Alternatiba aplaude la nacionalización de YPF y aboga por imitar al gobierno argentino recuperando sectores estratégicos para la ciudadanía

La Mesa Internacionalista de Alternatiba ha “aplaudido y se ha felicitado” hoy por la nacionalización de la empresa YPF, hasta el momento bajo control de REPSOL, anunciada ayer por el Gobierno de Argentina por “incumplimiento sistemático de los fines sociales que cualquier empresa tiene la obligación de cumplir en un país democrático”. Desde Alternatiba han asegurado que “ya era hora de parar esta segunda ola de colonización protagonizada por las empresas transnacionales y sus gobiernos esbirros, que confunden el bien de la ciudadanía con el bien de sus empresas, buscando únicamente el lucro global”.

Desde la Mesa Internacionalista esperan que esta “medida democrática” permita iniciar a la Argentina a una “estrategia de transición a una matriz energética no dependiente de los fósiles y que haga posible el buen vivir”. Por otro lado, el órgano de Alternatiba ha invitado los gobiernos de Europa a “tomar buena cuenta de esta medida ambiciosa y valiente, y recuperar sectores estratégicos para el control democrático de la ciudadanía, sobre todo en aquellos ámbitos donde está demostrada su actividad fraudulenta en lo que se refiere a buscar el bien común”. Por ello, Alternatiba ha apostado por buscar las fórmulas adecuadas para la nacionalización absoluta de la banca y del sector energético, “como transición hacia una sociedad donde no prime la ganancia, sino el bienestar».

«Gure lurra, gure etorkizuna» dokumentala / Documental «Nuestra tierra, nuestro futuro»

Bizilur erakundeak eta EHNE Bizkaiak elkarlanean sortutako dokumentala sortu dute Euskal Herriko baserritarrekin eta nazioartean elikadura burujabetzaren alde lanean ari diren nekazari eta ekintzaileekin egindako elkarrizketak bilduz.

Bizilur, Asociación para la Cooperación y el Desarrollo de los Pueblos y EHNE Bizkaia han creado el documental Gure lurra, gure etorkizuna. Este documental recoge varias entrevistas con productores agrícolas y expertos de Euskal Herria y América Latina.

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Alternatiba lleva a Bruselas su apuesta por una paz justa y duradera

Alternatiba ha intervenido este jueves en la conferencia organizada por el grupo Basque Friendship Group en el Parlamento Europeo de Bruselas con el título “Aiete conference, a road-map for peace in the Basque Country?” (La Conferencia de Aiete, ¿una hoja de ruta para la paz en el País Vasco?). El representante de Alternatiba en la conferencia, Xabi Soto, ha intervenido para reiterar la apuesta de Alternatiba por una paz justa y duradera en Euskal Herria, tal y como lo hiciera en la propia Conferencia Internacional de Donostia el 17 de octubre del año pasado, objeto de la conferencia. Esta ha sido la intervención de Soto.

 

Egun on,

Me gustaría comenzar mi intervención mandando un saludo a Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez; y junto a ellos y a ellas, a todas las personas que permanecen encarceladas por su participación política a través de medíos pacíficos y democráticos.

A partir de este ejemplo, cito otros elementos de una lista, manifiestamente incompleta, que hacen referencia a algunos de los derechos humanos que aún a día de hoy se vulneran con motivo de la existencia de un conflicto político en Euskal Herria:

En primer lugar, constatamos la existencia de una organización armada, ETA, que mantiene sus estructuras militares y dispone de armas que todavía pueden suponer una amenaza en una sociedad que se pretende regir por parámetros democráticos; a pesar de que haya declarado el cese definitivo de su actividad armada.

Por otro lado, cabe destacar que Euskal Herria es la región europea con mayor ratio de policías por habitante: en concreto, 7 policías por cada 1.000 habitantes, un ratio muy superior al recomendado por la Unión Europea (sin tener en cuenta la policía secreta, manifiestamente presente).

Además, en el estado español, se aplica a algunas de las personas detenidas un periodo de incomunicación de hasta 5 días, con el agravante de que en la mayoría de los casos en que se solicita la aplicación del Protocolo para la prevención de la tortura, esta petición es denegada por la persona jueza. En este sentido, subrayamos las recientes condenas del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo en las que se sanciona al estado español por no investigar denuncias de tortura.

A partir de este punto, quiero detenerme en dos colectivos, surgidos como consecuencia del conflicto, que por su especial importancia, requieren de soluciones específicas:

Por un lado, es necesario hablar de las victimas del conflicto. En este punto, hay que subrayar que la solución del conflicto debe basarse en las normativas internacionales de Derechos Humanos, garantizando el derecho de todas las víctimas al acceso a la verdad, la justicia y la reparación, independientemente de cuál fuera el origen de su sufrimiento. En definitiva, se trataría de dar un reconocimiento integral a todas las víctimas del conflicto político.

