Demasiada gente, muy pocas personas > Igor Navarro

Igor Navarro > Militante de Alternatiba y candidato al congreso por Amaiur

Recientemente hemos sabido que ya somos 7.000 millones de personas las que habitamos en el planeta tierra. Algunas voces, profundamente interesadas, hablan de superpoblación, es decir, que en el mundo hay demasiada gente presionando sobre los recursos existentes, y de qué este ritmo de crecimiento de la población es insostenible económicamente.

Esta afirmación es absolutamente falsa, el problema no reside, ni mucho menos, en la cantidad de habitantes del globo, ni siquiera en el carácter finito de nuestros recursos naturales. La raíz del problema de la falta de recursos con la que tienen que sobrevivir gran parte de la población mundial no se encuentra en los miles de millones de habitantes de China o India… La verdadera causa del problema la debemos buscar mucho más cerca, en los alrededores de casa y en la casa de nuestros vecinos, en los países más avanzados del mundo.

De esos 7.000 millones de personas que compartimos vivienda, es muy posible que más de 6.500 millones no llegue a consumir ni la mitad de los recursos naturales por hectárea y habitante que les pudieran corresponder, en cambio, los otros 500 millones, entre los cuales nos encontramos todas y cada una de las personas que estamos leyendo esto, consumimos tres, cuatro y hasta diez veces más de los recursos que nos corresponden.

La huella ecológica es un indicador del impacto que generamos en los recursos existentes del planeta con lo que consumimos y con nuestros desechos. Evidentemente, la huella ecológica que dejamos no es la misma para todas las personas, ni en todos los lugares.

Se ha calculado que a cada habitante nos correspondería por año utilizar los recursos naturales generados en 1,8 hectáreas de terreno. Actualmente utilizamos de media alrededor de 2,5 hectáreas por persona. La diferencia no parece tan exagerada sino fuera porque los habitantes de países como los Estados Unidos de Norteamérica hacen uso de 9,5 hectáreas por persona y los habitantes de Honduras únicamente de 1,3 hectáreas. Pero si queremos observar los extremos, tenemos que los habitantes de Emiratos Árabes Unidos hacen uso de 11,8 hectáreas y que los habitantes de Afganistán apenas llegan a las 0,5 hectáreas.

Por cierto, la huella ecológica de los habitantes de China e India es de 2,1 ha y 0,9 ha respectivamente; y el impacto de la ciudadanía del Reino de España es de 5,7 hectáreas por persona y año, casi el triple de lo que nos corresponde.

Con todo esto podemos decir que menos de 1.000 millones de personas consumimos el 95% de los recursos naturales del planeta, dejando para esos 6.000 millones restantes únicamente las sobras, o ni siquiera eso, ya que consumimos mucho más de lo que el planeta es capaz de generar y producimos más desechos de los que puede asimilar.

El ritmo que es insostenible no es el del crecimiento de la población mundial, sino el del consumo que tenemos los habitantes y las empresas multinacionales del “el mundo occidental”, que son, somos, realmente quienes estamos esquilmando los recursos del planeta.

El planeta está superpoblado, efectivamente, está superpoblado de empresas multinacionales que agotan los recursos naturales sin que les importe en absoluto las consecuencias ecológicas de sus acciones. Superpoblado de consumo capitalista indiferente al desigual reparto de los recursos. Superpoblado de neocolonialismo y neoliberalismo, de agresiones a la naturaleza y de guerras con el único fin de apoderarse y explotar indiscriminadamente recursos naturales.

Lo dicho, demasiada gente y muy pocas personas.

Oskar Matute en Anoeta: «No quieren que cambie nada porque tienen miedo a perderlo todo»

Arratsalde on hona hurbildu zareten ezkertiar, ekologista, feminista, sindikalista, abertzale eta subiranista guztiei. Zoriondu behar zaituztet, Belodromoa bete egin dugunok argazki historiko baten parte garelako, zutik dagoen herriaren irudia osatzen dugulako, herritar guztientzako askatasuna eta duintasunaren bila dagoen herriaren oihartzuna garelako. Gora Amaiur! Gora zuek!

