Iberdrola o cómo premiar al culpable

El año pasado el Ayuntamiento de Bilbao otorgó, por iniciativa de su alcalde, el señor Azkuna, el título de bilbaíno ilustre a la empresa Iberdrola. Tal y como recoge el Reglamento de Honores, Distinciones y Ceremonial, el Ayuntamiento de la Villa hace ilustres a personajes e instituciones que se hayan destacado ostensiblemente en la defensa del nombre, de la imagen y de los intereses de esta Villa de Bilbao o de algunos de sus ciudadanos. Este título, en concreto, se concede en reconocimiento a una conducta cívica ejemplar.

Pareciera que la manera de entender por parte del equipo de gobierno el concepto de una conducta cívica ejemplar es bastante extraña, ya que nos dan a entender que la ejemplaridad consiste en situar a la ciudadanía bajo riesgo nuclear; en poner en práctica deducciones fiscales que nos impiden a los y las bizkainas desarrollar políticas sociales; en coartar los derechos de los y las trabajadoras de las empresas subcontratadas y, en última instancia, en producir un impacto terrible en términos sociales y ecológicos allá donde Iberdrola se implanta, fundamentalmente en América Latina. ¿Será eso lo que entienden por una conducta ejemplar?

Porque no nos engañemos, Iberdrola sigue apostando, a pesar de lo ocurrido en Fukushima, por el mantenimiento de la central nuclear de Garoña, independientemente de la situación de vulnerabilidad en la que nos coloca a todos y todas, y plantea mantener una central con más de 40 años de antigüedad. Primero el beneficio y luego, si acaso, la seguridad de nuestras vidas.

También Iberdrola se aprovecha de las salvajes y sucesivas reformas de los gobiernos de Madrid para explotar a sus trabajadores y trabajadoras, incluyendo en este grupo a sus subcontratas. Un ejemplo de ello es el caso de KONEKTA, que desde que asumió el servicio de atención al cliente ha despedido a 50 trabajadoras. Un comportamiento realmente ejemplar.

Finalmente, como toda buena multinacional, su ánimo incesante de lucro le lleva a explotar los recursos de otros países, olvidando su retórica verde, y dejando en América Latina su huella mediante el olvido de los derechos políticos, sociales y ambientales recogidos por el marco internacional de DDHH. Así y aprovechándose de las permisivas leyes y la favorable institucionalidad de ciertos países, son norma común de su actuación el despido, el chantaje a trabajadores/as sindicadas, la manipulación de precios y cobros, los desplazamientos forzosos generados por sus proyectos energéticos, etc.

¿Es esto un comportamiento ejemplar? ¿Es ejemplar seguir aumentando frenéticamente beneficios a costa de las vidas de muchas personas de América Latina, de las políticas sociales en Bizkaia, y de nuestra seguridad? ¿Es ejemplar otorgar un premio a una empresa cuyo presidente, con estos niveles de paro, pobreza y exclusión, cobra más de 9 millones de euros anuales?

Esto es sólo una parte de la práctica habitual de Iberdrola. ¿Dónde está el civismo en todo esto? Sólo vemos insolidaridad, falta de ética e injustica. Nos parece inadmisible que se  premie este tipo de conductas. Es vergonzoso que se premie a los culpables de tantos atropellos contra las personas.

Ana Etxarte – Alternatiba Bilbo

Eh Bildu denuncia la ruina que supone la Supersur para Bizkaia y el fracasado modelo de gestión del PNV

Desde Euskal Herria Bildu vivimos con especial preocupación la gravísima realidad económica y social que está viviendo el territorio de Bizkaia. Una situación de crisis sistémica provocada por la economía especulativa y que están aprovechando los poderes de la derecha neoliberal para recortar drásticamente derechos sociales y laborales que se han logrado mediante años de lucha.

Un ejemplo claro de ese modelo de hacer política fundamentada en los intereses económicos de unos pocos frente a los intereses de la ciudadanía general es la construcción de la Supersur. Una infraestructura viaria a la que se opuso firmemente una gran parte de la sociedad bizkaina, por ser una nueva carretera que no iba a aportar absolutamente nada a solucionar los problemas del tráfico de nuestro territorio y que además iba a generar unos costes económicos, sociales y medioambientales insostenibles.

