Alternatiba apuesta por la construcción de una izquierda nacional vasca inclusiva, internacionalista, soberanista y radicalmente democrática, con la determinación de continuar la labor iniciada por algunas otras experiencias pasadas –aunque bajo un nuevo paradigma-, y rompiendo con el falso debate sobre la imposibilidad de casar la construcción nacional con la construcción social.
De esta manera, afirmamos que se puede ser internacionalista vasco defendiendo la vertebración de nuestra sociedad o país, y apostando por la unidad de los y las trabajadoras en la acción y para la acción. En cambio, no nos comprometemos en un concepto de unidad nacional de carácter orgánico, que defienden aquellos que niegan la relación y unidad entre la construcción nacional y la construcción social. No se construye Euskal Herria bajo los parámetros actuales, obviando los diferentes sistemas de dominación y exclusión vigentes; al contrario, sólo una propuesta integradora de luchas y sujetos de transformación, bajo mínimos comunes denominadores, podrá avanzar en este sentido.
Así, y partiendo de estas premisas iniciales, hemos articulado siete ejes estratégicos que concretan iniciativas específicas, que pueden dar cuerpo a la izquierda que queremos construir en Euskal Herria desde el punto de vista del debate nacional: identidad nacional y el papel de la izquierda, posicionamiento en el debate sobre la construcción nacional, identidad y ciudadanía, Euskal Herria como nación cultural y comunidad linguística, derecho de autodeterminiación, soberanismo político, territorialidad y construcción nacional distorsionada por la violencia de ETA y el Estado.
Exigimos a ETA su desaparición por motivos de carácter ético, democrático y político.
Apostamos por la importancia de los métodos democráticos de acción política, legitima la causa y la engrandece mientras que el uso de la violencia para la consecución de fines corre el riesgo de pervertir los propios fines.
Creemos en los métodos de desobediencia civil para hacer frente a la represión y recorte de libertades que viene practicando el estado español con sus sucesivos gobiernos.
Debemos ser contundentes, al igual que lo somos con ETA, en denunciar todo el engranaje de leyes de excepción creadas so pretexto de la actividad violenta de ETA: legislación antiterrorista, ley de partidos, rebaja de la edad penal, acumulación de condenas, etc.
Nuestro compromiso con las soluciones dialogadas, apostamos por una paz justa, solo una paz justa es una paz duradera.
Los gestos son importantes para obligar a la otra parte a sentarse a negociar, y sin duda tan efectivo como el cese de la violencia de ETA, lo sería el acercamiento de presos.
Irlanda nos ha enseñado recientemente donde pueden estar las claves de una negociación. En cualquier caso el proceso ha de ser un proceso que haga de la ciudadanía el eje principal del acuerdo. No se puede fraguar una negociación de espaldas al mismo, que o bien se frustra por la incomprensión de un fracaso del que no ha sido informado en ningún momento, o bien no lo valida porque las partes se han arrogado mas representatividad de la que la sociedad vasca está dispuesta a otorgarles.
Reivindicamos la unificación política de los territorios que componen Euskal Herria, pero lo hacemos desde la asunción de la realidad actual.
Aspiramos pues a una unidad basada en la voluntariedad de las partes, y respetuosa con los marcos en los que actualmente cohabitan.
Reivindicamos un procedimiento democrático basado en la consulta ciudadana en cada uno de los territorios vascos por separado y sin injerencia de unos sobre otros –así como apostamos por las consultas y los referéndum para la mayoría de los temas estratégicos, que deberían ser regulados por ley, tal y como defendemos en la mesa de democracia radical-.
La organización que estamos construyendo ha de aspirar a tener representación en el conjunto del país, siendo conscientes de las dificultades existentes y aceptando formas de organización flexibles que no lleven al conjunto a un dominio del debate CAV sobre el resto.
La unidad territorial que defendemos solo puede hacerse desde la voluntad de las partes y atendiendo a sus propios ritmos.
Apostamos porque la organización que estamos construyendo sea de carácter soberanista. Esto es, el autogobierno, hasta donde queramos y sin injerencias externas. O lo que es lo mismo, tener competencia para decidir sobre todas las competencias.
Reivindicamos la capacidad para tener un poder político propio, controlado en todo momento por la ciudadanía.
Atendiendo al momento histórico que vivimos y desde el respeto a la soberanía nacional que defendemos, ha de ser la ciudadanía vasca la que de forma democrática decida cuál es la forma de relación más optima con los pueblos y naciones que la circundan, aunque no podemos obviar los lazos y vínculos existentes con dichos pueblos.
