Alternatiba aplaude la nacionalización de YPF y aboga por imitar al gobierno argentino recuperando sectores estratégicos para la ciudadanía

La Mesa Internacionalista de Alternatiba ha “aplaudido y se ha felicitado” hoy por la nacionalización de la empresa YPF, hasta el momento bajo control de REPSOL, anunciada ayer por el Gobierno de Argentina por “incumplimiento sistemático de los fines sociales que cualquier empresa tiene la obligación de cumplir en un país democrático”. Desde Alternatiba han asegurado que “ya era hora de parar esta segunda ola de colonización protagonizada por las empresas transnacionales y sus gobiernos esbirros, que confunden el bien de la ciudadanía con el bien de sus empresas, buscando únicamente el lucro global”.

Desde la Mesa Internacionalista esperan que esta “medida democrática” permita iniciar a la Argentina a una “estrategia de transición a una matriz energética no dependiente de los fósiles y que haga posible el buen vivir”. Por otro lado, el órgano de Alternatiba ha invitado los gobiernos de Europa a “tomar buena cuenta de esta medida ambiciosa y valiente, y recuperar sectores estratégicos para el control democrático de la ciudadanía, sobre todo en aquellos ámbitos donde está demostrada su actividad fraudulenta en lo que se refiere a buscar el bien común”. Por ello, Alternatiba ha apostado por buscar las fórmulas adecuadas para la nacionalización absoluta de la banca y del sector energético, “como transición hacia una sociedad donde no prime la ganancia, sino el bienestar».

Alternatiba realiza un flashmob en pleno Arenal de Bilbao para llamar a la Huelga General del 29M

Una veintena de militantes de Alternatiba llevaron el domingo a las calles de Bilbao un singular llamado a la Huelga General del 29M con un flashmob. En torno a la una del mediodía, mezclados entre las numerosas personas que realizaban sus compras o paseaban por el mercado de flores del Arenal, se quedaron totalmente quietos por espacio de un minuto, levantando la curiosidad de la gente de alrededor. Entonces, alguien comenzó a ponerlos en movimiento, y uno a uno fueron desplegando carteles con los lemas que Alternatiba incluye en su campaña de llamado al paro general del jueves, entre otros “No te quedes quieta, son nuestras vidas o su capital, en defensa de la vida, enterremos el capitalismo”. El video, que ha empezado a ser difundido en las redes sociales, puede visualizarse desde AlternaTB, el canal de Youtube de Alternatiba desde el siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=iBkGW-THsjA

http://www.youtube.com/watch?v=iBkGW-THsjA&hd=1 (en HD)

http://alternatiba.net/old-files/Bideo.jpg

29M: Hora de responder

Oskar Matute (Alternatiba), Pello Urizar (EA), Rebeka Ubera (Aralar) y Joseba Permach (Izquierda Abertzale)

A estas alturas son de sobra conocidas las consecuencias de la salvaje reforma laboral impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy. Y lo son, en gran parte, porque son cada vez más los y las trabajadoras de Euskal Herria que sufren sus consecuencias. El Gobierno de España representa a la perfección los intereses que se esconden tras un partido ultraderechista como el Partido Popular. A menudo se les acusa de actuar bajo las órdenes de entidades financieras privadas y del gran empresariado, pero esto no es del todo correcto; no es que sigan sus dictados, es que son parte de los mismos. Basta observar los nombres de un equipo de Gobierno que incluye a un ex dirigente de Lehman Brothers, un vendedor-empresario de la industria armamentística o varios ministros de reconocido recorrido en la negación de los derechos de las mujeres.

Desde que se hicieran visibles las consecuencias de la última crisis del capitalismo, han sido numerosos los ataque vertidos desde los gobiernos de España: contra las personas trabajadoras, contra los y las pensionistas, contra la juventud, contra las mujeres que ya padecen la crisis sistémica impuesta por un sistema patriarcal, contra las personas inmigrantes… Hemos salido al paso de cada reforma para decir que era la más grave de cuentas hubieran sufrido los y las trabajadoras hasta el momento. Podría parecer que caíamos en la exageración y que estas denuncias carecían ya de rigor, pero nada más lejos de la realidad. Que nadie se lleve a engaño, como bien nos ha advertido puntualmente la mayoría sindical de Euskal Herria, cada una de las reformas ha sido la más letal cuando ha sido promulgada, pero esta lo es más que ninguna porque acumula y multiplica los daños, los recortes y las vulneraciones de derechos de cada una de las anteriores. Razón por la cual debemos multiplicar también la fuerza de nuestra respuesta, que ha de ser proporcional al tamaño del ataque que representa esta reforma. A la mayoría parlamentaria que ostentan los populares en un parlamento vertebrado por un caduco sistema bipartidista, debemos responder con una mayoría de agentes políticos, sociales y sindicales de Euskal Herria trabajando en común para confrontar y construir alternativas. Deben escuchar nuestras voces con más firmeza que nunca, para que desde las calles de nuestros pueblos y ciudades nuestras proclamas lleguen hasta Madrid, Bruselas y hasta Berlín.