Han pasado un año ya desde la apertura de la Supersur, y los datos otorgan la razón a todas aquellas personas, colectivos y agentes que se oponían al megaproyecto de la Diputación. El señor Aburto reconocía el pasado mes de abril que la utilización real de la variante sur metropolitana no llega ni al insultante 44% de las previsiones de la Diputación. Es decir, la mayor y más costosa obra pública llevada a cabo por la Diputación Foral de Bizkaia no está siendo apenas utilizada. Y al portavoz foral se le olvidó añadir que la ejecución de esta obra  ha comprometido prácticamente la totalidad de los recursos;  postergando la atención de otras redes vitales para la articulación de las comarcas del territorio de Bizkaia. Y la no ejecución de la variante de Ermua es uno de los ejemplos más significativos.

Los datos obtenidos ayer por medio de la Diputación, nos dan cifras igualmente alarmantes en torno a la gestión de esta ya de por si nefasta infraestructura. Hasta abril de este año se habían recaudado en la misma 2,8 millones de euros, cifra que extrapolada a un año nos daría una recaudación aproximada de 6 millones. 6 millones frente a los 25 que prometían recaudar desde el gobierno del PNV. A esta grave cifra hay que sumarle también los 10,5 millones de euros que cuesta la gestión de la Supersur anualmente. En consecuencia, aparte de hipotecar el futuro de los y las bizkaitarras, esta innecesaria macroinfrestructura, nos creará un déficit superior a 4 millones de euros al año. Esto tendrá afección en los presupuestos futuros, en los que veremos como se comprometen otras partidas por salvar los datos de una infraestructura que nunca debió construirse.

Por tanto, la Supersur se trata de una gestión nefasta de la que el PNV pretende salir inmune y se niega a asumir cualquier responsabilidad. En este punto, cabe recordar que allá por el año 2004, en una época de bonanza económica en la que los defensores del modelo PNV se autoconsideraban unos buenos gestores, el diputado general José Luís Bilbao decía sin darse cuenta de la gravedad de las declaraciones que efectuaba que “esta obra la pagaremos nosotros, nuestros hijos y algunos de nuestros nietos”.

Tenía razón el señor Bilbao: esta obra, la Supersur que apenas está siendo utilizada a pesar del costo económico y medioambiental que acarrea, va a hipotecar el futuro de Bizkaia para muchas generaciones. Sobre todo el futuro de aquellas personas más desamparadas ante este modelo donde priman los intereses del capital frente a los intereses de las personas. Y es ahora, en época de vacas flacas, donde los despilfarros de hace unos años nos parecen auténticas barbaridades. Pero es que hace algunos años algunos ya advertíamos de que este modelo de desarrollismo iba a conllevar unas consecuencias dramáticas.

Pero el modelo del PNV, que en Bizkaia siempre ha estado sustentado por el PSE-EE y PP y que ahora se empecinan en rescatar cueste lo que cueste, necesita de ese tipo de obras faraónicas para subsistir. Por eso, jamás reconocerán su error en la construcción de la Supersur, porque reconocer su error supondría el reconocimiento de que su modelo ha fracasado. Y sí, señor Bilbao, por mucho que intente escurrir el bulto y reprochar la crisis a otros estamentos estatales, su modelo, el modelo PNV, ha fracasado. Porque a los que usted reprocha la generación de la crisis, son sus máximos valedores para seguir llevando a cabo unas políticas erróneas, donde priman la construcción de grandes infraestructuras y los recortes sociales y laborales. Y la Supersur es el mejor ejemplo de todo ello.

Desde EH Bildu denunciamos que el PNV lleva años haciendo una política económica donde prima lo empresarial, que tiene grandes errores técnicos y consecuencias económicas preocupantes. El pretendido modelo de seriedad y de buena gestión del PNV hace aguas.

La mala gestión de los bancos nos ha llevado a la quiebra económica actual y la mala gestión política nos ha colocado en una situación complicadísima para hacer frente a la actual crisis y a las necesidades más básicas de la sociedad.

Pero desde EH Bildu consideramos que en Bizkaia sí hay una alternativa a este modelo fracasado que hipoteca el futuro de la ciudadanía del territorio. Una alternativa que se fundamenta en mejorar el transporte de Bizkaia invirtiendo en mejorar y aumentar la oferta de transporte público, diseñando para ello un plan integral basado en las necesidades reales de los y las vizcaínas, invirtiendo en reconstruir, adecuar y mejorar las vías ferroviarias de Bizkaia como los desdoblamientos, porque estas inversiones en el trasporte publico y en la vía ferroviaria generan empleo, mejoran la sostenibilidad medioambiental y mejoran el transporte por carretera.

