Luis Salgado – Alternatiba
Cantaban los Ilegales, en un himno ochentero, que “el mundo es basura, pero me gusta estar vivo.” Creo que pocas frases-versos-versículos me habré repetido en tantas ocasiones a lo largo de mi vida. Y es que la vida es dura. Se nos hace corta al mirar al pasado, pero son muchos momentos en los que parece ralentizarse, parece no avanzar, no llegar. Cuánto tarda la mayoría de edad, y qué decepción al llegar y ver que poco o nada cambia en nuestra vida, y lo que lo hace, generalmente, va a peor.
Sí, hoy me levanto pesimista, que es lo que viene a ser un optimista informado. Es lo que tiene cuestionarte y cuestionarlo todo. No devorar nuestra opinión en la prensa. Plantearte siempre, como previa, que estás equivocado y después razonarlo, sentir las cadenas de Rosa Luxemburgo, y no cejar en romperlas. No creer en verdades absolutas que nos llevan irremediablemente a la divinidad, ya sea de un Dios material (dinero), o uno espiritual. Pero es cansado. Ser responsables de nuestros actos es muy exigente, es más fácil delegar, que sean otros los que nos dirijan, que sean otros los responsables, que sean otros los otros.
Así se entiende que muchos hombres no se sientan interpelados como hombres cuando sus congéneres actúan como manada depredadora. Es más fácil pensar que son los demás. Tampoco son mejores quienes los lapidan desde el margen, creyéndose libres de pecado. Yo soy culpable, de ese y de otros crímenes. Porque en algún momento he sido manada, porque seguramente, aunque sin ser consciente, hoy mismo sea manada. Porque he callado. Porque no he hecho lo suficiente. Porque en mi nombre se viola, se asesina, se esclaviza, y aunque yo no lo haga directamente, lo permito. Porque aquella vez que oí una discusión, callé. Porque cuando vi a aquel grupo de “calvos” amedrentar en un metro, callé. Porque cuando el fascismo, el machismo, el racismo, el clasismo… etc. se hace fuerte en las instituciones, me conformo con una papeleta.
Puta vida, ésta que nos ha tocado vivir. Puta vida, la que queremos vivir. Puta vida, la que sobrevivimos. Puta vida, pensar que estás debajo de una bota y saber que bajo la tuya hay más vidas que desearían estar cómo tú.
Del blog de Luis Salgado El Mundo Imperfecto