Un espacio de encuentro para la transformación de la izquierda

La semana pasada realizamos un pequeño acto para inaugurar, al fin, tras una larga espera, la sede de Alternatiba de Bilbo. Ya era hora de abrir las puertas a cuantos agentes sociales y de izquierdas queráis compartirla, a este espacio que al igual que la propia Alternatiba pretende ayudar a la transformación de la izquierda de Euskal Herria.

Iranzu Varela, militante feminista y parte del proyecto Faktoría Lila, ejerció de maestra de ceremonias con una breve charla sobre la hegemonía

Este año se cumplirán 7 años desde que Alternatiba echara a andar como tal, y desde el mismo día de su nacimiento apostamos por la unidad de acción de la izquierda para hacer frente a todos los sistemas de dominación que nos atenazan. Por eso, además de un espacio de trabajo, queremos que este sea lugar de encuentro. Para debatir, pensar, planificar… y para brindar por el no en Grecia o por la memoria de personas imprescindibles como Periko a quien nos hubiera encantado poder invitar. Para todo esto tendréis estas puertas abiertas.

Un pie en el ayuntamiento y miles en la calle

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Alternatiba

Esta frase inserta en un cartel electoral de EH Bildu de un pueblo Bizkaia me impactó. No es usual que en medio de la efervescencia electoral por la conquista del voto, se especifique con tanta claridad cuál es el epicentro de una estrategia de izquierda transformadora y, por lo tanto, anti-sistema.

Pienso sin embargo, que el impresionante resultado electoral de hace cuatro años nos ha forzado a ocupar un numero inesperado, y quizás desproporcionado, de cargos electos (muchos de los cuales han sido de gobierno) desplazando a dichas tareas a militantes que hasta entonces habían dedicado buena parte de su labor a activar la calle.

No nos podemos evadir de una responsabilidad adquirida ante la ciudadanía que nos vota y, a la vez, es imprescindible mantener el énfasis en la movilización, la auto-organización y el empoderamiento en torno a un imaginario rupturista. Sin un contrapoder ciudadano que transforme la correlación de fuerzas sociales y políticas, el trabajo institucional queda cojo, y las más de las veces impotente, para superar el umbral del deseo.

EH Bildu ha respondido bien a retos muy difíciles y complicados, como su oposición a las grandes infraestructuras, tratamiento de residuos, articulando la defensa de otra política impositiva, propiciando la asistencia social a los más desfavorecidos, pero, en los sectores que sacudieron el panorama hace cinco años (y que desde un punto de izquierda son los que más nos interesan) ha pesado la opinión de que nos hemos ido instalando en el terreno de los partidos políticos tradicionales (si bien más honestos y honrados).

Y esto es un problema dado que, ni somos, ni queremos ser un partido al uso. Sino un movimiento de transformación, soberanista de izquierdas, rupturista respecto al régimen de 78.

Ciertamente es necesario reflexionar sobre los resultados electorales, por lo demás desiguales según herrialde, y sobre los cuales no cabe una idea única y simplista. Desde luego, no me convence la apelación al desgaste de la gestión ya que las más de las veces ocurre al contrario (gestionar favorece, aunque gobernar en minoría puede ser problemático) salvo que se haga muy mal (y no es el caso) o no corresponda a lo que piensa la población. Y este tema si debe de ser objeto de reflexión.

En 2011 mucha gente dio su voto a la izquierda soberanista como un modo de apoyo a la vía política, una vez que ETA anunció su cese definitivo. Ello no significaba que su voto pertenecía de un modo invariable al campo de Bildu, como se ha podido comprobar.

