Luis Salgado – Alternatiba
El descubrimiento, por parte de los trabajadores del Centro de Menores de Sansoheta, de varios casos de prostitución de menores ha puesto de manifiesto una serie de verdades incómodas que preferiríamos no conocer para dormir más tranquilos.
La primera reflexión tendría que llevarnos a la conclusión de que vivimos en una sociedad deshumanizada y desestructurada. La población de menores que son atendidos en recursos forales aumenta sin parar, superando en la actualidad los 200. Es esta una realidad muy incómoda y que afecta a todos los estratos sociales. Una verdad que nos dice que éste Sistema es depredador para las personas.
Quizás por ello, hasta la fecha, la derecha más reaccionaria había medido muy bien sus ataques, centrándolos siempre en el colectivo con menor capacidad de defensa, el de los menores extranjeros no acompañados. Sin embargo, el descubrimiento de estos casos de prostitución de menores ha abierto la veda para atacar todo el sistema de protección, algo totalmente irresponsable y que puede tener unas consecuencias desastrosas a medio y largo plazo.
Desde ese sector reaccionario, se ha impulsado una campaña de acoso y derribo sin cuartel, y lo peor es que pareciera que buena parte de la sociedad alavesa quisiera subirse a ese carro. El descubrimiento de estos casos de prostitución ha puesto de relieve la necesidad de repensar todo el modelo de protección, algo que desde EH Bildu llevamos reclamando desde que entramos en las instituciones. Por tanto, no es éste un problema nuevo. La pasada legislatura los recursos eran exactamente los mismos. No ha habido ningún cambio tampoco en las formas de gestión. Entonces, ¿por qué ahora esta campaña desde el Partido Popular y algunos medios de comunicación?
Esa pregunta tendría que ser suficiente para cuestionarnos y poner en barbecho ciertas afirmaciones catastrofistas. Afirmar que han fallado los protocolos, que la institución no ha cumplido con sus obligaciones, es tanto como reconocer que nunca ha habido medios suficientes, que nunca ha habido interés suficiente. Hablar de responsabilidades políticas por éste caso, debería llevar aparejadas responsabilidades pasadas. Esto es, si la Sra Artolazabal, cuya gestión no vamos a defender, es responsable de lo ocurrido, también tendrán responsabilidad la Sra Alaña, o anteriormente la Sra. Covadonga, que son quienes pusieron en marcha el modelo.
Desde EH Bildu tenemos clara la necesidad de mejorar y debatir sobre éste modelo. La imperiosa necesidad de aumentar la inversión pública en recursos socio-educativos. Pero queremos hacerlo desde la responsabilidad, alejándonos del amarillismo. Desde la reflexión de que no todo vale para ganar un puñado de votos. Y menos aún, utilizar para ello a un colectivo tan vulnerable como el de los menores en guardia o tutelar a señalar a los y las trabajadoras, que nos consta hacen más de lo que pueden para dar la mejor atención con los medios que todos los alaveses y alavesas ponemos en sus manos. Porque cabe recordar que todas somos responsables de a quién entregamos nuestro voto, y por tanto, a qué queremos que se destinen nuestros impuestos.
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