España libre y republicana

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Alternatiba

Antes de que “una de las dos Españas nos hiele el corazón” o, en el mejor de los casos, nos machaque a porrazos…

Llevo meses reflexionado, dialogando con personas y diferentes protagonistas del proceso independentista catalán que me han retrotraído a épocas como las que viví entre el 77 y el 79 en Orereta-Errenteria y no a pocos debates posteriores sobre los procesos de liberación nacional y social, y las vías emancipatorias. El 1-O, además, me supuso un chute de adrenalina que todavía me dura.

Pero hoy quiero dirigirme hacia el otro lado de la moneda, al lado español, presente en todo el Estado, también en Catalunya (y Euskal Herria), el cual al igual que en el lado catalán (ya nos lo dijo Antonio Machado con su poesía) no es unívoco ni homogéneo.

“Un pueblo que oprime a otro, no puede ser libre”. Esta afirmación de Marx a los trabajadores ingleses para que comprendiesen la importancia de la liberación nacional y social de Irlanda en beneficio de su propia liberación social, es del todo válida (la importancia del proceso constituyente republicano catalán) para quienes desde su perspectiva de pertenencia al pueblo español aspiran a la III. República, la democracia plena y la justicia social; esto es, lo contrario al “¡viva las cadenas!” tan del gusto del espectro popular conservador y que atenaza hoy a sectores importantes de la población española.

Y de rebote, es igualmente válida para los independentistas y las izquierdas soberanistas de los pueblos oprimidos por el Estado español. Los cuales a la hora de precisar sus propios procesos, no tienen porqué ajustarse a los flujos y reflujos de la política española, es evidente que sería beneficioso para todos converger contra el enemigo común. Desde este punto de vista, ha sido una buena noticia ver a sectores de la población española desmarcarse de la catalonofobia (y de la España negra) y movilizarse al favor del referéndum.

Paradojas de la política española (de paradojas, también, está llena la política la catalana) la desincronización entre movilización (15M) y expresión electoral (posterior nacimiento de Podemos) acarreó la victoria del PP que desencadenó una segunda vuelta (la primera fue la era Aznar) terriblemente reaccionaria cuyos efectos se observan a todos los niveles: aumento de la desigualdad, represión y ley mordaza, saqueo de las arcas públicas y de la seguridad social, rescate de bancos a costa del erario público, recentralización y secuestro de competencias, etc. A resultas de todo ello, el ciclo movilizador del 15M, las Marchas de la dignidad, las luchas sectoriales y las mareas, al final ha quedado limitado al nacimiento de una nueva fuerza política que, si bien ha mellado el bipartidismo, no ha sido capaz de alcanzar la fuerza necesaria para siquiera logar el cambio de gobierno.

Solo Catalunya (pues en Euskal Herria, a pesar de mantenerse muchos focos de resistencia social, en lo político también ha entrado en un periodo de ralentización) ha proseguido adelante con su propio proceso constituyente. El cual ha dado un salto cualitativo el 1-O al logar de una sola tacada: una impresionante capacidad de movilización y organización; invalidar el efecto represivo del Estado para impedir el referéndum; obtener una amplia participación bastante aceptable dadas las circunstancias y además logar la mayoría del SÍ; y poner al Estado y del gobierno español contra las cuerdas. Pero el verdadero choque de fuerzas esta por llegar. Es previsible que el Gobierno del PP, el Estado y las fuerzas sistémicas incluidas las de Catalunya (con sus amenazas de traslado de sedes y capitales) pasen a la ofensiva, incluso aplicando el artículo 155.