Por último, aunque no por ello menos importante, es necesario hablar de las personas presas. Y es que, según un informe reciente del movimiento Herrira, son 15 las personas encarceladas que sufren enfermedades graves, 77 a las que se les ha aplicado la Doctrina Parot (alargando sus condenas de modo arbitrario), 136 que deberían estar en libertad condicional al haber cumplido 2/3 o 3/4 partes de su condena, y hasta 657 las que permanecen dispersas en cárceles de fuera de Euskal Herria; lo que supone un castigo añadido tanto para las personas como para sus familiares y amistades

Para acabar con esta primera parte, como partido de izquierda radicalmente democrática, reivindicamos el derecho de autodeterminación de todos los pueblos del mundo, incluido Euskal Herria. En este caso, es destacable el ejemplo de Nafarroa, única comunidad del estado español que tiene un estatuto que no ha sido refrendado por su ciudadanía.

Antes de pasar al siguiente punto, me gustaría subrayar que todas y cada una de las vulneraciones de derechos que acabo de mencionar han sido fruto de decisiones políticas. Por tanto, la solución al conflicto también debe ser política; es más, me atrevo a afirmar que a día de hoy se dan las condiciones suficientes para resolver el conflicto de forma justa y duradera. Tan solo es necesaria la voluntad política de todas las partes implicadas.

Para ayudarnos a alcanzar esta paz justa y duradera (en lo que al conflicto político se refiere), disponemos de al menos dos hojas de ruta:

La Declaración de Aiete, de la que destacaría el enorme impulso por parte de la comunidad internacional, la presencia de diversas sensibilidades políticas de Euskal Herria y la apuesta por una solución dialogada al conflicto.

El Acuerdo de Gernika, del que destacaría que, al igual que la Declaración de Aiete, ofrece una solución integral al conflicto político, subrayando la importancia de que el proceso de soluciones sea participado por el conjunto de la sociedad vasca. Y aquí añado que para Alternatiba, tal y como dijimos en Aiete, en esta fase del proceso de reconstrucción de la convivencia, es importante prestar especial atención a la participación de las mujeres y de las personas jóvenes; ya que consideramos que ambos sectores (diversos en su composición), pueden resultar claves para impulsar la resolución definitiva del conflicto.

Para concluir mi intervención, cito (o mejor dicho, recito) la celebre poesía del poeta castellano Antonio Machado:
“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.”

Podemos usar diversos mapas (señalando la Declaración de Aiete y el Acuerdo de Gernika), incluso podemos recorrer diversos caminos, lo verdaderamente importante es que todos y todas tengamos la voluntad de volver a  encontrarnos en un mismo punto, un punto en el que todas las personas vean respetados todos sus derechos.

Muchas gracias a todas las personas que habéis hecho posible la celebración de este evento,

Eskerrik asko.

Nuestras vidas o su capital, hay que elegir

Amaia Agirresarobe y Ana Etxarte – Portavoces de Alternatiba

Los hombres y las mujeres trabajadoras de Euskal Herria vamos a salir masivamente a la calle el próximo 29 de marzo porque queremos gritar, alto y claro, ¡Basta ya¡ a la gravísima conculcación de derechos que supone la reforma laboral impuesta por la extrema derecha del Reino de España.

Dicha reforma, que sólo persigue aumentar las ganancias y mantener el flujo incesante del capital, ni mucho menos va a reducir la tasa de paro, y además supone un ataque directo a los derechos de todas las personas empleadas: agudiza la esclavitud laboral de las personas jóvenes –y no tan jóvenes-; otorga a la clase empresarial la potestad absoluta para el despido, sin control político ni judicial, y a coste de saldo; amputa las capacidades de nuestros sindicatos al cercenar la potencialidad de la negociación colectiva; impide, una vez más, la capacidad del pueblo vasco para dotarse de un marco propio de relaciones laborales que nos permita avanzar en la transición hacia una sociedad justa, equitativa, socialista.

Pero, además, queremos que este ¡Basta ya¡ no sólo se limite a esta reforma laboral sin precedentes. Queremos también denunciar y parar la creciente marea de recortes y ataques que la clase trabajadora llevamos sufriendo en los últimos tiempos, y que nos están limitando nuestra capacidad para desarrollar y reproducir nuestras vidas: reformas laborales, de las pensiones, recortes en servicios sociales, amenazas de cambios en leyes como el aborto, prolongaciones de la vida de las centrales nucleares, etc. ¡Basta ya de priorizar vuestros privilegios y jugar con nuestros derechos¡.

No obstante, saldremos a la calle no sólo para parar ataques. Ya no es sólo momento para la resistencia, para la defensa. La crisis civilizatoria en la que nos encontramos –mucho antes del estallido financiero-  nos obliga a ensayar y a poner en práctica nuevos horizontes emancipatorios. Así, nuestro ¡Basta ya¡ más grande es para gritar ¡Basta ya de capitalismo¡ Basta ya de no enfrentar que el sistema nos está conduciendo a la superación de los límites físicos del planeta a partir de un cambio climático de funestas consecuencias ya en el corto plazo -¿Quién puede entender que este problema fundamental es secundario o periférico?-; basta ya de defender un sistema que genera pobreza y exclusión y que impide la reproducción de la vida de grandes mayorías -¿Vivimos para mantener al capital, o la economía sirve para asegurar nuestro bienestar?-; basta ya de afirmar que sólo el empleo está en crisis, cuando es el trabajo quien  lleva décadas en crisis. Así, la mayor parte de los trabajos necesarios para vivir son trabajos no monetarizados, son trabajos de cuidados, son trabajos relacionados con la reproducción social, y son mayoritariamente realizados por mujeres en situación de precariedad y esclavitud -¿Quién se va a  atrever a decirnos a las mujeres que la crisis surgió en 2007, cuando desde siempre estamos en crisis, y que esta gravísima crisis de los cuidados no precisa de alternativas urgentes?-; basta ya de llenarse la boca con democracia cuando los mercados y los políticos nos birlan la mayoría de decisiones estratégicas, en manos de agencias privadas, transnacionales y tecnócratas -¿Cómo defender nuestras vidas sin autonomía para decidir, elegir, querer?-

