Vídeos de la charla «Trabajo invisible en lucha – Erresidentziak borrokan»

Kultur Alternatiba organizó una charla el pasado 6 de junio en el Koldo Mitxelena Kulturunea de Donostia para analizar la situación y la lucha del sector de cuidados de las residencias que en Gipuzkoa protagonizan 4.800 trabajadoras. Amaia Agirresarobe, representante de la Mesa Feminista de Alternatiba, fue la encargada de presentar y moderar la mesa en la que intervinieron como ponentes la trabajadora de la residencia Aldakonea Elena Arbina y Conchi Pereira de la residencia Sanmarkosene. Podéis ver las ponencias en el primer enlace.

Después de la charla se abrió el turno de preguntas (ver segundo enlace) que de forma natural se convirtió en un espacio para el intercambio de casos personales. Muchas de las que participaron en este coloquio eran también trabajadoras de otras residencias del territorio lo que creó un enriquecido debate lleno de fuerza, ánimos y ganas de seguir luchando. 

Alternatiba organiza mañana una charla sobre el sector invisibilizado de los cuidados en el contexto del conflicto de las residencias de Gipuzkoa

Kultur Alternatiba organiza una charla abierta mañana jueves, 6 de junio, a partir de las 19:00 en el Koldo Mitxelena Kulturunea de Donostia para analizar la situación y la lucha de este sector que en Gipuzkoa protagonizan 4.800 trabajadoras. Amaia Agirresarobe, representante de la Mesa Feminista de Alternatiba, moderará la mesa en la que intervendrán el concejal de Bienestar Social de Oñati, Manu Egaña, la trabajadora de la residencia Aldakonea Elena Arbina y Conchi Pereira, de la residencia Sanmarkosene.

Para Alternatiba, la precaria realidad del trabajo de cuidados, permanentemente invisibilizado, ha salido a la luz través del conflicto entre el Departamento de Política Social de la Diputación de Gipuzkoa y Adegi. A diferencia del resto de administraciones, la Diputación ha dado el paso de defender las condiciones laborales para el sector, partiendo de que la responsabilidad de cuidar la vida es una responsabilidad colectiva y no sólo un nicho de negocio para las empresas privadas”. En esta ocasión, los derechos de las personas cuidadoras, relegadas al olvido y a una lucha desigual dentro de los muros de una empresa privada, son parte de la preocupación de una institución pública.

Así, el conflicto entre la Diputación y la patronal es un enfrentamiento contra la avaricia de las empresas, interesadas en primar sus beneficios a costa de las condiciones laborales de las trabajadoras y la calidad de los servicios de los cuidados. Pero, sobre todo, este conflicto supone también la reivindicación de la responsabilidad pública en la cobertura de los cuidados frente a la extensión impune de la lógica privada en el cuidado de la vida de la ciudadanía.

Trabajo invisible en lucha

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EHBildu reclama un plan integral contra la violencia machista y advierte de que los recortes agudizan la desprotección de las mujeres

Los últimos sucesos de violencia contra mujeres, en Laudio hace menos de dos semanas y en Bilbo ayer mismo, ponen de manifiesto, a juicio de EH Bildu, la necesidad de un plan de emergencia integral contra la violencia machista que impulse políticas de prevención, determine las competencias de cada institución y garantice su respuesta coordinada en atención a las víctimas de lo que es una lacra social.

Así se lo reclamará la coalición el viernes en el Pleno de Control del Parlamento al lehendakari, según explican Diana Urrea y Arri Zulaika, quienes demandan «una respuesta contundente del Gobierno ante unos hechos tan dramáticos» y advierten de que «las políticas de recortes (en prestaciones sociales, en condiciones laborales…), además de desproteger a las clases populares, contribuyen a agudizar la violencia estructural contra las mujeres».

Frente a esa situación, EH Bildu propone un plan de emergencia integral que contemple, como uno de sus elementos clave, el control y vigilancia permanente de los agresores, «que sean ellos los que estén siempre bajo control en vez de vigilar a las víctimas, y si para ello hace falta modificar la Ley de Igualdad, cambiémosla».

