Video-entrevista a Curro Cuberos (Sindicato Andaluz de Trabajadores): La lucha del sat en Andalucía

Curro Cuberos, militante del Sindicato Andaluz de Trabajadores en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) participó el pasado 24 de agosto en una charla organizada por Alternatiba en plena Aste Nagusia de Bilbao, y gracias a la colaboración de la comparsa Zaratas que nos facilitó la megafonía de su txosna. Una charla abierta, en la que hizo una breve presentación del sindicato, de su historia y de sus objetivos, que se completó con las preguntas y reflexiones de una docena de personas por espacio de una hora. Aprovechamos su estancia para entrevistarle en AlternatTB y preguntarle así por la la lucha del sat, por acciones tan mediáticas como la del Mercadona y sobre la huelga general convocada para el 26 de septiembre en Hego Euskal Herria.

https://fbcdn-sphotos-b-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash4/s720x720/293125_512685258748795_1712416378_n.jpg

https://fbcdn-sphotos-a-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash4/473081_512685535415434_1012907601_o.jpg

https://fbcdn-sphotos-a-a.akamaihd.net/hphotos-ak-snc6/218205_512685925415395_1453594140_o.jpg

https://fbcdn-sphotos-b-a.akamaihd.net/hphotos-ak-snc7/292465_512685828748738_1331050186_n.jpg

https://fbcdn-sphotos-g-a.akamaihd.net/hphotos-ak-snc6/621590_512685892082065_1780677036_o.jpg

http://alternatiba.net/old-files/SAT0.jpg

Soberanía alimentaria y las PAC / Elikadura subiranotasuna eta NPB

A lo largo de los últimos días hemos podido leer declaraciones de Antonio Basagoiti en las que señalaba que EH Bildu pretendía que «nos matemos y comamos los vascos unos a otros por su independencia» por haber presentado un grupo de trabajo en pro de la soberanía alimentaria, o el ultimo artículo de opinión de Iñaki Ezkerra en el que indicaba que la propuesta de soberanía alimentaria de EH Bildu haría que «Al vasco se le distinguiría antropológicamente porque le saldrían los pimientos de Gernika por las orejas, el txakoli gorri de Bakio y las alubias de Tolosa». Para poder contextualizar, y así poder entender, ese discurso se nos ocurren dos posibles razones; crear opinión partiendo de la falta de conocimiento o partiendo de la falta de rigor, falacias y prejuicios. Para ellos (y para el que quiera), va dirigido este video explicativo.

Antonio Basagoitik eta beste hainbatek asteotan botatako astakerien ostean, EhBilduk Elikadura Subiranotasunaren aldeko lan taldea martxan jarri izanaren harira; argigarria izan daiteke elikadura subiranotasuntaz ari garenean zertaz ari garen argitzea. Bide honek horretarako aukera bikaina ematen du oso modu errazean (gazteleraz baino ez dago).

Lecciones mexicanas para la izquierda

Gonzalo Fernandez Ortiz de Zarate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

Tan cierto es que cada proceso electoral es diferente –dependiendo de la coyuntura, la historia, la cultura democrática y la relevancia geopolítica de cada país- como que de todos ellos se pueden extraer enseñanzas interesantes que, en su justa medida, deberían servir como aprendizajes políticos globales, sobre todo en un mundo como el actual, marcado por la interdependencia.

En este sentido, la izquierda no debe dejar de analizar los comicios celebrados en México el pasado domingo, caracterizados fundamentalmente por tres cuestiones: la victoria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su regreso a la presidencia de la mano de Peña Nieto; la nueva derrota de López Obrador y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en su afán de constituirse en alternativa a la derecha; la pujanza durante toda la campaña –incluso durante parte importante del último sexenio- de la sociedad civil organizada como verdadero motor de oposición y de construcción de propuestas.

