Entrevistas a Hibai Arbide sobre Grecia y la deuda, en Radio Popular e Info 7 irratia

Entrevistas realizadas por Ramón Bustamante en el programa Es posible, de Radio Popular de Bilbao, y por Jon Mikel Fernández en Kalegorrian, de Info 7 Irratia, al abogado y periodista Hibai Arbide al hilo de las charlas organizadas por Alternatiba en Donostia y Bilbo en torno a Grecia y la deuda.

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Alternatiba organiza los días 15 y 16 de abril charlas en torno a los retos del pueblo griego frente a la deuda y las presiones de la Troika

El próximo miércoles, 15 de abril, arranca en Donostia la primera sesión de las charlas organizadas por Alternatiba en torno a la situación económica, política y social de Grecia tras la victoria electoral de Syriza. En un momento de cambio político, con un triunfo claro de la izquierda, analizaremos los retos a los que se enfrenta el pueblo griego para hacer frente a las políticas económicas ‘sangrantes’ del FMI y la Comisión Europea. Grecia es un claro ejemplo de un pueblo que lucha por recuperar su soberanía.

Para ello, contaremos con la participación de Hibai Arbide, abogado y periodista residente en Atenas. Arbide, un reconocido activista en defensa del movimiento okupa, detenciones en movilizaciones sociales, migrantes, así como en la denuncia de vulneración de derechos por parte de cuerpos policiales, aportará la fotografía más cercana de la realidad griega. 

Bajo el título «La deuda griega: ¿en Grecia vamos ganando?« la primera charla se celebrará el 15 de abril, miércoles, en la sede de Alternatiba de Donostia (calle Autonomía 15) a las 19:00. El segundo coloquio se llevará a cabo el 16 de abril, jueves, en el Hika Ateneo de Bilbo (Muelle Ibeni 1) a las 18:30. Las charlas son abiertas a todas las personas que quieran acudir hasta completar el aforo.

Secundamos las Marchas de la Dignidad y participaremos en la manifestación de Madrid

Compañeros de Alternatiba como Joxe Iriarte ‘Bikila’ y Kepa Olaiz, entre otros, participarán en la manifestación que se celebrará mañana por la tarde en Madrid.

Hace un año, las Marchas de la Dignidad convocadas desde Andalucía y secundadas por diferentes agentes sociales y sindicales de todo el estado español (incluidas las agrupadas en la columna Euskal Herria) llegaron a concentrar en Madrid a centenares de miles de personas que reclamaban pan, trabajo, techo y dignidad.

Las marchas iniciadas estos días y que confluirán mañana en una gran manifestación en Madrid, se plantean esta vez como paso previo para realizar en octubre una Huelga General laboral y de consumo en torno a reivindicaciones concretas, entre otras: El impago de la deuda según su origen; la defensa de los servicios públicos; trabajo digno y con derechos; defensa de los derechos de las mujeres; futuro para la juventud; no a las reformas laborales vigentes; contra la represión y las leyes mordaza; no a los tratados entre gobiernos y transnacionales como el TTIP; derecho a vivienda digna; derecho a decidir de personas, pueblos y naciones; etc.

Desde Alternatiba y EH Bildu coincidimos con tales objetivos, por más que nos hubiera satisfecho una mayor explicitación del apoyo y reconocimiento de los procesos de autodeterminación en curso en Euskal Herria y Catalunya. También coincidimos con el modo en el que se pretende conseguirlos, si bien corresponderá a los agentes sociales, políticos y sindicales de Euskal Herria decidir el modo, la forma y los tiempos para llevarlos a cabo. Aspectos estos, que deberán tomar en cuenta el resto de los agentes del resto del estado ya que no siempre se cumple.

Nos encontramos inmersos en un ciclo en el que es previsible que se den cambios políticos de entidad en el ámbito institucional, tanto en Euskal Herria como en el estado español. Pero tales cambios, sin una contrapoder ciudadano que transforme la correlación de fuerzas sociales y políticas, apenas podrán superar el umbral de deseo. Un contrapoder, solidario de los diferentes pueblos y naciones dentro y fuera del estado español. Es la lección de Grecia. Un gobierno de izquierdas, comprometido pese a las contradicciones con las demandas populares, es un gran paso, pero los obstáculos y presiones de la Troika pueden neutralizar tales cambios si no se cuenta con un pueblo movilizado y apoyado por la solidaridad internacional.

La izquierda soberanista vasca ve en estas movilizaciones una amplia alianza transversal entre los distintos pueblos y sus clases trabajadoras, con intereses comunes: establecer auténticas democracias, hacer frente a un sistema capitalista profundamente injusto y transformar de raíz un modelo de UE construido para la defensa del poder financiero.