En estos momentos, hay un verdadero “doble poder, un choque de legitimidades” pero estas no duran eternamente y al final, decide la fuerza. La fuerza del proceso independentista reside en la adhesión y la decisión de la mayoría de sus habitantes para seguir adelante; las del Estado español en su maquinaria represiva, el chantaje económico y también en su capacidad para que sus burdas mentiras se conviertan en creencias populares. Mentiras, como la de que ellos defienden la igualdad de todos los españoles, cuando en realidad son los causantes del establecimiento de una desigualdad de rentas y de derechos como no se conocía desde el franquismo. Mentiras como el autodesignarse el campeón de las soberanía nacional cuando es el partido que ha aceptado le mayor grado de intervención exterior y pérdida de la soberanía ante la Troika Europea. El PP es el campeón del expolio al pueblo español en beneficio de los bancos a los cuales ha regalado ya 40.078 millones de euros en rescates. Y sin embargo, es terrible su capacidad de manipulación. Sin duda de ello es consciente la izquierda española digna de ese nombre.

En estos momentos, una derrota hipotética del proceso catalán traería consecuencias nefastas para el conjunto de las izquierdas y fuerzas populares españolas, vascas y gallegas.

Es evidente que lo que está ocurriendo en Catalunya no se ajusta a los parámetros en que se han movidos las izquierdas de ámbito estatal (que con todo tipo de subterfugios ideológicos al final lo único que parece preocuparle en el mantenimiento de la unidad española), con la salvedad de los Anticapitalistas y pocos más (que ha sabido situarse y actuar de forma ejemplar.) De uno de sus más preclaros analistas, J.M. Atentas, nos da la siguiente visión de lo que está ocurriendo (que suscribo plenamente): “Quien espere la revolución social pura, no la verá jamás.(…) Ante las imperfecciones del conflicto real hay dos opciones: optar por una política pasiva y, con ello, contribuir a aumentar involuntariamente dichas deficiencias, o por una política activa, que busque intervenir sobre la realidad y modificarla en la dirección deseada. La primera opción empuja, en función del caso, hacia el radicalismo pasivo o abstracto, el propagandismo lineal o el rutinismo institucionalista. Todas ellas políticas que, sin duda, no tienen nada que ver con un intento serio de cambiar el mundo”. Está retratando a En Comú y sobre todo a IU, tan moderada ella pero que en relación a a Catalunya emplea una retórica, mezcla izquierdista obrerista (que nunca usa cuando del republicanismo español se trata), y españolismo ramplón y en el fondo pro estatu quo, como se ha podido ver con su posición sobre el referéndum.

Desiderata: Este año cumplimos 50 años del asesinato del Che Guevara ejemplo de internacionalismo. Resuena todavía en muchos de nosotros el grito: ¡construyamos uno, dos, tres Vietnam! Que traducidos a nuestra realidad supone: Uno (Catalunya), Dos (Euskal Herria), Tres (Galicia), Cuatro (España), por la apertura de procesos constituyentes a favor de unas repúblicas sociales y democráticas.

Publicado en Viento Sur

España, el dilema de Podemos

Iosu Perales

El río revuelto de Podemos parece no tener fin. Sus portavoces lo justifican en nombre de la pluralidad, la libre expresión y la democracia interna. Pero han de saber que lo que se percibe desde una burbuja no es necesariamente lo que se interpreta desde la ciudadanía. Y, ocurre que la ciudadanía, al menos en su gran mayoría, difícilmente puede apoyar en sus legítimas aspiraciones de gobierno a quien se representa como una jaula de grillos. Las diferentes posiciones ante el referéndum de Catalunya permiten pensar que en la actualidad Podemos carece de una idea clara sobre su propia naturaleza, qué es y qué quiere ser. El dilema de Podemos es que ni es una fuerza fiable para la gente que se sitúa como izquierda moderada, ni lo es para quienes esperaban una fuerza realmente alternativa, novedosa, valiente, que hiciera de la desobediencia civil pacífica un revulsivo movilizador para el cambio.