Por ello, las mujeres y los hombres de Euskal Herria saldremos a la calle. Para defendernos de la reforma, sí. Para parar los ataques de los últimos años, sí. Pero, sobre todo, para decir que hasta aquí hemos llegado, que no queremos más capitalismo, que nuestras vidas, que la vida, es incompatible con el capital, con sus lógicas inhumanas, y que lo queremos enterrar.

Queremos vivir vidas que merezcan la pena ser vividas; queremos vivir colectivamente, interdependientemente, en armonía ecológica; queremos vivir sin que nos obliguen a pensar que nuestro bienestar se acaba en el consumo y en la búsqueda de empleo; queremos compartir el trabajo, y decidir en qué es óptimo trabajar; queremos decidir sobre lo que nos afecta, sobre lo que queremos. Queremos, en definitiva, vidas plenas, frente a vidas amputadas por el capital.

Por eso, nos toca elegir, es el momento. Ya no hay lugar para medias tintas. El debate no es ya entre el estado del bienestar o el liberalismo, entre Dinamarca o Grecia. El debate es entre nuestras vidas y el capital, entre la vida y la maximización del beneficio. Nos atacan por todos lados, respondamos en todos los frentes: enterremos el capitalismo. Coge tu pala, y empecemos a cavar este 29 de marzo.

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Proletarios y proletarias de Europa, uníos

Asier Vega y Exabier Arrieta – Alternatiba

Esta proclama, que suena a antigua y desfasada, tiene sin embargo un sentido muy actual, si nos paramos a pensar dónde y quién decide sobre los recortes y el desmantelamiento de derechos que sufrimos la clase trabajadora de este país y de Europa en general, aunque con diferentes intensidades.

Aún suena con fuerza aquel solemne anuncio del entonces presidente del Reino de España Rodríguez Zapatero, diciendo que “los trabajadores no pagarán la crisis”. Nada más decirlo comenzó la mayor ofensiva de reformas y recortes ordenadas desde Bruselas, ¿o desde Berlín más bien?; nada más decirlo se puso en marcha la reforma exprés de la otrora intocable Constitución Española, para poner techo al endeudamiento en lo que ha sido un ataque más al sector público, y de nuevo fue ordenada so amenaza de rescate-chantaje desde Bruselas, ¿O desde Berlín?; nada más decirlo se produjeron cambios en los gobiernos griego e italiano, alzando al poder a supuestos tecnócratas como Monti y Papademos (los interventores de la gran Banca Alemana y Francesa así como del FMI), cuya única misión al llegar a la poltrona a dedo es la de colonizar económica y políticamente a estos países, de nuevo bajo el imperativo de Bruselas ¿o será de nuevo Berlín? Así una y otra vez.

De esta manera, la Unión Europea se ha destacado a lo largo de los últimos años como la encarnación de una dictadura neoliberal, encargada de robar la capacidad de decisión a los y las ciudadanas, para entregársela a la banca alemana y a los grandes conglomerados financieros. Sólo desde esta lógica de priorizar el capital frente a los derechos y la vida de los y las europeas se entiende el beligerante papel de Merkel frente a los estados miembros; sólo así se entiende el entramado profundamente antidemocrático sobre el que se ha construido el proceso a través del Tratado; sólo así se entiende el cierre en falso del problema real de la economía europea con el Pacto del Euro; sólo así se entiende el papel que se sigue arrogando el BCE, estructura antidemocrática, a la hora de fortalecer a la banca y no a los estados; sólo así se entiende la privatización obligada de servicios, o el enfoque clasista y ultracapitalista de las políticas comunitarias como la Política Agraria Común (PAC).

Por ello, cuando salgamos a las calles el día 29 de marzo, debemos presionar a nuestros gobernantes títeres y decirles que basta de saqueo, y no debemos olvidar que éste modelo europeo es absolutamente contrario a los intereses de la clase trabajadora, de la humanidad y del planeta. Otra Europa no sólo es posible, sino necesaria para frenar esta lógica delirante del capital, ya que de allí surgen muchas de las funestas medidas que estamos sufriendo. Queremos y exigimos una Europa democrática; una Europa libre de especulación; una Europa de los derechos; una Europa que no impida los déficits, sino los superávits sin mejora de las condiciones de los y las trabajadoras –el superávit alemán está detrás de parte fundamental de los problemas especulativos que nos acucian-; una Europa de fiscalidad única, sí, si así lo quiere la ciudadanía, pero para gravar al capital y para mejorar las políticas públicas. En definitiva, una Europa alternativa y volcada en el bienestar de las mayorías, no en el negocio de unos pocos.

