Mentiras en caja (Alternatiba)

El proceso de fusión de las cajas ha llenado tantos titulares de periódico y ha abierto tantos espacios informativos que parece ya inexorable. Así nos han vendido también las reformas laborales más regresivas de Europa, los ataques contra el sistema público de pensiones o los notables retrocesos en la totalidad de los servicios sociales. La crisis provocada por aquellos que se benefician ahora con sus consecuencias se ha convertido en excusa para todo, también en el convulso mercado financiero.

Una vez más, se nos oculta la realidad, se cubren de argumentos opacos las verdaderas razones que subyacen en la fusión fría de las, hasta ahora idealizadamente nuestras, cajas de ahorro. No existe problema alguno de solvencia para BBK, Kutxa y Vital, desde ningún punto de vista, tal y como han demostrado recientemente las pruebas desarrolladas en parte del sistema financiero europeo.

El objeto real, por tanto, no es otro que sustraer dinero público para inyectárselo a los mercados privados, tal y como ya hicieron con los rescates del sistema financiero o, de manera aún más descarada, con la reforma de las pensiones. Que nadie se lleve a engaño, es un asalto más a las arcas públicas para mejorar aún más, si cabe, los resultados y la situación de la banca privada. La clase política ha permitido a los culpables de la debacle erigirse en jueces, en árbitros que han sentenciado que el pueblo pague sus desmanes.

Se nos ha querido dibujar una situación, irreal a la par que interesada, donde las cajas aparecen como entidades demasiado politizadas en las que no existen gestores capacitados, un abismo insondable donde los mercados internacionales prefieren los supuestamente más eficaces bancos. Partiendo de la mala pero muy puntual situación de algunas cajas españolas, se han endurecido las condiciones sobre las cajas que, por la nueva Ley de Cajas, se ven abocadas a la búsqueda de capital privado.

En la CAV se tejen aún más cortinas de humo, y es que, aparentemente, ante el ambiente anti-caja y pro-bancarización, se asegura que se mantendrán el control público sobre la nueva Sociedad de Acciones (Kutxa Bank) y la obra social, la siempre malinterpretada caridad de las cajas que sirve tanto a entidades que dejan de pagar impuestos por prestar un servicio del que a su vez, y muy a menudo, el estado se desentiende.

Pero todo esto es tan solo, y siendo magnánimos, una verdad a medias, porque lo que quieren ocultar es un proceso de bancarización similar al desarrollado en Italia en los años 90. Puede resumirse en un banco que separa su actividad de la obra social, convirtiendo a esta en fundación que, a su vez y solo en un principio, controla el banco. Posteriormente se produce la entrada de capital privado que, poco a poco, va reduciendo el peso de la fundación en la toma de decisiones. Finalmente, todo deriva en la separación absoluta de banco y fundación, con la salida de esta del órgano de decisión y liquidando la obra social.

Ante el grave ataque contra el último reducto de las finanzas públicas, muy limitado ya y con grandes contradicciones, Alternatiba defiende un sistema financiero público, transparente y democrático. Apostamos por una Caja de Ahorros única para los tres territorios de la CAV, que se adecúe al tamaño y al tejido empresarial y social del país. Una nueva Caja de Ahorros que defina su función social y que trascienda el rol de banca comercial para ser una banca de inversión que facilite la inversión productiva, en base a criterios ecológicos y sociales.

Queremos una caja que no apueste por la especulación financiera, que rechace la inversión militar, los megaproyectos y la energía fósil. Necesitamos una caja que cumpla con una funciones sociales concretas, que conceda los préstamos e inversión adecuados a las prioridades de una economía del cuidado, que fomente la generación de empleo de calidad y la lucha contra el cambio climático, que apoye la soberanía alimentaria y el consumo de los sectores más vulnerables. Que priorice, en definitiva, la justicia social.

Y para dar forma a esta entidad financiera deberían establecerse un sistema de porcentajes de representación que tendría en cuenta a impositores, sindicatos, trabajadores, instituciones y movimientos sociales contra la exclusión y la pobreza.

Pero la pieza imprescindible de este engranaje cuasi utópico sería la transparencia, que se basa en el control social y la información total abierta a toda la ciudadanía. Un sistema de información aprobado por el Parlamento y las Diputaciones en el que, periódicamente, se informe sobre los créditos concedidos así como de las inversiones realizadas y no solo sobre la evolución general de la Caja.

