Ley de igualdad. Poco que celebrar

Diana Urrea, Lur Etxeberria y Dani Maeztu – Parlamentarias de EH Bildu 
 
El 18 de febrero del 2005 el Parlamento de Gasteiz aprobó la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres. Su décimo aniversario nos invita a analizarla sosegadamente y a valorar su resultado.

No todas las leyes tienen la misma efectividad ni se aplican con la misma determinación. Existen leyes escritas en mayúsculas que se aplican como norma general; y leyes que, por lo contrario, se convierten en mero papel mojado, como es el caso de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres de la CAV. Aun reconociendo que ha generado algunos cambios positivos, son muchas más las normas y medidas que se han quedado en papel. Para Lakua, la Ley de Igualdad ha sido y sigue siendo una ley de tercera categoría, más parecida a una guía de consejos y buenas prácticas, que una ley que define derechos y deberes que se tienen que cumplir.

Los avances más destacados se han realizado en el interior de las instituciones, en ayuntamientos, diputaciones y Gobierno Vasco, en la medida en que sí se han desarrollado algunas medidas recogidas en la Ley. Concretamente, se han ido creando departamentos y unidades de igualdad antes casi inexistentes, con personas cada vez mejor preparadas, conórganos de coordinación y redes de colaboración, trabajando de forma planificada. Todo ello es necesario, aunque no suficiente,para empezar a trabajar con perspectiva de género, prestando especial atencióna los problemas, necesidades e intereses específicos de las mujeres y de los hombres, y desarrollar políticas específicas de igualdad.

Sin embargo, los presupuestos para igualdadsiempre demasiadoescasos, impiden poder incidir con la fuerza necesaria. Elobjetivo de la igualdad entre mujeres y hombres se considera, además, un objetivo postergable, no prioritario, más aún en tiempos de crisis. El que no sea prioritario,los limitados recursos y la escasa financiación son ingredientes perfectos para el fracaso, y las inercias se imponen sobre el cambio.

Es verdad que la Ley introduce elementos con un gran potencial, estableciendo, por ejemplo, que las políticas públicas tienen que ir acompañadas por una previa evaluación de impacto de género.Elloposibilitaría conocer la afección de cada políticaen las vidas de mujeres y hombres antes de implementarla, pudiendo introducir medidas correctoras. Una medida con un gran potencial que, sin embargo, no se está desarrollando.

Los medios de comunicación y la publicidad, siendo instrumentos poderosísimos que transmiten valores y estereotipos sexistas, también son interpelados, aunque la mayoría de los medios parecen obviarlo. Se prohíbe presentar a las personas como inferiores o superiores, o como meros objetos sexuales y se establece que los contenidos deben garantizar una presencia equilibrada y una imagen plural de ambos sexos, al margen de cánones de belleza y de estereotipos sexistas. Principios realmente interesantes que siguen siendo más un deseo que realidad, ya quelos medios y la publicidad no se sienten interpelados por la ley ni por Lakua. Lo más grave es que ni siquiera la radio televisión pública vasca, EITB, se rige por estos principios, dejando en evidencia la debilidad de la Ley.

Respecto a la participación de las mujeres en los órganos de decisión y poder, la Ley de Igualdad establece que la presencia de mujeres y hombres debe ser equitativa.Sin embargo, las mujeres siguen siendo marginadas de estos espacios, perpetuando una situación deapartheid.Enpuestos de responsabilidad política, la situaciónse acerca bastante a la paridad en los cargos más visibles (consejeros/as de Lakua y diputados/as en diputaciones). Pero la situación es enormemente desigual en viceconsejerías, secretarías y direcciones. Las mujeres alcaldes son, igualmente, una minoría. Las instituciones deberían fomentar que las direcciones de otros órganos sean paritarias, tanto en sindicatos, patronales y consejos de administración de empresas, entre otros;  ámbitos que hoy por hoy son casi coto reservado para hombres.

