Alternatiba felicita a Hugo Chavez por su victoria y al pueblo de Venezuela por superar la desinformación

El portavoz de la Mesa Internacionalista de Alternatiba, Gonzalo Fernández, ha querido felicitar hoy en nombre de su formación a Hugo Chávez y al Gran Polo Patriótico del que forma parte, por su “inapelable victoria” en las elecciones presidenciales celebradas ayer domingo, desarrolladas en un marco de “transparencia y de tranquilidad absolutas”.

Fernández ha señalado que los más de 8 millones de votos cosechados en el proceso electoral de mayor participación en la historia del país -más de un 80%-, no son sino el “reflejo de la consistencia y del apoyo ciudadano a un proyecto político que se asienta fundamentalmente sobre su explícito compromiso con las vidas de las mayorías populares, así como sobre la voluntad de construir una América Latina articulada, integrada y emancipada”. Por eso, ha expresado la confianza de Alternatiba en que “este nuevo período de gobierno sirva para avanzar en la propuesta de socialismo democrático que la revolución bolivariana propone, y de la que también nos sentimos parte”.

Desde la Mesa Internacionalista también han manifestado el deseo de que esta victoria sirva de “aviso a navegantes”, tanto en América como en Europa: “Por mucho apoyo de los medios de masas se empeñen en desinformar sobre los procesos emancipatorios a lo largo y ancho del mundo, la población sabe distinguir claramente, en este momento de crisis, sobre quién plantea alternativas que mejoren nuestras vidas, o quien de la mano de mercados y transnacionales nos lleva a un abismo de injusticia e insostenibilidad”.

Queremos una Venezuela con Hugo Chávez

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

De acuerdo. Estamos dispuestos a discutir sobre la personalidad de Hugo Chávez, sobre su estilo tan propio de liderazgo, que aquí en Europa a algunos escama, mientras que otros y otras lo adoran.

Vale, también podremos debatir sobre algunas de sus alianzas internacionales, en donde la razón de Estado pesa más que la razón ideológica. No es un mundo fácil este, ni fácil es el convulso e incierto momento de crisis civilizatoria.

De acuerdo de nuevo, seguramente nos diréis que los avances no son rápidos, que no se sabe muy bien qué es eso del Socialismo del Siglo XXI, que dónde están algunas de las banderas que caracterizan a la izquierda alternativa hoy en día. Tortuosos y procelosos son, en todo caso, los caminos de la emancipación para quien se atreve a adentrarse en ellos.

Vale también, quizá la extrapolación mimética del modelo venezolano a otras latitudes sin analizar las condiciones específicas de cada territorio y cultura, no sea la mejor forma de hacer política de izquierdas en los tiempos que corren.

Sobre todo ello, digo, podemos discutir, debemos discutir. Forma parte precisamente de Venezuela, y parte muy importante, de un continente en efervescencia, donde se ensayan nuevos paradigmas, nuevas propuestas políticas, llenas de contradicciones, de límites, de pasos adelante y hacia atrás, pero, sobre todo, llenas de riqueza, de diversidad, de política con mayúsculas.

Los procesos europeos, como el de Euskal Herria, llevan otras lógicas, otros derroteros, y eso está bien, así debe ser. Pero nunca debemos olvidar que la izquierda es parte de un proyecto común, y siempre hay que mirar de reojo a quienes practican y teorizan sobre la emancipación.

Por eso queremos que gane Chávez en las próximas elecciones, porque es bueno para Euskal Herria. Así, y aunque podemos discutir todo lo anteriormente señalado, hay cosas sobre las que no estamos dispuestos a hacerlo, y sobre las que tenemos mucho que aprender aquí. En primer lugar, su nítida vocación internacionalista, ya que desde un principio ha entendido que el futuro de todos y todas es interdependiente, y se ha empeñado de manera denodada en la integración regional e internacional sobre bases alternativas al neoliberalismo y a la modernidad capitalista. De esta manera, Venezuela ha tenido un papel protagónico en la conformación de entidades como el ALBA, la UNASUR, la CELAC, etc. lo que ha cambiado la correlación de fuerzas regional y mundial frente al imperio, demostrando a su vez que los países pueden y deben entenderse desde la solidaridad desinteresada.

En segundo lugar, porque pese al ritmo más alto o bajo de los procesos, hace una apuesta explícita por el socialismo, y porque señala directamente los antagonistas, confronta con ellos, con nombres y apellidos –no únicamente apelando a los famosos mercados- y formula democráticamente políticas que inician un horizonte de vida sin capitalismo, fuera de todo lo que nos ha llevado al abismo actual.

En tercer lugar, porque estos horizontes no son sólo discurso, sino realidades: democratización de los medios de comunicación; políticas de reforma agraria y soberanía alimentaria; normativa laboral avanzada; nacionalización de sectores y empresas estratégicas; fomento de la economía solidaria, y un sistema de participación popular que para EH lo quisiéramos.

Por todo ello y por muchas cosas más –junto la alegría que nos daría ver la cara de derrota de la derecha golpista a la que se enfrenta- te enviamos todo nuestro apoyo: Hugo, gana por Venezuela, gana por América, gana por Euskal Herria.