Urrea y Zulaika proponen asimismo «la creación de una mesa de trabajo que posibilite la participación estable y efectiva de personas expertas y del movimiento feminista para evaluar las políticas aplicadas hasta ahora y elaborar propuestas nuevas de cara a la erradicación definitiva de la violencia machista».

EHBildu: http://ehbildu.net/es/noticias/parlamento-vasco/2494-eh-bildu-reclama-un-plan-integral-contra-la-violencia-machista-y-advierte-de-que-los-recortes-agudizan-la-desproteccion-de-las-mujeres

www.youtube.com/watch?v=4GmlvsttKmc

El trabajo invisible en lucha

Amaia Agirresarobe y Xabier Soto – Alternatiba

Hay trabajos inútiles. Hay trabajos que lejos de dignificar, pervierten a las personas que los realizan. Hay muchos, demasiados, trabajos prescindibles porque no aportan nada, porque son insostenibles o porque solo son posibles gracias a la explotación de otras personas. Y también hay trabajos imprescindibles, pero que no dejan huella. Son los trabajos invisibles, aquellos que no vemos a pesar de que se realicen delante de nuestros ojos, a pesar de que sean fundamentales para garantizar las necesidades de nuestras vidas. Su máximo exponente es el trabajo de cuidados.

El trabajo de cuidar la vida es invisible porque no genera prestaciones sociales, tan invisible que siempre está penalizado en términos de condiciones salariales y laborales, invisible porque está oculto dentro de los hogares, invisible porque ni siquiera merece el nombre de trabajo, invisible por el nulo reconocimiento otorgado como una tarea esencial para sostener la vida, invisible porque lo realizan las mujeres. Así, se da por hecho que nadie debe protegerlos, financiarlos o reivindicarlos porque el cuidado de las personas no es un derecho, no es una responsabilidad colectiva y porque, de todas formas, y gracias a las mujeres, siempre van a estar ahí, infinitamente inflexibles, sumamente precarios pero en una cantidad suficiente para que nuestras vidas continúen.

La injusta organización social de los cuidados, privatizada en los hogares, en manos del trabajo precario y no remunerado de las mujeres y con una protección ínfima de la administración pública, casi nunca salta al terreno del debate público y, cuando lo hace, es porque los cuidados faltan y porque las mujeres no hacen todo lo que se espera de ellas. La discusión, en definitiva, se realiza en términos de culpabilización de las mujeres y nunca desde una óptica de derechos. ¿Son los cuidados recibidos suficientes en cantidad y calidad para todas las personas o solo para unas pocas personas, las que puedan pagarlos, y a costa de la precariedad de una mayoría de mujeres? Estas preguntas no ocupan la agenda ni la preocupación de la mayoría de los partidos políticos valedores de un modelo que hace aguas y que requiere de la subordinación y explotación de las mujeres para subsistir.

Excepcionalmente, el  menosprecio de esta realidad, permanentemente invisibilizada, ha salido a la luz través del conflicto desatado entre el Departamento de Política Social de la Diputación de Gipuzkoa y Adegi. A diferencia del resto de administraciones, la Diputación de Gipuzkoa ha dado el paso de defender una mejora de las condiciones laborales para el sector, partiendo de que la responsabilidad de cuidar la vida es una responsabilidad colectiva y no sólo un nuevo nicho de negocio para las empresas privadas. En esta ocasión, los derechos de las personas cuidadoras, relegadas al olvido y a una lucha desigual dentro de los muros de una empresa privada, son parte de la preocupación de una institución pública. Así, el conflicto entre la Diputación y la patronal es un enfrentamiento contra la avaricia de las empresas, interesadas en primar sus beneficios a costa de las condiciones laborales de las trabajadoras y la calidad de los servicios de los cuidados. Pero, sobre todo, este conflicto supone también la reivindicación de la responsabilidad pública en la cobertura de los cuidados frente a la extensión impune de la lógica privada en el cuidado de la vida de la ciudadanía. Un paso en la necesaria apuesta por situar el mantenimiento de la vida y no los intereses del capital en el centro de las políticas públicas.

