De tiorras feas y participación política

Irantzu Varela – Alternatibaren Mahai Feminista

Un señor mayor, feo y facha se ha considerado legitimado para preguntarse en un periódico “¿por qué las tiorras separatistas de Bildu y las CUP han de ser tan feas”?

Obviando que es una generalización arbitraria -doy fe de que ese señor no nos conoce a todas las “tiorras independentistas”, al menos a las de Bildu-, me preocupa y me enfada asumir que su atrevimiento no es ni raro ni sorprendente.

Este señor ha tenido la osadía de escribir en público lo que muchos dicen, piensan y jalean en privado -o no tanto-: que las mujeres que no somos como dios (o el patriarcado) manda, no molamos.

Este sistema de dominación patriarcal en el que vivimos y que reproducimos, nos ha ido dando a las mujeres, pequeñas limosnas de libertad con el paso de los años. Se nos ha ido dejando votar, conducir, trabajar, divorciarnos y tener una cuenta corriente. Se nos sigue matando, violando y discriminando, ante la indignación e indiferencia general. Eso sí, cada vez hay más gente a la que le parece fatal. Tomar medidas concretas o relacionar los comportamientos machistas más sutiles con la posición de las mujeres en la sociedad, eso ya es otra cosa.

Pero hay una esclavitud de la que a las mujeres no nos van a dejar librarnos, porque el sistema está cimentado sobre ella, la de estar en nuestro sitio, cumplir nuestro papel, hacer lo que se espera de nosotras: satisfacer necesidades y deseos ajenos. Cuidar y adornar. Sonreír y callar.

Nuestro espacio es lo privado, nuestra función es gustar y complacer, y los temas importantes son los de los hombres, aunque sólo sean la mitad de la gente.

Y todas las mujeres que tengan el atrevimiento de no hacer una cosa o la otra, serán castigadas. Aquí no apedreamos, ni azotamos, ni se nos obliga a taparnos. Aquí, a las mujeres que cometemos la osadía de movernos en el espacio público como si fuera el nuestro, de participar en política como si fuera nuestro derecho, se nos llama gordas, feas, flacas o viejas. Se habla de nuestro peinado, de nuestra ropa y de nuestro cuerpo.

Porque las mujeres que osamos participar en política estamos desobedeciendo. Porque en este sistema masculino, masculinizado y machista, no sorprende ver sólo hombres en los espacios de decisión y representación, no chocan las listas en las que sólo hay corbatas o barbas, pero chirría cualquier mujer que haga esas cosas que una mujer no debería hacer: negociar, protestar, luchar, hablar en cualquier foro, opinar sobre cualquier tema, defender su criterio, considerar sus intereses tan importantes como los del resto.

Las que hacen eso descolocan, incomodan, resultan desagradables. Porque las que hacemos eso estamos desafiando -a veces sin pretenderlo- el mandato en el que se basa el orden patriarcal: los hombres mandan y tienen necesidades, nosotras obedecemos y les satisfacemos.

Suena burdo, anticuado y superado, pero no lo es. Las esclavitudes que las mujeres hemos ido superando en los último siglos, gracias siempre a todas las que se han rebelado, han ido mejorando nuestras condiciones de vida y nuestra posición en la sociedad, pero no han supuesto, ni mucho menos, que abandonemos nuestra posición de subordinación. Y nuestra subordinación es la satisfacción.

Satisfacer cuidando y satisfacer gustando. El espacio que se nos impone es el privado, porque ese es el marco en el que debemos ejercer la imposición del cuidado. La condición que se nos impone es la belleza. Un concepto prefijado, irreal, arbitrario y premeditadamente inhumano -por inalcanzable- de la belleza. Casi nadie responde a ese modelo, pero no es lo mismo no hacerlo siendo una mujer. La belleza en los hombres es un atributo, y para las mujeres es un mandato.

Así, para una mujer, irrumpir en la esfera política es desobedecer al mandato de permanecer en lo privado, y nadie le va a perdonar desobedecer también al de cumplir con el mandato de la belleza.