Hay que sumar las políticas de desgaste (para poder contrarrestarlas) como las que ha sufrido EH Bildu en Gipuzkoa por parte de las fuerzas políticas sociales y mediáticas adversarias, las cuales han practicado una auténtica guerra sucia. El PaP, en tanto que primera medida para un correcto tratamiento de los residuos, era absolutamente correcto, y no tardará, pese a quien pese, en implantarse en todo Euskal Herria. De lo único que tenemos que autocriticarnos es de no haber sabido prepararnos previamente (tal como se hizo en experiencias puntuales previas, con referéndum incluido, o la realizada en localidades con clara aprobación ciudadana) política y pedagógicamente para responder adecuadamente a las consultas allí donde se demandaban, y movilizando a nuestros partidarios en todos los frentes de conflicto. Y seguiremos en el mismo error, si en los lugares donde se intente desmantelar dicho proyecto nos limitamos a la mera protesta institucional, sin salir a la calle. Lo mismo con la incineradora.

Otro tanto con en relación al impuesto sobre las grandes fortunas y la progresividad fiscal. Hay que activar un frente social, sindical y político, tanto en las calles como en las instituciones contra lo que hará el PNV, una vez más, al servicio del capital.

Los ritmos que marquemos deben ser resultantes de dos factores. De la urgencia del tema, y del grado de adhesión de la ciudadanía. Si el objetivo marcado, por la razón que sea, encuentra el rechazo de una parte importante de la población, hay que entablar un dialogo con la misma, y ajustar ritmos, llegar a acuerdos, pero dejando claro cuál es la gravedad del problema.

El retraso que llevamos en la batalla contra el cambio climático es de una gravedad extrema. Y la hipocresía de la mayoría de los partidos políticos al respecto clama al cielo. Vivimos tiempos de urgencias, de problemas a resolver ya. La situación de buena parte de la ciudadanía es dramática, al borde de la miseria. Basta escuchar a Caritas para saber de qué hablamos.

Nuestra responsabilidad (desde el gobierno o la oposición) es para con quienes sufren necesidad, desempleo, discriminación… con el medio ambiente y el euskera. No con el sistema. Ese trabajo corresponde a los partidos que se limitan a gestionar lo existente sin ánimo de transformarlo. Las instituciones son para nosotros (en tanto que izquierda transformadora) un territorio cuyo engranaje está fundamentado (política y jurídicamente) para que sirva del soporte al capitalismo.

EH Bildu necesita avanzar de su actual estado de coalición de partidos a un verdadero Frente Amplio, abierto a nuevas gentes, y a su vez, propulsor de alianzas más amplias. Un Frente Amplio apuntalado en las localidades, pueblos y barrios y organizado de abajo arriba. Cuyas personas electas sean escogidas en primarias, mediante listas abiertas, que discuta, debata y organice la lucha popular, unas veces apoyando y otras promoviendo, la defensa de las reivindicaciones y los objetivos populares, que la excepcionalidad de la situación nos demanda.

Publicado en Naiz

De elecciones y lecciones

Ander Rodríguez Lejarza – Diputado de Política Social y miembro de Alternatiba

Conviene que reconozcamos las cosas como son. Los resultados de las elecciones municipales y forales para EH Bildu suponen un paso atrás en su proyecto de cambio político y social. Este revés puede ser mayor si de lo ocurrido en estas elecciones no extraemos las lecciones correspondientes.

De lo cuantitativo y lo cualitativo

Cuando afirmo que los resultados han supuesto un paso atrás, que no son unos buenos resultados, no debemos fijarnos tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo. Los resultados cualitativos son relativamente sencillos de interpretar. Si bien EH Bildu no ha sufrido un retroceso reseñable en lo que a la votos se refiere en el conjunto de Araba, Bizkaia, Nafarroa y Gipuzkoa, los resultados de esta última provincia hacen que pase de ser primera fuerza política en el Ayuntamiento de Donostia y en el Territorio Histórico, a colocarse como tercera y segunda respectivamente. De este modo, sin necesidad de desarrollar el pacto anunciado por  PNV, PSE y PP, EH Bildu, pierde los gobiernos de la capital y el Territorio. Y esto, se mire como se mire, supone un gran paso atrás para la consolidación del proyecto político. La coalición pierde sus dos grandes referentes en la lucha institucional.

