El cuerpo de Nicinha (Nilce Magalhães de Souza), pescadora líder del Movimiento de Afectados por Represas brasileño (MAB), desaparecida desde hace casi seis meses en Mutum Paraná (Porto Velho), ha sido hallado en el norte de Brasil hace pocos días.
Hija de recolectores de caucho y una pescadora que había luchado sin descanso contra las violaciones a los derechos humanos de las hidroeléctricas asentadas en su país, fue arrojada a una de las represas contra las que luchaba, atada de pies y manos a una piedra.
La líder era conocida por luchar contra la Hidroeléctrica de Jirau y el consorcio ESBR (Energía Sustentable de Brasil). Juan Marcos Dutra, coordinador del MAB en Porto Velho ha denunciado las irregularidades en la investigación.
Este nuevo asesinato se suma a los incontables sufridos en Latinoamérica contra quienes luchan contra empresas mineras, hidroeléctricas, madereras y de distinta índole, extractoras de riqueza natural y violadoras de los derechos de los pueblos indígenas. Tan sólo entre enero y febrero, fueron asesinados seis defensores y defensoras de los derechos humanos en Brasil. Los hechos nos recuerdan la figura de Berta Cáceres, asesinada en Honduras a principios de marzo de este año, donde los asesinatos de activistas como Nelson García, también miembro del COPINH, han continuado.
Desde Alternatiba denunciamos un nuevo asesinato del capitalismo heteropatriarcal y racista, que ni respeta ni respetará nunca los derechos humanos y de los pueblos indígenas ni a la madre tierra. Una nueva muerte, una nueva respuesta desde la dignidad y la solidaridad internacionalista.