El 15 de enero el lobby tecno-empresarial Zedarriak presentó su 6º informe «Euskadi y la Unión Europea, un destino compartido de prosperidad y competitividad». Este Think Tank neoliberal, compuesto por expertos y expertas encorbatados procedentes del mundo de las finanzas, presentó la receta mágica para impulsar la competitividad de la industria en Euskadi. Sostener la prosperidad de esta sociedad sobre las armas y las energías nucleares.
El consejero de Industria, Mikel Jauregi, se apresuró a elogiar las ideas de estas brillantes mentes. Para quienes se acercaron a este encuentro, Euskadi podría convertirse en una pieza clave de la Unión Europea en la búsqueda de la ansiada «autonomía estratégica» si invirtiera 5.000 millones de euros anuales en industrias de seguridad y nucleares. Una idea excelente si se excluyen todas las personas muertas en las masacres de Gaza, Yemen o Ucrania o si se ignora la Carta de Justicia y Solidaridad con los Países Empobrecidos aprobada por el Parlamento Vasco en 2007.
En las siguientes líneas daremos un vistazo a la inhumana propuesta presentada por Zedarriak y responderemos a las diferentes preguntas que se puedan plantear. ¿Quiénes son las inteligencias empresariales que conforman Zedarriak?, ¿Cuáles son sus negocios?, ¿Por qué los gobiernos integrados por PNV y PSE no respetan la Ley 14/2007, de 28 de diciembre?
Una propuesta malvada.
Ya son seis los informes presentados por el grupo de presión Zedarriak. La relación entre el grupo elitista y Lakua ha ido a mejor desde aquel primer informe que generó escándalo en el gobierno de Urkullu al denunciar el declive de la economía vasca. Los y las asistentes a la presentación han pasado de sentirse ofendidos a aplaudir. Entre ellos, el ex lehendakari, algún que otro consejero del actual gobierno y un puñado de empresarios ataviados como funerarios.
Los servicios funerarios no se limitaron al dress code en este acto celebrado en la biblioteca de la Universidad de Deusto. El prometedor modelo económico propuesto por Zedarriak fue el de fomentar el negocio de la muerte. Según el informe presentado, se requiere una inversión anual de 5.000 millones de euros entre 2025 y 2030 en los sectores industriales y de investigación de la CAV. El origen de este dinero sería público-privado, siendo público el 20% del mismo. Tal como expuso Guillermo Dorronsoro, director de Zedarriak, la industria defensiva y la energía nuclear son
oportunidades únicas para convertir Euskadi en un centro industrial puntero. Dorronsoro sugirió que el choque entre las potencias hará más rentables las inversiones en la industria armamentística.
Este grupo anarco-liberal, que se define como «sociedad civil», pretende invertir 1.000 millones de euros anuales de los ciudadanos en la industria militar. En comparación con otras partidas de los Presupuestos Generales, en 2024 se emplearon 424,4 millones de euros en Vivienda y Agenda Urbana, y, 563 en Ciencia, Universidades e Innovación. La medida, elogiada sonrientemente por el consejero de industria, Mikel Jauregi, supone debilitar el sistema de bienestar y exportar sufrimiento más allá de nuestras fronteras.
El Team Rocket
¿Quiénes forman parte de la asociación de extraordinarios empresarios y empresarias aclamada sumisamente por Mikel Jauregi y representantes de otras instituciones vascas? Zedarriak está compuesto por un foro de 15 miembros de diferentes orígenes. Atendiendo a las palabras de Dorronsoro, no es de extrañar que algunos y algunas de ellas tengan intereses en la industria de defensa. La simple mención de estos empresarios y empresarias hace temblar los derechos laborales de cualquier trabajador y trabajadora. Esa es la naturaleza misma de este lobby, aumentar sus privilegios a través de la explotación de la clase trabajadora. Los y las eternas interesadas en defender sus eternos intereses, esta vez con un nuevo barniz de modernidad. Mas sabe el diablo por viejo…
Echando un vistazo a su página web podemos encontrar nombres como los de Ignacio Martín San Vicente, que fue consejero en Indra, Repsol, Acerinox o Gamesa, empresas ligadas al negocio de la guerra; Iñaki López Gandásegui, presidente de Aernova Aerospace y asesor en Gamesa, o Javier Ormazabal Echevarría, presidente del grupo Velatia, expertos en guerra electrónica. Pero hay un nombre que destaca por encima de todos ellos, el de Cristina Garmendia Mendizábal, ministra de Ciencia e Innovación durante el gobierno de Zapatero y fundadora de la puntera empresa militar Satlantis. Continuaremos más adelante con la presentación de la empresa Satlantis. Antes, para terminar esta lista de la vergüenza faltan dos nombres, la Presidenta y la Patrona de Honor de «Save The Children», Pilar Kaltzada y Maite de Aranzabal. En este hipócrita negocio de la crueldad todos tienen su porción.