No es menos alarmante la poca o nula incidencia de la Ley en las condiciones de vida de las mujeres, algo fundamental para que la igualdad no sea pura ficción. Poco, nada se ha hecho desde Lakua para implicar a los hombres y a las instituciones públicas en el trabajo del cuidado de las personas, dejando que impere la inercia y el sálvese quien pueda, dejando la mochila pesada de los cuidados sobre los hombros de las mujeres. Y poco o nada se ha hecho para mejorar las condiciones laborales de las mujeres en el mercado de trabajo. Todo lo contrario. El propio Gobierno Vasco está destruyendo empleo público ocupado mayoritariamente por mujeres (en Osakidetzay Educación, p.e.). Resultado: las mujeres siguen perdiendo, siguen sufriendo un desigual reparto del trabajo, siguen siendo empleadas de segunda categoría en el mercado de trabajo y son las cuidadoras principales a tiempo completo, doblemente explotadas. Resulta paradójico que las mujeres, las principales encargadas de sostener la vida y el bienestar, no tengan derecho a disfrutarla.

La Ley de Igualdad establece normas y medidas necesarias para transitar de una situación de desigualdad entre hombres y mujeres a un escenario de mayor igualdad, para transitar de la igualdad formal a la igualdad efectiva;pero no está siendo un instrumento efectivo por falta de voluntad política. Sin embargo, más vale tarde que nunca. Durante años se ha dejado para mañana esta labor, pero mañana ha llegado, mañana es ahora.

Proponemos crear la Casa de las Mujeres en Bilbao, un espacio para fortalecer la participación social y política

La miembro de Alternatiba y edil de EHBildu en el Ayutnamiento de Bilbo, Ana Etxarte, ha subrayado que la Casa de las Mujeres será “un lugar de encuentro, reflexión y debate para el movimiento feminista, los grupos de mujeres y mujeres que a título individual muestren interés en participar”. Además, la edil propone que la Casa de las Mujeres acoja la Escuela de Empoderamiento de las mujeres de Bilbao, un instrumento para la formación y concienciación, en donde se impulsarán procesos de toma de conciencia a través de las actividades y cursos que se organicen.

El grupo municipal de EHBildu ha propuesto crear en Bilbao una Casa de las Mujeres, un espacio para fortalecer la participación social y política de las mujeres en la ciudad. La coalición soberanista propone en esta propuesta, que se debatirá el 29 de enero en el pleno ordinario, que la propia Casa de las Mujeres acoja la Escuela de Empoderamiento de las mujeres de Bilbao.

“Este proyecto deberá acordarse entre el Ayuntamiento, el movimiento feminista y los grupos de mujeres, y es imprescindible que cuente con una dotación presupuestaria propia para así garantizar su funcionamiento”, ha indicado Etxarte.

Con la creación de esta casa el Ayuntamiento de Bilbao cumplirá con una de las propuestas recogidas en el IV Plan de Emakunde y pasará a formar parte de una red de municipios que inicialmente contaba con Basauri, Getxo, Ermua y Ondarroa, a los que posteriormente se unieron Abadiño, Durango, Elorrio, Sestao, Erandio, Donostia, Arrasate, Eibar, Zarautz, Errenteria, etc.

Según Etxarte, el hecho de que numerosos municipios tengan Casas de Mujeres o Escuelas de Empoderamiento “es una prueba del éxito de este tipo de iniciativas” y Bilbao “no puede quedarse atrás”.

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Diana Urrea «Apelo a esta cámara a pasar de las palabras a los hechos para erradicar de verdad la violencia machista de nuestra sociedad»

La miembro de Alternatiba y parlamentaria de EHBildu, Diana Urrea, interviene en pleno al hilo del 25 de noviembre pra exigir medidas que de verdad luchen para erradicar la violencia machista contra las mujeres de nuestra sociedad.
 
Queremos que tanto responsables políticos supuestamente contrarios a la violencia machista, nos explican cómo conjugan pronunciamientos a favor de la igualdad, mientras con sus políticas aumentan las desigualdades sociales y de género frente a las que garantizan que las mujeres puedan tener condiciones materiales que les permitan empezar a llevar unas vidas libres y menos vulnerables. Somos conscientes que la mejora de las condiciones materiales, aún suponiendo un gran avance, no acaba con la violencia machista.