Vivimos tiempos decisivos, tiempos intensos para nuestro país. Tiempos de movilización social, de luchas populares y también tiempos de esperanza de paz y solución para un conflicto político que no puede prolongarse ni un minuto más. Y quienes estamos hoy aquí, somos y representamos parte de esa esperanza, de esa ilusión por dar la vuelta a un sistema político, social y económico profundamente injusto y antidemocrático para Euskal Herria.

Y lo cierto es que en el actual momento de crisis que padecemos; económica, de valores, de sistema, el PP, el PSOE y el PNV solo son capaces de ofrecernos sumisión al capital, paro, destrucción de nuestro medio ambiente, precariedad, desigualdad e injusticia, hasta convertirnos en esclavos sometidos a la dictadura de los mercados.

Eta merkatuen aurrean burua aspaldi makurtu dutelako jendearen haserrea eta indignazioa eragin dute. Hemen haserre horrek badu izena, Amaiur!

Amaiur ha llegado para decirles que ha llegado el momento de romper las cadenas y gritarles con fuerza que este pueblo, sus gentes, están en pie y que está dispuesto a pelear por todos sus derechos, que va a conquistar su libertad!

Libertad para construir una Euskal Herria donde la igualdad de mujeres y hombres sea una realidad y no un deseo y el patriarcado un vestigio del pasado, donde cada persona tenga el derecho a amar a quien desee tenga el sexo que tenga, donde la preservación de nuestra amalurra sea obligada y destierre de nuestras tierras los macro proyectos, donde el ejercicio de la soberanía alimentaria sea la forma más justa de preservar nuestro agro y a nuestros baserritarras. Una Euskal Herria donde la cultura nazca del pueblo y para el pueblo, no con uno, sino con mil kukutzas!

Guztion artean eta guztiontzat eraikitako Euskal Herria, behetik eta ezkerretik, erabat demokratikoa, bere langileen borroka amaitezinarekin harro dagoena, haien eskubideen eta duintasunaren defentsan grebara atera direlako. Jakin dezazuen: zuen borroka gure borroka da.

Vamos a conseguir tener una nación soberana capaz de participar de la lucha otros pueblos. Aquella frase del Che nos recordaba que “la solidaridad es la ternura de los pueblos”. Y al igual que él pudo hacer, llegará un día en que un ciudadano vasco se suba al estrado de las Naciones Unidas en su condición de representante del estado 195, porque el 194 será Palestina, para proclamar al mundo que existimos!

Y para la consecución de este objetivo tendemos un puente a todas aquellas personas que en Euskal Herria aspiren a que la igualdad, la democracia, la justicia social y la solidaridad sean una realidad.

Gure helburua lortzeko iraultza demokratikoa behar dugu, herri honek ahots burujabea izan dezan, aldaketarik nahi ez duten elite politiko eta ekonomikoen gainetik. Ez dute aldaketarik nahi dena galduko duten beldur direlako.

No quieren que cambie nada porque tienen miedo a perderlo todo.

Y tal vez, algunos, probablemente los del PP, se embriaguen de éxito el día 20. Pero que tengan muy clara una cosa: Que su victoria será muy amarga porque su resaca y su dolor de cabeza tienen un nombre, Amaiur, y que no cesarán hasta que este pueblo y sus gentes sean dueñas de su futuro.
Etorkizuna gurea da, elkarrekin eraiki dezagun zubia

GORA EMAKUMEEN BORROKA!
GORA EUSKAL HERRIA SOZIALISTA!
GORA EUSKAL HERRIA ASKATUTA!

Gas en Araba: Oportunidades, precipitación y fracaso

Mikel Oseguera – Alternatiba Araba

El 14 de Octubre, el Lehendakari Patxi López junto al consejero de Industria Bernabé Unda anunció, con motivo de su visita a un campo de extracción de gas en Dallas (EEUU), la existencia en Araba de recursos de gas no convencional. Se estima que el volumen del yacimiento sea suficiente para garantizar el suministro de gas a Euskadi durante 60 años. No es de menor relevancia que la extracción de este recurso se hace a través de técnicas no convencionales de fractura hidráulica. Técnicas pioneras cuyo desarrollo, fundamentalmente en EEUU, está evidenciando el potencial destructivo para el medio ambiente de las mismas. Por una parte conlleva la antropización de las áreas vírgenes para convertirlas en instalaciones de explotación; y por otra la intervención en el subsuelo con la alteración de los niveles freáticos y la contaminación de las aguas.