Uno de los problemas de Podemos es el de haber perdido fuerza como un partido distinto para pasar a ser paulatinamente un partido más en el que prevalece lo táctico y el cortoplacismo. El horizonte más lejano parece quedar apartado ante un escenario de ganar o perder en lo inmediato, siempre con el ojo puesto en lo electoral. Uno partido más también en lo que tiene que ver con sus unanimidades, batallas internas, jerarquías, hiperliderazgo y en ocasiones un verticalismo indisimulado. Creo que le falta atrevimiento intelectual para ir más lejos en el pensamiento y en la práctica. El analista Eugenio del Río tiene razón al decir que en Podemos “hay una insuficiente profundización en los problemas de filosofía política; en la soberanía y los sujetos; en el marco jurídico internacional, en la acepción de nación en una Europa contemporánea; en las enseñanzas de las consultas canadienses y la escocesa”.  Y así podríamos hablar de feminismo, de migraciones y otras asignaturas.

¿Puede ser cierto que entre quienes participan en Unidos Podemos hay inercias ideológicas que casan mal con la pretensión de ser una fuerza innovadora, abierta a distintos sectores sociales y a distintas generaciones? se pregunta del Río. Mi respuesta es que sí, sin que sepa calibrar cuál es su fuerza real al interior de los círculos. En todo caso, la metamorfosis de la izquierda puede explicarse en parte por una palabra: España. Una palabra que evocando lo más rancio acaba domesticando comportamientos políticos.

Recuerdo aquellos tiempos en los que destacados dirigentes del PSOE encabezaban marchas con el lema “Autodeterminación”. Entonces defendían que Euskadi y Catalunya tuvieran derecho a decidir sí o sí. Pero cuando visionaron que podían tocar poder y ganar el gobierno de España todo cambió. La vieja e intocable España, la que responde a un dogma tan sagrado que incluso llegó a defenderse con un “Antes roja que rota”, se hizo presente con toda la potencia del imperio que fue, para comunicarnos a las nacionalidades periféricas que el cuento había terminado y en adelante la Unidad de España sería intocable. No soy adivino para  aseverar que esto mismo le puede pasar a Podemos, pero no sería extraño habida cuenta que en este asunto se juega la partida electoral estatal, a lo que se une su escasa convicción sobre el derecho de autodeterminación cuando se defiende con la boca pequeña y se le deja abandonado a su suerte, dependiente de un imposible pacto con la derecha.

La posición de Pablo Iglesias al negar legitimidad al referéndum del 1 de Octubre apoyándolo nada más como una movilización folklórica, choca con su radical incomprensión de lo que significa el concepto de desobediencia civil, algo que sí parecen comprender y asumir Podem y el sector de Anticapitalistas de Podemos. Ya en 1848 Henry David Thoreau explicó los principios de la desobediencia civil que él mismo puso en práctica al negarse a pagar impuestos por lo que fue a prisión. Desde entonces muchos han sido los movimientos que se han rebelado contra normas y leyes consideradas injustas. En el estado español el movimiento insumiso contra el servicio militar no acató las leyes vigentes y acabó transformándolas. ¿Cuál es el fundamento y el límite de la obediencia de los ciudadanos con relación a la autoridad política?, es la gran pregunta que se hizo Thoreau. Pues bien cuando las leyes se convierten en una camisa fuerza y ya no pueden contener la vida real que las desborda o se cambia la ley  o es legítimo la desobediencia  como el acto de desacatar una norma de la que se tiene obligación de cumplimiento. Y es que la fuerza de una convicción de conciencia puede suspender la obligatoriedad jurídica de una norma del derecho vigente. Entonces el cotidiano deber general de obediencia se ve sustituido por un deber más fuerte, contrario a él, el deber de desobediencia civil, ésta es una conclusión de Thoreau. Pero no es fácil seguir este camino que ya lo hicieron Gandhi y Martin Luter King.