Si queremos oponernos a la Europa del Capital la clase trabajadora debe organizarse también a nivel global, pues global es el ataque. No podemos admitir que nos gobiernen instancias no elegidas por el pueblo, que responden a intereses que son los que han creado esta crisis.  Por todo ello, el día 29 todos y todas a  la Huelga General.

¿Progreso, cambio o emancipación?

Amaia Agirresarobe – Portavoz de Alternatiba

Las palabras están vivas, son dinámicas, mutan y se adaptan a los tiempos y a los contextos. El término que ayer significaba una cosa, hoy se refiere otra; lo que ayer cobraba un sentido específico, hoy quizá ya no lo tiene. Este devenir de las palabras y de los conceptos debe estar en constante revisión: uno, para no utilizarlos de manera errónea, descontextualizada; dos, para adecuar constantemente significante y significado, evitando la degeneración de las palabras. Sí, no hemos de olvidar que éstas forman parte de los discursos, y por tanto son fruto de las correlaciones de fuerzas, de las relaciones de poder, del interés por construir determinados imaginarios.

Por poner ejemplos, ¿Qué queda hoy del desarrollo sostenible?, ¿Qué significa la democracia, la soberanía popular, el poder del pueblo, cuando los que se vanaglorian de ser demócratas birlan a la ciudadanía las decisiones fundamentales, que están en manos de empresas transnacionales y de instituciones de escasa legitimidad, como el Banco de España, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea o el FMI?

Las izquierdas tenemos que hacer un ejercicio permanente de análisis crítico de las palabras, de los conceptos. En este punto es importante señalar que esta batalla de ideas, esta batalla de palabras, esta confrontación de discursos, también es parte esencial de la lucha por un modelo alternativo de sociedad. Estructuras, prácticas e imaginarios son elementos insoldables de nuestras propuestas políticas. Así, y dentro de este cuestionamiento crítico, deberemos condenar al ostracismo, en algunos casos, a aquéllos conceptos que confunden y despistan; en otros, deberemos redefinir, recuperar o crear otras palabras, que impidan la proliferación de términos light, neutros, fortalecedores del orden establecido.

Respecto al primero de los casos -conceptos mal usados-, queremos detenernos especialmente en el progreso, en los y las progresistas. La idea de progreso es una de las señas de identidad de la modernidad capitalista, paradigma civilizatorio sobre el cual se asientan nuestras sociedades. Así, en el siglo XVIII surge la creencia, fruto de los adelantos tecnológicos, de la capacidad ilimitada del ser humano y de los pueblos del planeta de progresar, de desarrollarse.

Un desarrollo vinculado únicamente al crecimiento permanente y exponencial de bienes y servicios –y no de derechos y capacidades-; un crecimiento basado así en el fetichismo de la mercancía, que excluye, desvaloriza y ningunea algo fundamental, que es el trabajo de sostenibilidad de la vida, realizado fundamentalmente por mujeres dentro de una estrategia de adaptación capitalista al patriarcado; un progreso que  se convierte en una receta universalizable –sólo hay que seguir las etapas seguidas por los países desarrollados-, que se basa en las premisas capitalistas de maximización de beneficios, apertura de mercados y crecimiento ilimitado, donde la naturaleza no es más que un recurso más. Por lo tanto, progreso es igual a desarrollo, que es igual a crecimiento capitalista.

Desde el siglo XX, el término de progresista, se utiliza también para diferenciarse del término conservador –supuestamente quien no quiere avanzar en el desarrollo del progreso, de la modernidad capitalista- pero también para diferenciarse del término izquierdista –vinculado a procesos radicales, de los que se huye conceptualmente, aunque el socialismo real también se imbuye de desarrollismo progresista, aunque no capitalista-. De esta manera, si este es el significado de progreso, y si partimos de la actual situación de gravísima crisis civilizatoria, social, climática y alimenticia, ¿Quién que se considere de izquierdas puede apelar al progreso, cuando este concepto nos lleva a la defensa del capitalismo en su versión más patriarcal, antiecologista y colonialista? Así, el uso del término progresista es, en el peor de los casos, un grave error; en el mejor, una cobardía, al pretenderse el equilibrio entre los dos demonios, conservadores e izquierdistas, cuando hoy en día son el progreso y la modernidad capitalista -ensalzada por conservadores, liberales y socialdemócratas por igual-, los que impiden una sociedad más justa y equitativa.

