Nuestra compañeras Diana Urrea y Alba Fatuarte participan en el Forum Feminista de Bruselas

<--break->Organizado por el grupo de la Izquierda (GUE/NGL) del Parlamento Europeo, se celebra estos días el Forum Feminista en la sede de Bruselas del Parlamento. Desde Euskal Herria ha acudido al mismo un nutrido grupo de representantes del movimiento feminista, entre ellas nuestras compañeras de Alternatiba Diana Urrea y Alba Fatuarte. También están allí otras compañeras de EH Bildu, como la parlamentaria del Parlamento de Gasteiz Oihana Etxebarrieta, la ex diputada del Parlamento de Madrid Onintza Enbeita y la juntera de las JJGG de Gipuzkoa Ainhoa Beola.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Adelanto de la entrevista a Irantzu Varela: «Una feminista haciendo humor es algo muy revolucionario»

Aquí os dejamos un pequeño adelanto de la entrevista a Irantzu Varela que publicaremos en el próximo número de la revista escrita de Alternatiba, Alterkaria, la próxima semana (si quieres recibirla en tu buzón, escríbenos a prentsa@alternatiba.net )

Varela, no solo se ha sumado a la portada sino que, además, la periodista y feminista ha respondido a esta singular entrevista en la que, en lugar de formular preguntas, le hemos propuesto hablarnos de feminismo partiendo de los hashtags más habituales en su transitada cuenta de Twitter. Las etiquetas (#) más usadas por la conductora de El Tornillo y directora del documental Él nunca me pegó, que Alternatiba acerca estos meses a diferentes localidades de Euskal Herria. 
 
#FeminismoObarbarie
 
Creo que ahora mismo la propuesta más transformadora que existe es el feminismo. Desde la perspectiva de hacer un análisis crítico de la opresión de la mitad de la humanidad, ha construido una propuesta ideológica, política y de movilización social -pero también de vida personal y colectiva- profundamente transformadora y revolucionaria, que busca construir un mundo sin opresión. Porque las mujeres, que somos la mitad de la gente, estamos en una situación de dominación respecto a los hombres, que solo son la mitad de la gente. Considerando que somos sujetas de la mayor, la más globalizada y perpetuada opresión de la historia, tenemos herramientas para analizar todos los otros sistemas de dominación: el racista, el clasista, el colonialista, el capitalista, el explotador del planeta. Tenemos una propuesta que integra la lucha contra todas las opresiones. O feminismo u opresión.
 
#ElTornillo
 
Fruto de la inconsciencia, algo que me caracteriza, surgió la posibilidad de incorporar una perspectiva feminista a una propuesta política de izquierdas como era La Tuerka en su día y ahora sigue siendo aunque hayan cambiado los formatos. Yo siempre aprovecho esas oportunidades. Nunca pensé que iba a tener toda la repercusión que tiene ahora, porque tiene incluso entidad propia,  gente que conoce El Tornillo incluso independientemente de La Tuerka. En todos los espacios, especialmente los que quieran ser libertarios y de izquierdas, tiene que haber una visión feminista, es una cuestión de justicia. Porque no se puede hacer ni izquierda, ni anticapitalismo, ni transformación, ni lucha libertaria sin que el feminismo esté en primera línea, y porque hay muchas mujeres, y cada vez más hombres, que piden a gritos un discurso feminista.
 
Empecé pensando que sería algo puntual, sin saber hasta dónde iba a llegar y de repente se ha convertido en algo seguido por mucha gente. Hay quien me dice, y esto me maravilla, que se ha hecho feminista viéndolo. Es un orgasmo intelectual, personal y político escuchar eso. Y al final el secreto es hablar de feminismo, con un lenguaje sencillo, que no podría serlo si no hubiera un montón de mujeres pensando, escribiendo y construyendo pensamiento feminista. Lo de lo personal es político, de Kate Millet, aplicado a la vida, tu día a día, tus relaciones, el cuidado, al trabajo, a la fiesta, a la sexualidad, a la política, a la militancia… a todo. Es un intento de traducir el discurso feminista a lo cotidiano, que es donde va a estar la lucha y la revolución.

Feminismo en guerra #8M

Hay símbolos que nacen fruto de una situación concreta, de un momento histórico. Los hay que nacen de la casualidad. Casi todos los que nos rodean siguen una lógica masculina, capitalista y patriarcal. Pero están aquellos otros símbolos que nacen anónimos. Los que no salen en primera plana de los medios ni figuran en los libros de historia. Los que nacen de la invisibilizada pero perseverante lucha.

Hace mucho que Rosie the Riveter dejó de ser aquel icono creado por hombres para que mujeres hasta el momento relegadas al rol sumiso, obediente y a las labores de cuidados, trabajaran en fábricas. Aunque fue creado en el contexto de la 2ª Guerra Mundial, y existan lecturas contradictorias sobre su intención original, hace tiempo que Rosie se convirtió, junto con el lema We can do it, en el símbolo feminista que es hoy. Un icono más para recordarnos que el patriarcado es el sistema de dominación más antiguo de la humanidad y que, frente al mismo, el feminismo ofrece la propuesta más transformadora para combatir no solo esta si no el resto de desigualdades.