Así, y en función de estas tres características principales, también queremos destacar tres lecciones, tres enseñanzas que este proceso electoral nos ofrece: En primer lugar, las derechas definen estrategias cada vez más unitarias y agresivas. La situación de crisis generalizada y la visibilización crecientemente notoria de grietas en el sistema, hace que las derechas busquen  la unidad como premisa de alcanzar la victoria, utilizando para ello todos los medios a su alcance. El producto Peña Nieto fue la apuesta de la derecha en estos comicios, llegando al punto de que incluso partidarios y mandatarios del partido gobernante (PAN, también de derechas) apoyaran al candidato del PRI, al ser el único capaz de asegurar la victoria.  Además, utilizaron sistemáticamente a los medios de comunicación hegemónicos (Televisa y TV Azteca) para construir una imagen desde la más pura mercadotecnia, sin fisuras en el mensaje trasladado a la ciudadanía; por si fuera poco, y para evitar sorpresas como en 2006 (se tuvo que llegar a un fraude electoral masivo), se han tomado las medidas oportunas para adulterar el voto de múltiples maneras, como no ha dejado de denunciar la oposición. En definitiva, esta es la derecha que nos estamos encontrando y con la que nos vamos a encontrar, unida, agresiva, nerviosa, antidemocrática, y golpista cuando la ocasión lo merece.

En segundo lugar, la estrategia de la izquierda partidaria de plantear un mensaje centrista le deslegitima como alternativa, a la vez que no le permite alcanzar el gobierno. Así, López Obrador y el PRD, en vez de definir una verdadera agenda de transformación para México, han planteado un giro hacia la derecha, concertando con ésta a través de compromisos públicos con el empresariado y otros poderes fácticos, con la intención de presentarse como alternancia responsable y creíble, a través de propuestas huecas de contenido político como la revolución amorosa, eje central de la campaña. Si los virajes a la derecha han sido históricamente errores estratégicos, caminos de ida pero no de vuelta, largos tránsitos por tierras de nadie –ni la derecha confía ni la izquierda asume el giro-, hoy en día, con la crisis civilizatoria que nos atraviesa, esos errores se convierten en el alejamiento permanente de los y las que están abajo y a la izquierda.

En tercer lugar, ha sido la sociedad civil organizada la protagonista de la confrontación con la derecha, y no el PRD. A las luchas indígenas, feministas, de maestros y maestras, de campesinos y campesinas, se han sumado durante la campaña las reivindicaciones estudiantiles, convirtiéndose el movimiento #yosoy132 en el verdadero protagonista de la misma, en su campaña rotunda en contra del regreso del PRI al gobierno, rompiendo incluso la dictadura mediática de los mas media a través de las redes sociales. El PRD ha querido patrimonializar este y otros movimientos sociales, pero sin participar con ellos ni asumir la diversidad de sus agendas. Así, ha entendido que estos movimientos deberían ser sus correas de transmisión en su pretensión presidencial, en vez de entender que es precisamente al revés, que son los partidos quienes deben entender las lógicas emancipatorias de largo recorrido, la importancia de hacer crecer la contestación ciudadana más allá de lo electoral, y lo estratégico que es entonces articularse en la diversidad, asumiendo responsabilidades y compromisos explícitos en la defensa de agendas realmente emancipadoras.

En definitiva, en esta crisis sistémica que estamos viviendo, y ante una derecha que se revuelve como gato panza arriba, el análisis de la realidad mexicana nos enseña que sólo desde la articulación de la diversidad, sólo desde el entendimiento y el respeto mutuo entre partidos y movimientos, sólo desde la asunción y el compromiso con agendas radicales, claras, alternativas, definidas en el largo tiempo de la emancipación y no en el corto plazo electoral, podrá la izquierda revertir esta situación de injusticia y desigualdad global.

Coups 2.0 in the Americas

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate –  Internationalist Working Group of Alternatiba

Everybody is familiar with the complexity of understanding the alternative processes that are taking place in the Americas, where multiple topics and agendas intersect, in the common will to break with the history of domination and exclusion of the subcontinent. On the one hand, the 21st century has been accompanied by the arrival of anti-neoliberal governments in various countries, with an unequal record of transformation, but which are the response to the popular majorities being fed up with their reality of poverty, inequality and external dependence. On the other hand, precisely taking advantage of this favorable context, many social movements – and many societies in movement – have raised the need for progress in the implementation of emancipative political agendas, that once and for all get beyond the colonizing and subordination logic to which the region and the population have historically been subjected.
 