Así, para una mujer, pretender participar en política es exponerse a que su cuerpo, su cara, su sexualidad, su ropa, su peinado, pasen a ser propiedad pública, como si fueran de todos, y todos pudieran reírse y opinar y humillar, cuando no cumplan con los cánones impuestos, aunque los que se ríen no se acerquen a ellos ni de lejos.

Así, para una mujer, ejercer el derecho a luchar por lo que considera justo es permitir que los hombres que tiene enfrente, pero también los que tiene al lado, la consideren una oponente o una aliada de segunda, se fijen más en sus tetas que en su discurso, le den menos importancia a sus propuestas que a su pelo.

El problema es que cuando estas cosas las dice un señor mayor, feo y facha, sólo le jalean los machistas radicales que, como dice Jule Goikotxea, son pocos y aburridos.

Pero, ¿qué hacemos cuando los que no nos ven como compañeras e iguales, sino como intrusas y cuerpos, son los nuestros…?

Publicado en Rebelión y Naiz

El PNV explicado en una foto, y desde Alonsotegi

El de la izquierda es el presidente del TVCP que acaba de publicar el informe ( http://ht.ly/WSRyH ) sobre Alonsotegi.

El informe dice que mientras el de la derecha fue alcalde de Alonsotegi era imposible controlar la legalidad de las acciones del Ayuntamiento.

El de la derecha dejó la alcaldía para ser director de la Diputación de la mano del que está a su izquierda.

El informe dice también que el sustituto en la alcaldía del de la derecha no cumplió la ley.

El de la izquierda fue el máximo representante de una institución que tenía que tutelar los ayuntamientos como Alonsotegi.

El de la izquierda es ahora el máximo representante de una institución que tiene que vigilar las cuentas de los ayuntamientos como Alonsotegi.

El de la derecha es en la actualidad consejero de la sociedad pública Seed Capital de Bizkaia ( http://ht.ly/WSSqv )

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Alternatiba organiza una charla con Igor Meltxor: «Gestión a la vasca: Chiringuitos, impunidad y soberbia»

El jueves 21 de enero, en la sede de Alternatiba de Bilbo (Plaza de la Casilla 6, bajo) tendremos la oportunidad de charlar con el analista político Igor Meltxor sobre las verdades que se ocultan tras las supuestas bondades de la gestión del PNV. Autor de los libros de investigación «Gestión a la vasca: Chiringuitos, impunidad y soberbia» y «Caso Bidegi: ¿A dónde ha ido a parar el dinero?», Meltxor nos ofrecerá datos para constatar lo que es de sobra conocido, que las siglas de lo jeltzalez responden más bien al Partido del Negocio Vasco, al #PNVstyle. La charla será abierta y de entrada libre hasta completar el aforo.

Fatuarte: «No hay dinero para necesidades reales pero sí para iniciativas que sólo benefician a los organizadores de la Vuelta a España y a grandes cadenas hoteleras»

La concejala de EH Bildu y compañera de Alternatiba Alba Fatuarte, ha denunciado el despilfarro que supone acoger la Vuelta a España en Bilbao. “La decisión tomada por el equipo de Gobierno es incomprensible. Se decide apoyar este tipo de actividades pocos días después de que el equipo de gobierno desestimara todas y cada una de las 20 alegaciones que 16 asociaciones vecinales, culturales y sociales realizaron al presupuesto. Parece que no hay dinero para las necesidades reales de los y las bilbaínas, pero sí para iniciativas que sólo benefician a los organizadores de la Vuelta a España y a grandes cadenas hoteleras”, denuncia Fatuarte.

EH Bildu Bilbo recuerda que hace cuatro años el gasto por traer la Vuelta a España a Bilbao rondó los 197.000 euros. “Es un despilfarro de dinero público. Bajo el mantra del impacto económico que estas actividades pudieran tener en la Villa, se destinan grandes sumas de dinero público a multitud de eventos similares. Una inversión que el gobierno se niega a destinar a las necesidades reales de los y las ciudadanas bilbaínas”.

Por esa razón EH Bildu preguntará al Gobierno sobre el coste real que este evento de grandes dimensiones supondrá para las arcas municipales, ya que se solicitará información sobre los costes adicionales relacionados con los recursos que el Ayuntamiento tendrá que poner a disposición de los organizadores de la Vuelta a España. Recursos tales como agentes municipales destinados para el evento, la iluminación o el acondicionamiento de las calles.