En Alternatiba entendemos que la preservación y el respeto al medio ambiente está muy por encima de los intereses energéticos y económicos. La experiencia demuestra que construir modelos insostenibles con beneficios económicos a corto plazo supone la ruina a medio y largo plazo. Según la Ley 34/1998 sobre el Sector de los Hidrocarburos, las empresas solicitantes de los permisos de investigación y exploración son las responsables de proponer las medidas de protección medio ambiental y planes de restauración. Actualmente, en actividades con amplia tradición en nuestro territorio como las obras civiles (túneles, movimientos de tierras, etc…), las medidas de protección medio ambiental no están a la altura de las circunstancias y no hay más que visitar algunas obras para constatar que no funcionan.

¿Cómo se puede garantizar el éxito de la protección medio ambiental en técnicas de fractura hidráulica si no existe experiencia en el estado?, ¿Cómo puede la administración dar por buenas esas medidas si no tienen ninguna experiencia en este sector? A nivel internacional la experiencia también es escasa, y ya están empezando a destaparse escándalos medio ambientales en Estados Unidos y Francia. ¿Nos vamos a fiar del buen hacer medio ambiental de las únicas empresas con algo de experiencia en la fractura hidráulica? ¿Empresas cuyo único objetivo es el beneficio económico? ¿Cuales son las medidas de protección presentadas? ¿Existen estudios pormenorizados de la hidrogeología de la zona?

En todo caso, solicitamos que se haga pública toda esta información para que sea evaluada por expertos independientes. De lo contrario, estaríamos afrontando desnudos un tremendo reto medioambiental; así lo creemos en Alternatiba. Consideramos una temeridad comenzar a explotar nuestro subsuelo inmersos en un estado de absoluta ceguera medioambiental. No podemos olvidar que Araba representa el último paraíso natural medianamente virgen dentro de la CAPV, lo que lo convierte en nuestro pulmón natural y que debemos tratarla con responsabilidad para no transformarla de una manera irreversible en aras de un efímero y volátil desarrollo. Por ello exigimos que ante la falta de certeza científica sobre las consecuencias de la fractura hidráulica en Araba se cumpla el principio de precaución recogido por la legislación europea.

Por otra parte, no podemos olvidar que el gas natural no deja de ser un combustible fósil. A pesar de que su uso genere en menor medida gases con efecto invernadero en relación al carbón y al petróleo, el método de extracción por fractura hidráulica puede liberar cantidades ingentes de metano convirtiendo el uso del gas no convencional en algo tan contaminante como el resto de combustibles fósiles. Por lo tanto, encaminar la estrategia energética al gas no convencional nos aleja del horizonte de basar la estrategia energética vasca en energías renovables.

No podemos dar la espalda a la importancia que tiene la independencia energética para la soberanía de Euskal Herria. En esa línea, recientemente, el Lehendakari puso en valor éste proyecto como un paso fundamental para que Euskadi sea autosuficiente en materia de gas. ¿Es esto cierto? Todo este proceso es competencia y viene gobernado por el Ministerio de Industria español. ¿Va a dirigir dicho ministerio la explotación del “Gran Enara” hacia la emancipación energética de la CAPV? ¿O la va a integrar en la política energética española?

Todo este proceso se está planteando como el principio para convertir a Euskadi en una potencia europea de gas no convencional. Alternatiba no lo ve así, el consorcio con empresas norteamericanas con cerca de un 60% de participación desprende un apestoso hedor a colonialismo de explotación energética. ¿Está garantizado que el proceso tecnológico vaya a enraizarse en el tejido de nuestra ingeniería o resultará que Araba pone terreno y gas y las empresas norteamericanas lo explotan? ¿Cual va a ser el posicionamiento concreto de nuestra ingeniería en el proceso? En el contexto de crisis endémica actual del sistema y una vez que se ha demostrado el agotamiento del modelo económico español basado en la especulación y el ladrillo, queda patente la relevancia de la inversión en conocimiento e I+D. ¿Vamos a dejar pasar la oportunidad de generar tecnología en Euskal Herria importándola desde EEUU teniendo la materia prima en nuestro subsuelo? No podemos cerrar los ojos y está claro que se requiere de la participación de empresas con experiencia en el sector. Pero éstas nunca pueden liderar con más del 50% de participación una actividad que gira entorno a un recurso que no les pertenece. Entre otras cosas porque no podemos dejar en manos de empresas extranjeras actividades tan íntimamente ligadas a nuestro territorio. Y porque los beneficios de nuestros recursos no pueden irse en un 60 % ni a EEUU ni a capitales privados.