Todo ello se debe complementar con una adecuada inversión en la justicia social, en un reparto de la riqueza más equitativo; donde los intereses de la ciudadanía se antepongan a los privilegios de unos pocos a los que les pierde su avaricia; una nueva manera de hacer política donde las personas y no el capital se sitúen en el centro de las decisiones; un nuevo modelo donde los intereses medioambientales primen ante los intereses del desarrollismo salvaje e incontrolado. En definitiva, una alternativa donde los protagonistas son las personas que luchan con su trabajo diario por salir adelante y no los coleccionistas de acciones y de billetes de 500 euros que nos han llevado a esta gravísima crisis económica y social.

Alternatiba responde al gobierno central que la ciudadanía vasca ni quiere ni necesita que se abra el comercio en festivos

La portavoz de Alternatiba, Ana Etxarte, ha asegurado hoy que la ciudadanía “ni quiere ni necesita que se abran los comercios en días festivos, tal y como ha demostrado el estudio sobre el comercio presentado por el Gobierno Vasco hace pocas semanas, que reflejaba que casi 7 de cada 10 hogares vascos está en contra de que los comercios puedan abrir en festivos”, aun cuando la ley lo permite actualmente hasta en ocho jornadas. Etxarte respondía así al cambio de normativa proyectada desde el gobierno central gobernado por el Partido Popular, que ampliaría de 8 a 10 los festivos en los que se puede operar y eleva de 72 a 90  el máximo de horas que pueden abrir los comercios a la semana en ciudades como Bilbao.

Desde Alternatiba, han recordado que este tipo de medidas hacen imposibles la corresponsabilidad entre hombres y mujeres. Además, “en contra de lo que siempre tratan de vender, la realidad de comunidades como Madrid o algunas más cercanas como el Megapark de Barakaldo nos dice que la flexibilización de horarios precariza aún más las condiciones laborales de los y las empleadas del sector del comercio, principalmente de las mujeres”. Asimismo, aunque se empeñan en hablar de dinamización, “este tipo de medidas abocarían a la desaparición del pequeño comercio, sobre todo el de los barrios, que es el que más está siendo perjudicado en estos momentos de crisis”.

En ese sentido, siendo Bilbao una de las 14 ciudades del estado en las que, con la excusa del turismo, pretenden implantar estas medidas neoliberales, “cada vez son más las tiendas de barrio que cierran no pudiendo hacer frente a la actual situación, de crisis por un aparte pero también de competencia a la que les es imposible enfrentarse, lo que lleva a la quiebra de los pequeños negocios y a la desertización de nuestros barrios”. Así, la portavoz de la formación de izquierdas ha denunciado que la iniciativa del Partido Popular solo persigue la liberalización total del sector, que “solo beneficiará a las cadenas comerciales y a las grandes superficies, en ningún caso a la ciudadanía y menos aún al pequeño comercio”. Por ello, ha instado a las instituciones vascas a que “hagan cuanto esté en sus manos y en sus competencias para evitar estas medidas”.

EH Bildu asegura que existe otra manera de gestionar la crisis en Bizkaia frente al modelo fracasado del PNV

Desde la coalición Euskal Herria Bildu, observamos con preocupación las consecuencias que la crisis sistémica que padecemos está dejando en Bizkaia, pero también la gestión irresponsable con el que el PNV gobierna la Diputación en este territorio. Desde EH Bildu, sin embargo, estamos convencidos y convencidas de que las múltiples crisis que vivimos tienen salida, también en Bizkaia, y que esa salida pasa por la soberanía que nos permita construir otro modelo social y económico. Por eso, pondremos en marcha la campaña “Bizkaian irtenbidea badugu”, “Hay salida para Bizkaia”, al hilo de la cual nos reuniremos con diferentes agentes sociales, políticos y sindicales del territorio. A través de estos encuentros pretendemos trasladar a todos los agentes nuestra propuesta, pero también buscamos recibir sus aportaciones para completarla y mejorarla.

Bizkaia sufre con crudeza las múltiples crisis que atenazan a Europa y a Euskal Herria. El PNV que dirige la Diputación ha obedecido dócilmente las medidas dictadas desde Europa y desde los diferentes gobiernos de Madrid. Es decir, se ha centrado exclusivamente en políticas para contención del déficit, pensando tan solo en la austeridad, lo cual ha influido directamente en las condiciones de vida de la ciudadanía, principalmente en aquellas personas que ya se encontraban en situaciones difíciles con anterioridad.

En Bizkaia, al igual que en el resto de territorios de Euskal Herria, la situación económica y social es realmente preocupante, cuando no dramática. La tasa de desempleo es del 15,2%, por encima de la media de la CAV (12,1%). En Ezkerraldea aún es peor, con cifras en torno al 20%. En total, ya son más de 90.000 las personas en desempleo en este territorio.