EH Bildu Bilbo

Hasta el coño

Cristina Bereciartua – Alternatiba

Estamos hasta el coño, de que creáis que somos vuestras, que nuestros cuerpos os pertenecen, que somos una cosa más o menos bonita, que vaga por el mundo con el único objetivo de saciar vuestras necesidades sexuales, de aupar vuestros egos, de cuidaros y de saciar vuestras necesidades logísticas. De que penséis que cuando vamos por la calle tenemos la obligación, no solo de aguantar las ordinarieces que nos decís, o gritáis, sino que además tenemos que aceptarlas de buen grado, sonriendo o agradeciendo, el que hayáis tenido el detalle de fijaros en nuestra existencia, en nuestro vagar por el mundo. Porque no, no nos gusta que nos chillen en la calle y, no, tampoco nos importa vuestra opinión sobre nuestro cuerpo, nuestra actitud por la vida o nuestra forma de vestir. No queremos ni necesitamos vuestra aprobación.

Estamos hasta el coño, de que hagamos lo que hagamos se nos juzgue por nuestro físico y por nuestras relaciones personales. Da igual si somos deportistas, periodistas, políticas, presentadoras o astronautas. Lo que importa es si tenemos novio (Carolina Marín campeona del mundo de bádminton hasta se ha echado novio”); si podemos sobrevivir o no sin maquillaje y sin nuestras parejas (pregunta realizada a seis mujeres astronautas); si somos guapas o feas, si vestimos bien o mal (solo hay que ver la retahíla de insultos vertidos sobre Anna Gabriel).

Estamos hasta el coño, de los graciosos, de los que sueltan sus chistes machistas y esperan que aguantes, no solo sin quejarte, sino riéndoles la gracia. De los que se permiten en un comercio poner un cartel del tipo “las señoras que manoseen la fruta serán sometidas al mismo tratamiento por parte del frutero”.

Estamos hasta el coño, de que intentéis intimidarnos, en la calle, en el trabajo, en casa… Creéis que el mundo es vuestro, el espacio público os pertenece, por eso podéis insultarnos o humillarnos públicamente en las redes sociales, medios de comunicación, en la oficina o en plena calle. De esta forma queréis demostrar que el hecho de que participemos en algunos espacios es una concesión que nos hacéis para que juguemos a ser personas, con vuestras reglas, pero que como no comulguemos con lo que vosotros queréis, seréis implacables, el escarnio público será de la suficiente magnitud para que el resto de mujeres tomemos nota y sepamos hasta dónde nos dejáis jugar.

Estamos hasta el coño, de vuestra violencia, de la continua violencia a la que nos vemos sometidas. De que nos gritéis, nos toquéis sin nuestro consentimiento, de que nos levantéis la mano para asustarnos, de que nos violéis, de que nos peguéis y de que nos matéis. No hemos hecho más que arrancar el año y ya hay 2 mujeres asesinadas, en una semana, la primera del año, ya habéis matado a dos de las nuestras. Encima os atrevéis a culparnos “no denunciaron”, “volvió con él”, “retiró la denuncia”…

Pero, estad seguros, de que esto acabará. Cada vez somos más quienes luchamos por conquistar los derechos que nos corresponden y lo conseguiremos. No va a ser este año, ni el que viene, es una lucha que será larga, pero idos preparando. Porque no os vamos a permitir, ni a los graciosetes que legitiman y sustentan con sus actitudes el sistema; ni a los maleducados que nos gritan, nos ningunean, nos cuestionan y nos humillan; ni a quienes pretendéis dejarnos fuera de los espacios de poder, de los espacios de decisión, de la vida pública, de la calle, de los medios de comunicación, de la política, de la ciencia, del arte, de la cultura; ni a los violentos que nos tocan sin permiso, que nos violan, que nos amenazan, que nos pegan y que nos matan; a ninguno, que sigáis campando a vuestras anchas.

Y desde aquí os dedico mi versión: “y como bien cantaba Kontuz hi, en los conciertos que daba por aquí: machista, los días que te quedan son una cuenta atrás.

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