La lucha contra la corrupción también tiene su día de entre la avalancha de días internacionales y mundiales que se conmemoran a lo largo del año: el 9 de diciembre.
Existen más probabilidades de que este día alguien te pregunte en esperanto donde comprar muffins de algarroba, a que veas sobre corrupción un anuncio, campaña o acto de esos que gusta hacer a instituciones vascas aprovechando estos días internacionales. Y es que sin entrar a valorar el sentido o efectividad de los mismos, lo cierto es que en Euskadi ni este ni el resto de días ni se trata ni se habla apenas sobre malas prácticas o corrupción.
Mientras, se siguen acumulando casos, todos ellos muy ligados al PNV: Alonsotegi, Balenciaga, Purines de Carranza, Pinosolo, Hacienda de Gipuzkoa, espionaje en SPRI, Margüello, Mallabia, Bidegi, Montai, Bakio, Epsilon, Hiriko, OPE Osakidetza, De Miguel, Vacunaciones VIP, Cartel del Norte de consultoras… De diferente tipología y dimensiones, la mayoría si no todos, no han sido detectados por organismos o mecanismos del amplio entramado institucional y judicial vasco, algo falla.
Y si estos son los que se conocen, cabe preguntarse por todos los que no se conocen ni se conocerán ya que no disponemos de medios suficientes para su detección, algo que la fiscalía general del País Vasco viene señalando año tras año en sus memorias, por no hablar del área de investigación de la Ertzaintza y el hecho de no disponer de una verdadera policía judicial.
Los casos mencionados son los únicos de los que apenas se ha hablado, que han tenido algo de eco mediático por tratarse de casos de corrupción ilegal, constitutivos de delito, que han supuesto o pueden suponer enjuiciamiento con sentencias condenatorias.
Pero incluso más perniciosa que esta, sobre la que apenas se habla es la corrupción legal; aquella que las leyes permiten y que suponen prácticas instaladas en el marco de lo que es normal entre la sociedad vasca: el enchufismo, el clientelismo, los tratos de favor, el hecho de que ser cercano o tener carnet de un partido político concreto suponga una ventaja a la hora de conseguir subvenciones, contratos, licitaciones o un puesto de trabajo bien remunerado. Corrupción made in Basque Country. Aquella que por ser habitual no es normal.
Ante todo tipo de malas prácticas y corrupción son numerosas las propuestas hechas en el Parlamento Vasco, para que se hable aunque a algunos incomode, pero sobre todo para acabar con ella, ya que el combate contra la corrupción fundamentalmente es un combate ético, político y socio cultural.
En apenas un año se ha propuesto una comisión de investigación sobre lo ocurrido en el vertedero de Zaldibar, ni se ha llevado a debate ante el anuncio de la negativa del PNV-PSE. Se ha propuesto una investigación externa independiente sobre el cartel del norte de empresas de consultoría, PNV-PSE han dicho que no. Se ha propuesto crear una oficina de buenas prácticas y contra la corrupción, PNV-PSE han dicho que no. Se ha propuesto acabar con casos como el de José Luis Bilbao en el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, PNV-PSE han dicho que no. Se ha propuesto la transposición de la directiva europea para proteger a las personas denunciantes de casos de corrupción, PNV-PSE han dicho que no. Se ha propuesto una ley para acabar con las puertas giratorias, PNV-PSE han dicho que no.
La negativa sistemática a cada propuesta para dotarnos de medios y mecanismos para acabar con todo tipo de malas prácticas resulta cuanto menos inquietante. Ante su falta de voluntad para acabar con estas prácticas instaladas que son negativas para la mayoría de la gente en beneficio de unos pocos, que suponen un perjuicio a nuestras instituciones y administraciones es imprescindible que lo contemos, lo compartamos, lo difundamos, lo hablemos; en esperanto, euskera o castellano, el día internacional contra la corrupción o el resto de días del año, con un muffin de algarroba o un pintxo de txangurro en la mano.
Josu Estarrona – Alternatiba/EH Bildu
Publicado en Hordago/El Salto