Respecto al uso de conceptos neutros o vacíos, nos encontramos con el debate entre cambio, transformación y emancipación. Asistimos hoy al uso y al abuso de la palabra cambio. Cambio político, cambio social, cambio de etapa, escuchamos una y otra vez, y no sabemos muy bien qué se quiere decir. Cambiar, en sí, es simplemente “dejar una cosa para tomar otra”, “mudar”, “convertir”, que tanto puede ser para bien como para mal -no hay duda de que la reforma laboral es un cambio- y que, además, todo el espectro político lo utiliza, desde la extrema derecha a la extrema izquierda, ya que puede significar desde la mera alternancia (“quítate tú para ponerme yo”), a cambios decorativos, o a grandes transformaciones estructurales. Es, hoy en día, un concepto vacío. Precisamente el término transformación -primo hermano del cambio- trae implícito un deje de cambio de mayor calado, de mayor profundidad, aunque sigue sin dejar clara la línea que lo separa del simple cambio. ¿Cuál es la línea entre cambio y transformación?  

Así, si el cambio no significa nada, si no tiene fuerza política, y la transformación no clarifica su significado, la emancipación puede ser el concepto que recoja los anhelos de las izquierdas, ya que hace referencia a “liberarse de cualquier clase de subordinación y dependencia”. Este si es un concepto cargado de contenido, fuerte, y que en estos momentos de crisis pretende enfrentarse al sistema múltiple de dominación que impide el desarrollo de las libertades de personas y pueblos. Por lo tanto, se enfrenta al patriarcado, al capitalismo, al productivismo, al colonialismo, al racismo y a la dictadura, y plantea su superación integral.

Repetimos, la lucha de discursos e imaginarios es parte esencial de la lucha social. Así, desterremos de nuestras vidas las referencias al progreso, y luchemos por la emancipación mejor que por el cambio –le regalamos la palabrita a Rajoy, o en un futuro a Rubalcaba, o a Urkullu-. Nosotros y nosotras a lo nuestro, por una Euskal Herria y un mundo emancipado.

Declaración de la Marcha Mundial de las Mujeres Día Internacional de las Mujeres 2012

Este 8 de marzo, nosotras, las mujeres de la Marcha Mundial de las Mujeres, seguimos marchando, resistiendo, y construyendo un mundo para nosotras, los otros, los pueblos, los seres vivientes y la naturaleza. Estas acciones continúan enfrentándose a los embates del paradigma mortal del capitalismo con sus falsas salidas a las crisis y de una ideología fundamentalista conservadora.
 
Vivenciamos un crisis del sistema capitalista, racista y patriarcal que, para sostenerse, impone brutales “medidas de austeridad” que obligan a nosotras, los pueblos, a pagar por una crisis que no hemos provocado: son recortes presupuestarios de todos los servicios sociales, disminución de salarios y de pensiones, estimulo a guerras y avance de la mercantilización de todas las esferas de la vida. Nosotras las mujeres pagamos el precio más alto: somos las primeras que seremos despedidas y que, además de las tareas domésticas más habituales, somos obligadas a asumir las funciones antes cubiertas por los servicios sociales. Tales medidas cargan el peso de la ideología patriarcal, capitalista y racista y son expresión de políticas de incentivo para que volvamos a la casa, que estimulan además el avance de la prostitución y la venta de las mujeres, el aumento de la violencia contra nosotras, el trafico y las migraciones.
 
Denunciamos la continua imposición de acuerdos de libre comercio, que intentan transformar los bienes comunes como la salud, la educación y el agua en mercancías, y generar un mercado de  explotación de la mano de obra barata en los países del sur. Rechazamos la cultura del consumo que va empobreciendo más las comunidades, generando dependencia y exterminando las producciones locales.
 
Nos solidarizamos con las mujeres en lucha en Europa, especialmente en Grecia pero también en Portugal, Galicia, Estado Español, Italia y Macedonia, que se están organizando para resistir la ofensiva neoliberal y retrógrada promovida por las instituciones financieras y políticas, y sus propios gobiernos, a servicio de intereses de las corporaciones transnacionales. Nos solidarizamos también con todas las mujeres del sur que enfrentan hambrunas, empobrecimientos, esclavitud laboral y violencia pero que siguen construyendo su resistencia.
 
Denunciamos el avance de la militarización en todo el mundo como estrategia de control de nuestros cuerpos, vidas, movimientos y territorios y garantía para la neocolonización, el nuevo saqueo y apropiación del capital sobre los recursos naturales y la manutención del enriquecimiento de la industria armamentista en frente a la crisis. Constatamos con temor la amenaza de retorno de lo militarismo y del autoritarismo como valores en la sociedad en distintos países alrededor del mundo, como en: el Medio Oriente, en Tunicia, Libia y Egipto, donde las mujeres y los pueblos continúan a luchar contra todo tipo de dictadura fundamentalista y por verdadera democracia; en Palestina donde las mujeres luchan contra el colonialismo y el sionismo en diversos países Africanos – como en Senegal donde el gobierno se utiliza de la fuerza del ejercito por intereses electorales, o en Mali donde grupos armados aterrorizan la populación civil en su lucha por controle da la región norte; en Honduras, México, Guatemala y Colombia donde hay procesos de re-militarización; y en diversos países en Asia-Oceanía donde refuerzan la presencia de las tropas militares de Estados Unidos.
 
Nos solidarizamos con las mujeres y los pueblos en resistencia y lucha en todos los territorios que están en guerra, bajo control militar y en riesgo de serlo, o viviendo los impactos nefastos de una presencia militar extranjera. A pesar de ello, nosotras las mujeres continuamos defendiendo nuestro territorio, cuerpo y tierra de la explotación de los ejércitos regulares e irregulares, estatales y privados.
 