El objetivo primordial de este conjunto de medidas es empobrecer más todavía las condiciones laborales y los sueldos. Y aunque pueda resumirse en una frase aparentemente sencilla, esta reforma destruye infinidad de derechos y garantías laborales: Ahora los empresarios tienen un año para despedir al trabajador sin indemnización alguna al tiempo que abarata el resto de despidos para la mayoría de las personas trabajadoras, tanto del sector privado como público. Pero el decreto va mucho más allá, al alcanzar y dinamitar también la negociación colectiva. Prioriza los pactos de empresa frente a los convenios colectivos y, como colofón, condiciona y amenaza la ultraactividad, una de las únicas garantías con las que los trabajadores contaban a día de hoy. De uno u otro modo, la patronal siempre gana, porque le han otorgado potestad para modificar las condiciones salariales, los horarios y el área geográfica de los y las trabajadoras. Estas últimas medidas van en contra del Marco Vasco de Relaciones Laborales que necesitamos, lo que supone una razón más para luchar en su contra, al igual que contra las graves vulneraciones que acarrea. Necesitamos la soberanía política y económica, precisamos todas las herramientas disponibles para redistribuir la riqueza, para superar un modelo injusto y discriminador impuesto por el sistema capitalista, para crear otro modelo social que luche contra todas las desigualdades. El 29 de marzo vamos a salir a la calle a reivindicar un marco propio, vamos a dejar claro que no pretendemos seguir siendo esclavos de los intereses de mercados financieros.

Demasiados golpes y en demasiados frentes: sueldos de 480 euros para jóvenes de hasta 33 años, nuevas deducciones e incentivos para los empresarios, privatización de los servicios de empleo, posibilidad de despedir a trabajadores con ausencias justificadas aún por enfermedad, legalización de horas extras, flexibilidad ampliada hasta el extremo, retroceso en medidas de conciliación… Y por si esto fuera poco, los señores de los mercados, de mano de los partidos de derechas, exigen ahora hacer desaparecer el derecho a la huelga. Es hora de salir a la calle, para gritar que no vamos a permitir que sigan arrebatándonos derechos, vamos a demostrarles que no van a silenciarnos, y vamos a hacerlo con una Huelga General masiva.

Reiteramos y subrayamos que esta reforma laboral acumula las consecuencias y los ataques de las anteriores. El PSOE, que ahora denuncia desde la hipocresía las medidas del PP, fue precursor de algunos de los más graves ataques contra las personas trabajadoras. Y no podemos olvidar que el PNV fue su cómplice, con el voto a favor o la abstención de sus parlamentarios en Madrid. Los jeltzales hicieron oídos sordos a las reivindicaciones de la gran mayoría social de Euskal Herria, movidos por intereses meramente partidistas. Zapatero los necesitaba para sacar adelante sus recortes, y por eso negoció con los jeltzales; Rajoy, por el contrario, no tiene tal necesidad. De haberla tenido, no nos cabe duda de que la negociación entre la derecha española y la vasca, UPN incluida, se hubiera producido con éxito. Nuestros derechos no pueden convertirse en piezas de sus tableros de ajedrez. El 29 de marzo dejaremos bien claro en las calles, las plazas y los centros de trabajo de Hego Euskal Herria que los derechos laborales no son un juego y que la dignidad de las personas no se negocia.