Así las cosas, en el primer trimestre de este año ha aumentado significativamente el número de expedientes de regulación de empleo presentados. Hasta marzo, se aprobaron 329 EREs, que han afectado a 4.602 trabajadores y trabajadoras. Y por si fuera poco, la patronal CEBEK nos habla de que van a destruirse 9.400 empleos.

Esas tasas de desempleo han conllevado que el nivel de pobreza en Bizkaia sea mayor que nunca. Ya son más de 38.000 las y los perceptores de la RGI y más de 12.000 las personas que perciben complementos para afrontar el coste de la vivienda.

Ante una situación social tan crítica como la que se desprende de todos estos datos, la Diputación Foral de Bizkaia en manos del PNV, al igual que los sucesivos Gobiernos del del PSOE y del PP en Madrid y del Gobierno López desde Gasteiz, ha adoptado políticas que en nada han ayudado a superar las crisis que padecemos ni a mitigar las consecuencias de las mismas. Buena muestra de esto la dan las 2.436 familias que se han quedado sin prestaciones sociales porque sus solicitudes se han ‘traspapelado’ en la tramitación  gestionada por los servicios sociales de la Diputación de Bizkaia. A día de hoy, las personas que precisan ayuda para sobrevivir y para llegar a fin de mes tienen que soportar esperas de dos meses para ser atendidas por los servicios forales. También se pierden tiempos de prestación, al tener que pedir cita previa para poder presentar cualquier documento solicitado a los y las perceptoras.

Ante semejantes datos, solo cabe calificar como fracasado el modelo implantado por la Diputación del PNV; siguiendo las mismas políticas antisociales que PSOE y PP para gestionar la crisis, no se ha respondido debidamente a las necesidades y a los problemas de la sociedad. El modelo del PNV ha fracasado estrepitosamente.

El mapa social de Bizkaia es, como ya decíamos, dramático, y no es de extrañar conociendo la base y los modos de hacer política del PNV. No es de extrañar tras conocer la semana pasada que una empresa, Iberdrola, con 2.800 millones de euros de beneficios anuales tributó en Bizkaia el Impuesto de Sociedades al 0% en los años 2009 y 2010. El Diputado General Jose Luis Bilbao ha tratado de echar balones fuera, asegurando no haber aplicado exenciones porque Iberdrola no sigue la normativa foral  de Bizkaia en cuanto a fiscalidad. Así, ha querido trasladar responsabilidades a Madrid, al PP y al PSOE. Pero el señor Bilbao no quiere confesar que en los últimos años ha pactado precisamente con esos partidos la política fiscal de Bizkaia, y que como consecuencia de los cambios pactados entre PNV, PP y PSOE, desde 1997 las rentas más altas del territorio tributan un 11% menos. Son igualmente graves las palabras del diputado de hacienda, el señor Iruarrizaga, afirmando que lo único que han hecho mal con los impuestos que paga -o más bien no paga- Iberdrola, ha sido darlo a conocer. Ese es el modelo PNV, el de una política fiscal para grandes empresas que es mejor ocultar a la ciudadanía.

Bizkaia se ha convertido en un auténtico chollo fiscal para las rentas altas y las grandes empresas, gracias a las políticas establecidas por el PNV. También para las grandes constructoras, porque a pesar de haberse reducido los ingresos fiscales por esas políticas que alivian la presión sobre las grandes fortunas, la Diputación ha hecho una apuesta clara por grandes infraestructuras cuya utilidad social es más que dudosa. El ejemplo más evidente es la Super Sur. La Diputación realizó una inversión de 821 millones de euros, hipotecando por tanto el futuro de Bizkaia, todo para una carretera que no tiene ni la mitad de los usuarios previstos. El penúltimo ejemplo del modelo PNV.

Por todo esto, sabemos que la salida a esta situación no vendrá de la mano de las medidas implantadas por la Diputación gobernada por el PNV. Solo superaremos la crisis de este sistema transformándolo en su totalidad, para lo cual reclamamos soberanía política y económica. Desde EH Bildu queremos subrayar que existe otro modo de afrontar la crisis desde las instituciones, con otro modelo de gestión. Un modelo basado en la justicia social. La soberanía es la llave para superar esta situación y para crear un modelo de sociedad diferente y mirando al futuro. Necesitamos la capacidad para transformar el modelo político, institucional y socioeconómico vigente; para la transformación social que reivindica la gran mayoría de los y las bizkaitarras.