Así, en el trasfondo de este conflicto está la tensión sobre quién y cómo asume la responsabilidad de cuidar y cuál debe ser el papel de las instituciones públicas en la superación de un modelo, marcado por la creciente privatización de los servicios, y que en ningún caso garantiza el derecho al cuidado de todos y todas ni unas condiciones laborales dignas para el sector. Lo que está en juego son los derechos de todos y todas y el cuestionamiento de un modelo injusto y excluyente donde las empresas han hecho y deshecho con la plácida connivencia de la administración pública.

Por lo tanto, no nos equivoquemos, la lucha de las mujeres que hoy en Gipuzkoa han decidido estar en la calle defendiendo sus derechos supone todo un desafío al modelo actual, y esto duele a sus valedores, interesados en mantener los cuidados invisibles, fuera de la intervención pública, lejos de los focos del debate público, allí donde el negocio y el lucro prevalecen sobre los derechos de todas las personas. La lucha de estas mujeres es también una lucha feminista, una lucha por unos cuidados dignospara todas las personas. Y su visibilización y defensa, ¡nos concierne a todos y todas!

Alternatiba ha visitado la acampada de las trabajadoras de residencias de Gipuzkoa en huelga para apoyar su lucha

Los portavoces nacionales de Alternatiba, Oskar Matute y Amaia Agirresarobe, junto con una nutrida representación de miembros de la organización en Gipuzkoa (el coordinador del territorio Xabier Soto, los junteros Begoña Vesga y Enrique Martínez y el concejal de Donostia Jon Albizu), han visitado este mediodía la acampada de las trabajadoras de las residencias y centros de día de Gipuzkoa que empezaron ayer una huelga indefinida y que permanecerán en el Boulevard donostiarra hasta que se resuelva el conflicto.

Han acudido con la intención de conocer la situación de la lucha abierta contra buena parte de las empresas del sector que no aceptan la salvaguarda de los derechos laborales, tal y como pretende la propuesta del Departamento de Política Social de la Diputación de Gipuzkoa, frente a las consecuencias que la reforma laboral tendrá en los convenios colectivo a partir de julio. Matute ha destacado la determinación de las trabajadoras, por demostrar su “valor al luchar por sus derechos laborales en un contexto donde la patronal quiere precarizar más aún sus condiciones de trabajo y el sistema neoliberal quiere hacer regresar a las mujeres al hogar para someterlas a trabajos no reconocidos ni remunerados, aunque fundamentales”.

Además, ha destacado la importancia de una lucha donde “por primera vez un gobierno ha demostrado que se puede hacer algo más que actuar al dictado de los poderes financieros y empresariales para situarse en la defensa de los derechos de las y los trabajadores”, en referencia a la actitud de la Diputación y particularmente a la del Diputado de Política Social y compañero de militancia de Alternatiba, Ander Rodríguez. Precisamente por querer garantizar la dignidad de un colectivo de 4.800 trabajadoras que dan un servicio público y necesario, la patronal Adegi ha demandado a la Diputación, exigiendo además ser indemnizada por daños contra su imagen.

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Las mujeres son responsables, y libres

Diana Urrea y Carmen García – Mesa Feminista de Alternatiba

La mujer no es responsable; es uno de los argumentos esgrimidos por Gallardón en el Senado para defender su reforma de la ley sobre derechos sexuales y reproductivos. Efectivamente ministro, he ahí el quid de la cuestión y he ahí el destape de sus verdaderas intenciones: situar a las mujeres en la obediencia, a las mujeres como menores de edad, como incapaces de decidir sobre sí mismas, las mujeres debiendo ser castigadas o enfrentándose a riesgos graves para su salud por practicarse abortos clandestinos.

Dice usted que el dilema está en coordinar el derecho al proyecto de vida de las mujeres con el derecho a la vida del “no nacido”. No señor Gallardón y séquito ultraconservador del Partido Popular, no se vayan por las ramas con argumentos moralistas. Podrán llenar los comités de bioética de militantes de los Kikos, del Opus Dei o Legionarios de Cristo, que ninguno podrá discernir con mayor razón que nadie cuando empieza o termina una vida, por mucho que quieran imponer su moralina católica al mundo entero. No son más que soldados de la ideología conservadora que se pasan por el forro de sus genitales masculinos un principio fundamental en bioética: reconocer que la moral es personal e intransferible.