Denunciamos la estrategia concertada de los medios de comunicación globalizados que busca revitalizar los dogmas y valores conservadores y que ponen en riesgo los logros o avances de las mujeres en el mundo. Se cierran espacios de participación, se criminaliza la protesta, y se cercea el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Nuestra autodeterminación reproductiva está amenazada donde la hemos conquistado, como, por ejemplo, en diversos países de Europa (como en Portugal y España) y de Norte América donde el aborto es legalizado, pero donde este derecho es atacado en la práctica por cortes de los presupuestos públicos que tienen como blanco los hospitales y los servicios de interrupción del embarazo. En muchos otros países, como en América Latina y varios países de Asia-Oceanía, las mujeres que abortan siguen siendo criminalizadas, como en Brasil, Japón y Vanuatu. En México se legaliza el aborto en el Distrito Federal y se criminaliza en el resto del país. En Honduras, la píldora contraceptiva de emergencia ha sido prohibida. En Nicaragua, el aborto mismo en situaciones de riesgo de vida para la madre o de violación se convierte en un delito a través de una Reforma Constitucional.  Rusia sigue su ejemplo con la mujer del presidente al frente de campañas para prohibir el aborto en cualquier situación. Grupos auto-intitulados “pro-vida” defienden en realidad la muerte de las mujeres, nos insultan y a las profesionales de salud en Norte América, presionan en parlamento para rever la ley en Sudáfrica e impiden cualquier discusión en Pakistán.
 
Nos solidarizamos con todas las mujeres que continúan luchando y enfrentando los embates de la policía, los servidores públicos y de la justicia injusta, así como a las que enfrentan la violencia en su contra.
 
Frente a estas situaciones, estamos en las calles, tenemos alternativas y las estamos viviendo. Reiteramos que seguiremos fortaleciéndonos desde nuestros cuerpos y territorios en resistencia y defensa de los mismos, profundizando nuestros sueños de transformaciones estructurales en nuestras vidas y ¡marchando hasta que todas seamos libres!
 
Llamamos a la articulación de nuestros movimientos y a las alianzas con los otros movimientos, pues solo así construiremos un mundo en libertad.
 

En el Mundo, 8 de marzo de 2012

Hacia una Edad Media digital

Iagoba Itxaso – Militante de Alternatiba

Últimamente hemos oído mucho sobre derechos de autor y la neutralidad de la red: La SGAE y sus gestores bajo sospecha – más que fundadas sospechas – una Ley Sinde aprobada sin consenso, un Canon Digital que desaparece, los proyectos de ley SOPA y PIPA en Estados Unidos, un apagón digital luchando contra ellas, el FBI cerrando Megaupload tras una espectacular operación internacional…

Algunos sabremos de qué va el tema y otros habremos oído campanas. Es la guerra: la World War Web. Pero… ¿cuáles son los bandos?

Por un lado tenemos a las industrias derivadas de obras intelectuales. Por el otro tenemos a los defensores de la neutralidad y la libertad en la red. Por un lado tenemos a grupos de empresarios, de trabajadores y de autores que defienden sus modelos de negocio, amenazados por una revolución digital que hace tambalear gran parte de sus formas de generar ingresos. Por el otro tenemos a los defensores del progreso a todos los niveles, de una Internet global sin tijeras ni límites, de unos derechos en cuanto a libertad de información y comunicación que consideran fundamentales. También en este segundo bando, se incluirían las industrias que producen beneficios gracias a esta libertad en la red.

Aunque bien es sabido que el medievo no fue una época tan oscura como la cultura popular a veces nos muestra, esta imagen habitual de la Edad Media nos sirve para mostrar que uno de estos dos bandos en la World War Web, busca retrotraernos al pasado. Como esa Iglesia medieval luchando contra la Ciencia, las industrias derivadas de los derechos de autor luchan contra el mundo digital, contra la red y la tecnología.

Pero al igual que esa lucha por parte de la Iglesia fue inútil, y la Ciencia se abrió camino, resulta absurdo pensar que este grupo de industrias van a poder frenar el progreso ahora. Una lucha fútil por perpetuar modelos de negocio ya obsoletos.

Una industria editorial que intenta vendernos libros electrónicos al mismo precio que en papel; una industria discográfica que quiere convencernos de que el CD aún es un formato servible y lógico como producto; una industria cinematográfica y audiovisual que no plantea alternativas válidas a sus clientes, ciñéndose a productos de usabilidad reducida que no plantan cara a la gran versatilidad de los “piratas”; y en todos los casos, como perro de hortelano, ni siquiera explotan todas sus propiedades, deseando que nadie acceda a ellas, esperando el momento adecuado para volver a venderlas o introducirlas en una región concreta. Es el caso de los libros, discos y películas descatalogados de toda la vida, y de los productos que tardan en llegar a alguna región o nunca lo hacen, barreras que siempre han derrumbado esos mismos «piratas».