Hay salida para Bizkaia

Pablo Fernández (Alternatiba), Jon Salaberria (Aralar), Joseba Gezuraga (EA) y Mikel Etxaburu (Ezker Abertzalea)

Eusko Alkartasuna, izquierda abertzale, Alternatiba y Aralar hemos presentado a la sociedad una propuesta socioeconómica para Euskal Herria que plantea un modelo alternativo a la actual crisis sistémica que está provocando la destrucción del medio ambiente, el retroceso en las condiciones de vida, en el sistema de bienestar y en el sistema alimentario.

El eje principal de esta propuesta es la soberanía política y económica. De esta forma podremos encarar con garantías la crisis sistémica, que nos arrastra sin demora hacia la ruina social y económica. Resulta evidente que el Estado español supone un lastre para Euskal Herria. Así, los sucesivos gobiernos de España han adoptado políticas neoliberales en su versión más especulativa: el ladrillo y el suelo frente a la diversificación; el pelotazo frente a la planificación industrial y tecnológica a medio y largo plazo; el subsidio frente a la extensión de los servicios públicos… La agricultura y la pesca han sido olvidadas, el trabajo de cuidados ha sido relegado, de nuevo, a expensas de las mujeres a través de la Ley de Dependencia; y buena parte de la industria ha quedado obsoleta, dejando a la economía del Estado inerme ante la agudización de la crisis del capitalismo. Por lo tanto, la única salida es ser dueños de nuestro propio destino para construir una Euskal Herria justa, igualitaria, con un sector público fuerte que sea capaz de ejercer de tractor de la economía a la vez que proporcionar a la ciudadanía los servicios que quiere y merece.

Los actuales gestores de la Diputación de Bizkaia son los máximos valedores del actual sistema en crisis y muestran su más absoluto rechazo a la reclamación de una plena soberanía económica y política, y la puesta en marcha de un sector público fuerte. Así se nos ha repetido hasta la saciedad que el camino hacia la soberanía económica pasa por la continua negociación y la aceptación del chantaje del Estado español, que aún hoy en día no ha terminado de transferir competencias aprobadas en el estatuto de autonomía a principios de la década de los ochenta.

Por otro lado, la continua externalización de servicios sociales básicos como los centros de menores o la atención a personas mayores, ha supuesto que la Diputación haya dejado de facto de ejercer su función pública, para otorgarla al enorme conglomerado de empresas satélites, públicas o privadas, gracias a las cuales ha formado una red de intereses sin igual, en los que ni la gestión rigurosa, ni la búsqueda de la equidad social han sido sus motores de actuación.

Las únicas alternativas puestas sobre la mesa por parte de la Diputación Foral de Bizkaia han sido la construcción de grandes infraestructuras y la ejecución de grandes macroproyectos que han llevado a la ruina a municipios pequeños como Urduña, Dima o Bakio; el intento de privatización encubierta de servicios básicos a través de mancomunidades cuyo objetivo es la merma en la participación de aquellos municipios que se escapan del control del Diputado general, como la creación de hasta tres entidades supramunicipales en Enkarterri, que triplican el número de gestores para prácticamente los mismos servicios.

Y frente a estos desmanes, la Diputación solo ofrece resignación a la ciudadanía. La aceptación del discurso del PP en Madrid, el miedo a lo desconocido y la habitual frase hecha de «no hay más remedio», son muestra clara de que estamos ante dos partidos, PP y PNV, que pertenecen a la misma ideología económica y que desde la firma de los últimos presupuestos en Bizkaia, ya no ocultan su admiración mutua.

Por todo ello, mañana sábado, 26 de mayo, a las 11.30 horas, en el Paraninfo de la UPV-EHU (Bilbao), expondremos determinadas propuestas económicas necesarias para parar esta espiral de ruina económica y asentar las bases para un nuevo modelo social económico. La recuperación de un sector público fuerte, la democratización de las instituciones y la soberanía política-económica (en toda su extensión, desde la soberanía ecológica hasta la productiva, pasando por la financiera), así como la recuperación social, cultural y lingüística de los pueblos que habitan Bizkaia, son parte de la solución.

Bizkaia no puede continuar siendo un «corralito» de empresas ligadas a un determinado modelo político, y debemos ser impulsores de la innovación social y económica de este país. El cambio es inevitable y en él no van a ser los partidos políticos los protagonistas, sino todas y cada una de las personas que residen en Bizkaia y Euskal Herria que entienden que ha llegado el momento del cambio.

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