Frente a la desobediencia catalana una España secularmente frustrada, reacciona nostálgica de un pasado que ni siquiera fue y  necesitada de imponer su músculo para la autoestima. Nunca sus dirigentes políticos han sabido enamorar a las naciones periféricas, incluirlas en un proyecto entre iguales. Disfrazan su ignorancia y escasez democrática con disposiciones de fuerza, con una épica de violencia. Podemos debería ser lo opuesto, lo nuevo, lo inédito, un aire renovador para respirar, una fuerza social y política de la desobediencia civil y pacífica. Pero cada día se acerca más a lo que dijo no querer ser. Y es que España, ese dogma que ha sido consagrado a algo más importante que incluso las creencias religiosas termina fagocitando a la propia izquierda española, quizá acomplejada frente a las demostraciones patrióticas de una derecha que muestra como un trofeo la hispanidad de la isla Perejil y no puede evitar su amor-odio hacia un himno que no se puede cantar.

Perdonen los lectores y lectoras tanta ironía y sarcasmo. Pero es que no merece la pena debatir en serio el despliegue de represión, de amenazas y extorsiones, que ha ordenado el gobierno del Partido Popular, mientras recibe los aplausos de parte de la oposición y la resignación de otra. Todo me recuerda a la vergüenza de la mitad del congreso aplaudiendo la entrada de España en la guerra de Irak. Lo cierto es que escribo todo esto pensando en Podemos ante su espejo. Pienso que debe clarificar que no es parte del lado oscuro, de esa España de la caverna que huele a cerrado. Pero no basta decirlo, es necesario mostrar con hechos que su vocación sigue siendo la rebeldía. Es necesario abrir una reflexión en su seno que busque la explicación a la desobediencia pacífica de gran parte de la ciudadanía de Catalunya, para sumarse a ella en lugar de sancionarla por ilegal. Podemos debe responder a la pregunta de por qué hay tanta gente incorporada a una aventura democrática colectiva de incierto resultado. No hay que olvidar que lo que sucede en la actualidad es resultado de muchos intentos fracasados de una negociación con los poderes del Estado. Cuando Catalunya ha pedido diálogo, la respuesta española ha sido el desaire y la amenaza. Otra vez Agustina de Aragón con el cañón preparado.

Podemos tiene un problema ante ese dilema llamado España. La lucha contra el bipartidismo no era ni es exclusivamente ganarles al PP y al PSOE en las urnas. Es también impugnar sus leyes cuando son injustas, desobedecerlas cuando en ella ya no cabe la realidad. Los insumisos lo hicieron, pagaron cárcel, pero lo hicieron y lo lograron. Mucho antes lo hicieron las mujeres cuando reivindicaban el derecho de voto. Ocurre que la libertad tiene precios a veces muy caros y es preferible blandir cómodas sentencias como “el referéndum es unilateral y no tiene validez” “divide a los catalanes” “no tiene soporte jurídico, no es legal” “genera inseguridad jurídica” “para que valga debe ser pactado con el gobierno de Madrid” “primero lo social, luego ya veremos” y otras que dan cobertura de la mala a la ambigüedad o al negacionismo. Son sentencias poco inteligentes, poco democráticas y nada alternativas. ¿Será que Pablo Iglesias pretende pactar con los poderes económicos el fin del neoliberalismo? Veamos, se puede pactar lo que se puede pactar, no lo imposible.

La cruzada contra el proceso de Catalunya tiene ya mensajes apocalípticos y llamados a utilizar la espada. Es posible que veamos a guardias civiles capturando urnas por las calles, camino de los colegios electorales. El esperpento está servido. Perseguir lo que significa más libertad y más democracia debería llenar de vergüenza a cualquier demócrata cualquiera que sea su voto. Es de esas cosas que me hacen reafirmar en no tener que ver nada con una casta política que aún confunde a España con el viejo Reino de Castilla, aquel que dicen que fue un centro del mundo.