¿Cómo conseguir situar la importante lucha que se va a dar, la de los que claman y predican por las mujeres obedientes y sumisas, útiles al sistema y quienes clamamos por las mujeres libres e irreverentes, luchando por la emancipación del sistema múltiple de dominación que nos atenaza en lo cotidiano? Y es que nos enfrentamos a un futuro mediático en torno al aborto que va a tener a dos protagonistas: por una parte al PSOE, partido que ayer mantenía el acuerdo con la iglesia católica pese a que Rouco siempre se mostró ingerente en los asuntos de Estado; partido que nunca defendió con plenitud el derecho de las mujeres a decidir libremente sobre sus vidas, su sexualidad y maternidad poniendo plazos, tutelas y periodos obligatorios de reflexión ridículos a los derechos. Y por otra al PP actuando como palmero de la ideología más conservadora y reaccionaria dentro de la España más retrógrada y espeluznante. Ambos utilizándonos nuevamente a nosotras las mujeres y nuestra libertad como potencial caladero de los tan anhelados votos para dos entes en declive electoral; por otra parte, su único fin y razón de ser.

Sin embargo, el debate es para nosotras las mujeres y para el feminismo anticapitalista mucho más que discusiones sobre supuestos y plazos, no traten de marear la perdiz, patriarcales declarados o neomachistas políticamente correctos. La lucha por el derecho al aborto es la lucha contra la crisis, vieja conocida para las mujeres del mundo porque nos mantiene en un estado de precariedad y vulnerabilidad perpetuo, y no es de antes de ayer.

Porque si nos imponen pedir permiso para abortar, el patriarcado nos está imponiendo la obediencia debida en todo, ya que no nos considera personas autónomas para decidir sobre cuestiones tan básicas como el cuerpo, la vida, la sexualidad y la maternidad. Porque si somos insumisas a la futura ley la violencia vendrá en forma de castigo en el Código Penal y en abortos clandestinos que pondrán en grave riesgo nuestra salud y nuestra vida. Porque si la ley sale adelante las ricas seguirán teniendo ese derecho reconocido aunque sea con la discreción propia de la clase alta y las pobres no lo tendrán ni mucho menos garantizado. Porque el capitalismo saldrá ganando abriendo un nuevo negocio con el aborto, ya que no será una intervención de salud pública hecha consecuentemente en el sistema público de salud. Porque si no podemos abortar, nos dicen que debemos seguir pariendo hijos e hijas y cuidándolos para mantener esta rueda infernal del producir para el capital, y estar contentas con sus migajas que ya no sostendrán ni un mediocre estado de bienestar. Porque si no podemos abortar la maternidad y el cuidado seguirá siendo nuestro destino, y se desarrollará en los hogares donde amortiguaremos las embestidas de recortes como el de la Ley de Dependencia con nuestro trabajo silencioso, gratuito e invisibilizado. Porque si no podemos decidir sobre abortar o no ¿quién nos dice que somos las mismas que podemos decidir sobre el sistema de organización social que deseamos, queremos y necesitamos?

No tenemos esperanzas en esta pelea que se librará en los sillones de cuero y dorados con roble del Congreso de los Diputados, tampoco en conseguir que UPN o PNV sean insumisos a nada llegado del Reino, mucho menos con la amplia tradición e inmersión católica de su ADN. Pero sí que albergamos una esperanza, e incluso profesamos una fe: la firme creencia en el poder de las mujeres para desobedecer y empoderarnos colectivamente en contra de este monstruo capitalista y patriarcal de varias cabezas.

Ana Etxarte, concejala en Bilbao, denuncia que las últimas agresiones sexistas se han producido en lugares ya identificados como inseguros

El grupo municipal de Bildu ha denunciado que las últimas agresiones sexistas que se han producido en Bilbo han tenido lugar en lugares que ya fueron identificados por las mujeres como lugares inseguros en el Mapa de la ciudad prohibida en el 2011. La concejala Ana Etxarte ha reclamado medidas urgentes en la comparecencia de hoy de la concejala de igualdad.

Etxarte ha subrayado que tras la elaboración del citado diagnóstico, que supuso un año y medio de trabajo y la participación de 218 mujeres, “muchos de los 236 puntos detectados como inseguros, siguen sin solucionarse, y se siguen produciéndose agresiones sexistas”.