Lástima que el banco que pretenden levantar de las cenizas de las cajas vascas y, a posteriori, también de su obra social, poco o nada se parezca a la Caja Vasca por la que apostamos. Y perderemos así la oportunidad de contar con una banca pública de carácter nacional y como instrumento de la economía nacional planificada, término que los más reaccionaros aborrecerán pero que se recoge en documentos de tan escasa mácula izquierdista como la constitución española.

Oskar Matute y Ana Etxarte – Portavoces nacionales de Alternatiba

Matute: “El PNV parece acomplejarse al apoyar políticas neoliberales en contra de la clase trabajadora”

http://static.deia.com/images/2011/04/18/oskardestacado_4.jpgEl portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, ha lamentado que la reforma de las pensiones, “una de las normas más restrictivas, injustas y antisociales de cuantas el Gobierno de Zapatero ha llevado a cabo con el pretexto de la crisis financiera” haya sido finalmente aprobada en la Comisión de trabajo del Congreso, “sin ni siquiera discutirlo en el pleno”. Así pues, ha lamentado que “se condene a la ciudadanía a trabajar más años y cobrar menos en una de las etapas más vulnerables de la vida”.

Así mismo, Matute ha acusado al PNV de apoyar la reforma con su “abstención cómplice”. Hace pocos días que los jeltzales han permitido que la reforma de la negociación colectiva avance en su tramitación parlamentaria, alardeando también de su abstención: “Al igual que la derecha española, el PNV parece acomplejarse al apoyar políticas neoliberales en contra de la clase trabajadora”.

El portavoz de la formación de izquierdas ha recordado al PNV que “es tan responsable de los ataques contra las condiciones de trabajo como los partidos que votan sí, el PSOE y CIU”. Por último, desde Alternatiba han instado a la sociedad a rebelarse pacíficamente en las calles junto con la mayoría sindical vasca así como con las  organizaciones sociales que apuestas por la confrontación ante los continuos ataques de la patronal.

La patronal siempre gana> Ana Etxarte y Asier Vega (Alternatiba)

 

La reciente aprobación del Decreto ley sobre de la negociación colectiva, junto a la del mercado de trabajo y de las pensiones, cierra un círculo infernal que sitúa los derechos de los empresarios y del capital por encima de los derechos de las mayorías sociales. La crisis financiera ha puesto sobre la mesa, con toda nitidez,  que el capitalismo no tiene límites y que la codicia es el principio ético sobre el que se sustenta.

La reciente aprobación del Decreto ley sobre de la negociación colectiva, junto a la del mercado de trabajo y de las pensiones, cierra un círculo infernal que sitúa los derechos de los empresarios y del capital por encima de los derechos de las mayorías sociales. La crisis financiera ha puesto sobre la mesa, con toda nitidez,  que el capitalismo no tiene límites y que la codicia es el principio ético sobre el que se sustenta.

Las normas laborales surgieron de la lucha de la clase trabajadora a lo largo de los últimos siglos. Dinamitarlas implica retrotraer las relaciones laborales a la Revolución Industrial, y colocar el contrato individual de trabajo basado en la asimetría entre las partes, como el nuevo principio sobre el que se articula la regulación del mercado laboral. La flexibilidad, la competitividad, la rigidez del ordenamiento jurídico laboral, etc., son conceptos reinterpretados desde el poder de dirección de la patronal, que se incrustan en los núcleos centrales de la  nueva regulación, adecuada a los intereses del capital y de las transnacionales. Los derechos de las minorías se imponen a los de las mayorías.

La reforma de la negociación colectiva es un eslabón más de una cadena interminable de reformas neoliberales. ¿Qué resultado práctico han dado las numerosas reformas laborales llevadas a cabo en los últimos treinta años? ¿Se han evaluado sus resultados? ¿Quién se ha enriquecido y quién se ha empobrecido? Lo que resulta muy claro y fehaciente es la complicidad entre los empresarios y el gobierno socialista. Además, el parlamento español se ha alejado de las preocupaciones de los sectores sociales más golpeados por la crisis y se ha sometido a la lógica del capital, de las transnacionales y de las instituciones de carácter  financiero. El Fondo Monetario Internacional, la OCDE, la banca internacional y nacional… toman decisiones que afectan a las mayorías sociales, pero, ¿Quién les ha elegido? ¿Quién controla sus decisiones? ¿Las decisiones técnicas se imponen a los derechos sociales? Esta es la reforma que necesitan los empresarios. Sus obligaciones se derivan hacia prácticas voluntarias – creación de empleo, inversiones, trabajo conjunto por el progreso- y subordinadas a sus beneficios, mientras que sus derechos -privilegios-, se tutelan mediante reformas laborales de carácter imperativo y coercitivo que destruyen dichos derechos de los trabajadores y trabajadoras.