Sabemos que existen mecanismos de socialización poderosos como las instituciones educativas, los medios de comunicación, la familia, las religiones y también una la ideología del amor romántico que funciona como rodillo de diferenciación y desigualdad, que empuja a las mujeres a la abnegación, fomenta que entablen o permanezcan en relaciones insatisfactorias, se sientan diferenciación y desigualdad que empuja a las mujeres a la abnegación, fomenta que entablen o permanezcan en relaciones insatisfactorias, se sientan menos si no tienen pareja u opten por la idea de que es mejor tener una aunque sea nocivo pero es mejor a no tenerla. 
 
Si realmente los responsables políticos e institucionales se comprometieran de forma real y estructural en la lucha contra la desigualdad, no se seguiría entendiendo, pese a los discursos que la violencia machista se explica principalmente por causa personales y no por causas sociales. Este enfoque integral nos obliga a abrir un debate urgente sobre cómo nombrar la violencia machista, quiénes la enfrentan, sus formas, analizar los diversos espacios en los que se manifiesten.
 
Las mujeres enfrentamos violencia machista en casa, en la calle, en el trabajo, por parte de los hombres que a veces son parejas, padres, jefes, profesores o simples compañeros de trabajo o meros desconocidos. Pero también la sufren los cuerpos que desafían con su estructura biológica y su comportamiento sexual: transexuales, lesbianas, homosexuales, el orden de las cosas. La violencia en nuestra sociedad se ejerce como sanción para quien se atreve a redefinir qué es ser hombre o qué es ser mujer y por tanto desafiar el orden que legitima la dominación masculina.
 
Cuando hablamos de violencia no nos referimos a un único tipo de violencia. Hablamos de tres tipos de violencia. La violencia directa, que es la forma más fácilmente reconocible que acarrea daños físicos y emocionales, podemos ver en las diferentes mujeres que han denunciado malos tratos o quienes han perdido la vida. La violencia estructural que se refleja en la injusticia y en la desigualdad como consecuencia de la propia estructura social. En este sentido la precariedad económica y la feminización de la pobreza, en general, se constituye como uno de los principales obstáculos para que muchas mujeres puedan salir de la situación de violencia machista que padecen, estableciéndose un claro caso de violencia estructural.
 
En Euskal Herria han disminuido el número de denuncias por violencia machista considerablemente en los últimos dos años. Y en tercer lugar la violencia simbólica o cultural, que es aquella que justifica, legitima y hace posible que existan la violencia directa y la estructural, en la medida que hace que sean interpretadas consciente o inconscientemente como justas, necesarias o inevitables. Como hemos dicho antes, la religión, el lenguaje, los medios de comunicación, la familia, etcétera. 
 
Por todo lo mencionado anteriormente, vuelvo a apelar a la responsabilidad política como institución que tenemos y os invito a apoyar esta propuesta, incluyéndola en la enmienda de transacción que hay pactada, porque supone situar a la violencia machista como lo que tenemos que hacer, situarla en primera línea de la política, como un problema de primer orden que no puede esperar. No sólo los días 25 de noviembre u 8 de marzo tienen que estar encima de la mesa. Tienen que ser parte de nuestro quehacer diario, porque supone además para los grupos parlamentarios presentes un compromiso real y firme de trabajar para erradicar la violencia machista de nuestra sociedad. Supone pasar de los hechos a las palabras en el Parlamento Vasco.
 
