Tengo que decir que se me «ponen los pelos de punta» cuando el PSOE habla de reeditar Los Pactos de la Moncloa.Para quienes vivimos aquella época, lo firmado el 25 de octubre de 1977, sólo sirvió para generar un enfrentamiento dentro de la clase trabajadora. Debido a las consecuencias negativas y perjudiciales de aquellos pactos en materia laboral y lucha obrera, se convocaron varias huelgas por parte de quienes nos mostramos contrarios a esta firma, lo que hizo que se nos tratara como apestados e incluso se nos acusó de estar en contra de la democracia. Precisamente, el argumento de que los Pactos se firmaban en defensa de la democracia era esgrimido por la socialdemocracia, la derecha pura y dura, de Santiago Carrillo.
Pero para la mayoría, supusieron recortes salariales y una reducción de las libertades. Unos acuerdos firmados por una clase política todavía muy crecida, la derecha franquista liderada de Fraga Iribarne y la patronal, y una izquierda muy temerosa de perder lo poco que se había conseguido en el camino hacia la libertad. Y ese miedo, justamente, provocó que esa izquierda hiciera dejación de sus principios.
En definitiva, los Pactos de la Moncloa sirvieron para consolidar el régimen del 78, con todo lo que conllevó: el desmantelamiento industrial que dejó a miles de trabajadores en la calle y una represión brutal a la clase obrera, y todo «en nombre del consenso del 77».
Esos acuerdos se firmaron, dicen, en defensa de la libertad tras el final del régimen franquista en aquel momento histórico. Pero las verdaderas conquistas fueron consecuencia de la lucha de las clases populares.
Como trabajador y persona comprometida con la lucha obrera, aquella firma del 77 me trae muy malos recuerdos. No caigamos ahora en los mismos errores en nombre de la lucha contra esta pandemia. No más Pactos de la Moncloa.