En esta lógica, el texto presentado tiene el claro propósito de restar  efectividad al convenio colectivo como herramienta básica de defensa de los derechos laborales, facilitando la posibilidad de que cada empresario se descuelgue del mismo, limitando además su alcance y capacidad movilizadora.

Así, en primer lugar, el texto aprobado modifica la estructura de la negociación colectiva, apostando por los acuerdos interprofesionales, los convenios estatales – salvo en la limitadas competencias en que se aplicarán preferentemente los convenios autonómicos- y los de ámbito empresarial. Combinación nefasta que frena la consolidación del marco vasco de relaciones laborales y apuntala el poder empresarial, poniendo en tela de juicio el papel de los convenios territoriales, el instrumento que mejor ha garantizado los derechos laborales en Euskal Herria.

En segundo lugar, da una vuelta de tuerca más a la flexibilidad interna, aumentando el poder legal del sector empresarial a la hora de definir salario, clasificación profesional y horario de trabajo.

En tercer lugar, la reforma dejará sin efecto práctico la ultraactividad de los convenios –su prórroga mecánica en caso de no ser sustituido por otro posterior-  de modo que los logros conseguidos por los trabajadores en años anteriores podrán desaparecer si la patronal así lo desea. Esta pérdida de derechos laborales es maquillada con la introducción de un mediador -obligatorio incluso – entre patronal y representantes de los trabajadores, que pretende diluir progresivamente la capacidad de movilización de la clase trabajadora. A su vez, se reduce el tiempo del binomiohuelga-convenio.

Esta reforma es el resultado final de un diálogo social sin confrontación democrática, de una negociación opaca, sin transparencia, llevada a cabo por cúpulas empresariales y, lo que es peor, sindicales, que secuestran el debate y apuntalan lógicas contrarias a los intereses de los hombres y mujeres de Euskal Herria. La única manera de enfrentar el resultado final de la negociación, es decir, la supuesta equidistancia del gobierno de ambas partes, es la huelga, la organización y la confrontación.

Alternatiba se sitúa en otro campo de juego, apostamos por la movilización, la organización, la extensión de alianzas con la mayoría sindical vasca y los movimientos sociales. Defender los derechos de las mayorías frente a los derechos de las minorías, no es una utopía, es una necesidad.

Nuevo ataque del Gobierno ZP contra los trabajadores y las trabajadoras, con la ayuda del PNV

El portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, ha denunciado “el penúltimo ataque contra la clase trabajadora” que supone la reforma de la negociación colectiva aprobada ayer en Madrid. Tras la grave situación generada con la reforma laboral y los recortes en el sistema público de pensiones, “el Gobierno de Zapatero vuelve a cargar contra los trabajadores y las trabajadoras y lo hace”, ha lamentado Matute, “con la inestimable ayuda del PNV, que vuelve a traicionar a la ciudadanía vasca”.

Desde Alternatiba han tachado de “alarmantes los continuos ataques contra los trabajadores que siguen perdiendo derechos en el marco de la relaciones laborales, en pro de la patronal a la que el Gobierno sigue cediendo más y más terreno”. Así lo demuestran, según el portavoz del partido de izquierdas, “las concesiones aprobadas en materías como la flexibilidad, el absentismo o el preámbulo que apostará por ligar salarios a productividad”.

Por último, Matute ha apostado por un marco de relaciones laborales propio y justo, y ha pedido a las instituciones “que cesen los ataques contra la clase obrera”.

La panacea de la fusión fría (Alternatiba)

La última crisis económica mundial, provocada por el ansia de beneficios a toda costa y la falta total de ética de los gestores del sistema financiero, ha vuelto a poner de actualidad las dos características que debe reunir el mercado del crédito para ser justo y eficiente.

La primera es que la casi totalidad del sector bancario debe ser público, salvando una pequeña porción en manos de cooperativas de crédito y otras instituciones sin ánimo de lucro personal. No se puede seguir dejando que los usureros decidan en contra de los intereses de la gran mayoría de la humanidad.

Porque eso es lo que hacen en su apuesta por desarrollos insostenibles, infraestructuras faraónicas, créditos a la carrera de armamentos y al mercado de las armas, apoyo a las nucleares y los transgénicos, a políticas fiscales y laborales regresivas… y un largo etcétera, todo con el fin de amasar fortunas obscenas. Cuando sus excesos se han vuelto delirantes, estos aprendices de tíos gilitos llevan su descaro hasta pedir la nacionalización de la banca (y de sus deudas) como ha pasado en Irlanda, con el fin de socializar las pérdidas antes de iniciar un nuevo ciclo de privatización del crédito.