El progreso camina hacia contenidos en la nube, streaming, cantidad de información ilimitada, servicios globales, accesibilidad inmediata, etc. pero las industrias se aferran al formato físico y a fórmulas anacrónicas. Por otro lado, las gestoras de derechos, no sólo no ayudan, sino que constituyen gran parte del problema.

Tal vez si tuviéramos las herramientas legales y las personas adecuadas para, desde nuestras instituciones, luchar contra esta industria y este sistema desfasado, podríamos realmente tener un acceso a la cultura adecuado, ético y justo con los autores y  con el resto de la ciudadanía.

Si encontráramos la forma, las personas adecuadas y los apoyos necesarios para crear una gestora de derechos de autor vasca, de pleno derecho, pública y transparente; si contáramos con un sistema editorial, también público, adaptado a la misma, aprovechando y modernizando en el camino entes públicos actuales como EITB y revolucionando la explotación y exportación de nuestras obras; tal vez podríamos tener nuestro pequeño oasis con ciudadanos con acceso de primera calidad a la cultura, que competiría ya no sólo con las industrias y los sistemas actuales, sino con una “piratería” que debería perder todo sentido.

Debemos luchar contra quien tenga intención de coartar la red y, al mismo tiempo, plantear alternativas y dar soluciones a los problemas que suponen la distribución de la cultura y la retribución de los autores. No es sencillo, pero el resultado de la World War Web no puede ser una Edad Media digital, no podemos dar pasos atrás. No podemos permitir que con la excusa de la defensa de los derechos de autor, los más reaccionarios obtengan herramientas para limitar nuestra libertad de expresión en Internet; una red de comunicación global que demuestra ser más importante cada día, como agente en cualquier revolución, levantamiento o simple necesidad de expresión de cualquier colectivo. Sólo hay que echar un vistazo a los hechos más importantes acaecidos en 2011 para comprenderlo. Porque Internet ha cambiado nuestro mundo y nuestra capacidad de comprensión del mismo, y porque nunca antes hemos tenido una capacidad de informar y ser informados tan enorme y democráticamente.

Terminaré con unas palabras de David Bowie del año 2002 en las que vaticinaba una revolución en la industria musical.

“No creo que el trabajo con los sellos y los sistemas de distribución de la música sean los mismos. Dentro de diez años se dará una transformación absoluta de todo lo que conocemos acerca de la música, y nada va a ser capaz de detenerlo. Estoy convencido de que los derechos de autor ya no existirán en diez años, y la autoría y la propiedad intelectual van a recibir una revolución. La música en sí misma va a ser como el agua corriente o la electricidad. Es terriblemente emocionante, pero poco importa si opinas que es emocionante o no, es lo que va a ocurrir”.

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La responsabilidad social corporativa al servicio del capital > Juan Hernandez

Juan Hernandez – Profesor de la EHU/UPV

El poder político, económico y jurídico del que disponen las empresas transnacionales les permite actuar con un alto grado de impunidad. Sus derechos se tutelan por un ordenamiento jurídico global basado en reglas de comercio e inversiones cuyas características son imperativas, coercitivas y ejecutivas, mientras que sus obligaciones se remiten a ordenamientos nacionales sometidos a la lógica neoliberal y a un Derecho Internacional de los Derechos Humanos manifiestamente frágil. En los contornos de las realidades jurídicas mencionadas, surge la Responsabilidad Social Corporativa y los códigos de conducta voluntarios, unilaterales y sin exigibilidad jurídica. El Derecho blando, el Solft Law.

Las «buenas prácticas de las empresas transnacionales» se fundamentan en la ética empresarial. Esta se expresa en dos vertientes, la relacionada con el modelo de sociedad y sus valores, y la referida a las prácticas empresariales. En el plano de los valores se establece la pugna entre la mercantilización de los derechos humanos que apuntala el aparato conceptual dominante, frente a la categoría universal e indivisible de los derechos humanos. La idea fuerza neoliberal reside en la universalización de las libertades mercantiles y de las normas que las sustentan mediante la generalización de aparatos normativos internacionales del Derecho Corporativo Global. Mientras tanto, las libertades y valores de igualdad y solidaridad se reterritorializan hacia aparatos normativos nacionales de intensidad cada vez menor, cuyo desplazamiento hacia sistemas blandos de regulación van consolidándose. Este es el hilo central de la doble moral, discurso fuerte en valores mercantiles e imperativos en su regulación, frente a la exaltación de la libertad y la dignidad vinculada a buenas prácticas empresariales y envueltas en retórica jurídica pero carente de sus núcleos normativos esenciales. Este modelo utiliza todo tipo de estrategias para mantener y restaurar el poder de las clases dominantes.

