La Mesa Internacionalista de Alternatiba expresa su apoyo y solidaridad ante la situación de Youssef, estudiante de derecho y activista saharaui de 23 años. Actualmente, Youssef se encuentra recluido en el aeropuerto de Bilbao tras huir de la persecución y tortura en Marruecos. A pesar de su legítima petición de asilo político, la Audiencia Nacional española ha denegado su protección internacional. El Estado español debe atender, como marcan los Convenios de Ginebra de 1949 y sus protocolos adicionales, a esta petición legítima de asilo político para luego serle reconocido el estatuto de apátrida.
Su deportación solo significaría enviarle a sufrir nuevas torturas, a convertirle de nuevo en represaliado; una muesca más en la sangrienta hacha que ha enarbolado siempre Marruecos contra el pueblo saharaui con la connivencia del Estado español. Por ello pedimos atender a los gritos de la sociedad civil vasca que exige su liberación y asilo. Ante un Sáhara Occidental ocupado y atacado por todos los frentes, no cabe el colaboracionismo con Marruecos. Entregar a este joven a sus captores solo reforzaría la falta de empatía y la falta de voluntad para encontrar soluciones que hemos visto en repetidas ocasiones por parte del Estado español hacia el pueblo saharaui.
Ante el peso de un reloj que cuenta las horas para ser deportado, Youssef mantiene una huelga de hambre que esperamos haga recapacitar a las instituciones españolas. Desde la sala de no admitidos habilitada en Loiu, este jóven militante de El Aaiún nos muestra el hostigamiento que sufre el pueblo Saharaui, cuyas tierras continúan reconocidas por la ONU como un territorio no autónomo pendiente de descolonización.
No se puede permitir que se repita la historia del también universitario saharaui Husein Amadour, que tras pedir asilo al llegar a Las Palmas en 2019 fue deportado a Marruecos y lleva encarcelado desde entonces en pésimas condiciones.
Tras la descolonización en falso española y después de décadas de ocupación y represión marroquí, la situación del Sáhara Occidental es una herida abierta que el Estado español, por su responsabilidad histórica y política, no puede ignorar. El gobierno español debe cesar aquí y ahora su complicidad con la tiranía de Marruecos. Ya basta.