Construcción nacional distorsionada por la violencia de ETA y el estado

  • Exigimos a ETA su desaparición por motivos de carácter ético, democrático y político.
  • Apostamos por la importancia de los métodos democráticos de acción política, legitima la causa y la engrandece mientras que el uso de la violencia para la consecución de fines corre el riesgo de pervertir los propios fines.
  • Creemos en los métodos de desobediencia civil para hacer frente a la represión y recorte de libertades que viene practicando el estado español con sus sucesivos gobiernos.
  • Debemos ser contundentes, al igual que lo somos con ETA, en denunciar todo el engranaje de leyes de excepción creadas so pretexto de la actividad violenta de ETA: legislación antiterrorista, ley de partidos, rebaja de la edad penal, acumulación de condenas, etc.
  • Nuestro compromiso con las soluciones dialogadas, apostamos por una paz justa, solo una paz justa es una paz duradera.
  • Los gestos son importantes para obligar a la otra parte a sentarse a negociar, y sin duda tan efectivo como el cese de la violencia de ETA, lo sería el acercamiento de presos.
  • Irlanda nos ha enseñado recientemente donde pueden estar las claves de una negociación. En cualquier caso el proceso ha de ser un proceso que haga de la ciudadanía el eje principal del acuerdo. No se puede fraguar una negociación de espaldas al mismo, que o bien se frustra por la incomprensión de un fracaso del que no ha sido informado en ningún momento, o bien no lo valida porque las partes se han arrogado mas representatividad de la que la sociedad vasca está dispuesta a otorgarles.

Territorialidad

  • Reivindicamos la unificación política de los territorios que componen Euskal Herria, pero lo hacemos desde la asunción de la realidad actual.
  • Aspiramos pues a una unidad basada en la voluntariedad de las partes, y respetuosa con los marcos en los que actualmente cohabitan.
  • Reivindicamos un procedimiento democrático basado en la consulta ciudadana en cada uno de los territorios vascos por separado y sin injerencia de unos sobre otros –así como apostamos por las consultas y los referéndum para la mayoría de los temas estratégicos, que deberían ser regulados por ley, tal y como defendemos en la mesa de democracia radical-.
  • La organización que estamos construyendo ha de aspirar a tener representación en el conjunto del país, siendo conscientes de las dificultades existentes y aceptando formas de organización flexibles que no lleven al conjunto a un dominio del debate CAV sobre el resto.

La unidad territorial que defendemos solo puede hacerse desde la voluntad de las partes y atendiendo a sus propios ritmos.

Reivindicación del soberanismo político

  • Apostamos porque la organización que estamos construyendo sea de carácter soberanista. Esto es, el autogobierno, hasta donde queramos y sin injerencias externas. O lo que es lo mismo, tener competencia para decidir sobre todas las competencias.
  • Reivindicamos la capacidad para tener un poder político propio, controlado en todo momento por la ciudadanía.
  • Atendiendo al momento histórico que vivimos y desde el respeto a la soberanía nacional que defendemos, ha de ser la ciudadanía  vasca la que de forma democrática decida cuál es la forma de relación más optima con los pueblos y naciones que la circundan, aunque no podemos obviar los lazos y vínculos existentes con dichos pueblos.
  • Nuestra apuesta por el soberanismo pretende superar las defensas del derecho de autodeterminación vinculadas a determinada opción que estamos acostumbrados a escuchar, entendiendo que la decisión a tomar ha de ser aquella que mejor convenga objetivamente a la clase a la que defendemos y sin renuncia a futuro de nuestra soberanía en el ejercicio de nuestra capacidad de decidir.
  • La organización que queremos en función de la premisa expuesta en el punto anterior puede y debe ser un punto de encuentro de todas aquellas personas y colectivos de izquierda que antepongan el ejercicio democrático de su soberanía a su legitimo deseo de vertebración política e institucional.

Dicho de otro modo, nuestra aspiración es conformar un lugar en el que quepan federalistas, confederalistas, independentistas e incluso autonomistas, si lo desean, depositando en el pueblo el control, dominio y tiempos de su soberanía, que nosotros y nostras defendemos y reivindicamos.

Derecho de autodeterminación

  • Nos declaramos abiertamente autodeterministas, y por tanto nos mostramos favorables a que este pueblo, sociedad o nación pueda decidir libre y democráticamente lo que quiere ser y como quiera relacionarse con otros pueblos y naciones.
  • Desde una concepción ciudadana de la nación, nos afirmamos como tal, y queremos poder gobernarnos, siendo nosotros y nosotras mismas las que decidamos en un momento u otro hasta donde queremos que alcance nuestro autogobierno.
  • Denunciar el papel que juega la constitución española a la hora de impedir y limitar nuestro propio desarrollo. Por tanto si no quieren reformarla para hacerla más abierta y democrática, nuestra posición hacia la misma no puede ser otra que la de rechazo.
  • Los estatutos de autonomía o de amejoramiento del fuero, no son ni pueden ser en ningún caso la línea de llegada o límite en el desarrollo de nuestro país, ya que reconocen un cierto grado de autogobierno, pero cercenan la posibilidad de ir más allá depositando la soberanía política en las instituciones del estado. Por tanto, no creemos que la nueva organización deba caer en un neoestatutismo, sino que debe apostar por un pacto de igual a igual con el estado español que reconozca nuestra capacidad para decidir en todo momento.
  • Debemos situarnos enfrente y rebatirles dialécticamente a aquellas organizaciones y personas que desde supuestas filiaciones en el campo de la izquierda nieguen el derecho de autodeterminación. Porque un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser un pueblo libre.

Nuestra apuesta firme e inequívoca con la autodeterminación, sin vincular nuestro apoyo al mismo derecho en función de un marco deseado u otro, es una apuesta basada en nuestro compromiso con este pueblo, y absolutamente democrático, muy alejado por tanto de visiones nacionalistas

Euskal Herria como nación cultural y comunidad lingüística

  • Apostamos abiertamente por el desarrollo pleno de la cultura vasca y por la vigencia del euskara como lengua oficial. Esto implica apostar por políticas de acción positiva hacia la lengua minorizada –euskara- frente a la otra lengua oficial, el castellano.
  • Rechazamos de plano los movimientos que, amparándose en una supuesta libertad de elección, ponen todo tipo de trabas y obstáculos en el desarrollo y avance del euskera, ya sea ahora desde el gobierno o en situaciones anteriores.
  • Potenciación y libre acceso a la cultura vasca, integrándola de manera efectiva, moderna y natural en el devenir diario del país, huyendo de esa visión arcaica y ancestral que a veces desde las instituciones proyectan sobre la cultura vasca.
  • Trabajar en la progresiva euskaldunización de la sociedad vasca y el uso del euskera a todos los niveles, poniendo en manos de quien desconoce dicho idioma las herramientas necesarias para su aprendizaje y dominio.

En definitiva, apostamos por afirmar los elementos de la Euskal Herria cultural y lingüística, desde la apuesta por una euskaldunización progresiva y actualizando su cultura a un uso social más amplio y moderno que el que en la actualidad dispone.

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