Entregamos al cónsul de Marruecos las declaraciones institucionales del Parlamento a favor del Sahara

EH Bildu ha aprovechado la visita del cónsul de Marruecos al Parlamento de Gasteiz para expresarle el sentir mayoritario de la cámara a favor de la autodeterminación del pueblo saharaui. Miembros de la coalición han recibido en el hall del edificio al cónsul, con banderas del Sahara y carteles a favor del referéndum y de su autodeterminación, tal y como ampara la legalidad internacional. La parlamentaria de la coalición y compañera de Alternatiba Diana Urrea, ha entregado en un sobre todas las resoluciones en apoyo del Sahara aprobadas en el hemiciclo por unanimidad.

Urrea ha denunciado este recibimiento en una institución que cuenta con un intergrupo parlamentario de solidaridad con el pueblo saharaui. Asimismo, ha lamentado “la inacción de los demás miembros del intergrupo ante semejante visita”. “Consideramos que los altos cargos que representan al régimen que oprime al pueblo saharaui y niega su derecho a vivir en paz y libertad deben escuchar lo que opina la mayoría política y social vasca. De acuerdo con ello, hemos expresado nuestro sentir dentro y fuera de la cámara, sumándonos a la concentración que han llevado a cabo personas saharauis”.

EHBildu

Charla de Oskar Matute sobre el TTIP, acuerdo de libre comercio e inversión entre Europa y EEUU

Intervención del portavoz de Alternatiba y parlamentario de Euskal Herria Bildu, Oskar Matute, en la charla celebrada el pasado 13 de enero en Plentzia sobre el acuerdo de libre comercio e inversión entre la Union Europea y Estados Unidos, TTIP, que supone un auténtico riesgo para los derechos sociales así como para la soberanía de los pueblos.

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El pueblo catalán continúa con el procés constituent

Toni Ramos – Alternatiba

Tensión, nerviosismo, incertidumbre… Esto es lo que se vivió recientemente por la situación política de Catalunya. Mientras la CUP-CC había estado debatiendo durante meses, presentando alternativas y tomando decisiones democráticamente, JPS se mantenía en su única e irreversible propuesta de presentar a Artur Mas como candidato a President de la Generalitat. Todo el mundo daba por hecho que se iba a llegar a unas elecciones en marzo, pero a última hora, en el último minuto, casi sobre la bocina, el President en funciones lanzó un triple echándose a un lado y dando paso a Carles Puigdemont, alcalde de Girona y presidente de la Associació de Municipis per la Idependencia, como candidato a la presidencia.

Una maniobra digna de los mejores estrategas. Artur Mas, que se las ingenió para subirse al carro de la independencia en el momento en que se evidenciaba la caída libre de CiU, ahora se aparta para vender su artimaña como un sacrificio por su país, algo que seguramente le reconocerán sus compañeros y compañeras de JPS, sus votantes y los medios de comunicación afines.

El acuerdo al que han llegado JPS y la CUP-CC es del todo injusto y desproporcionado, un precio demasiado alto a pagar por la formación anticapitalista por el mero hecho de que Mas no sea President. Pero hay que tener en cuenta que en toda negociación hay tiras y aflojas y en los resultados también pueden aparecer cosas buenas, en este caso muy buenas:

La primera y más evidente es la desaparición de una imagen vinculada al neoliberalismo más rancio, a la Troika, a la carencia de democracia, a la demagogia, a la corrupción, etc. El narcisismo de Artur Mas se queda fuera, o al menos en segundo plano, en un proceso constituyente que lo último que necesita es una figura de referencia, porque nace de la sociedad catalana y es esta sociedad la que debe liderarlo. Queda meridianamente claro, después de comprobar que se sigue caminando hacia la independencia tras la retirada de Mas, que ni el Procés es Artur Mas ni Artur Mas es el Procés. El Procés Constituent continúa a pesar de todo, a pesar de Mas.

El acuerdo garantiza a su vez el cumplimento de la hoja de ruta que se aprobó en la resolución del 9N, tanto en lo concerniente a los 9 puntos de la declaración independentista como en lo relativo a los 9 puntos del anexo. Es importante recordar que estos últimos puntos hacen referencia a un plan de choque de emergencia social destinado a proteger derechos fundamentales para las y los catalanes (educación, sanidad, pobreza energética, derecho al aborto, etc.).