Que los árboles nos dejen ver el bosque

Tampoco conviene dejarnos arrastrar por la pérdida que supone para el proyecto de EH Bildu lo ocurrido en Gipuzkoa. En Nafarroa, los resultados electorales, permiten que nos coloquemos en la antesala del final del largo régimen de UPN. La alternativa a UPN en Iruñea será liderada por EH Bildu y, en el Gobierno Foral, será una pieza indispensable, aunque en este caso el liderazgo le corresponderá a Geroa Bai.

¿Quién gana?

Es muy sencillo responder a esta pregunta. El Partido Nacionalista Vasco es el gran vencedor de estas elecciones. Mantiene la hegemonía en Bizkaia, se sitúa como primera fuerza política en Araba y Gipuzkoa y, en Nafarroa, lideraría el cambio en el Gobierno con su participación en Geroa Bai. Estos resultados, además, los acompaña con un llamamiento a consolidar gobiernos estables con el PSE, que superen la debilidad de algunos mapas políticos muy fraccionados, como es el caso de Araba, entre otros.

¿Qué ha ocurrido en Gipuzkoa?

Comencemos conjugando en primera persona del plural. Hay que reconocer que cometimos el error de confundir la hegemonía institucional que nos otorgaron las urnas hace 4 años con la hegemonía social. Este error ha venido de la mano de la necesidad de volcar las organizaciones políticas que conforman la coalición en el reto que suponía gestionar, por vez primera, grandes instituciones con amplísimas competencias como la Diputación Foral de Gipuzkoa. Este volcado ha generado un distanciamiento con lo social que nos ha impedido dotar de bases sólidas el cambio institucional. Incluso podríamos reconocer que, en algunas ocasiones, hemos pecado de ejercer desde las instituciones un vanguardismo instalado en la comodidad de dar por seguro que la mayoría social acompañaba las decisiones que hemos ido adoptando o que simplemente eran conocedoras de las mismas. Tampoco debemos negar que hemos podido cometer errores en la gestión, que magnificados por los principales medios de comunicación, nos han pasado factura. Como recientemente escribió Arnaldo Otegi: “los hombres y mujeres de EH Bildu no somos perfectos/as, pero tratamos de ser mejores cada día, no lo hacemos todo bien, pero tratamos de aprender de nuestros errores”.

Si conjugamos en tercera persona del plural, hay que reconocer la capacidad que la reacción ha tenido de reorganizarse y movilizarse. El “acoso” político y mediático ha sido salvaje, y se redobló a raíz de varias decisiones que han pasado más o menos desapercibidas, pero que ponían el dedo en la llaga: el Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas, las inspecciones fiscales de las Sociedades de Promoción de Empresas y la reducción del margen de beneficio de las empresas en la explotación de servicios públicos. Esta reorganización de la “reacción” ha movilizado un voto contrario a EH Bildu (la participación en Gipuzkoa y Donostia se ha elevado en 2 y 6 puntos respectivamente) que se ha concentrado en el PNV. Un PNV que ha ocupado la centralidad renunciando a cualquier tipo de mención a cuestiones nacionales durante toda la campaña.

Las lecciones

Es un error identificar miméticamente una mayoría institucional con una mayoría social de cambio. La primera puede ser fruto de múltiples factores más allá de la adhesión incondicional a un determinado programa político. Es por ello muy relevante la necesidad de que ese cambio esté bien apuntalado en sus bases porque, de lo contrario, se corre el grave riesgo de construir un gigante con pies de barro.

Si es importante el qué hacer en las instituciones, más importante si cabe es explicar el porqué. Y esa labor de pedagogía es la que durante muchos años ha dejado de practicar la izquierda política e institucional.

Una vez alcanzado el poder institucional, no ha terminado nada, empieza todo. Si resulta complicada la carrera por alcanzar la hegemonía institucional, más complicada resulta sostenerla en el tiempo. A riesgo de convertirte en flor de un día.

Tampoco el acceso al poder institucional garantiza el cambio. Hay que incardinar la lucha institucional con la lucha social para lograr los objetivos.

No conviene obsesionarse con los ritmos si la dirección es correcta. Afianzar los cambios y dotarlos de irreversibilidad resulta más relevante a largo plazo.  

