Recientemente se cumplían dos meses desde que el pasado 1 de febrero de 2021 Aung San Suu Kyi, primera ministra birmana y premio Nobel de la Paz fuese detenida y encarcelada tras un golpe de estado por parte de los poderes militares de la República de Myanmar. Las secciones internacionales de los medios recogían: «Tras detener a la primera ministra y el resto de miembros del gobierno los militares han intervenido la televisión pública y las líneas de comunicación”.
La toma y control de la antena de radiotelevisión es parte del manual; cuanto mayores déficits democráticos tiene un gobierno mayor es la necesidad de control de los medios. En Los Guardianes de la Libertad, texto de referencia de Chomsky y Herman donde establecen las bases de la teoría del modelo de propaganda, se explica cómo las élites políticas y económicas controlan y utilizan el sistema de medios para imponer su visión del mundo y mantener así el statu quo para mantenerse en el poder. Quienes durante décadas han ostentado en Euskadi la hegemonía política e institucional siempre lo han tenido claro: Partido Nacionalista Vasco y control sobre EiTB son un aforismo.
No hay más que echar un vistazo a la lista de quienes han sido directores generales de EiTB: los alcaldes de Bilbao por el PNV Josu Ortuondo y José María Gorordo; el alcalde de Getxo por el PNV Iñaki Zarraoa; el actual presidente del PNV, Andoni Ortuzar; el que fuera asesor de Comunicación de Ardanza y director de Deia, actual portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, o el actual director general del ente, Andoni Aldekoa, que ha sido jefe de Comunicación de Urkullu y durante 16 años miembro del Dream Team jeltzale del Ayuntamiento de Bilbao con Azkuna a la cabeza y José Luis Sabas e Ibone Bengoetxea cerrando cuarteto.
Esta última ha pasado de un día para otro de la Diputación de Bizkaia a EITB, como si fuera un ente más en el organigrama interno del partido. La exdiputada, exconcejala, expresidenta de Eudel, cargos nombrados por el PNV, ha sido colocada al frente de EiTB Media, de donde penden nada más y nada menos que las direcciones de las radios, los canales de televisión y EiTBnet. En un contexto como el actual, donde los retos para cualquier grupo de comunicación son ingentes, a la gravedad de poner a alguien profano en la materia hay que sumarle la aparente eventualidad en el cargo hasta que acceda a otras responsabilidades políticas para las que parece estar llamada. Asumen la pataleta de la oposición y sectores más ideologizados de la sociedad durante unas horas para seguir siendo dueños de la información –saber, control, selección y emisión– como garantía del mantenimiento del poder.
El nombramiento de Bengoetxea será algo más sonado, pero no deja de ser uno más. Será noticia durante un par de días, pero hasta ahí; el daño a EiTB una vez más está hecho. Nombramientos que son la punta del iceberg de un sistema que sigue en cascada. La relación de cargos directivos de EiTB está compuesta por 75 miembros nombrados directamente por la dirección, de los cuales 23 no proceden ni de la plantilla, y estos no suelen hacerse cargo del Eguraldi precisamente. Un o una directora por cada 13,3 trabajadorxs, si excluimos los ámbitos menos expuestos y el personal de perfil más técnico, que poco incide en el tratamiento informativo. El control absoluto para saber quién hace qué y cómo está servido. Así que evitar problemas puede ser la mejor de las opciones incluso si para ello hay que optar por la autocensura. En definitiva, el modelo actual está superado por los requisitos democráticos, de transparencia y participación exigibles a toda institución pública; es un modelo que atiende a las necesidades de una élite política con tal de seguir controlando todos los resortes de poder en detrimento de la propia EiTB, y es que su único objetivo es mantener la hegemonía política, económica e institucional a costa de todo, incluso sacrificando el prestigio de EiTB.
La necesidad de modificar los procesos de contratación en EITB para ajustarlos a criterios de objetividad, imparcialidad y transparencia lleva años en la agenda política, pero la respuesta del PNV siempre ha sido negativa. Quizás ahora haya sido más evidente por los nombramientos a rodillo sin siquiera dar opción al debate y contraposición de propuestas. La mayoría parlamentaria con la que cuentan en la presente legislatura no ha hecho más que acentuar un modelo de ejercicio de poder que dista mucho de la tan manida voluntad de acuerdo, codecisión y auzolan.
EiTB no es una víctima más de la mayoría absoluta, quizás sea la mayor de todas. El PNV siempre ha tenido claro que su modelo pasa por el control y dominio del ente, ya que es decisivo en la formación de la opinión pública vasca que condiciona la decisión política. El nombramiento de Bengoetxea es uno más, no será el último y pone de nuevo en evidencia la necesidad de recuperar los valores y principios fundacionales, pero para eso el PNV tiene que dejar de instrumentalizar el grupo de comunicación público vasco con el único objetivo de mantenerse en el poder. En definitiva, poner EiTB al servicio del país, de la gente, y no del partido.
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