Oskar Matute es el cabeza de lista de EH Bildu al Congreso por Bizkaia para las elecciones del próximo 26 de junio y es el líder de Alternatiba, formación integrada en la coalición abertzale. Defiende el derecho de autodeterminación de los pueblos y cree que el camino soberanista iniciado por Cataluña puede servir para «extraer lecciones», al tiempo que considera que el ex dirigente de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, sería el mejor candidato a lehendakari. «Cuando se habla de Mandela no siempre se dice que fue líder del brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), y Mandela nunca se arrepintió de las acciones que llevó a cabo ese brazo armado; por eso me extraña la laxitud con la biografía y figura de Nelson Mandela, y la rigidez que existe en el caso de Otegi».
¿Qué semejanzas existen entre el proceso soberanista vasco y catalán? Cada proceso es diferente, no es lo mismo el caso de Québec que el caso de Escocia. En Cataluña nos han tomado la delantera construyendo un proyecto participado desde la sociedad civil, que ha conseguido mover a los agentes políticos, y a la vez, ha sido capaz de trascender los límites del sentimiento identitario emocional, para llevarlo a un sentimiento de practicidad capaz de resolver los problemas de la gente y defender la dignidad. Esa definición aún no se da en Euskadi porque la reivindicación de la soberanía ha tenido más que ver con un proceso de identidad, pero el aprendizaje que recogemos es que para ser mayoría hay que ser más, y para eso hay que construir un proyecto no excluyente sino inclusivo. Igual que nos gustaría que España se comportara como Reino Unido con Escocia, nosotros podemos extraer lecciones de lo que pasa en Cataluña que pueden servirnos. El independentismo y el soberanismo de corte social, es una idea de mucha potencia que nos permite romper las divisiones en comunidades que se hicieron de forma interesada en el Estado español.
¿Cuáles han sido los grandes problemas del proceso soberanista vasco? ¿ETA ha sido o es una lacra? Eso ha pasado más fuera de Euskadi que dentro. En España se ha vivido una lógica en la que todo es ETA; si pides la independencia eres de ETA, o si defiendes el derecho de autodeterminación, eres de ETA. La violencia de ETA generaba un elemento de distorsión pero también en Euskadi, porque la izquierda vasca estaba dividida a este respecto.
¿Qué camino se debe seguir para cerrar las heridas del terrorismo de ETA? ¿Es suficiente con haber firmado el Acuerdo de Gernika? Creo que no hemos dejado de dar pasos, pero otra cosa es que esos pasos se hayan trasladado a la sociedad española. Hay un interés de una parte del Estado español para que no se reconozcan los esfuerzos que hemos llevado a cabo para avanzar en un escenario de reconciliación y reparación de las víctimas de la violencia. Nosotros hemos dejado claro que no íbamos a esperar las respuestas de la otra parte del Estado, sino que haríamos cuanto estuviera en nuestra mano para hacer sólido el proceso de paz, para dar respuesta a nuestra gente, que son quienes nos reclaman que seamos un actor principal en ese proceso.
Hay quienes sostienen que ETA no entrega las armas porque espera una compensación a cambio. ¿Espera esa compensación? ETA anunció el abandono definitivo de las armas y mostró su voluntad de entregarlas de forma segura y destruir los arsenales, pero el Estado español ha hecho oídos sordos de forma sistemática. Esto, a pesar de que la comunidad internacional haya valorado de forma positiva la voluntad de ETA. En ningún lugar del mundo, ni siquiera en Colombia, vemos una actitud tan cerrada del Estado para poner fin a esta etapa. El PP se ha hecho el sueco ante los requerimientos de ETA. Yo estoy en contra de la violencia de ningún tipo, y creo que es necesario que desaparezcan las armas y se destruyan los arsenales, pero para eso es necesario que el Estado español deje de mirar hacia otro lado.
¿Cuáles son las claves del cambio que propone EH Bildu? El Estado español tiene que iniciar un proceso democrático que nunca ha tenido, recuperar los derechos y libertades que se han perdido, respetar la dignidad de las personas y el derecho de los pueblos. Seremos empáticos y solidarios con todos y con todos los pueblos. Ésta es nuestra posición, que va ligada a la necesidad de generar una realidad propia, que nos conduzca a un estado digno en el que los protagonistas sean las personas.