Pero lo cierto es que la violencia machista, en sus múltiples vertientes y presentes cada segundo en las sociedades de todo el mundo, también viene a recordarnos que las mujeres nos enfrentamos, al igual que cuando surgió esta imagen reproducida por algunas de nuestras compañeras, a una situación de guerra. Un conflicto cruento y no declarado en el que, además, solo hay víctimas de un bando.

La brecha salarial, la condena a los cuidados, la invisibilización, el ninguneo, la infrarrepresentación en la esfera pública, el menosprecio, la violencia… La paz, como dice Jule Goikoetxea, no es solo que los hombres no se maten entre sí. Porque esa no puede ser nuestra paz, como tampoco puede ser nuestro todo aquello que pretenda dejar de lado a la mitad de la población. Este 8 de marzo, como cada día, tenemos muy presente que cualquier avance en las luchas emancipadoras pasa por nosotras. Feminismo o barbarie.

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Mujeres

Joxemari Carrere

 La idea para una sesión de cuentos te atrapa por sorpresa muchas veces. Aunque seguramente ya hay alguna idea anterior que ronda en la cabeza, no encuentra el camino deseado. Así andaba yo hace bastantes años. Todavía neófito en este mundo de la narración oral andaba sin saber muy bien por dónde encaminar las ideas ni cómo expresarlas; queriendo huir de estereotipos, queriendo traer a la narración mis reflexiones y preocupaciones. Y todavía así continuo. Tenía entonces una confusión de ideas sin poder darles salida ni concretarlas en una sesión narrativa. Teniendo todo eso cociéndose en la cabeza, llegó a mis manos el recién publicado libro de Angela Carter, Caperucitas cenicientas y marisabidillas, una recopilación de cuentos tradicionales de culturas de todo el mundo donde las protagonistas eran mujeres. Una recopilación maravillosa.  Fue comenzar a leerlo y encenderse la bombilla. El espectáculo giraría en torno a la aparición de mujeres en los cuentos tradicionales (copiando siempre, como todo narrador que se precie). Me atraía la idea de reflexionar sobre la cuestión a través de la narración de esas historias. Comenzando con el mencionado libro e indagando por otras muchas recopilaciones pude, al fín, presentar el que sería mi segundo espectáculo de narración oral, Carne de lengua.

Con el comienzo del año una mujer ha sido asesinada por un hombre. Otra más. Una suerte de genocidio no reconocido. ¿Cuándo comenzó? ¿En qué momento de la historia? En todas las culturas del mundo hay cuentos en los que aparece el tema: mujeres asesinadas, violadas, comidas… ¿Es posible hacer un espectáculo de narración con esto? ¿Es legítimo? Es una idea que hace tiempo ronda en mi cabeza. Ha llegado a mis manos Cuentos de hadas la última edición en castellano de la recopilación de cuentos de Angela Carter, con los cuentos de la anterior edición y algunos más. Hay mucho para contar.

Joxemari Carrere Alternatibako kideak Gara/Naiz-en euskaraz argitaratutakoa

Matute: «A los hombres lo que se nos pide es que acompañemos las políticas feministas para erradicar las desigualdades»

Hoy se proponen nuevas medidas para erradicar la brecha salarial y no está mal proponer porque se dice que lo que abunda no daña, pero lo que realmente hace falta es voluntad, compromiso real y políticas feministas. Sé que esto puede escandalizar e incluso asustar a una parte de esta Cámara, pero a los hombres lo que se nos pide es únicamente que acompañemos las políticas feministas para erradicar una de las desigualdades más evidentes, la dominación más antigua que soporta la humanidad, que es la de los hombres sobre las mujeres.

La brecha salarial no es el único problema, es un indicador de la dominación estructural que sufren las mujeres en una sociedad pensada y dirigida por hombres, una sociedad que se basa en la división sexual del trabajo bajo la lógica del sistema capitalista heteropatriarcal que deja los cuidados y la reproducción para las mujeres y que las relega de los espacios de representatividad y de los espacios de importancia en la sociedad.

Por eso la brecha salarial tendría que elevarse en un 33,6 % en nuestro país para poder equiparar los salarios de las mujeres y los hombres, por eso el 78,3 % de las jornadas parciales las desempeñan mujeres y por eso el 26,7 % de la temporalidad afecta a las mujeres frente al 21 % de los hombres. Mientras tanto, no se produce la corresponsabilidad y las mujeres siguen subordinadas, siguen sometidas a un sistema que las relega al cuidado y a la sostenibilidad de la vida, a la tarea reproductiva y al trabajo. Lo que hace falta son políticas feministas, por mucho que a algunos pueda asustarles por su incomprensión, porque lo que hace falta, como decía al principio de mi intervención, es únicamente acompañar.

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