Pero constatamos continuamente que el carácter público del sector es insuficiente. Una casta parasitaria de políticos sin escrúpulos puede ser igual de depredadora que la tradicional oligarquía financiera. Y así hemos visto la quiebra de las cajas de ahorros estadounidenses en tiempos de Reagan o Bush padre, o bastante más cerca geográficamente las tropelías de los consejeros de Caja Castilla La Mancha y de tantas otras.

De ahí surge la segunda característica necesaria: Una transparencia total y la elección del Consejo directamente por los impositores, sin que sea de recibo que su voluntad se vea secuestrada por representantes nombrados por las instituciones políticas.

Pues bien, cuando la propia crisis de la que hablábamos ha hecho inevitable la fusión de nuestras cajas de ahorros (¡cuánto camino sin recorrer desde aquella federación vasco-navarra de cajas y embarcada ya la navarra en un rumbo reaccionario!), esperábamos que por lo menos los clientes tuviésemos oportunidad de elección, que pudiesen escoger una entidad que profundizase en los dos aspectos señalados.

Pero ni por esas, la ley sobre las cajas de ahorros vascas ahonda en la opacidad (la llaman “profesionalidad”) y en sustituir a los impositores por representantes políticos para dificultar todo tipo de control ciudadano.

Esto queda patente tras el 22M, ya que las tres cajas parecen querer acelerar ahora su bancarización, con al menos dos claros objetivos: impedir que el voto recogido por Bildu, en Gipuzkoa sobre todo, dibuje un nuevo mapa en las asambleas de las tres entidades y evitar, al mismo tiempo, la nueva Ley de Cajas. Es cuando menos alarmante la nula representatividad del voto ciudadano en las actuales asambleas de BBK, Kutxa y Vital, y ahora calientan motores antes de que puedan trasladarse los resultados electorales a los ámbitos de decisión de las mismas.

En el terreno de los hechos, la ideología neoliberal se impone. En vez de crear una caja vasca con fuerte identidad pública, se avanza hacia una “fusión fría” que diluya el carácter público en una entidad cada vez más cercana a la concepción de un banco privado. Y los partidos unionistas también se han impuesto en el otro aspecto, sustituyendo lo que se convertiría en una nueva seña de identidad vasca por la yuxtaposición de tres provincianismos paletos a mayor gloria de sus mentores.

O sea que, gracias a ellos y al entreguismo de los “foralistas” del PNV, seguiremos sin enterarnos de muchas cosas. Porque ¿Cuánto ganaron las cajas por la venta de su participación en Airtel, cuántos impuestos pagaron por ella y en qué invirtieron los beneficios? ¿Quiénes decidieron elevar las comisiones para pasar de ser las cajas que menos cobraban a ser de las más careras del Estado? ¿Quiénes y cómo deciden que la obra social  no se limite a suplir las carencias sociales del Estado?…

Y por cierto, no nos oponemos a una muy moderada expansión de las cajas fuera de su ámbito natural, ya sea para prestar servicio a los vascos y vascas que viajan por el mundo, ya sea para extender un “saber hacer” sostenible y alternativo a los de la banca tradicional. Pero no parece ser el caso cuando se abren oficinas basándose en la promoción de segundas residencias. Y máxime cuando esas promociones conllevan compartir mesa y mantel con delincuentes de altos vuelos, mezclarse con ayuntamientos que perpetran barbaridades urbanísticas y/o medioambientales y financiar infraestructuras contrarias a cualquier criterio de sostenibilidad ecológica. Y todo esto no solo en Málaga, Almería o Murcia. La cornisa cantábrica está llena de otros (malos) ejemplos.

En resumen, se está aprovechando la crisis no para avanzar hacia un cambio progresista sino para implementar una regresión neoliberal que, además, no podrá ser reconducida en los próximos diez años. Eso supone el proyecto de fusión fría.

Ahora bien, si en la comunidad científica está aceptada la idea de que la fusión fría nuclear no estará lista ni servirá para justificar el desastre medioambiental y su utilización como panacea solo responde a la propaganda de políticos ineptos y “expertos” interesados, esperamos que la sociedad vasca llegue a una conclusión similar sobre este engendro frío… aunque tarde diez años.

 

http://alternatiba.net/old-files/Referencias en internet- Privatización de cajas de ahorros.pdf

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