El programa de EH Bildu propone crear una ley de víctimas pero no explicita su contenido, ¿en qué consiste? EH Bildu ha llevado al Parlamento vasco diversas propuestas para una ley de víctimas y de memoria, y partimos de una lectura clara. En este país hay muchas víctimas de todas las formas de violencia, y todos merecen el mismo respeto, reparación y verdad. Lo que queremos es que se haga una lectura de víctimas en términos inclusivos, y que no haya víctimas de primera y de segunda. La voluntad de España a este respecto es situar el periodo de violencia en periodos que no incomoden a la violencia del Estado, y se señala las violencias con diferente jerarquía. Nosotros proponemos una ley inclusiva, que vaya desde la dictadura a nuestros días, y no desde 1978 al presente.
El programa también habla del fin de la dispersión de presos independentistas. ¿Ahí entran los etarras? El Parlamento vasco hace la lectura siguiendo la lógica del ‘todo es ETA’, de forma que las cárceles se han llenado en los últimos años de militantes independistas, que vienen de los movimientos sociales, o responsables de medios de comunicación, que no están vinculados con la violencia sino que son militantes independentistas. Los presos de ETA son presos por una motivación política, es esta motivación la que les une y la que les hizo actuar como lo hicieron, entonces si se reconoce que ellos actuaron por una motivación política, se reconoce su naturaleza de presos políticos. Cuando a los presos vascos, vinculados o no a ETA, se les aplica una ley de excepción, se les reconoce la motivación política. Eso es la evidencia de que es el Estado español el que concede categoría distinta. Todos han sido tratados por igual porque el estado determinó que todo era ETA. Aunque el Estado prefiera mirar a otro lado, nosotros no nos cansaremos de decir que Otegi estuvo preso por hacer política e intentar traer la paz a nuestro país, igual que recordaremos que el director del ‘Egin’, Jabier Salutregi, estuvo encarcelado una década, aunque eso sea una foto dolorosa para el Estado español.
Otra propuesta es la desaparición de la Audiencia Nacional, ¿por qué? ¿Qué órgano la sustituiría? La Audiencia Nacional nace con carácter de excepcionalidad, otra cosa es que con el tiempo le hayan ido cargando de competencias. Como nosotros estamos en contra de los tribunales de excepción, creemos que la justicia ordinaria es la quede debe encargarse de la administración de justicia, y si faltan medios para que lo haga, pues habrá que dotar a la justicia ordinaria de más de medios. Esta petición la compartimos, o al menos la compartíamos, con diferentes formaciones de izquierdas del Estado español. Creo que nadie de izquierdas puede defender la existencia de la Audiencia Nacional porque supone ir en sentido contrario a una justicia ligada los territorios. La justicia debe estar ligada a los territorios porque cuanto más cercana es una institución, mejor funciona. La administración de Justicia en España es un arma al servicio de los intereses de los grandes partidos.
¿Qué le parece que el referéndum en Cataluña fuera una línea roja en las negociaciones posteriores al 20-D pero no lo fuera el del País Vasco? Nunca hemos necesitado de nadie para reivindicarnos como vascos. Euskadi se puede entender sin formar parte de España y Francia, pero tengo serias dudas de que España pueda serlo sin nosotros. No necesitamos que nadie reconozca nuestra capacidad porque sabemos que la tenemos. Entonces, nuestra tarea, desde EH Bildu, es levantarnos y ponernos a caminar para conquistar nuestros derechos, nuestra libertad y nuestra dignidad. Tal y como dices, el problema, en este caso, es que los partidos políticos que defienden el derecho a decidir, sólo lo defienden para una comunidad en la que el clima de presión social no encuentra otra solución. El planteamiento debería ser al revés, todos deberíamos tener el derecho a decidir para poder tener una foto real de lo que hay y de lo que se puede construir a partir de ahí. Sin embargo, sigue prevaleciendo la necesidad de la unidad indisoluble de España por encima del derecho a decidir. El planteamiento de, donde hay tensión ofrezco la consulta como válvula de escape, pero donde no hay tensión, no, es un planteamiento que debilita la fuerza democrática.