Además, nos da la posibilidad de profundizar en el conocimiento de esta realidad, cómo funciona, toda su dimensión y valorar lo que se está haciendo, y también nos permite conocer políticas que se están desarrollando en otros países con importantes impactos positivos en la materia. También permite poner en valor el trabajo interinstitucional que se está realizando. Proponemos, por ellos, sumar esfuerzos, sumarnos al compromiso y al trabajo. Que tenga un foco mediático. Es fundamental que tenga un tema de tal magnitud un foco mediático, algo que en este caso desde el Partido Nacionalista Vasco no lo veían como muy acertado y consideramos, al contrario, que somos conscientes de la posición privilegiada del Parlamento para proyectar y difundir todo este trabajo que se debería de hacer con las puertas abiertas, con luz y taquígrafos para que impregne todos los estamentos, para que llegue al conjunto de la sociedad, para mostrar nuestra responsabilidad política con la violencia machista, para atajarla. Fundamental además, para dar pasos en el reconocimiento del movimiento feminista de una vez por todas como sujeto político de pleno derecho.
 
En relación a la enmienda de transacción que plantean, voy a dejarla mejor para el siguiente turno. Sí que me gustaría hacer una referencia y es que el Gobierno Vasco con sus políticas está dejando unas cifras verdaderamente alucinantes que se lo manifestamos al señor Urkullu en pasadas semanas. Del total de personas que están en riesgo real de pobreza, el 82 % son mujeres. El 72 % del trabajo reproductivo y de cuidados, no remunerado ni contabilizado, pero que es indispensable para sostener la vida es realizado por mujeres, ojo, supone el 29 % del Producto Interior Bruto, el 83 % del trabajo a tiempo parcial es realizado por mujeres. La brecha salarial entre hombres y mujeres es de 7.000 euros, por no hablar del irrisorio presupuesto de Emakunde, 6 millones de euros, equivalente al precio de los uniformes de la Ertzaintza. Si verdaderamente queremos poner las políticas de igualdad en primera línea, nos parece que como mínimo tiene que contar con todos los recursos necesarios para atajar no sólo la violencia machista, sino transitar hacia una sociedad verdaderamente igualitaria. 
 
Los sectores de servicios, sectores completamente feminizados, como la sanidad, han sido los más azotados por sus políticas. Las trabajadoras del hogar, quienes viven esclavizadas, mujeres migrantes responsabilidad también del Gobierno Vasco por hacer caso omiso a las demandas de la Asociación de Trabajadoras del Hogar en relación a la inspección de trabajo. Es absolutamente contradictorio hablar de género y a su vez acometer brutales recortes que nos condenan a la miseria y a la precariedad. Ustedes con sus políticas nos están manifestando abiertamente que las
mujeres no estamos entre sus prioridades, los recortes presupuestarios recaen directamente en nosotras y nos abonan el terreno para vivir una vida precaria y esto es violencia machista, esto es la violencia estructural de la que hablábamos y sino la atajamos los hijos sanos del patriarcado seguirán acabando con nuestras vidas y seguirán matándonos. 

EH Bildu propone crear una ponencia sobre la violencia machista para dar centralidad política al problema

Siendo hoy el Día Internacional contra la Violencia Machista, EH Bildu ha propuesto que el Parlamento de Gasteiz constituya una ponencia sobre la violencia contra las mujeres para situar esa realidad en el centro del debate político como lo que es, un problema político de primer orden. La iniciativa se debatirá en el Pleno del jueves, tal y como han indicado Lur Etxeberria y Diana Urrea -parlamentaria y compañera de Alternatiba-, que han confirmado además la participación de representantes de EH Bildu en las movilizaciones convocadas por el movimiento feminista para esta tarde.

Según han explicado las parlamentarias abertzales, la ponencia permitiría realizar un diagnóstico de la realidad de la violencia machista, su dimensión, causas y consecuencias, así como analizar las políticas públicas en ese ámbito y formular y debatir propuestas para mejorar la respuesta institucional en contra de esa violencia. En la ponencia, sostiene EH Bildu, debería participar el movimiento feminista, así como personas expertas en la materia, Emakunde y otras instituciones públicas.

A juicio de Etxeberria y Urrea, las cifras hablan por sí solas y demuestran que «los ataques machistas no pueden ser abordados como si fueran actos aislados o excepcionales», ya que «en Euskal Herria hay 11 denuncias diarias y una investigación realizada en el conjunto de Europa concluye que una de cada tres mujeres sufrimos algún tipo de violencia y que más de la mitad sufrimos acoso sexual».