En el momento en que los cambios no sólo abarcan lo estético sino lo ético, la reacción de las clases dominantes (léase casta) será furibunda, y la respuesta no puede consistir en un repliegue denostando opiniones. Es una lluvia fina que, sin percatarnos, acaba calando. Incluso en muchos de aquellos y aquellas que votaron cambio. Hay que pasar a la ofensiva y defenderse en todos y cada uno de los frentes.

Sirvan estas breves lecciones para quienes ahora se vean ante el mismo reto en el que nosotras y nosotros nos encontramos hace cuatro años y aprendan de nuestros errores.

Sinpermiso

Proponemos dar pasos para crear un frente amplio, un movimiento y referente político y social en la sociedad vizcaina

Ayer comparecieron en rueda de prensa el compañero de Alternatiba y juntero de EHBildu Bizkaia Asier Vega, junto con la parlamentaria de la coalición Maribi Ugarteburu para valorar los resultados electorales en el territorio.

Tras analizar los resultados obtenidos por EH Bildu en Bizkaia y más allá de que las y los vizcaínos sigan confiando en nosotras y nosotros como segunda fuerza en representatividad, lo que queremos subrayar hoy es que hemos entendido el mensaje que nos han querido transmitir, y eso es algo que vamos a tener totalmente en cuenta en adelante. Asumimos nuestra responsabilidad para trabajar por el futuro de las y los vizcaínos.

Consideramos que la respuesta que la ciudadanía vizcaína ha dado en estas elecciones se sitúa en dos parámetros. Por un lado, entendemos, ya que así se expresa en la nueva correlación de fuerzas derivada de los votos expresados, que las y los vizcaínos apuestan por seguir dando pasos hacia la consecución del cambio político y social en Bizkaia. Hay que implementar nuevas políticas, medidas audaces, en la perspectiva de cambiar la realidad de Bizkaia. Es hora de articular y fortalecer las fuerzas de izquierda a favor del cambio político y social. En ese ámbito vamos a trabajar en el futuro.

Por otro lado, se ha implementado la representatividad de las fuerzas políticas que defienden o admiten el ejercicio del derecho a decidir, las y los vizcaínos muestran un apoyo muy mayoritario a formaciones que apuestan por el derecho a decidir y este mandato de la ciudadanía se deberá trasladar a la acción política diaria.

EH Bildu se compromete además a tener en cuenta de manera efectiva la importancia de Bizkaia en el contexto de Euskal Herria, y asumimos el reto de desarrollar políticas alternativas también en los núcleos urbanos de Bizkaia, así como de trabajar como alternativa política real en el contexto de todo el herrialde.

En lo que respecta a los retos que EH Bildu se plantea, desde y para Bizkaia, los procesos de cambio en los pueblos se producen, tienen razón de ser, desde la voluntad e iniciativa de los propios pueblos, y deben tener como protagonistas a las y los propios vecinos. Este será nuestro eje de actuación y nuestro rumbo.

Vamos a apoyar, nos vamos a comprometer con proyectos que surjan y sean promovidos por las y los vecinos en los pueblos y las comarcas. Es imprescindible para que cualquier iniciativa tenga éxito que se plantee de abajo arriba. Para ello, vamos a poner al servicio de la iniciativa popular, tanto a nuestro equipo de trabajo de Bizkaia, como los medios humanos de que dispone EH Bildu en barrios, pueblos y comarcas de Bizkaia. Vamos a recorrer el camino junto a las y los ciudadanos, de cara a construir mayorías por el cambio político y social.

Para ello, además, desde este momento realizamos la invitación para constituir un frente amplio. Nuestra propuesta es ir dando pasos para crear un frente amplio, superando la propia realidad de la coalición que hasta el momento ha conformado EH Bildu, al objeto de crear un movimiento y referente político y social en la sociedad vizcaína.

EH Bildu se sitúa en el espacio político abierto como alternativa, el mismo espacio político en el que se abren nuevas posibilidades para impulsar y fortalecer el cambio político y social. La oferta política se debe adaptar a los deseos y necesidades de la población y no lo contrario.

EHBildu Bizkaia

Naiz

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