¿Debe haber líneas rojas soberanistas tras estas elecciones? El problema de las líneas rojas es que es fácil decir que algo lo es, pero generalmente eso sirve para ocultar otras cosas. Lo que vemos de forma clara es que, hasta las elecciones del 20-D, todos los partidos hablaban del estado de emergencia de los ciudadanos y la necesidad de resolver los problemas de la mayoría, como el tema de la vivienda, el empleo o la pobreza energética. Sin embargo, desde diciembre hasta mayo, han primado los intereses de partido por encima de esa situación de excepcionalidad. Esto es una realidad triste pero que da imagen de la altura de miras de los políticos. Los intereses de los ciudadanos no son las líneas rojas, pero lo que tampoco se puede, es decir a los vascos que esperemos ‘sine die’ para que se produzca un proceso de cambio o se respete el derecho a decidir, cuando ya hay una correlación de fuerzas en el Parlamento para poder hacerlo
¿Por qué se insiste en un referéndum que no puede realizarse ya que no hay mayoría parlamentaria suficiente para ello? Unidos Podemos defiende un proceso con dificultades, cuanto menos elevadas para su aplicación práctica. Nosotros lo que defendemos es que se permita consultar a vascos qué es lo quieren, y que el Estado español lo acepte. Lo que pedimos a cualquier demócrata es que nuestros derechos no se pueden pisotear por las emergencias de los partidos. Nadie ha sufrido la represión del Estado español como nosotros, y estamos dispuestos a ser solidarios, pero no estamos dispuestos a aceptar que nos vendan estrategias que dilatan los tiempos. Queremos que cuando decidamos ejercer nuestros derechos, se nos respete. Yo no voy a esperar a que me dejen hacerlo, sino que cuando la mayoría de vascos quieran una consulta, el Estado español lo tiene que aceptar y no someterlo al refrendo de todos los españoles porque es algo que nos afecta a nosotros. Nosotros no necesitamos a España, pero España sí que nos necesita a nosotros para ser España.
¿Es la independencia la única solución? ¿Qué opina de la propuesta de reforma federal? Las mismas dificultades que entraña realizar la reforma federal, son las que dificultan la celebración de referéndums. Lo primero que hay que hacer es dar la palabra a las partes, y en nuestro caso, lo que nos atañe a nosotros, nos atañe a nosotros y a nadie más. Nosotros queremos construir hacia dentro y hacia fuera, y nunca renunciaremos a ello. Esto es como si una cuadrilla de amigos sale de cena y hay una persona que se quiere ir a casa, por mucho que le digan para intentarle convencer de que no se vaya, no se puede retener a nadie contra su voluntad.
¿No es injusto para el resto de comunidades? ¿Quién les ha dicho que nosotros somos ellos? ¿Quién les dijo a quienes elaboraron la Constitución que el País Vasco quería ser parte de España? Lo que hay que hacer es consultar a la ciudadanía para saber qué quieren y cómo se sienten.
Según las encuestas, Unidos Podemos ganaría las elecciones generales en el País Vasco y el PNV lo haría en las autonómicas. ¿Qué papel le queda a Bildu? Las páginas más importantes de la historia de nuestro país están por escribir, y Bildu jugará un papel fundamental porque así lo han decidido nuestros ciudadanos. En cuanto a las encuestas, yo creo que la única encuesta real es la de las urnas. Bildu no defraudado los intereses de la mayoría social de nuestro país, y sin el concurso de EH Bildu no habríamos podido echar a Javier Maroto, Yolanda Barcina y Enrique Maya. Si hicimos eso, seremos capaces también de mandar al vertedero al PP de Rajoy.
¿Qué pacto de Gobierno respaldaría Bildu, bien con su con voto o con la abstención? Yo estoy deseando que todas las fuerzas que se dicen del cambio, tengan que llamar a las puertas de los soberanistas. Nosotros tenemos claro que nuestro enemigo son los partidos que sostienen el régimen, y tenemos claro que queremos más libertad, justicia y dignidad, para todos. Le diría a Unidos Podemos que me da igual el reparto de ministerios, porque yo quiero ver qué políticas proponen o piensan llevar a cabo. Nosotros pensamos que quien era casta hace dos años, no ha hecho nada para dejar de serlo, y no entendemos por qué han dejado de ser casta. Una cosa es echar al PP del Gobierno, y otra distinta, es firmar cualquier cosa.
¿Sería Pablo Iglesias un buen candidato para los intereses de Euskadi? Creo que los mejores candidatos son los que salen de Euskal Herria y piensan por y para Euskal Herria. Pablo Iglesias es un político con un nivel interesante, pero si pensara que representa mejor que Bildu los intereses de Euskadi, no me presentaría a las elecciones. Nosotros representamos a la mayoría social de nuestro país.
Usted ha dicho en varias ocasiones que Otegi es un referente nacional e internacional y sería el mejor candidato a lehendakari, pero ¿puede representar los intereses de las víctimas del terrorismo en Euskadi? No entiendo por qué hay que levantar una lectura guerracivilista con la hipótesis de que Otegi sea candidato a lehendakari. En el Estado español hay un interés en ese discurso, pero yo creo que es el mejor candidato para este país. Cuando se habla de Mandela no siempre se dice que fue líder del brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), y Mandela nunca se arrepintió de las acciones que llevó a cabo ese brazo armado; por eso me extraña la laxitud con la biografía y figura de Nelson Mandela, y la rigidez que existe en el caso de Otegi.