La concejala de izquierdas ha lamentado que a día de hoy el Ayuntamiento, y más concretamente el Área de Obras y Servicios, “sigue sin resolver la inseguridad que se produce en estos lugares”.

Bildu ha recordado que en abril de 2011 ya demandó al área de Obras una planificación de las intervenciones a realizar. “Y la respuesta recibida – al igual que la dada hoy – siempre es la misma: se está actuando dentro de los recursos humanos y técnicos disponibles. Pero es precisamente éste el problema, que el Ayuntamiento no destina fondos suficientes para resolver todos y cada uno de los puntos”, ha remarcado Etxarte.

La “pasividad municipal” es, a ojos de Etxarte, “una prueba más de que la lucha contra la violencia machista no es una prioridad para este ayuntamiento, y a los políticos del PNV les trae sin cuidado que nosotras, las mujeres, vayamos con miedo por algunos lugares a determinadas horas. Su pasividad respecto a este tema nos obliga a seguir sintiendo miedo cuando caminamos por algunos lugares, y nos impide transitar con libertad y autonomía por nuestra ciudad”.

Bildu ha solicitado que desde el Área de Igualdad se impulsen acciones que permita identificar a las mujeres cómo se construye la violencia machista y cómo defenderse ante ella. En este sentido, Etxarte considera que los cursos de autodefensa feminista es una de las mejores herramientas que facilita recursos físicos y sicológicos a las mujeres para que éstas por sí mismas se enfrenten a las agresiones sexistas.

Charla-debate ‘Sostenibilidad de la Vida’ – Mesa Feminista de Alternatiba

La Mesa Feminista de Alternatiba organiza una charla/debate para plantear algunas claves, valores y preguntas que ayuden a comprender mejor el significado del término ‘sostenibilidad de la vida’, así como para buscar nuevos criterios de debate que ayuden a acercarnos a un modelo social y económico nuevo basado en este concepto. La charla, de mano de Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate de la Mesa Internacionalista de Alternatiba, define la sostenibilidad de la vida como una nueva manera de vida, en el que la economía deja de ser el centro de la sociedad, y todo empieza a girar alrededor de lo que realmente sustenta el mundo: la vida. Después de la charla se recogen algunas pinceladas del debate.

Alternatiba acusa a Gallardón de impulsar una Ley del Aborto retrógrada que vulnera los derechos de las mujeres

La portavoz de Alternatiba, Diana Urrea, ha mostrado su indignación ante las declaraciones que el Ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón ha realizado hoy defendiendo la reforma de la Ley del Aborto que planea el PP. Así, ha tachado de “vergonzosas” las palabras del miembro del Gobierno de Rajoy al afirmar que “los derechos de las mujeres no pueden tener prevalencia sobre los derechos de los no nacidos». Urrea ha tildado de “inaceptable considerar progresista una clara vulneración del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo”.

Gallardón ya ha expresado anteriormente su intención de recuperar la ley de 1985, pero esta vez con más restricciones que la norma inicial, eliminando los “tibios y escasos” avances introducidos en la anterior legislatura, como la no obligatoriedad de consentimiento materno-paterno para abortar entre los 16 y 17 años, o el establecimiento de 14 semanas para abortar libremente.

Desde Alternatiba, que ya tildó la anterior reforma del PSOE de “totalmente insuficiente”, porque no establecía medidas que garantizaran el aborto en el sistema público ni despenalizaba el aborto, se considera “insultante” que el ministro presente estas medidas como “defensa de la vida” cuando “representan otra fórmula de violencia patriarcal”.

En este sentido, ha aprovechado para denunciar la actitud del Gobierno de Nafarroa, que según ha reconocido incluso la Cámara de Comptos de la comunidad foral, duplica el gasto en aborto al dirigirlo a la sanidad privada en vez de cumplir la ley ofreciéndolo en la red pública, con lo que “además de negar derechos a las mujeres navarras derrocha dinero público que deriva una vez más a intereses privados”.