Nuestra apuesta por el soberanismo pretende superar las defensas del derecho de autodeterminación vinculadas a determinada opción que estamos acostumbrados a escuchar, entendiendo que la decisión a tomar ha de ser aquella que mejor convenga objetivamente a la clase a la que defendemos y sin renuncia a futuro de nuestra soberanía en el ejercicio de nuestra capacidad de decidir.
La organización que queremos en función de la premisa expuesta en el punto anterior puede y debe ser un punto de encuentro de todas aquellas personas y colectivos de izquierda que antepongan el ejercicio democrático de su soberanía a su legitimo deseo de vertebración política e institucional.
Dicho de otro modo, nuestra aspiración es conformar un lugar en el que quepan federalistas, confederalistas, independentistas e incluso autonomistas, si lo desean, depositando en el pueblo el control, dominio y tiempos de su soberanía, que nosotros y nostras defendemos y reivindicamos.
Nos declaramos abiertamente autodeterministas, y por tanto nos mostramos favorables a que este pueblo, sociedad o nación pueda decidir libre y democráticamente lo que quiere ser y como quiera relacionarse con otros pueblos y naciones.
Desde una concepción ciudadana de la nación, nos afirmamos como tal, y queremos poder gobernarnos, siendo nosotros y nosotras mismas las que decidamos en un momento u otro hasta donde queremos que alcance nuestro autogobierno.
Denunciar el papel que juega la constitución española a la hora de impedir y limitar nuestro propio desarrollo. Por tanto si no quieren reformarla para hacerla más abierta y democrática, nuestra posición hacia la misma no puede ser otra que la de rechazo.
Los estatutos de autonomía o de amejoramiento del fuero, no son ni pueden ser en ningún caso la línea de llegada o límite en el desarrollo de nuestro país, ya que reconocen un cierto grado de autogobierno, pero cercenan la posibilidad de ir más allá depositando la soberanía política en las instituciones del estado. Por tanto, no creemos que la nueva organización deba caer en un neoestatutismo, sino que debe apostar por un pacto de igual a igual con el estado español que reconozca nuestra capacidad para decidir en todo momento.
Debemos situarnos enfrente y rebatirles dialécticamente a aquellas organizaciones y personas que desde supuestas filiaciones en el campo de la izquierda nieguen el derecho de autodeterminación. Porque un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser un pueblo libre.
Nuestra apuesta firme e inequívoca con la autodeterminación, sin vincular nuestro apoyo al mismo derecho en función de un marco deseado u otro, es una apuesta basada en nuestro compromiso con este pueblo, y absolutamente democrático, muy alejado por tanto de visiones nacionalistas
Apostamos abiertamente por el desarrollo pleno de la cultura vasca y por la vigencia del euskara como lengua oficial. Esto implica apostar por políticas de acción positiva hacia la lengua minorizada –euskara- frente a la otra lengua oficial, el castellano.
Rechazamos de plano los movimientos que, amparándose en una supuesta libertad de elección, ponen todo tipo de trabas y obstáculos en el desarrollo y avance del euskera, ya sea ahora desde el gobierno o en situaciones anteriores.
Potenciación y libre acceso a la cultura vasca, integrándola de manera efectiva, moderna y natural en el devenir diario del país, huyendo de esa visión arcaica y ancestral que a veces desde las instituciones proyectan sobre la cultura vasca.
Trabajar en la progresiva euskaldunización de la sociedad vasca y el uso del euskera a todos los niveles, poniendo en manos de quien desconoce dicho idioma las herramientas necesarias para su aprendizaje y dominio.
En definitiva, apostamos por afirmar los elementos de la Euskal Herria cultural y lingüística, desde la apuesta por una euskaldunización progresiva y actualizando su cultura a un uso social más amplio y moderno que el que en la actualidad dispone.
Identidad nacional y conciencia política no siempre transcurren a la par. Apostamos por pasar del ser al deber ser, de tomar conciencia de lo que somos y de la realidad plural en la que estamos inmersos, para avanzar en la consecución de lo que queremos ser
Debemos avanzar en la defensa de los derechos políticos del pueblo vasco en torno a la capacidad de decidir sobre su autogobierno. Así, entendemos la construcción nacional de manera dinámica, sin menoscabo de derechos para nadie, pero sin vetos ni cortapisas para su desarrollo pleno -menos desde posiciones minoritarias-, A su vez, también es necesario renunciar desde el principio a cualquier atisbo de intolerancia hacia las minorías.
Compromiso con la construcción de una identidad vasca inclusiva. Una identidad renovada y actual, que no debe construirse solo como negación de la identidad dominante, en este caso la española (Constitución Española, Art., 2, 8, 15 etc.).