Por otro lado, la CUP-CC incorporará a dos parlamentarios a la disciplina del grupo de JPS para garantizar el cumplimiento de los acuerdos y hacer de enlace coordinador entre ambas formaciones, pero en ningún caso dejarán de formar parte del grupo de CUP-CC, con lo que continuarán con la fuerza de 10 parlamentarias y parlamentarios. Con esto, la formación anticapitalista se asegura la lucha en el Parlament por el independentismo, el anticapitalismo y el feminismo, y, tal y como aseguró Anna Gabriel en su discurso de investidura, “por la solidaridad, el internacionalismo y la movilización social”.

El seguro que representan las 10 parlamentarias de la CUP-CC en la institución para continuar con la lucha por los derechos sociales y la soberanía de las y los catalanes, precisa necesariamente de la movilización popular. Extrayendo las palabras de Diego Garrido (militante de En Lluita y la CUP) en su artículo “Cap als pressupostos sobirans i socials sense Mas”, el papel de la CUP-CC en la calle debe ser el de “continuar reforzando las luchas y ampliando la base social del independentismo por la izquierda”. Porque la independencia no es el objetivo en sí mismo, sino una herramienta más que necesaria para la conquista de todo aquello que el Reino de España niega a la sociedad catalana sistemáticamente. En este sentido, las luchas sociales son la base para la creación de una alternativa real hacia una república justa, democrática y soberana.

El Porcés Constituent continuará, y lo hará por el empuje de la sociedad catalana.

Diana Urrea: “Es plausible la alta implicación y solidaridad que sigue mostrando la sociedad vasca con la causa saharaui”

La compañera de Alternatiba y candidata al Congreso de EHBildu por Bizkaia, Diana Urrea, ha aplaudido “la alta implicación y solidadridad que ha mostrado y sigue mostrando la sociedad vasca con la causa saharaui”.

Urrea, que se encuentra en el campo de refugiados de Dakhla, donde estos días se ceclebra el XIV. Congreso del Frente POLISARIO, ha destacado la “actitud de la sociedad vasca”, así como la labor que está desarrollando el intergrupo “Paz y Dignidad para el Sahara Occidental” del Parlamento de Gasteiz.

No obstante, la parlamentaria soberanista ha instado a las instituciones vascas a reforzar la solidaridad con la lucha del pueblo saharaui por su libre determinación.

Urrea también ha denunciado la actitud del Gobierno español ante la emergencia humanitaria producida por las graves inundaciones del pasado mes de octubre.

Cooperación vasca sin futuro

Diana Urrea – Alternatiba / EH Bildu

Desde el comienzo de esta legislatura asistimos al retroceso paulatino pero sistemático y acelerado de las políticas de cooperación, que intentan acabar con la trayectoria que durante más de 25 años ha caracterizado a la cooperación vasca descentralizada.

De hecho, parecía que ya nada podía sobrecogernos… pero debemos reconocer que la capacidad del Gobierno vasco para sorprendernos es infinita. La última entrega de esta serie de sobresaltos la ha protagonizado Paul Ortega, el director de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo. Ortega fue capaz de desarrollar un discurso triunfalista a la hora de presentar el presupuesto destinado a las políticas de cooperación para 2016 ante los medios de comunicación. Cuando, en realidad, debería haberse centrado en la autocrítica, la preocupación y el propósito de enmienda, a la hora de analizar la trayectoria y el futuro del departamento que dirige.

A modo de preámbulo, cabe destacar que la propia Ley Vasca de Cooperación establece la obligatoriedad de destinar el 0,7% del presupuesto anual a las políticas de cooperación del Gobierno Vasco y demás instituciones vascas, un mandato incumplido de modo crónico sin que mandatarios ni instituciones se sonrojen. De hecho, Lakua, desde los primeros presupuestos elaborados por el gabinete de Urkullu en 2013, se va alejando de forma progresiva de esa cifra, recortando constantemente en políticas de cooperación. No solo la ley fue ninguneada; también el mandato parlamentario de la cámara de Gasteiz, que ratificó la necesidad de que el 0,5 del presupuesto fuera destinado a este fin, de modo transitorio, al menos, hasta llegar al citado 0,7 recogido en la Ley. Sin embargo, Urkullu, Ortega y demás, no ven razón alguna para llegar ni siquiera a esa primera cifra transitoria.

La Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo (AVCD), que canaliza el presupuesto para la cooperación, se esté llevando los mayores “palos”  en forma de recortes brutales, bajo la vergonzosa excusa de la crisis. La foto general es desoladora: en 2014, el presupuesto destinado a políticas de cooperación se situaba en niveles de 2002.  La AVCD pasó de 50M € (0,52%) en 2012, a 35M€ (0,34%) en 2014.

Un impacto que, tal y como afirmó la propia Coordinadora ONGD Euskadi, ya en 2013 suponía “un frenazo a la capacidad transformadora de esta política que busca hacer frente a la pobreza y a las desigualdades, atajando sus causas y paliando sus consecuencias en las poblaciones más vulnerables”.

Cuando se contaba con la partida presupuestaria para 2014, el Gobierno Vasco -haciendo juego sucio- aprobó un recorte adicional de 11M€ correspondientes a compromisos presupuestarios de cooperación de años anteriores pendientes de desembolsar en 2014. Por lo que, según afirmaba la propia Coordinadora ONGD Euskadi, “el balance final de la reducción es dramático, ya que podría situarse a esta institución en un porcentaje de 0,24% destinado a cooperación sobre su presupuesto total”. Añadiendo que, “estos recortes encubiertos nos vuelven a mostrar la falta de interés del actual Gobierno por estas políticas tan necesarias para mucha personas”.

Después de semejante varapalo, el Gobierno Vasco inicia una campaña de lavado de cara para intentar tapar sus vergüenzas. Es en ese punto donde Paul Ortega decide presentar, para ser aprobadas en la Comisión de Derechos Humanos, las “Orientaciones Generales de la Planificación Estratégica 2014-2017 de Cooperación para el Desarrollo”, la base de lo que posteriormente sería el III Plan Director de Cooperación.

Unas Orientaciones que desde EH Bildu rechazamos de modo contundente, porque entran en contradicción con el verdadero espíritu que bajo nuestro punto de vista debe inspirar a las políticas de Cooperación al Desarrollo del Gobierno Vasco. Los hitos que planteaban forman parte del marco de referencia que rige el actual modelo de desarrollo, que sigue equiparando bienestar con crecimiento económico, que relega la necesidad de promover cambios estructurales, y que sigue centrándose en la eficacia de la ayuda y no en la eficiencia del desarrollo. Todo ello contribuye a perpetuar un proyecto modernizador hegemónico, excluyente e injusto, que parece estar defendiendo Lakua. Se trata de un modelo capitalista, patriarcal y neocolonial que produce desigualdades entre pueblos, países y regiones, al interior de los mismos y entre mujeres y hombres. Un modelo que no apuesta por propuestas alternativas ni emancipadoras. Las Orientaciones fueron aprobadas con el único voto contrario de EH Bildu, que presentó otra alternativa.

Tanto las Orientaciones Generales como el III Plan Director de Cooperación, establecían el compromiso de que en el 2016 el presupuesto ascendería a 50M€. Según Paul Ortega, era factible y necesario destinar esta cantidad. La propuesta había pasado previamente por la oficina de control económico, dando ésta el visto bueno, y por tanto, comprometiéndose “firmemente” con recuperar las cuantías perdidas en materia de Cooperación.

¿Y cuál es esa nueva desagradable sorpresa? Que nos encontramos con la propuesta presupuestaria para 2016 en la que no se recogen los 50 M€ prometidos, sino 43. Además, solo figuran 8M€ para “Ayudas a la Cooperación para el Desarrollo de 2016”, lo que para más inri, les ha hecho plantearse incluso no sacar convocatoria de proyectos para 2016.

Desde EH Bildu rechazamos rotundamente esta nueva tomadura de pelo, con otro brutal recorte del presupuesto considerando que las instituciones vascas, tienen que ser un referente impulsando y consolidando una política pública de cooperación con identidad transformadora.

Esto implica una cooperación comprometida con el desarrollo humano, es decir, una cooperación cuyo objetivo sea la ampliación de las libertades, derechos y capacidades de las personas y pueblos para una existencia digna; basada en la ciudadanía universal y la corresponsabilidad global; orientada a la erradicación de la pobreza, incidiendo sobre sus causas estructurales, políticas, económicas, sociales, ambientales, de género. Debemos evitar el mero asistencialismo y volcarnos en el acompañamiento de los sujetos de transformación.

Frente a su política de recortes, apostamos por blindar la Cooperación Vasca Descentralizada como estrategia integral en defensa de los Derechos Humanos y la justicia social, donde por supuesto, excusas baratas basadas en supuestas coyunturas económicas.

Publicado en Noticias de Álava

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