Que no nos intenten convencer de que la huelga no arreglará nada, en un contexto en el que quieren hacer desaparecer hasta el último de nuestros derechos, la lucha solo puede fortalecernos. Saldremos a la calle para frenar y tratar de revertir la Reforma Laboral, saldremos para denunciar los nuevos recortes y reformas que el PP pretende anunciar al día siguiente de la huelga. Con esta protesta también daremos pasos hacia un Marco Vasco de Relaciones Laborales y en la reclamación de una soberanía plena para construirlo, un paso hacia una Euskal Herria basada en la justicia social y hacia un modelo sostenible. El hecho de que tanto la patronal como los partidos de la derecha más rancia soliciten recortar el derecho a la huelga demuestra la eficacia de la misma, siempre y cuando una gran mayoría social la secunde en las calles. No dudamos que así será. Es hora de responder. Es hora de construir nuestro futuro.

Nuestras vidas o su capital, hay que elegir

Amaia Agirresarobe y Ana Etxarte – Portavoces de Alternatiba

Los hombres y las mujeres trabajadoras de Euskal Herria vamos a salir masivamente a la calle el próximo 29 de marzo porque queremos gritar, alto y claro, ¡Basta ya¡ a la gravísima conculcación de derechos que supone la reforma laboral impuesta por la extrema derecha del Reino de España.

Dicha reforma, que sólo persigue aumentar las ganancias y mantener el flujo incesante del capital, ni mucho menos va a reducir la tasa de paro, y además supone un ataque directo a los derechos de todas las personas empleadas: agudiza la esclavitud laboral de las personas jóvenes –y no tan jóvenes-; otorga a la clase empresarial la potestad absoluta para el despido, sin control político ni judicial, y a coste de saldo; amputa las capacidades de nuestros sindicatos al cercenar la potencialidad de la negociación colectiva; impide, una vez más, la capacidad del pueblo vasco para dotarse de un marco propio de relaciones laborales que nos permita avanzar en la transición hacia una sociedad justa, equitativa, socialista.

Pero, además, queremos que este ¡Basta ya¡ no sólo se limite a esta reforma laboral sin precedentes. Queremos también denunciar y parar la creciente marea de recortes y ataques que la clase trabajadora llevamos sufriendo en los últimos tiempos, y que nos están limitando nuestra capacidad para desarrollar y reproducir nuestras vidas: reformas laborales, de las pensiones, recortes en servicios sociales, amenazas de cambios en leyes como el aborto, prolongaciones de la vida de las centrales nucleares, etc. ¡Basta ya de priorizar vuestros privilegios y jugar con nuestros derechos¡.

No obstante, saldremos a la calle no sólo para parar ataques. Ya no es sólo momento para la resistencia, para la defensa. La crisis civilizatoria en la que nos encontramos –mucho antes del estallido financiero-  nos obliga a ensayar y a poner en práctica nuevos horizontes emancipatorios. Así, nuestro ¡Basta ya¡ más grande es para gritar ¡Basta ya de capitalismo¡ Basta ya de no enfrentar que el sistema nos está conduciendo a la superación de los límites físicos del planeta a partir de un cambio climático de funestas consecuencias ya en el corto plazo -¿Quién puede entender que este problema fundamental es secundario o periférico?-; basta ya de defender un sistema que genera pobreza y exclusión y que impide la reproducción de la vida de grandes mayorías -¿Vivimos para mantener al capital, o la economía sirve para asegurar nuestro bienestar?-; basta ya de afirmar que sólo el empleo está en crisis, cuando es el trabajo quien  lleva décadas en crisis. Así, la mayor parte de los trabajos necesarios para vivir son trabajos no monetarizados, son trabajos de cuidados, son trabajos relacionados con la reproducción social, y son mayoritariamente realizados por mujeres en situación de precariedad y esclavitud -¿Quién se va a  atrever a decirnos a las mujeres que la crisis surgió en 2007, cuando desde siempre estamos en crisis, y que esta gravísima crisis de los cuidados no precisa de alternativas urgentes?-; basta ya de llenarse la boca con democracia cuando los mercados y los políticos nos birlan la mayoría de decisiones estratégicas, en manos de agencias privadas, transnacionales y tecnócratas -¿Cómo defender nuestras vidas sin autonomía para decidir, elegir, querer?-

Por ello, las mujeres y los hombres de Euskal Herria saldremos a la calle. Para defendernos de la reforma, sí. Para parar los ataques de los últimos años, sí. Pero, sobre todo, para decir que hasta aquí hemos llegado, que no queremos más capitalismo, que nuestras vidas, que la vida, es incompatible con el capital, con sus lógicas inhumanas, y que lo queremos enterrar.