Colaboración de Iosu Perales para Alternatiba

Matute: «La izquierda debe elegir entre estar con las urnas y la democracia, o estar con la represión y el apuntalamiento del régimen»

Afrontamos este nuevo curso político con tres ejes de acción y con una hilo conductor transversal que los envuelve; la soberanía. La primera de las líneas que vertebrarán el trabajo de Alternatiba en su día a día es la que, además, ocupa la actualidad política de estos días: las luchas emancipatorias con la del pueblo catalán como referente más cercano. Consideramos que el procés y el referéndum de octubre suponen el mayor desafío al régimen del 78, y la mayor ventana de oportunidad no solo para todos los pueblos que quieren construir un estado propio sino también para quienes aspiran a transformar un estado pobre en democracia y derechos.

Quienes se dicen de izquierdas y partidarios del derecho a decidir, no pueden censurar que Catalunya dé la palabra al pueblo. En esta coyuntura, la izquierda no puede permanecer silente ni cómplice con del tripartito PP-PSOE-Ciudadanos. O se está con las urnas y la democracia, o se está con la represión y el apuntalamiento del régimen monárquico heredado del franquismo. O sé demuestra estar con la soberanía de los pueblos o se es cómplice de quienes se la ceden a la troika para empobrecer a la ciudadanía y rescatar a la banca.

Desde Alternatiba, hemos venido apoyando sin ambages el proceso soberanista catalán; no por una visión nacionalista del mismo sino simple y llanamente por una vocación internacionalista, emancipatoria y, sobre todo, democrática. Creemos en las construcción nacional de la mano de la construcción social, y tenemos la certeza de que una Catalunya soberana podrá a aspirar a mayores cotas de dignidad y derechos para su ciudadanía. Igual que lo creemos y lo deseamos para Euskal Herria. Por todo ello, una delegación de nuestra formación participará en los actos de la Diada que arrancan este domingo invitados por la CUP. Asimismo, el próximo 1 de octubre, la práctica totalidad de la dirección de Alternatiba estará en Barcelona apoyando la trascendental jornada. También llamamos a la sociedad vasca a movilizarse activa y decididamente en las diferentes convocatorias en solidaridad con el referéndum convocadas para los próximos días en diferentes pueblos y ciudades de Euskal Herria.

El segundo eje para el curso que arranca es el de la consecución de una igualdad efectiva a través del feminismo. Lamentablemente, hoy mismo, vemos como las mujeres de Hondarribia son discriminadas por razón de sexo y, para colmo, la discriminación se da con la colaboración y el aval del ayuntamiento, la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco. También vemos cómo en Bizkaia, las trabajadoras de residencias de mayores llevan más de 300 días en huelga en defensa de su dignidad y de las personas a quienes cuidan. Un conflicto que trasciende lo laboral pero que sin duda está sin resolver porque lo protagonizan mujeres. Los cuidados, como el resto del trabajo reproductivo, son cuestiones a seguir abordando durante este curso, tanto desde las instituciones como desde luego desde la sociedad y siempre en constante diálogo con el movimiento feminista. Tampoco nos olvidamos de las brechas salariales, los techos de cristal o la violencia machista (hoy conocemos el aumento de un 4% en las diligencias de la fiscalía por agresiones sexuales en la CAV) que sigue sin contar con el compromiso real de las instituciones para erradicarla desde la desigualdad estructural de la que emana.

El tercer y último pilar de nuestro esquema pone el foco en las desigualdades sociales, el creciente abismo que nos deja una situación donde algunos dan por cerrada la mal llamada crisis del 2008 porque se han alcanzado los mismos o mayores umbrales de beneficio empresarial, ignorando pretendidamente que el reparto de la riqueza es cada vez más desigual, el empleo parcialmente recuperado es totalmente precario y que los índices de pobreza son alarmantes. Y no solo fuera de la CAV por más que el PNV nos pretenda trasladar las bondades de un oasis vasco que solo mira al sur del Ebro. Vemos cómo CEL, La Naval, Edesa, Gometegui y varias docenas más de empresas vascas atraviesan graves situaciones y, entre tanto, el Gobierno Vasco sigue estableciendo recortes en ayudas sociales. Tampoco olvidamos una juventud a la que se condena al exilio y a la que se criminaliza cuando reivindica derechos.