Por otro lado, la portavoz de la formación de izquierdas ha calificado la justificación ofrecida por Gallardón como una “mentira insultante” después de que haya asegurado que “cambiar la Ley del Aborto es seguir el mandato del pueblo español”. Ante las intenciones del Gobierno de Rajoy, Urrea ha reclamado un “aborto libre y gratuito, libre de las tutelas que quieren imponer a las mujeres sobre su capacidad de decidir cuándo y cómo ser madres, además de una regulación que respete los derechos de las mujeres, su sexualidad y su maternidad”.

Para finalizar, desde Alternatiba llaman todas las fuerzas políticas, sociales y sindicales a la contestación social contra la reforma de Gallardón con la misma intensidad con la que se reclaman otros derechos, para garantizar que sobre el aborto “sean las mujeres las que deciden, el estado el que garantiza y la iglesia la que no interviene”.

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Alternatiba acusa a Adegi de querer «hacer rapiña» con el dinero de las trabajadoras de las residencias y la Diputación de Gipuzkoa

El portavoz nacional de Alternatiba, Oskar Matute, ha criticado duramente la demanda presentada por la patronal Adegi contra el Departamento de Política Social de la Diputación de Gipuzkoa tras haberse dado a conocer hoy nuevos detalles de la misma a través de la prensa. «Estamos ante un nuevo y brutal ataque contra la clase trabajadora y contra las mujeres. La patronal de Gipuzkoa quiere sacar más tajada y no le importa arrasar a su paso con un sector especialmente precarizado y feminizado, acrecentando la crisis económica, la crisis social, y la crisis de los cuidados. La inestabilidad y la precariedad que generaría la reforma laboral en los servicios de cuidados y en la vida de las mujeres es inaceptable».

A la ya conocida demanda presentada por Adegi contra la Diputación, por haber cumplido el mandato de las juntas Generales de Gipuzkoa y haber querido garantizar condiciones laborales dignas para las varias miles de personas que desempeñan un trabajo público y socialmente necesario, se suma la exigencia de Adegi a una indemnización por daños y perjuicios por un importe de casi 190.000 euros: «La denuncia es un aviso a navegantes; que ninguna administración mantenga una posición activa contra la reforma laboral, pero ni desde Alternatiba ni desde las instituciones en las que tenemos representación a través de EHBildu vamos a tolerarlo».

El portavoz de la formación de izquierdas ha querido recordar las palabras del presidente de Confebask, Miguel Ángel Lujua, en las que aludía a la lucha de clases como algo antiguo y obsoleto «que concibe las posiciones e intereses de empresarios y trabajadores como connaturalmente antagónicos y donde lo que es bueno para uno se percibe necesariamente malo para el otro». La diferencia, ha asegurado Matute, estriba en que «por primera vez, la patronal no ha encontrado un aliado en el Gobierno Foral de Gipuzkoa. Por primera vez, un Gobierno se pone del lado de las trabajadoras en este país y pone pié en pared contra los abusos de la clase empresarial».

Desde Alternatiba han recordado que ninguna política es neutra, «beneficia a una clase en detrimento de otra. En el caso de Adegi, sus propuestas quieren extraer dinero de los bolsillos de las trabajadoras para ponerlo en los de la clase empresarial. Pero no seremos compañeros de viaje de aquellos que quieran aplicar la reforma laboral y perjudicar tanto a las trabajadoras como a las personas a las que estas atienden».

En palabras del parlamentario, «Adegi se comporta como un ave de rapiña, tiene la desvergüenza de querer apropiarse del salario de las trabajadoras y, encima, pedir en los juzgados que la Diputación le pague una indemnización con el dinero de todos y todas las guipuzcoanas». Pero Adegi, ha continuado, «debe de saber que el tiempo  en que disponía a su antojo del presupuesto de la Diputación tocó a su fin».

Finalmente, Matute ha denunciado la actitud del PNV, «como siempre, demuestra que está con la patronal, con la clase empresarial y en contra de la clase trabajadora. Y es que ha demostrado una total falta de principios al hacer uso de su derecho a pedir información en las Juntas Generales únicamente para proporcionárselo a Adegi. Ha nutrido de datos a Adegi para que los utilice como excusa en su ataque contra las trabajadoras de las residencias y la Diputación de Gipuzkoa».

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