Se trata de compaginar el impulso constituyente propio, formulado en la Euskal Bidea, con la necesidad de potenciar un frente político y social plural, internacionalista, anticapitalista y transversal a escala europea, y que agrupe a movimientos de diferente naturaleza: ecologismo, feminismo, movimiento obrero, de liberación nacional, de defensa de libertades democráticas básicas, etc.

Por todo ello, militantes de Alternatiba y EH Bildu estarán presentes en la columna  Euskal Herria, y una delegación propia participará en la manifestación de mañana en Madrid.

Internacionalismo es reciprocidad

 

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Miembro de Alternatiba

A los txistularis y demas solidarixs del txoko mirandés que nos recibieron con los brazos abiertos y despidieron con el Eusko Gudariak y la Internacional.

Hace un año, las Marchas de la dignidad convocadas desde Andalucía y secundadas por diferentes agentes sociales y sindicales de todo el Estado español (incluidas las agrupadas en la columna Euskal Herria,) concentraron en Madrid a centenares de miles de personas que reclamaban pan, trabajo, techo y dignidad.

Las marchas previstas para los días 19, 20 y 21 de marzo, que volverán a concentrarse en Madrid, se plantean esta vez, como paso previo, realizar en octubre una huelga general laboral, de consumo y social en torno a los siguientes objetivos: No pagar la deuda, ilegal, ilegitima y odiosa. La defensa de los servicios públicos para todos y todas. Trabajo digno con derechos y salario suficiente, reducción de la jornada de trabajo y renta básica. La defensa de los derechos de las mujeres y por un futuro para la juventud. Contra la precariedad laboral y social; no a las reformas laborales. Contra la represión y contra la Ley mordaza. No a los tratados entre gobiernos y transnacionales contra los derechos sociales; no al TTIP. Por el derecho a una vivienda digna y no al corte de los servicios esenciales de luz, agua y gas. Por el derecho a decidir de las personas, los pueblos y las naciones del estado en los aspectos que atañen a su vida y futuro. No a la OTAN; no a las guerras.

Objetivos todos ellos con los cuales coincido plenamente y me impulsan a participar en la Marcha.

Sé que muchos independentistas de izquierdas piensan que no tenemos por qué estar en las movilizaciones de ámbito estatal. Que basta con que cada cual luche en su territorio, o quizá en Bruselas, pero nunca en Madrid. Incluso evitar coincidir en el tiempo con las movilizaciones generales. Soy de la opinión contraria. Hay dinámicas propias, de ámbito exclusivamente vasco, que no tienen por qué coincidir con otras; pero también debe haber momentos de confluencia necesarios y a todas las escalas. Sean nacionales, estatales e europeas. A mi juicio, el internacionalismo (máxime cuando se trata de pueblos oprimidos por las mismas oligarquías y el mismo sujeto estatal), consiste en unir fuerzas y solidaridades. Un dar y recibir. Un ir y venir.

Por ello es bienvenida la solidaridad que llega a Euskal Herria para exigir a nuestro lado el respeto por los derechos de las y los presos políticos vascos, como lo es también la que apoya nuestra lucha contra el TAV o quienes saludan la celebración del Aberri Eguna. Y por nuestra parte, respondiendo de forma recíproca, acudiendo a distintos lugares del Estado español, incluida su capital, en defensa de objetivos ecologistas, feministas y sociales, y como no, democráticos, como el derecho a decidir como pueblos y como personas. Sin olvidar el internacionalismo del más alto nivel, como el que expresaron las Brigadas internacionales que el 36 acudieron en defensa de la República y lo que ello suponía en aquel entonces. O el de militantes vascos que murieron en El Salvador combatiendo con el FMLN. Ciertamente, hay otro internacionalismo, el del fundamentalismo que está eclipsando el internacionalismo de izquierdas, pero eso es harina de otro costal.

El año pasado los componentes de la columna Euskal Herria, recorrimos la sierra y la ciudad de Madrid con las ikurriñas al viento, disfrutamos de un espléndido recibimiento, y una buena comunicación y entendimiento en los lugares por donde pasamos, sin ocultar por nuestra parte qué somos y qué demandamos. En Euskal Herria no tenemos enseñas diferenciadas (como en Catalunya), pero si las tuviéramos lo mostraríamos (por dignidad) también en la Marcha de la dignidad.