El Menosprecio de la ley
Para evitar propuestas de participación público-privada como la hecha por este macabro grupo, en 2007 se aprobó La Carta de Justicia y Solidaridad con los Países Empobrecidos en el Parlamento Vasco. Esta ley se tramitó a través de una iniciativa legislativa popular suscrita por 45.000 personas. En ella se establecieron ayudas a los pueblos empobrecidos, se reconocieron algunos derechos de las personas migradas y se prohibieron las ayudas públicas a la industria de defensa. En el artículo 3.3 de la presente Ley se señala que «En la política de apoyo y promoción empresarial, el Gobierno Vasco no colaborará en ningún caso con las personas físicas o jurídicas dedicadas a la producción, comercialización y financiación de armas».
Por desgracia, el Gobierno Vasco se ha valido de distintas artimañas para no cumplir con esta ley. En la actualidad, las subvenciones a empresas dedicadas a la industria militar se realizan sin ningún tipo de pudor. Y he aquí los ya citados Satlantis y Cristina Garmendia. Satlantis es una empresa puntera vasca en el sector de la defensa. Se creó en 2014, pocos meses después de que Garmendia saliera del ministerio. La capitalización inicial fue posible gracias a la participación público-privada. Entre los inversores públicos estuvieron el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y Orza. Orza, es la cartera de inversión de los fondos de pensiones públicos Elkarkidetza y Geroa. En Satlantis se integró la empresa Everis, que posteriormente se ha renombrado como NTT Data. Está demostrado que esta empresa vende armas a Israel y Arabia Saudí. Las ventas de mortero a este segundo en 2017 se hicieron despreciando las resoluciones de la ONU y el Parlamento Europeo contra la venta de armas al país arabe.
Esta no ha sido la única vez que se ha vulnerado la Ley 14/2007. En 2022 el Gobierno Vasco adquirió el 6% de la empresa ITP Aero durante el gobierno de Iñigo Urkullu. Esta empresa fabrica motores de aviones y helicópteros de guerra en el Parque Tecnológico de Zamudio. Esta adquisición se canalizó a través del Fondo Finkatuz, gestionado por el Instituto Vasco de Finanzas, bajo el argumento del apoyo a la industria vasca.
Las últimas medidas propuestas por Zedarriak pretenden aprovecharse del camino abierto por PNV y PSE. Para éstos no hay ley, ni ética, ni moral que impida la obtención de beneficios empresariales.
¡NO A LA GUERRA!
Estas propuestas de Zedarriak no son nuevas. Las corrientes de extrema derecha apoyadas por el gran capital llevan años proponiéndolas. El militarismo, el genocidio, el colonialismo y tantas otras atrocidades se han normalizado. Los empresarios y empresarias vascas ven lógico hacer de la guerra negocio y del sufrimiento beneficio. No les importan las apariencias, sólo el dinero. Dando la vuelta a todos los marcos, el desarrollo se ha convertido en venta de armas, y la sostenibilidad en energía nuclear. Las familias armeras vascas ya se han puesto a trabajar ante las oportunidades que depara la segunda legislatura de Trump. Éstas, están a la espera de los beneficios que pueda reportarles la nueva doctrina Realista de la potencia estadounidense.
Los y las militantes de Alternatiba y de EHBildu debemos denunciar frontalmente estas corrientes militaristas, no vamos a permitir que el dinero de los ciudadanos y ciudadanas se invierta en la industria de defensa. No queremos ser parte de las masacres que se cometen en Gaza, Yemen, Ucrania, Armenia, Sudán, Siria, Libia, Congo y otras tantas partes del mundo. No queremos apoyar las dictaduras y los Apartheid’s que las armas producidas en Euskal Herria sustentan en Marruecos, Arabia Saudí, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Qatar… No queremos ser cómplices. La construcción de un mundo pacífico parte de nuestras acciones cotidianas. Esta vez el entente entre Zedarriak y el Gobierno Vasco es el que pretende obstaculizar ese camino por la paz. Y nosotros, tenemos que denunciarlo.
Mesa Internacionalista de Alternatiba