Y como decíamos, la soberanía es el hilo conductor de los tres ejes que servirán de brújula en la acción política, tanto en la calle como en las instituciones. Casi nueve años ya desde la puesta en marcha de Alternatiba, vemos cumplidos algunos de los objetivos con los que echábamos andar, como el de la construcción de un sujeto amplio de izquierda soberanista en este país, EH Bildu, que ha arrancado su proceso de consolidación como sujeto político para ser alternativa eficaz a la derecha vasca. En esa línea, no nos cabe duda de que el fortalecimiento de Alternatiba supone en sí la consolidación de Euskal Herria Bildu.

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Matute: «No hay sociedad sin conflictos, y los conflictos se deben visibilizar. Turismofobia no, aquí lo que veo es protestofobia»

Entrevista en Radio Euskadi al compañero de Alternatiba y diputado de Euskal Herria Bildu en el Congreso de los Diputados Oskar Matute realizada esta mañana y en la que se abordan diversos temas de actualidad como el de la polémica en torno al turismo. Texto recogido en Naiz, audio de la entrevista y vídeo del inicio de la entrevista.

«Porque, si seguimos esta lógica para todo y para todos los casos, a lo mejor nos encontramos con que lo que hicieron nuestros padres para defender sus puestos de trabajo o lo que tengan que hacer nuestros hermanos e hijos para defender sus puestos de trabajo, es poco menos que consirado atentado natural», ha asegurado.

También ha apuntado que la polémica surgida en torno a las protestas de Ernai contra el modelo turístico es «una serpiente de verano». En este sentido, ha dicho que le provoca «una cierta hilaridad la distorsión del lenguaje» que se afirme que la parada de un tren turístico en Donostia y su encartelada es «un ataque».

«Y ayer vimos en Viana cómo, en una sustitución de un alcalde por otro, decenas de militantes hacen algo, que si lo hicieran gentes de izquierdas e independentistas de este país sería poco menos que señalado como antecedente previo y no sé qué etapa de violencia inmediata. Y no es así», ha añadido.

De esta forma, se ha referido a los hechos vividos este jueves cuando Yolanda González (PSN) fue elegida nueva alcaldesa de Viana al prosperar la moción de censura presentada por PSN, Cambiemos Viana y Geroa Bai para desbancar de la alcaldía al regionalista José Luis Murguiondo.

A su juicio, en torno a las protestas contra el turismo, «se está produciendo una banalización del lenguaje». «Creo que hay un debate de fondo sobre el que habría que entrar. Otra cosa es si las acciones y protestas llevadas a cabo por Ernai ayudan mucho o poco a poner el debate encima de la mesa», ha advertido.

Lakua

En este sentido, ha acusado a la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia –que ayer acusó a Ernai de querer «distorsionar la imagen de Euskadi» y aseguró que «no representa a este pueblo»–, de «cerrar los ojos ante las cosas que no le gustan», como son el hecho de que el turismo que se produce es «estacional, se concentra fundamentalmente en verano, trae empleos precarios y lo que hace es convertir a las ciudades en escenarios en los que los ciudadanos pasamos a ser meros figurantes».

De este modo, ha negado que exista «turismofobia», sino que lo que se produce es «protestofobia», ya que «parece que protestar es un elemento a desterrar y eso no fortalece la democracia».

«Los conflictos se deben visibilizar. Si seguimos esta lógica para todos los casos, a lo mejor nos encontramos con que lo que hicieron nuestros padres para defender sus puestos de trabajo es poco menos que considerado como atentado natural. Un poco de sentido común no vendría mal», ha considerado.