Este año volveremos, y nuevo lo haremos con razones propias. Nos encontramos inmersos en un ciclo político y electoral en el que es previsible que se den cambios políticos de entidad en el ámbito institucional, tanto en Euskal Herria como en el Estado español. Pero tales cambios, sin un contrapoder ciudadano que transforme la correlación de fuerzas sociales y políticas, apenas podrán superar el umbral de deseo. Un contrapoder, solidario de los diferentes pueblos y naciones dentro y fuera del estado. Es la lección de Grecia. Un gobierno de izquierdas comprometido con las demandas populares es un gran paso, pero los obstáculos y presiones de la troika y las oligarquías locales puede obstaculizar, incluso neutralizar tales cambios si no se cuenta con un pueblo movilizado y apoyado por la solidaridad internacional.

Se trata de compaginar el impulso constituyente propio, el iniciado por la sociedad civil o con propuestas políticas abiertas como la Euskal Bidea, con la necesidad de potenciar un frente de carácter subversivo y plural, internacionalista, anticapitalista y transversal a escala europea, y que agrupe a movimientos de diferente naturaleza: ecologismo, feminismo, movimiento obrero, de liberación nacional, de defensa de libertades democráticas básicas, etc.

Este artículo ha sido publicado en Naiz, Viento Sur y Kaos en la Red

Declaración de Alternatiba al hilo del ataque contra Askapena

Desde Alternatiba denunciamos este enésimo ataque, por parte  de la maquinaria represora del  Estado español, que una vez más vuelve a cebarse con las personas más solidarias: con las personas que luchan por la dignidad de los pueblos.

Personas implicadas en mil y una batallas, imprescindibles porque desde Euskal Herria siempre hemos considerado imprescindible mostrar nuestra solidaridad y ternura a otros pueblos, al mismo tiempo que levantábamos la voz por las injusticias que se cometían en nuestro propio pueblo.   

El gobierno español quiere criminalizar el internacionalismo practicado por Askapena por un doble motivo: por un lado, por ser un valor intrínseco a la izquierda revolucionaria, y por otro, por ser un internacionalismo practicado desde y para Euskal Herria.

Desde Alternatiba nos adherimos al manifiesto de solidaridad internacionalista impulsado por Askapena y exigimos el cese inmediato de los juicios políticos.

Enviamos nuestro más sincero abrazo a esta organización hermana en la lucha por la construcción de un mundo más justo, solidario y libre.

 

Manifiesto al que se adhiere Alternatiba

El Internacionalismo no es delito

Ante la petición de la Fiscalía española de ilegalizar Askapena, Askapeña, Herriak Aske y Elkar Truke, además de penas de 6 años de cárcel para los internacionalistas vascos Walter Wendelin, Aritz Ganboa, Dabid Soto, Unai Vázquez y Gabi Basañez, las asociaciones, organizaciones, partidos y sindicatos de Euskal Herria abajo firmantes acordamos lo siguiente:

Por un lado, queremos denunciar lo que entendemos como otro ataque más a los derechos fundamentales civiles y políticos que nos corresponden como personas. En efecto, consideramos totalmente inadmisible y antidemocrático que el Estado español se empeñe en cercenar derechos inalienables, como el de poder organizarse, en función de intereses partidarios y políticos.

Queremos remarcar que nos encontramos en una nueva fase en la que, hoy más que nunca, Euskal Herria no entiende ni acepta seguir presa de esta dinámica represiva, de ilegalización y de encarcelamiento de sus ciudadan@s. Valoramos, por lo tanto, esta decisión de la Fiscalía como un ataque a nuestros derechos fundamentales a la vez que como un irresponsable obstáculo para la resolución democrática del conflicto.

Por otro lado, queremos trasladar nuestra solidaridad a los encausados y a las organizaciones amenazadas de ilegalización. Consideramos su actividad política realizada dentro del ámbito de la solidaridad internacionalista como un gran aporte a la construcción de nuestro pueblo. En efecto, la organización anual de brigadas y las campañas de solidaridad con procesos de emancipación a lo largo y ancho del mundo, así como la denuncia de la conculcación de derechos individuales y colectivos perpetrada por las grandes potencias imperialistas se han convertido en un haber fundamental de la cultura política de nuestro pueblo. Un trabajo cuya larga trayectoria ha permitido además ahondar en relaciones respetuosas y solidarias con otros pueblos, acercando realidades diferentes pero unidas en su afán de vivir en un mundo más justo e igualitario.

Por todo ello, queremos reivindicar aquí el derecho y la necesidad de trabajar en pos de una Euskal Herria internacionalista y de un mundo basado en relaciones solidarias entre pueblos soberanos. Un trabajo imprescindible que estas personas y organizaciones internacionalistas han desarrollando de manera ejemplar y que seguiremos acompañando y alimentando desde nuestros respectivos ámbitos de trabajo.

Errepresiorik ez!
Gora Euskal Herria internazionalista!

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