Compromiso con una nueva identidad fundamentalmente política. Esta incluye la identidad cultural vasca, el respeto a otras identidades culturales que existen o puedan existir en nuestra sociedad, y el compromiso colectivo a través de un pacto entre ciudadanos y ciudadanas, que avance en la conformación de una identidad política compartida, basada en la ciudadanía vasca y su consiguiente derecho al autogobierno.
En definitiva una identidad nacional vasca, política, inclusiva y nueva que reivindique la comunidad política frente a la comunidad étnica.
Apostamos por crear una organización política que asuma con naturalidad la identidad vasca como propia, sin caer en las líneas divisorias marcadas en el terreno nacional. Por supuesto, entendemos la identidad vasca como una realidad dinámica, abierta, en continuo proceso de cambio y transformación.
Creemos necesario asumir una estructura de partido nacional en el conjunto de Euskal Herria, aún cuando somos conscientes del punto en que partimos con diferentes ritmos de conciencia y penetración tanto en hegoalde (CAPV y Navarra) como en Iparralde.
Queremos una organización que mire abiertamente al mundo y a sus realidades más cercanas, con visión independiente y desde lo que somos, y que sea capaz de establecer líneas de acción y trabajo conjuntas con otras organizaciones de las realidades cercanas -Estado Español y Francia- en aquellos puntos de las agendas comunes que se entienda oportuno.
Una organización que desde Euskal Herria contribuya a la reflexión y creación de una izquierda europea superadora de las estructuras y dinámicas actuales, y en sintonía con el esfuerzo que desde hace tiempo viene realizando el Bloco y antes la LCR (ahora NPA).
En definitiva apostamos por construir una organización política nacional vasca, soberana, internacionalista y que apueste por la colaboración de igual a igual con otras izquierdas políticas y sociales del estado español, francés, etc., que haga posible la gestación de una izquierda europea alternativa, radicalmente democrática, anticapitalista, feminista y ecologista.
«Reivindicamos nuestro derecho a plantear alternativas al modelo neoliberal y a los tratados de libre comercio, y creemos en nuestra capacidad para construir un dialogo político y social entre los pueblos»
Estamos inmersos en una crisis civilizatoria que afecta a todo el planeta, donde son los grupos sociales más vulnerables y los pueblos del Sur los que están soportando la carga más pesada. Mientras millones de trabajadoras y trabajadores han perdido su trabajo, sumiendose en la pobreza y precariedad, el sistema financiero obtiene ganancias multibillonarias con el apoyo de los Estados del Norte.
La crisis económica mundial está lejos de ser resuelta y los planes de rescate se han dirigido a defender los intereses del gran capital, como lo demuestran las recientes medidas de ajuste estructural exigidas a Grecia por parte de la UE, y los anuncios en la misma dirección por parte de España y Portugal. La historia de América Latina y el Caribe demuestra el impacto devastador de estas políticas de recorte del gasto público, privatizaciones y desregulación económica.
Justo cuando se cumplen dos siglos del inicio de las luchas de independencia en varios países de América Latina y el Caribe, la UE propone una “alianza” estratégica que supone volver al pasado. La creación de una « Zona Euro-Latinoamericana de Asociación Global Interregional », sustentada en la aprobación de una serie de acuerdos de libre comercio para proteger los intereses de las multinacionales europeas en América Latina y el Caribe y cercenar las posibilidades de una integración regional y birregional sobre nuevas bases.
En América Latina y el Caribe han surgido varios gobiernos progresistas y de izquierda sensibles a las exigencias de los movimientos populares, que buscan caminos alternativos de desarrollo más acordes con sus realidades locales, y defienden su soberanía nacional. La derecha mundial, al tiempo que intenta desprestigiar y desestabilizar esos gobiernos, sigue predicando políticas de corte neoliberal que han sido promovidas por multinacionales europeas –en particular españolas dentro de América Latina y el Caribe–, y que cuentan con el apoyo de la UE. Estrategias como la “Europa Global : Competir en el Mundo” y “Europa 2020” van a seguir generando elevados costos sociales y agravando las desigualdades entre Estados y al interior de cada país.
En Europa, con el Tratado de Lisboa se ha reforzado un modelo de integración antidemocrático y capitalista. La privatización de los servicios públicos junto a la vulneración de los derechos sociales y laborales consolida la Europa Fortaleza, de carácter militar, represivo y excluyente, en detrimento de la Europa Social.
