que dicen que van a construir, ¿va a dejar en la cuneta el derecho a decidir?
¿Y usted no lo ve claro? No, y como yo casi todo el mundo. Les hemos oído decir que las líneas rojas ya no son tales, que son la mejor garantía para la unidad de España o ponen más en valor haber vencido a los independentistas en Catalunya y Euskadi que la posibilidad de desbancar al PP.
La izquierda abertzale sigue sin lograr quitarse de encima su vinculación con la violencia de ETA en el pasado. ¿Esto le puede lastrar electoralmente? Es evidente que hay una distancia de una parte de la sociedad vasca para con EH Bildu por su posición en el pasado ante la violencia de ETA. Pero no conviene olvidar que en los años 2011 y 2012, cuando probablemente la violencia de ETA estaba más reciente, los resultados de Bildu fueron espectaculares. Fuimos la primera fuerza de Hego Euskal Herria en las generales de 2011. Por tanto, tenemos que trabajar más y de manera unilateral todo lo relacionado con el compromiso con la no violencia y la generación de un tiempo nuevo pero, como se pudo comprobar hace cinco años, es evidente que las lógicas electorales no solo obedecen a ese factor.
¿Por qué le cuesta tanto a la izquierda abertzale decir con claridad que matar estuvo mal? Yo creo que lo ha dicho en más de una ocasión durante estos cuatro años y por boca de varios dirigentes. La izquierda abertzale cree que hay que abrir un tiempo nuevo en el que la violencia no tenga espacio ni sentido; que todo el mundo tiene que hacer una revisión crítica del pasado, también del suyo; y que de lo que se hizo en el pasado no todo estuvo bien, que hubo cosas que estuvieron mal. Una de esas es la frialdad o la distancia que se marcó con una parte de la sociedad que estaba sufriendo la violencia de ETA. Hay un sector de la población y algunos poderes a los que no les interesa que esa autocrítica se conozca del todo porque les rompe su relato y su encasillamiento de EH Bildu. Y además porque eso mismo pondría más en evidencia la inacción del Estado español a la hora de poner fin a las consecuencias de la violencia.
¿Cree que los disidentes de EH Bildu van a restarle votos? Desde que Bildu surgió en 2011 ha habido sectores internos que han venido pidiendo la abstención, pero no han tenido un volumen significativo en las diferentes contiendas electorales. No me atrevería a decir que el descenso de votos que EH Bildu ha tenido en anteriores elecciones tenga que ver con eso.