Oskar Matute – Alternatibaren Koordinakunde Nazionala
El próximo 27 de Septiembre el pueblo catalán está llamado a las urnas. No es, desde luego, una cita electoral más. Es, sin lugar a dudas, un hito de especial relevancia en la contienda que una nación sin estado, Països Catalans, mantiene contra las estructuras de un estado que le niega su capacidad de ser, existir y decidir su propio futuro.
Por ello, y siendo conscientes de la entidad de tal plebiscito ante las urnas, las gentes de Alternatiba queremos hacer público nuestro apoyo claro, explicito y directo a la candidatura de ruptura de la CUP-Crida Constituent. Porque creemos que ante el reto del día 27 no vale con observar, con anhelar un resultado, con mostrar solidaridad y empatía desde la distancia. Queremos dejar constancia de nuestra identificación y compromiso activo con el trabajo, la agenda política y los objetivos que la CUP-CC sostiene para su propio país, por ser esta análoga a la que nosotros y nosotras deseamos para Euskal Herria.
Y no es menos cierto que lo que en Catalunya suceda el día 27 excederá los límites de su nación y su propia contienda por cuanto afecta a uno de los nudos gordianos en la que nos vemos atrapados todas las naciones, personas y pueblos que apostamos por romper un falso periodo de estabilidad, armonía y concordia denominado así por los apologetas de la transición y su posterior desarrollo.
La ruptura que asoma por los limites de Catalunya, la salida de la larga noche de la transición para alumbrar una nueva realidad es no solo una oportunidad para los y las personas que viven en Catalunya sino que es una oportunidad para el resto de pueblos, naciones y personas sometidas a un mismo estado garante de un sistema y un modelo económico depredador y deshumanizado, de una democracia secuestrada por élites inmutables y de una visión ultra reaccionaria de los derechos de las personas y sus capacidades para desarrollar sus propios proyectos emancipatorios.
Por todo ello, tomamos partido, y lo tomamos por la lista de CUP-CC. En sus gentes y en su práctica vemos el empuje de los sectores de la sociedad catalana consciente y concienciada en la lucha por un mundo más justo, más libre y más igualitario. En su ejemplo de lucha, en las instituciones y en las calles vemos la savia que debe jugar un papel fundamental para construir una nación catalana soberana, independiente, libre, de los y las catalanas y no de las grandes empresas.
Porque compartimos con ellos y ellas la necesidad de reforzar el poder popular, de unir la dimensión nacional a la social, de confrontar contra el capitalismo para acabar con él, y de hacerlo desde los parámetros emancipatorios que surgen de las luchas de las izquierdas frente al capital. Frente al patriarcado, frente a la sumisión y la obediencia al poder financiero, frente al austericidio y los recortes de quienes comparten defensa de modelo aunque no de nación, frente a quienes nos hablan del fin de las ideologías cuando se afanan en imponer la suya. La izquierda política, los movimientos emancipatorios, necesitan referentes y espejos en los que mirarse, también nosotros y nosotras y en la CUP-CC lo vemos.
Hace tres años irrumpieron en el parlament con la fuerza y determinación de un pequeño David contra Goliat. Lejos de sucumbir a la política institucionalista, sus representantes y las miles de personas sobre las que sustentan su trabajo, nos han enseñado a todos y todas que se puede y se debe de hacer las cosas de otra forma, con el pueblo y para el pueblo.
Así, la población migrante, el feminismo, el ecologismo, la clase trabajadora y quienes sufren exclusión, han encontrado una opción combativa, inteligente, participativa y dinámica que asume que no es portavoz de nadie ni de ninguna lucha en la institución. Solo es parte de esas luchas, de esas realidades que muchos desean invisibles o silenciadas. Por eso el poder las ataca con virulencia, consciente de que el empoderamiento popular que plantea CUP-CC puede llevarles a perderlo todo.
Y ahora toca reforzar posiciones, hacer más presentes las voces rebeldes e insumisas. Porque la Catalunya que está por venir, la soberana, solo será una oportunidad para el desarrollo y progreso de las clases más desfavorecidas en la medida en que la CUP-CC tenga fuerza para condicionar la agenda del país y sus instituciones. Su visión de una Catalunya abierta al mundo pero orgullosa de su pasado, consciente de su presente y confiada en su futuro, es la oportunidad para que todos esos sectores antes mencionados puedan tomar las riendas del país y dar un ejemplo al resto.
Si la dignidad, la propuesta y la respuesta colectiva y desde la izquierda merece recompensa en un contexto de negación de derechos, violencia institucional y saqueo financiero esa ha de ser, desde nuestro punto de vista, para aquellos y aquellas que con su esfuerzo, su compromiso y su ejemplo han sido la trinchera de quienes luchan por la mayoría y no por minorías privilegiadas. Por eso deseamos a las candidaturas de la CUP-CC el mejor de los resultados posibles, y desde Euskal Herria animamos a la gente de aquí y de allá a participar activamente en el apoyo firme y decidido para ellos y ellas.