Queremos vivir vidas que merezcan la pena ser vividas; queremos vivir colectivamente, interdependientemente, en armonía ecológica; queremos vivir sin que nos obliguen a pensar que nuestro bienestar se acaba en el consumo y en la búsqueda de empleo; queremos compartir el trabajo, y decidir en qué es óptimo trabajar; queremos decidir sobre lo que nos afecta, sobre lo que queremos. Queremos, en definitiva, vidas plenas, frente a vidas amputadas por el capital.

Por eso, nos toca elegir, es el momento. Ya no hay lugar para medias tintas. El debate no es ya entre el estado del bienestar o el liberalismo, entre Dinamarca o Grecia. El debate es entre nuestras vidas y el capital, entre la vida y la maximización del beneficio. Nos atacan por todos lados, respondamos en todos los frentes: enterremos el capitalismo. Coge tu pala, y empecemos a cavar este 29 de marzo.

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Proletarios y proletarias de Europa, uníos

Asier Vega y Exabier Arrieta – Alternatiba

Esta proclama, que suena a antigua y desfasada, tiene sin embargo un sentido muy actual, si nos paramos a pensar dónde y quién decide sobre los recortes y el desmantelamiento de derechos que sufrimos la clase trabajadora de este país y de Europa en general, aunque con diferentes intensidades.

Aún suena con fuerza aquel solemne anuncio del entonces presidente del Reino de España Rodríguez Zapatero, diciendo que “los trabajadores no pagarán la crisis”. Nada más decirlo comenzó la mayor ofensiva de reformas y recortes ordenadas desde Bruselas, ¿o desde Berlín más bien?; nada más decirlo se puso en marcha la reforma exprés de la otrora intocable Constitución Española, para poner techo al endeudamiento en lo que ha sido un ataque más al sector público, y de nuevo fue ordenada so amenaza de rescate-chantaje desde Bruselas, ¿O desde Berlín?; nada más decirlo se produjeron cambios en los gobiernos griego e italiano, alzando al poder a supuestos tecnócratas como Monti y Papademos (los interventores de la gran Banca Alemana y Francesa así como del FMI), cuya única misión al llegar a la poltrona a dedo es la de colonizar económica y políticamente a estos países, de nuevo bajo el imperativo de Bruselas ¿o será de nuevo Berlín? Así una y otra vez.

De esta manera, la Unión Europea se ha destacado a lo largo de los últimos años como la encarnación de una dictadura neoliberal, encargada de robar la capacidad de decisión a los y las ciudadanas, para entregársela a la banca alemana y a los grandes conglomerados financieros. Sólo desde esta lógica de priorizar el capital frente a los derechos y la vida de los y las europeas se entiende el beligerante papel de Merkel frente a los estados miembros; sólo así se entiende el entramado profundamente antidemocrático sobre el que se ha construido el proceso a través del Tratado; sólo así se entiende el cierre en falso del problema real de la economía europea con el Pacto del Euro; sólo así se entiende el papel que se sigue arrogando el BCE, estructura antidemocrática, a la hora de fortalecer a la banca y no a los estados; sólo así se entiende la privatización obligada de servicios, o el enfoque clasista y ultracapitalista de las políticas comunitarias como la Política Agraria Común (PAC).

Por ello, cuando salgamos a las calles el día 29 de marzo, debemos presionar a nuestros gobernantes títeres y decirles que basta de saqueo, y no debemos olvidar que éste modelo europeo es absolutamente contrario a los intereses de la clase trabajadora, de la humanidad y del planeta. Otra Europa no sólo es posible, sino necesaria para frenar esta lógica delirante del capital, ya que de allí surgen muchas de las funestas medidas que estamos sufriendo. Queremos y exigimos una Europa democrática; una Europa libre de especulación; una Europa de los derechos; una Europa que no impida los déficits, sino los superávits sin mejora de las condiciones de los y las trabajadoras –el superávit alemán está detrás de parte fundamental de los problemas especulativos que nos acucian-; una Europa de fiscalidad única, sí, si así lo quiere la ciudadanía, pero para gravar al capital y para mejorar las políticas públicas. En definitiva, una Europa alternativa y volcada en el bienestar de las mayorías, no en el negocio de unos pocos.

Si queremos oponernos a la Europa del Capital la clase trabajadora debe organizarse también a nivel global, pues global es el ataque. No podemos admitir que nos gobiernen instancias no elegidas por el pueblo, que responden a intereses que son los que han creado esta crisis.  Por todo ello, el día 29 todos y todas a  la Huelga General.

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