Por todo lo expuesto, desde Alternatiba solicitamos a todas las instituciones implicadas que se aborde el tema de los yacimientos de gas no convencional con la cautela y responsabilidad necesarias, alejándonos de actuaciones precipitadas promovidas por intereses económicos y cortoplacistas que nos puedan conducir a un nuevo atropello contra la naturaleza. Solicitamos que no se avance en la intervención en el medio hasta que las consecuencias ambientales estén claras y que, llegado el caso, se garantice que cualquier proceso de explotación del “Gran Enara” redunde mayoritariamente en los intereses energéticos de Euskal Herria.

Exigimos que, en caso de garantizarse la sostenibilidad del proyecto, se aproveche para generar una auténtica potencia tecnológica en nuestro territorio, cuyos beneficios se destinen al desarrollo de las energías renovables en Euskal Herria y a desarrollar políticas de concienciación ciudadana orientadas a la reducción del consumo energético. Así mismo, desde Alternatiba pedimos un debate amplio que abarque agentes políticos y sociales, al tratarse de algo tan estratégico como la política energética de Euskadi para los próximos 60 años.

Dadas las circunstancias, creemos que lo más sensato es seguir invirtiendo en el conocimiento del alcance medio ambiental de esta técnica y en generar un sustrato tecnológico en Euskadi antes de comenzar los trabajos, mientras observamos activamente el desarrollo de la fractura hidráulica a nivel internacional. Exigimos la paralización del proceso del gas no convencional en Araba.

Cuando hablamos de economía, déjense por favor de democracias

Ana Etxarte y Asier Vega –  Portavoces de Alternatiba

No es ni mucho menos el ánimo del presente artículo defender al primer ministro griego por convocar un referéndum para validar el acuerdo de rescate con la UE. Muy al contrario, pensamos que éste ha aplicado en su propio país, y sin la mínima piedad, la cada vez más hegemónica doctrina del shock. Así, rechazamos frontalmente su ortodoxa política de recortes sociales draconianos aprobados con un fuerte rechazo social, de privatización, de desregulación y de fuerte represión de la protesta. “Buen trabajo, Yorgos” diría sin tapujos Milton Friedman, padre del neoliberalismo salvaje, valga la redundancia.

Tampoco se trata de valorar si este anuncio llega o no en el momento oportuno; si hubiera sido más eficaz o no celebrarlo cuando los recortes no se habían producido; si no debe tener el pueblo griego siempre –antes, ahora y en el futuro- la capacidad para decidir cuál debe ser su política económica y sobre quién debe recaer la responsabilidad de la situación generada. Por supuesto que sí, siempre y en todo momento los pueblos deben tener la capacidad de decidir, así debería ocurrir en todo sistema democrático –muy lejos de la realidad actual-.

No obstante, ¿La idoneidad, pertinencia y viabilidad de la celebración de un referéndum en estos momentos, tal y como se ha anunciado, depende de si es el momento oportuno? ¿Oportuno para quién? ¿No tienen los y las griegas el derecho a rechazar o a validar -ayer, hoy y mañana- lo que unas camarillas, en alianza con los mercados, han decidido previamente? Nuestra respuesta es clara, el pueblo siempre tiene la soberanía para decidir, independientemente del contexto y situación. Antes, mejor, pero ahora, también.

Y ahí está el asunto. Lo que pretendemos denunciar es precisamente las grandes carencias democráticas en las que vivimos que, además, son jaleadas por todo el statu quo. Lamentablemente estamos viviendo una deriva absoluta de la democracia liberal, donde los y las ciudadanas cada vez tenemos menos capacidad para tomar las decisiones que inciden en nuestras vidas. Si esto es así en términos generales, ya, en términos económicos, podemos hablar directamente de dictadura. “De economía, mejor hablamos las personas mayores, que sabemos de esto…” parecen decir a una supuestamente infantilizada ciudadanía las castas dirigentes.