Ante estas realidades la organización, la resistencia, la dignidad, la solidaridad y la movilización social son y serán factores esenciales para sostener los logros América Latina y el Caribeanzados, impedir una vuelta al pasado, y conquistar nuevos avances tanto en América Latina y el Caribe como en Europa. Nuestra estrategia de lucha y resistencia común se basa en la solidaridad entre nuestros pueblos, para la construcción de una sociedad en la cual los derechos económicos, políticos, laborales, sindicales, sociales, culturales y ambientales sean la prioridad y razón de ser de las políticas gubernamentales.
En este sentido :
1. Rechazamos enérgicamente los Tratados de Libre Comercio, los Acuerdos de Asociación (AdAs) y los tratados bilaterales de inversión (TBIs) –o Acuerdos de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRIs)– pactados entre algunos gobiernos latinoamericanos y europeos, que han sido negociados a espaldas y en contra de los intereses de nuestros pueblos. En particular, rechazamosel Acuerdo de Asociaciòn UE Cariforum, la firma de tratados con Colombia, Perú y Centroamérica y la reanudación de negociaciones con el Mercosur.
2. Rechazamos que la cooperación al desarrollo forme parte de estos acuerdos al servicio de intereses económicos privados. Queremos una cooperación que fortalezca la capacidad de los actores sociales y de los Estados para diseñar e implementar políticas que apunten a combatir la injusticia social.
3. Rechazamos la implementación de planes de ajuste estructural e intervención del FMI en los países de Europa y América Latina y el Caribe para hacer frente a la crisis económica. Reivindicamos la moratoria inmediata sobre el pago de la deuda publica y la realización de auditorias para la cancelación de deudas ilegitimas.
4. Continuaremos buscando soluciones reales a la crisis ambiental y climática, basadas en la justicia climática y en la necesidad de cambiar el sistema, que produce la destrucción del planeta. Para frenar el cambio climático es necesario que la UE reduzca sustancialmente sus emisiones de gases de efecto invernadero a nivel domestico. Reclamamos a los gobiernos europeos que paguen las deudas ecológicas que acumulan con los pueblos del sur, incluida América Latina y el Caribe, para el financiamiento de la mitigación y sobrevivencia al cambio climático. Ante el fracaso de la Cumbre sobre el Clima de Copenhague, nos comprometemos a implementar las propuestas acordadas en la “Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra”, celebrada en Cochabamba en Abril 2010, como por ejemplo la creación de un tribunal de justicia climática.
5. Apoyamos a todas luchas de los movimientos campesinos de América Latina y el Caribe y Europa por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, la reforma agraria, contra los transgénicos y en defensa de sus territorios. La agricultura campesina, familiar y de pequeña escala alimenta a los pueblos y enfría el planeta.
6. Mantendremos nuestra lucha en favor de la democracia participativa, directa y plural, y nos opondremos a los intentos de coartarla. Apoyamos las luchas contra la impunidad y por la justicia para las víctimas de los genocidios. Rechazamos la criminalización de la protesta social.
7. Exigimos la ruptura de relaciones diplomáticas y financieras con el gobierno de Porfirio Lobo en Honduras, rechazado por varios gobiernos. Dicho Gobierno es proveniente de un golpe de Estado, elegido en condiciones antidemocráticas, sostenido a costa de la represión a los movimientos sociales y la violación de los derechos humanos. Apoyamos la lucha del frente de Resistencia Popular de Honduras y su lucha por una asamblea constituyente.
8. Rechazamos la militarización y la visiòn que desconoce la capacidad del pueblo haitiano para definir su propio destino, con el pretexto de la ayuda humanitaria. Exigimos el respeto a la soberanía del pueblo haitiano, la anulación de la deuda externa de ese país, y el pago de reparaciones.
8. Exigimos a la UE la derogación de la Posición Común contra Cuba.
9. Acusamos a la UE, a sus instituciones y a sus gobiernos de flagrante complicidad en la violación de los derechos humanos, por ejemplo en Colombia, Honduras, Perú, Guatemala y México, países donde dirigentes sociales son asesinados cotidianamente y la protesta social es reprimida.
10. Repudiamos las políticas que aplica la UE en materia de inmigración, porque amenazan gravemente la democracia y la paz entre nuestros pueblos al fomentar la xenofobia y el racismo. Participamos y apoyamos las luchas de los movimientos y redes de migrantes contra la Europa Fortaleza, con sus campos de internamiento para extranjeros (CIE) y su “Directiva del Retorno” justamente llamada “Directiva de la Vergüenza”. Esta política migratoria representa la otra cara de la Europa del Capital.