So, after a few starts in which institutional and social actors walked hand in hand, tensions between governments and movements have emerged, as well as strained relations between old and new social movements: how slowly or quickly processes of change is taking place; the short life of governments or the long life of emancipation; developmentalism or a determined transition towards good living; the urgent need to overcome the patterns of dependency or the impossibility to do so in such a short period (in historical terms). These are precisely the debates that baffle and enrich the reality of Latin America. The answers to these situations are not simple, nor are they categorical, and deepening reflection on them is one of the great challenges of all the Left, including the European left.
 
However, something that cannot be denied, regardless of where we are positioned, is that all these processes initiated with the new century have torn open gaps, have allowed for spaces of accumulation of forces, spaces for the interconnection of struggles, spaces for the exercise of citizenship rights by large majorities. And nobody can capitalize that, it is part of the action path taken by both governments and movements. The Right knows it well: it attempts to put an end to this new exciting stage by any means. Thus, attacks of the oligarchies and their media – hegemonically aligned with them – do not cease in their effort of discrediting governments and social struggles, with the aim of destabilizing the region and returning to the previous situation of absolute control of the subcontinent. To do so, they are willing to do anything, including coups d’état.
 
This is the key to understanding the coup d’état in Venezuela in 2002 and the coup d’état in Mexico in 2006 – via electoral fraud -. But it is also useful for understanding the coups d’état 2.0 in Honduras (2009) and Ecuador (2010), where new formulas of coup are being tested, seeking for the international community and the population not to assimilate them as such (but with identical results). In this way, instead of the pure and simple military coup, new ways are emerging, ranging from social destabilization generated by the police to the fraudulent use of judicial and even constitutional resources.
 
This new coup scheme 2.0 is still very present in America today. Last week, the President of Paraguay was dismissed on the basis of a political trial, a legal figure of the Constitution which makes it possible to remove a President from office based on a manifest disability to perform his duties. In this sense, a legal staging was orchestrated for an illegitimate and anti-democratic event, where a President elected by popular vote was fulminated in a summary trial in which he only had two hours to exercise his defense, unable to prepare it properly, and against a very serious accusation. The ultimate goal of the coup: that one of the most retrograde oligarchies of the continent could put a stop to the timid processes of change engendered in recent years, and prevent the Left from accumulating enough forces to face the presidential elections in 2013.
 
On the other hand, since the past weekend, all the media of the world echoed the turmoil generated by the police strike in Bolivia – illegal in many countries – and which is perhaps a prelude of further attempts of destabilization in the Andean country. Finally, we’ll see what happens in the Mexican elections, where a broad student movement has gained significant momentum against the possibility that the PRI returns to power (with the full support of the Right and large media conglomerates.)
 
We must remain very much on the alert for these new realities, and denounce without palliatives, both here and there, the abuses perpetrated against democracy in the Americas. Regardless of the views we hold about one government or the other, or their greater or lesser commitment to the emancipation of the continent, we must be clear about one thing: we cannot allow what has been achieved in the last decade to be reverted, and we must join forces to prevent anti-democratic regressions, not only because of international solidarity, but also given the importance of the region as a source of inspiration to raise proposals that allow us to envision other paths to overcome this crisis of civilization that affects us all. Our paths are deeply intertwined, their democracy is also ours. 

(Translation FEDAEPS)

Golpes de estado 2.0 en las Américas

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

Por todos y todas es conocida la complejidad de entender hoy en día los procesos alternativos que se están desarrollando en las Américas, donde múltiples sujetos y agendas se entrecruzan en la voluntad de romper con la historia de dominación y exclusión del subcontinente. Por un lado, el siglo XXI ha venido acompañado por la llegada de gobiernos anti-neoliberales a diversos países, con desigual carácter transformador, pero que suponen la respuesta al hartazgo de las mayorías populares a la realidad de pobreza, desigualdad y dependencia externa; por otro lado, y aprovechando precisamente esta coyuntura favorable, muchos movimientos sociales -y muchas sociedades en movimiento- han planteado la necesidad de avanzar de manera contundente en la puesta en práctica de agendas políticas emancipadoras, que superen de una vez las lógicas colonizadoras y de subordinación a las que han estado históricamente sujetas la región y sus habitantes.