Así, nosotros y nosotras no podemos dejar de alegrarnos por el anuncio de referéndum -independientemente de su justificación, e independientemente de que pensemos que hubiera sido más eficaz antes-, y queremos a su vez denunciar el carácter amenazante, mafioso, camorrista y dictatorial del conjunto de instituciones y partidos políticos, bien de la derecha socialdemócrata (con perdón) o de la derecha-derecha. No es nada nuevo, ya ocurrió en el Reino de España el pasado verano con la oscura aprobación de la reforma constitucional del límite de déficit (para esto sí vale cambiar la constitución). En definitiva, el mensaje del sistema es claro: la economía, para los mercados; la democracia, para validar cada cuatro años lo que dictan los mercados.

Frente a esta lógica verticalista y privatizadora de la toma de decisiones debemos hacer una apuesta por la democracia radical, y apoyamos la convocatoria de un referéndum en Grecia, esperando que el resultado sea NO, un rechazo frontal a los preacuerdos alcanzados. Decimos SÍ al referéndum y NO al preacuerdo, y lo hacemos con argumentos muy concretos.

En primer lugar, por pedagogía política, por necesidad de que la economía se sienta bajo la soberanía de los pueblos, y no al revés, como ocurre ahora.

Decimos SÍ al referéndum porque entendemos que la lógica aplicada en Grecia –y de la que este preacuerdo no es más que un nuevo eslabón- es errónea, incoherente, y antipopular. La dinámica de rescate permanente y de recortes sociales condena a Grecia a un callejón sin salida, y únicamente intenta salvaguardar los intereses de la banca y de los grandes agentes financieros, que sufrirían grandes pérdidas en los mercados de deuda y CDS. No es el interés griego el que prima, sino la voracidad de los mercados.

Decimos NO al preacuerdo porque creemos que la bancarrota griega es la única estrategia viable en estos momentos. Ésta puede permitir una renegociación general del conjunto de su deuda –incluyendo la revisión e impago de aquélla que se considere ilegítima-, de cara a iniciar realmente una nueva senda de transformación social, sin la dependencia permanente del yugo del sistema financiero.

Y decimos SI al referéndum y NO al preacuerdo porque creemos que, si queremos solucionar de verdad los problemas actuales, vayamos a la raíz de la cuestión: regular el mercado financiero; impedir la especulación; impedir legalmente los superávits estructurales de Alemania sin mejoras sociales ni políticas expansivas; construir una Europa, con una política presupuestaria y fiscal armonizada, en base a los derechos y no a los intereses.

¡Democracia en la economía y en todas partes, frente a los mercados, poder popular!

Agua que contamina >Jesus Mª Estarrona

Jesús Mª Estarrona Salazar

Poco nos da por pensar en el agua a los que vivimos en un mundo de opulencia. La usamos en demasía para nuestro aseo personal, para nuestra diversión, para el riego, etc. y generalmente, la devolvemos a su cauce contaminada. Ese elemento que a muchos pueblos emergentes o del llamado tercer mundo les parece un milagro que salga de nuestros grifos, que la ven en abundancia en nuestras piscinas, que miran con envidia nuestros ríos, lagos y embalses artificiales… esa imagen, les incrementa la sed que padecen, no solo de agua sino de justicia, mas como digo, a nosotros ese tema no nos da qué pensar. Nos aturde la rutina, nos dejamos llevar.

He estado recientemente pasando unos días en el parque natural de Aigüestortes, en Lleida realizando una recomendable travesía, de refugio en refugio, denominado “Carros de foc” (carros de fuego) y si bien esta prueba está pensada para avezados montañeros, la zona ofrece también recorridos asequibles para simples paseantes, que de igual modo, pueden disfrutar de tan maravilloso paisaje, bien regado, por cierto. La zona está dotada con más de 200 “estanys” (lagos) y existe un recorrido, uno más, de no más de cuatro horas de duración, en torno al refugio Colomers, llamado “el de los lagos” que ofrece la oportunidad de ver aproximadamente cien de estos estanys.