A la vista de los datos, EH Bildu reclama del Parlamento una respuesta que esté a la altura de la gravedad de esa realidad «para dotar a las mujeres de las herramientas necesarias para esa lucha diaria por una vida libre de violencia machista». Al respecto Etxeberria y Urrea destacan que «la violencia machista es una expresión del sistema patriarcal, su consecuencia o representación más grave; esa violencia es estructural porque en su base está el mismo orden social; es decir, todo un sistema que apoya, protege, sostiene y posibilita este tipo de violencia. Por tanto, es un medio poderoso para mantener las relaciones de poder entre hombres y mujeres».

EHBildu

La sangre caliente de mis manos

Luis Salgado – Alternatiba

Dicen los medios que nadie podía esperar un comportamiento así, que era un tío normal, que incluso hay quien afirma que iba a Misa todos los domingos. Un buen trabajador, una buena persona afirman, pero de sus manos cae aún un hilo de sangre caliente, porque la sangre vende en prime-time.

Una vez al año colocamos puntitos lilas en nuestras ventanas y dormimos con tapones de algodón en los oídos para no escuchar a los vecinos. Nos concentramos ante las instituciones y en la calle, porque las concentraciones limpian nuestra conciencia, y de nuestras manos cae aún un hilo de sangre caliente.
 
Hoy hablamos de acabar con una “lacra” que siega la vida de centenares de madres, compañeras, amigas, y mañana cuestionamos los datos y equiparamos balanzas, y desestimamos realidades, porque “ellos” también son víctimas. Curiosa balanza desequilibrada, donde las excepciones son portada y el problema una nota a pie de página. Y de las manos de los editores cae aún un hilo de sangre caliente. Porque el hombre que muerde al perro bien merece un titular.

Y mientras todo esto ocurre, miles de asesinos recorren nuestras calles, nuestros paseos, nuestros bares, impunes, mientras de sus manos cae aún un hilo de sangre caliente, y compran gafas de sol en invierno para sus amantes-esposas.

La prevención no existe, y seguimos por la senda de la superioridad de Genero. Estereotipamos comportamientos androcentristas. Reproducimos la cultura del masculino singular. Escondidos en cifras, porcentajes, desigualdades, encasillamientos, y especializaciones. La sociedad es la culpable que yo no soy así, que la quiero, pero se empeña en llevar esas faldas tan cortas, y provocan, y me seducen, y me violan, y uno no es de piedra, y de mis manos cae aún un hilo de sangre caliente.

Y cuando la amenaza deja de ser verbo, entonces victimizamos a la victima, la señalamos, la apartamos, le damos una nueva vida porque la suya la perdió por libre elección. Ellas son las culpables, culpables de si mismas y las protegemos como protegemos a los corderos de los lobos, entre alambradas, con perros guardianes. Las desarraigamos de la sociedad y las obligamos a renacer, mientras el asesino sigue yendo tranquilo de la casa al trabajo, paseo por el bar, y gritos de acera a acera. PUTA. Y lo vemos mientras de nuestras manos cae aún un hilo de sangre caliente.

Y el lobo es conocido, sabemos donde vive, pero él no tiene seguimiento, ni es señalado, ni acusado, ni sufre desarraigo, ni pierde su pasado, y sino empuña un arma y olvida la orden de alejamiento, todo quedará para él en un mal trance que olvidará mientras busca una nueva oveja. Un separado más, un divorciado con rencor. Y la ruleta girará nuevamente mientras de sus manos cae aún un hilo de sangre caliente.
 
¡Ay de nosotros, sociedad enferma! 39 denuncias acumulaba el agresor, ¿Cómo íbamos a saber que se atrevería a saltarse una orden de alejamiento? Caerá la Justicia con todo su peso sobre él, pero ella está muerta, hoy lo lamentamos tras una pancarta, bajo la lluvia para mayor teatralidad, y de la pancarta, hoy también, cae aún un hilo de sangre caliente.
 
Del blog de Luis Salgado El Mundo Imperfecto
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