Así, tras unos inicios en los que actores institucionales y sociales marchaban de la mano, han surgido tensiones entre gobiernos y movimientos, así como entre viejos y nuevos movimientos sociales: la rapidez o lentitud de los procesos de cambio; el corto plazo de los gobiernos o el largo de la emancipación; desarrollismo o transición decidida al buen vivir; la necesidad de superar aquí y ahora los patrones de dependencia o la imposibilidad de hacerlo en un tiempo tan corto en términos históricos. Estos son precisamente los debates que complejizan y enriquecen la realidad de América Latina. Las respuestas a estas situaciones no son sencillas, ni son categóricas, y profundizar en ellas es uno de los grandes retos de toda la izquierda, también de la europea.

No obstante, lo que no podemos negar, independientemente de dónde nos situemos, es que todos estos procesos iniciados con el nuevo siglo han abierto brechas, han permitido espacios de acumulación de fuerzas, espacios de articulación de luchas, espacios de ejercicio de la ciudadanía por parte de las grandes mayorías. Y eso no lo puede capitalizar nadie, es parte de la acción tanto de movimientos como de gobiernos. Eso bien lo sabe la derecha, que pretende acabar de cualquier manera con toda esta nueva etapa ilusionante. Así, los ataques de las oligarquías y de sus medios de comunicación -hegemónicamente alineados con ellas- no cejan en el esfuerzo de desacreditar gobiernos y luchas sociales, con el ánimo de desestabilizar la región y de volver a la situación previa de control absoluto del subcontinente. Para ello, están dispuestas a todo, incluidos los golpes de estado.

En esta clave se entiende el golpe de estado en Venezuela en 2002 y el golpe de estado en México en 2006 -vía fraude electoral-. Pero también así se entienden los golpes de estado 2.0 de Honduras (2009) y de Ecuador (2010), donde se ensayan nuevas fórmulas de golpe en las que se busca que, con idénticos resultados, la comunidad internacional y la población no los asimile como tal. De esta manera, frente al golpe militar puro y duro, se plantean nuevas vías, que van desde la desestabilización social generada por la policía, hasta al uso fraudulento de recursos legales e incluso constitucionales.

Esta nueva trama golpista 2.0 sigue hoy por hoy muy presente en América. La pasada semana el presidente de Paraguay fue destituido en base a un juicio político, figura legal de la constitución que permite apartar de su cargo a un presidente por incapacidad manifiesta para ejercer sus funciones. En este sentido, se orquestó una escenificación legal para un acto ilegítimo y antidemocrático, en la que se fulminó a un presidente elegido por votación popular en un juicio sumario en el que sólo tuvo dos horas para ejercer su defensa, sin posibilidad de prepararla como es debido, y ante una acusación tan grave. El objetivo último del golpe: que una de las oligarquías más retrógradas del continente frenara los tímidos procesos de cambio generados en los últimos años, así como evitar que la izquierda contara con las fuerzas suficientes para enfrentar las elecciones presidenciales de 2013.

Por otro lado, todos los medios de comunicación del mundo se hacen eco desde el pasado fin de semana de los disturbios generados por la huelga policial en Bolivia -hecho ilegal en muchos países-, y que preludian quizá nuevos intentos de desestabilización en el país andino. Finalmente, veremos qué pasa este domingo en las elecciones mexicanas, donde un amplio movimiento estudiantil ha cobrado un gran vigor frente a la posibilidad de que el PRI regrese al poder, que cuenta con todo el apoyo de la derecha, de los grandes conglomerados mediáticos.

Habrá que estar muy atentos y atentas a estas nuevas realidades, y denunciar sin paliativos, aquí y allá, los atropellos que se pretenden realizar contra la democracia en las Américas. Independientemente de las opiniones que nos merezcan unos gobiernos u otros, de su compromiso mayor o menor con la emancipación del continente, debemos tener una cosa clara: lo conseguido en esta última década no podemos permitir que se revierta, y debemos unir fuerzas para evitar regresiones antidemocráticas, por solidaridad internacionalista, y por la importancia de la región como fuente de inspiración para plantear propuestas que nos permitan vislumbrar otros caminos para superar esta crisis civilizatoria, que nos afecta a todas y todos. Nuestros caminos están profundamente entrelazados, su democracia es también la nuestra.

X