La otra vertiente de la ética empresarial, la de las prácticas de las multinacionales ajustadas a los valores de la empresa ciudadana, no consigue reconducir la distorsión existente entre la realidad de las mismas y las declaraciones, informes, códigos de conducta y auditorías de buen gobierno. Son múltiples los ejemplos de esta flagrante contradicción, pero en el ámbito de las relaciones laborales, los nuevos modelos de organización empresarial basados en programas de calidad, en el diseño de planes individuales y nuevos equipos de trabajo, en los círculos de calidad, en la formación en valores, en la visión y misión de la empresa etc. colisionan con la flexibilidad en toda la cadena del iter laboral. Así, la externalización, la subcontratación, la individualización, la precariedad y pérdida derechos laborales y sociales junto a la proliferación de formas diversas de trabajo informal, son ejemplos muy evidentes. Estos nuevos principios requieren de nuevos aparatos normativos de imposición donde la fusión entre flexibilidad, individualización y normas voluntarias fundamentadas en la ética de la empresa se convierten en la expresión de la RSC.

Las ideas seudo normativas sobre las que bascula la Responsabilidad Social Empresarial son la voluntariedad, la unilateralidad, la autorregulación y la no-exigibilidad, que se suman a la categoría que vincula la globalización con el modelo capitalista neoliberal, es decir, un modelo inalterable en el que la lucha de clases debe sustituirse por la corresponsabilidad entre empresariado, trabajadores y trabajadoras y sociedad civil. En este marco, el control de las empresas transnacionales debe ajustarse a la mencionada corresponsabilidad, a la colaboración con las instituciones internacionales y a la armonía con los Estados.

Ante modificaciones tan extremas, la Responsabilidad Social Corporativa se presenta como la alternativa más adecuada. Este diagnóstico encubre la realidad sobre la que se articula el poder de las multinacionales, que se materializa en su capacidad de «legislar» y delimitar el concepto y alcance de su responsabilidad y de las normas materiales sobre las que se sustenta. Además, frena todo sistema jurídico de control elaborado desde instituciones públicas. De ahí que esta no sea una respuesta ante determinadas protestas sociales, ni tan siquiera un mero lavado de cara de su actividad, sino una nueva forma en que se configuran las relaciones entre las empresas y el modelo capitalista. Este es el marco de sus obligaciones, que se mueve en los contornos de la impunidad, mientras que sus derechos se tutelan desde la fortaleza jurídica de un Derecho Corporativo Global al servicio de las clases dominantes.

Internationalist declaration of Bilbao: Creating Alliances between the peoples of Europe and the Americas

Internationalist declaration of Bilbao: Creating Alliances between the peoples of Europe and the Americas

Considering that capitalism, as well as the rest of dimensions that articulate the Multiple System of Domination (patriarchy, productivism, colonialism, racism, cultural hegemony), are responsible for the current situation of systemic vulnerability.

Considering also that, not only have they proven to be incapable of confronting the actual problems that beset humanity and the planet, but they have also started a suicide run, a headlong rush of terrible consequences.

European and American political and social organizations that have signed this declaration undertake:

1. To put in practice the idea that the revolution will be international or it will be nothing. Even though our struggles are, and will continue being, local, national, regional and without borders, we should not forget that the Multiple System of Domination is developed and organized globally and it will only be beaten this way.
2. To finish with the current framework of relationship between the Americas and Europe, that since the 16th century has been following the interests of the market and the reproduction of the capital, violence, racism, coloniality and pillaging. From our internationalist commitment, we will insist on the construction of new ways of relationship between individuals and peoples.
3. To coordinate ourselves in a non-colonialist, horizontal, democratic and effective way to radically end with the multiple system of domination that has dragged the world into an unprecedented crisis. At this critical moment there is no place for changes and improvements, the only possible option is the construction of alternative proposals.
4. To draw up common political agendas out from transforming values and principles, where the crux is the reproduction of life and not the capital. Out from recognition and commitment to diversity and radical democracy as a premise. Out from political strategies that aim for new production, consumption and welfare patterns based on the sustainability of our planet and on collective interests.
5. To give priority, in the political agendas, to common aspects we all share. Have respect for other struggles, make them ours, but it is necessary to put special emphasis on common struggles.

a. To support initiatives for alternative integration and integration of the peoples, like the ones that are currently being carried out in Latin America. Face up to the current patterns of regionalization represented by the European Union (EU) and the Organization of American States (OAE) because they meet the interests of the capital and not the interests of the peoples.
b. To face up to Partnership Agreements between the EU and the Americas as they plead for an unbridled capitalism where the markets and transnational companies rule. To condemn the governments and multilateral bodies that strengthen the anti-popular nature of these agreements.
c. To face up to, condemn, and prevent European transnational companies from depredating in the Americas for the terrible ecological, social, political and economical impact they carry out.
d. To stand up for the right to self-determination of any country without exception and condemn all the anti-democratic cases where the exercise of this internationally recognized right is violated.
e. To strengthen the resistance to austerity policies and plead for the radical modification of the creation and the distribution of wealth, for the defense of public services and the radical break with the capitalist world order.
f. To pledge our commitment to the de-patriarchalization of our states and societies. To acknowledge feminist proposals and struggles, specially against the oldest domination system –men against women-. Only then will we be able to talk about real democracy, justice, equality and emancipation.
g. To pledge our commitment to food sovereignty and agroecology versus industrial agriculture –represented by the CAP- and the intensive single-crop, the use of genetically modified products, plundering of natural resources, etc. as we believe that feeding is a right and not a commodity.

The revolution will be international or it will be nothing!

Bilbao, December 15, 2011

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