11. Denunciamos la militarización de nuestros continentes y, en particular, el carácter belicista del gobierno de Colombia. La instalación de 7 bases militares de los Estados Unidos en este país representa una amenaza a la paz y estabilidad de la región. Reiteramos nuestra condena a la política belicista de la UE en Afganistán bajo la egide de la OTAN, así como el uso de millonarios recursos para sostener una maquinaria de guerra que podrían emplearse para otras prioridades de carácter social.
12. Apoyamos la lucha del pueblo griego en la defensa de sus derechos, que representan los derechos de todos los pueblos europeos.
13. Nos comprometemos a trabajar para consolidar un espacio político de solidaridad -en la que participan una diversidad amplísima de movimientos sociales y políticos- que abogan por una integración social, económica, de género, política, ambiental y cultural, y que sea alternativa a la que propone la Unión Europea (UE) y varios de los gobiernos de América Latina y el Caribe.
14. Nos comprometemos a fortalecer y consolidar nuestras luchas frente al poder corporativo y a abrir una nueva etapa de trabajo de la Red Enlazando Alternativas hacia la constitución de un instrumento internacional vinculante para juzgar crímenes económicos. La sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), “La Union Europea y las Transnacionales en America Latina. Politicas Instrumentos y actores” ha contribuido a este propósito.
15. Apoyamos y formamos parte de las luchas que libran las comunidades afroddescendietnes, las mujeres, los jovenes y los excluidos de la Amèrica Latina y Europa, que estàn sufriendo los efectos de la crisis con mayor dureza.
16.Hacemos nuestras las luchas y reivindicaciones de los pueblos originarios y por el buen vivir, la creación de estados plurinacionales y el reconocimiento y defensa de los derechos de la madre tierra, que contribuyen a la necesidad de desarrollar modos de consumo y producción que son sostenibles, responsables y justos.
17. Saludamos los compromisos de los gobiernos de América Latina y el Caribe para romper con siglos de dependencia económica, el saqueo de los recursos naturales y la expoliación de los territorios.
18. Llamamos a los pueblos europeos a levantarse para construir otra Europa. Agradecemos a las y los integrantes de los colectivos del Estado español su esfuerzo y ayuda para la realización de nuestra Cumbre de los Pueblos Enlazando Alternativas IV, y damos la bienvenida a las compañeras y compañeros que desde ya están dispuestos a iniciar los preparativos para la Quinta Cumbre de los Pueblos Enlazando Alternativas a realizarse en 2012.
Dedicamos esta Cumbre de los Pueblos a la memoria de la activista indígena Betty Cariño, quien fue asesinada en Oaxaca (México), el 27 de abril, por su labor contra las transnacionales mineras. Hacemos este homenaje en representación de todas las personas asesinadas a causa de su lucha social y política, y a todas las vìctimas del modelo neoliberal injusto y excluyente en América Latina, el Caribe y Europa
Erabakiak ordezkatze eta zeharkako prozesurik gabe hartzeko subjektu burujabea herritargoadela defendatzen du demokrazia zuzenak. Ildo honetan proposamen hauexek garatu ditugu:
Herritarren erabaki eskumenak ahalik eta gehien zabaltzea. Ahal den neurrian, herritarrek erabakiak hartu ahal izatea ahalbideratu behar da, ordezkarien lana mehetuz. Azken hauen lana operatibitate gaiei eta taldeka sorturiko estrategia politikei mugatuko beharko litzaieke, erabakia bera esparru bakoitzeko subjektu burujabean utzita.
Zalantzarik gabeko muga, zer aukera daitekeen eta zer ez bereizten duena, giza eskubideen nazioarteko arloak zehazten du. Eskubideak ezin dira zalantzan jarri eta euren gainean ez da erabakirik hartzen ahal. Zehazteke geratzen da, halere, zer den eskubide eta zer ez (batez ere bigarren eta hirugarren belaunaldiena) eta euren izaera dinamikoa.
Aurreko bi ideiak Demokrazia zuzen Lege edo Erreferendum eta Kontsulta Lege batek zehaztu beharko lituzke, honetan agertuko litzateke zein eskumen diren herritargoaren erabakitze esparruaren arlo hutsekoak eta zeintzuk diren esparru bakoitzeko subjektu zehatzak (nazio, lurralde historiko, eskualde, …). Legeak subjektu horiei egituratzeko eta informazioa eskuratzeko ahalmena bermatu beharko die.
Egitura eta legeak ez dira asebetegarriak ez bada benetako kultura demokratikorik sustatzen. Honetarako informazioaren eskuragarritasuna, eztabaidarako eta erabakitzeko egitura egonkorrak, parte hartzeko denbora eta baliabideak, formakuntza orokorra, … behar dira.