Tras incidir en que acciones como las desarrolladas por Ernai han sacado «el debate a la luz», ha resaltado que la posición que defiende EH Bildu «conecta con la sensibilidad de la mayoría de la sociedad vasca» y, por ello, ha apostado por «desmontar cualquier intento de arrinconar» sus posiciones políticas.

«¿Por qué abrimos los brazos y nos emocionamos con la llegada de turistas y cerramos las fronteras a personas que vienen a buscarse la vida?», ha cuestionado en relación a la inmigración.

De este modo, ha lamentado que un país que se quiere «proyectar hacia el futuro» dedique todos los recursos al turismo, mientras «obvia la política industrial y otros sectores productivos». «¿Por qué hablamos de criminalizar las protestas y nos inventamos términos como la turismofobia mientras a la vez nos parece natural los sartenazos que meten a los turistas con esas cuentas que tienen que pagar en algunas terrazas de este país», ha preguntado.

Ley del turismo

Asimismo, ha defendido que en el sector del turismo existen leyes que se han aprobado en el Parlamento de Gasteiz y que «podrían ayudar a que no se produjeran estos fenómenos que tienen que ver con la precariedad laboral o el mercado no regulado de los pisos turísticos».

Por ello, ha abogado por aplicar la Ley de Turismo, aprobada en el Parlamento autonómico y que contó con el apoyo de EH Bildu, ya que en ella «se recogen cosas que no se aplican y que tienen que ver con los pisos turísticos ilegales o la oferta hotelera». «La ley actual da herramientas pero lo que sucede es que no hay voluntad, ha habido voluntad de mirar a otro lado», ha defendido.

A su juicio, «no hay voluntad» de aplicar la citada norma, ya que cuenta con herramientas que «podrían ayudar a que no se produjeran fenómenos que tienen que ver con la precariedad laboral o el mercado no regulado de los pisos turísticos».

Connolly; socialista irlandés

 
La causa obrera es la causa de Irlanda, la causa de Irlanda es la causa obrera
James Connolly
 
Hector Prieto – Alternatiba
 
Hace tiempo que me apetecía escribir sobre la historia heroica de Irlanda, esas primeras décadas del siglo XX donde finalizó el férreo dominio británico sobre la tierra del arpa. Esta historia es un aprendizaje, no solo se trata de conocer el pasado para entender el presente, ni siquiera es solo un ejemplo ideal, sino los sueños de una nación por su independencia en este momento tan de actualidad con el referéndum en Cataluña. Se trata más bien de imaginar un futuro a través del espejo irlandés y la figura de James Connolly, un revolucionario y mártir del socialismo, referencia del nacionalismo de izquierdas.
Empezando por el origen de la ocupación inglesa de la isla y el consecuente conflicto irlandés, perdura casi hasta la actualidad. De elegir una fecha, sería el 1166, en aquel año un noble local de nombre McMorrough ambicionaba el control de la ínsula. Para ello pacto con los normandos, vasallos de Enrique II de Inglaterra, que bajo el liderazgo de Ricardo de Clare conquistaron el territorio obviando a McMorrough, posteriormente entregando Irlanda a la Inglaterra de Juan ”sin tierra”.
Sin profundizar en demasía, en la segunda mitad del XIX se produjo la Hambruna de la Patata, una masiva migración a EEUU y Australia y el auge del sentimiento antibritánico. Así, tras años de lucha armada, llegamos a la Insurrección de Pascua de 1916, una derrota de sectores nacionalistas e izquierdistas que marcó un hito en la lucha por la libertad. Aquí fue protagonista un tal James Connolly.
Connolly nació en Edimburgo en 1868, hijo de irlandeses emigrados a Escocia. Comenzó a trabajar con apenas 11 años conociendo la dura vida fabril y apenas 3 años después se alistó en el ejército británico, siendo designado a Dublín. Pronto comprendió la situación de la patria de sus padres y se acercó a la lucha sindical y al marxismo como solución para una independencia, con una transformación económica y social revolucionaria. Por ello dejó el ejército que ocupaba su Irlanda para dedicarse a la lucha emancipadora de la clase obrera irlandesa.
Si mañana echáis al ejército inglés e izáis la bandera verde sobre el Castillo de Dublín, a menos que emprendáis la organización de una república socialista todos vuestros esfuerzos habrán sido en vano. Inglaterra todavía os dominará. Lo hará a través de sus capitalistas, de sus terratenientes, a través de todo el conjunto de instituciones comerciales e individuales que ha implantado en este país y que están regadas con las lágrimas de nuestras madres y la sangre de nuestros mártires. Inglaterra os dominará hasta llevaros a la ruina, incluso mientras vuestros labios ofrezcan un homenaje hipócrita al santuario de esa Libertad cuya causa traicionasteis.”
Siempre ligado a la lucha sindical, respondió a las amenazas patronales formando en 1913 una milicia de inspiración socialista de nombre Ejército Ciudadano Irlandés. Este pequeño grupo de apenas 250 miembros tendrá un papel muy activo en el levantamiento de pascua. Empleando su experiencia militar, planeaba un golpe revolucionario contra la ocupación británica, no obstante, los líderes nacionalistas Patrick Pearse y Tom Clark le persuadieron para organizar un levantamiento conjunto a mayor escala. Lo cierto es que estos últimos formaban parte de los Voluntarios Irlandeses, brazo armado de un movimiento político y cultural clandestino llamado Hermandad Republicana Irlandesa, mucho más numerosos que los chicos de Connolly.
 
