Hoy se proponen nuevas medidas para erradicar la brecha salarial y no está mal proponer porque se dice que lo que abunda no daña, pero lo que realmente hace falta es voluntad, compromiso real y políticas feministas. Sé que esto puede escandalizar e incluso asustar a una parte de esta Cámara, pero a los hombres lo que se nos pide es únicamente que acompañemos las políticas feministas para erradicar una de las desigualdades más evidentes, la dominación más antigua que soporta la humanidad, que es la de los hombres sobre las mujeres.
La brecha salarial no es el único problema, es un indicador de la dominación estructural que sufren las mujeres en una sociedad pensada y dirigida por hombres, una sociedad que se basa en la división sexual del trabajo bajo la lógica del sistema capitalista heteropatriarcal que deja los cuidados y la reproducción para las mujeres y que las relega de los espacios de representatividad y de los espacios de importancia en la sociedad.
Por eso la brecha salarial tendría que elevarse en un 33,6 % en nuestro país para poder equiparar los salarios de las mujeres y los hombres, por eso el 78,3 % de las jornadas parciales las desempeñan mujeres y por eso el 26,7 % de la temporalidad afecta a las mujeres frente al 21 % de los hombres. Mientras tanto, no se produce la corresponsabilidad y las mujeres siguen subordinadas, siguen sometidas a un sistema que las relega al cuidado y a la sostenibilidad de la vida, a la tarea reproductiva y al trabajo. Lo que hace falta son políticas feministas, por mucho que a algunos pueda asustarles por su incomprensión, porque lo que hace falta, como decía al principio de mi intervención, es únicamente acompañar.
D.S. texto íntegro PDF