Intervención de nuestra compañera de Alternatiba y concejala de EH Bildu en Bilbao Alba Fatuarte en el último pleno municipal sobre la ley del Gobierno Vasco que pretendía poner límites exagerados a la generación de cutura en locales. En la misma, se felicita la labor de la iniciativa Arteak Ireki.
Queremos remarcar que no estamos en contra de que se regulen todos estos aspectos como la seguridad, el aforo, las inspecciones, etc. Es más, creemos que si queremos una sociedad cohesionada, las normas de convivencia son necesarias. Y podemos ser personas aficionadas a la cultura, podemos ser artistas, hosteleras… pero sobre todo, todas somos vecinas y vecinos, y por eso entendemos y compartimos que en situaciones donde pueda haber conflictos de intereses, se tomen medidas para poder dar una respuesta y satisfacer a las distintas partes. Pero lo cierto es que el punto 2 del artículo 105 del reglamento de desarrollo de la Ley de Espectáculos y Actividades Recreativas, no respondía a esa necesidad, no fomentaba ni la convivencia ni la cohesión, porque una de las partes se ve seriamente afectada por una medida restrictiva que podría tener unas consecuencias nefastas en la cultura de base.
Unas consecuencias graves para el eslabón más básico del ecosistema cultural, el más necesario, la base del mismo. Ya que no sería posible entender la progresión de los grandes festivales sin proteger una escena local que garantice un circuito de continuidad que comienza con los espacios de pequeño formato. En vez de medidas como este decreto, lo que se necesitan son estrategias compartidas. Recursos y medidas normativas que reconozcan su relevancia y garanticen su desarrollo, incentivando y dando cabida al sector a cientos de músicos y artistas que cada año salen de espacios de creación, de escuelas de música locales y de las escuelas superiores. Recursos y medidas normativas que terminen con la inseguridad jurídica y a la vez con la precariedad que comparten las salas, bares y locales de pequeño aforo, pulmón imprescindible sociocultural de esa escena.
Tenemos ejemplos de buenas prácticas, como el de Barcelona, donde el Ayuntamiento ha creado una nueva categoría de locales llamada “Espais de Cultura Viva”, fruto de tres años de estudio y reflexión compartida con los distintos agentes culturales, hosteleros, vecinales, etc. Y mediante esta fórmula, van a poder blindar legalmente y proteger a los locales que ofrecen cultura en directo y que durante décadas han tenido que desarrollar su actividad en los márgenes de la normativa. Creo que esta situación de indefensión tampoco le es ajena a Bilbao y desde EHBildu pensamos que prácticas como estas son interesantes. No necesariamente para replicarlas, porque cada ciudad es diferente, pero sí para inspirarnos, sí para entender las necesidades de estos espacios que cumplen una función tan importante como tejer las bases de la escena cultural de una ciudad, y sí para fomentar espacios de encuentro, debate y reflexión compartidos, y decidir conjuntamente cuales pueden ser las estrategias más adecuadas para reforzar los circuitos que forman este tipo de espacios y agentes culturales.
Y por eso nuestro segundo punto de la propuesta, donde más allá de solicitar que el Ayuntamiento de Bilbao se posicione en contra del punto 2 del artículo 150 del reglamento, abogamos por ese diálogo compartido que entendemos que el gobierno también defiende, por los términos que han presentado la enmienda, cuyo contenido adelanto ya que compartimos en su totalidad.