 
La Insurrección de Pascua de 1916 merecería un artículo completo, pero resumiendo, diríamos que los rebeldes tomaron los puntos clave de la ciudad de Dublín. El ejército inglés empleó un número superior de hombres, artillería y armamento más moderno, con lo que acorralaron a los últimos resistentes en la Oficina de Correos. Finalmente se rindieron para no ser masacrados, James Connolly estaba allí herido en el tobillo, la revolución había fracasado.
Los principales líderes del levantamiento fueron condenados a muerte, fue frente a un tribunal militar en el Castillo de Dublín, sede del gobierno británico en Irlanda. Connolly estaba herido de gravedad y su sentencia fue establecida frente a la cama de la enfermería. Tal era su situación que tuvo que ser fusilado sentado en una silla, en la cárcel de Kilmainham Gaol el 12 de mayo de 1916. Antes de su ejecución entregó una última carta a su hija Nora, que se puede leer integra en www.sinpermiso.info.
 
Creemos que el gobierno británico no tiene ningún derecho en Irlanda, que nunca tuvo ningún derecho en Irlanda y que nunca tendrá ningún derecho en Irlanda. Por ello, la existencia de irlandeses dispuestos a morir para afirmar esta verdad, en cualquier generación, e incluso aunque sean una respetable minoría, convierte a ese gobierno, para siempre, en un usurpador y un criminal contra el progreso de la humanidad.
 

Agradezco personalmente a Dios haber vivido para ver el día en que miles de irlandeses, adultos y jóvenes, así como cientos de mujeres y muchachas irlandesas, estuvieron dispuestos a afirmar esta verdad, y a demostrarlo con sus vidas, si la situación así lo exigía.

 
James Connolly, Comandante general de la División de Dublín
 
Ejército de la República irlandesa

Estos hechos demostraron tiempo después que la valentía de aquellos no fue en balde, aquella derrota y la represión británica alentó a todo un pueblo en la expulsión del ocupante. Incluso en los momentos más difíciles y violentos hay mujeres y hombres dispuestos a defender sus convicciones, la dignidad humana y de los pueblos. Esa clase de revolucionario era James Connolly, socialista irlandés.

Del blog de Hector Prieto Atxabalta reDvolution

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