El acceso, en compañía de unos amigos, lo hice desde Espot, una pequeña localidad en otro tiempo ganadera y forestal, pero que hoy en día y desde hace varios años, sin abandonar el sector primario, se muestra más centrada en el turismo dada la belleza de su entorno.

No es la pretensión de este artículo hacer propaganda de la zona ni centrarme en la borrachera de agua que ofrece, sino que me voy a referir a los efectos que me produjo la misma.

Dispuesto a cenar en uno de los restaurantes de la citada localidad, prendado todavía del agua cristalina que me rodeó durante días, se me ocurrió pedir, además de vino (tras cinco días de abstinencia), agua.

No cabía de asombro cuando la camarera de turno me descorchó una botella de plástico con agua procedente de una marca de Almazán (Soria). Me quedé perplejo, no supe reaccionar porque de inmediato me vinieron a la mente, junto con los paisajes acuosos recién disfrutados, una serie de ideas que debía ordenar para situarme en qué mundo estaba y estoy viviendo.

Enseguida me imaginé el proceso del agua servida: una fábrica localizada en el medio natural soriano, añadida a las imprescindibles e incuestionables instalaciones del servicio de aguas públicas de aquella su zona, o sea, una contaminación más surgida por iniciativa privada. Desconozco su grado de contribución a su localidad como contraprestación; una propiedad privada que se enriquece con un bien público, como es el agua; los millones de botellas de plástico que precisa para su comercialización; las dificultades para reciclar este producto; un trasporte, en este caso, a 500 Kms. de distancia, erosionando el asfalto de carreteras públicas y desgastando neumáticos (productos petrolíferos), contaminante además por el CO2 que genera tan largo viaje; los ruidos que conlleva el reparto, el sitio que ocupan y la incomodidad que generan los envases al establecimiento de turno, al minorista, etc. etc. Y todo esto en competición con la facilidad y ventajas de toda índole que representa la simple acción de abrir el grifo. Hay que reconocer los brillantes resultados que a través de un buen marketing y, en condiciones adversas como en este caso, obtiene habitualmente la iniciativa privada, en contraste con los muy escasos, y es triste decirlo, a los que nos tiene acostumbrados el sector público.

El regreso a Vitoria-Gasteiz lo realizo al día siguiente por Francia y la escena es diferente. Sentado en una mesa y presto a comer con los amigos, se acerca el camarero y tras entregarnos la carta nos sirve una buena jarra de agua corriente, es decir del grifo (sin haberla solicitado), práctica totalmente extendida en ese país vecino, en otros muchos de Europa e incluso en EE.UU. En mi opinión, esta actitud es el modelo porque prioriza al sector público, el servicio para todos. El interesado que desee agua de marca que la solicite, no al revés. Resulta vergonzoso, o al menos, genera incomodidad, en nuestro país y en el estado, solicitar en un establecimiento “público” agua del grifo, dado que está muy extendida la costumbre de servir agua de marca. Da la impresión de que restas negocio al establecimiento. A este punto hemos llegado, cuando hasta hace pocos años, solicitar agua del grifo era lo común.

Resultados que obtenemos mediante el consumo de agua de marca: por un lado, contribuimos en gran medida a la contaminación del medio ambiente y por otro, potenciamos la privatización de ese incuestionable e imprescindible recurso universal que es el agua. El agua, como se está viendo con los alimentos, se tiende, no solo a privatizar sino a monopolizar. El dominio de estos elementos representa el dominio total y esa pretensión ha generado, genera y generará conflictos y guerras. Cualquier partido que se autodenomine de izquierdas no puede contribuir a ello. Mediante campañas e incluso mediante normativas, se hace preciso educar, adoctrinar, concienciar a la ciudadanía, en unos valores y comportamientos que atajen esa pretensión de los mercados de privatizar el agua, antes de que sea tarde. Por nuestro medio ambiente, por el bien común, por el bien de la Humanidad.

Echo de menos este discurso, motivo por el cual animo a nuestros políticos a que aprovechen los medios que tienen a su alcance para trabajar en ese sentido: se hace necesario aplicar la mejor mercadotecnia para incrementar la venta de servicios y productos públicos con la misma eficacia con que nos venden los suyos la iniciativa privada. Es de justicia y es su deber.

 

Irudia: Fir0002

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