Ilustración: Matiz

Iberdrola o cómo premiar al culpable

El año pasado el Ayuntamiento de Bilbao otorgó, por iniciativa de su alcalde, el señor Azkuna, el título de bilbaíno ilustre a la empresa Iberdrola. Tal y como recoge el Reglamento de Honores, Distinciones y Ceremonial, el Ayuntamiento de la Villa hace ilustres a personajes e instituciones que se hayan destacado ostensiblemente en la defensa del nombre, de la imagen y de los intereses de esta Villa de Bilbao o de algunos de sus ciudadanos. Este título, en concreto, se concede en reconocimiento a una conducta cívica ejemplar.

Pareciera que la manera de entender por parte del equipo de gobierno el concepto de una conducta cívica ejemplar es bastante extraña, ya que nos dan a entender que la ejemplaridad consiste en situar a la ciudadanía bajo riesgo nuclear; en poner en práctica deducciones fiscales que nos impiden a los y las bizkainas desarrollar políticas sociales; en coartar los derechos de los y las trabajadoras de las empresas subcontratadas y, en última instancia, en producir un impacto terrible en términos sociales y ecológicos allá donde Iberdrola se implanta, fundamentalmente en América Latina. ¿Será eso lo que entienden por una conducta ejemplar?

Porque no nos engañemos, Iberdrola sigue apostando, a pesar de lo ocurrido en Fukushima, por el mantenimiento de la central nuclear de Garoña, independientemente de la situación de vulnerabilidad en la que nos coloca a todos y todas, y plantea mantener una central con más de 40 años de antigüedad. Primero el beneficio y luego, si acaso, la seguridad de nuestras vidas.

También Iberdrola se aprovecha de las salvajes y sucesivas reformas de los gobiernos de Madrid para explotar a sus trabajadores y trabajadoras, incluyendo en este grupo a sus subcontratas. Un ejemplo de ello es el caso de KONEKTA, que desde que asumió el servicio de atención al cliente ha despedido a 50 trabajadoras. Un comportamiento realmente ejemplar.

Finalmente, como toda buena multinacional, su ánimo incesante de lucro le lleva a explotar los recursos de otros países, olvidando su retórica verde, y dejando en América Latina su huella mediante el olvido de los derechos políticos, sociales y ambientales recogidos por el marco internacional de DDHH. Así y aprovechándose de las permisivas leyes y la favorable institucionalidad de ciertos países, son norma común de su actuación el despido, el chantaje a trabajadores/as sindicadas, la manipulación de precios y cobros, los desplazamientos forzosos generados por sus proyectos energéticos, etc.

¿Es esto un comportamiento ejemplar? ¿Es ejemplar seguir aumentando frenéticamente beneficios a costa de las vidas de muchas personas de América Latina, de las políticas sociales en Bizkaia, y de nuestra seguridad? ¿Es ejemplar otorgar un premio a una empresa cuyo presidente, con estos niveles de paro, pobreza y exclusión, cobra más de 9 millones de euros anuales?

Esto es sólo una parte de la práctica habitual de Iberdrola. ¿Dónde está el civismo en todo esto? Sólo vemos insolidaridad, falta de ética e injustica. Nos parece inadmisible que se  premie este tipo de conductas. Es vergonzoso que se premie a los culpables de tantos atropellos contra las personas.

Ana Etxarte – Alternatiba Bilbo

Lecciones mexicanas para la izquierda

Gonzalo Fernandez Ortiz de Zarate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

Tan cierto es que cada proceso electoral es diferente –dependiendo de la coyuntura, la historia, la cultura democrática y la relevancia geopolítica de cada país- como que de todos ellos se pueden extraer enseñanzas interesantes que, en su justa medida, deberían servir como aprendizajes políticos globales, sobre todo en un mundo como el actual, marcado por la interdependencia.

En este sentido, la izquierda no debe dejar de analizar los comicios celebrados en México el pasado domingo, caracterizados fundamentalmente por tres cuestiones: la victoria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su regreso a la presidencia de la mano de Peña Nieto; la nueva derrota de López Obrador y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en su afán de constituirse en alternativa a la derecha; la pujanza durante toda la campaña –incluso durante parte importante del último sexenio- de la sociedad civil organizada como verdadero motor de oposición y de construcción de propuestas.

Así, y en función de estas tres características principales, también queremos destacar tres lecciones, tres enseñanzas que este proceso electoral nos ofrece: En primer lugar, las derechas definen estrategias cada vez más unitarias y agresivas. La situación de crisis generalizada y la visibilización crecientemente notoria de grietas en el sistema, hace que las derechas busquen  la unidad como premisa de alcanzar la victoria, utilizando para ello todos los medios a su alcance. El producto Peña Nieto fue la apuesta de la derecha en estos comicios, llegando al punto de que incluso partidarios y mandatarios del partido gobernante (PAN, también de derechas) apoyaran al candidato del PRI, al ser el único capaz de asegurar la victoria.  Además, utilizaron sistemáticamente a los medios de comunicación hegemónicos (Televisa y TV Azteca) para construir una imagen desde la más pura mercadotecnia, sin fisuras en el mensaje trasladado a la ciudadanía; por si fuera poco, y para evitar sorpresas como en 2006 (se tuvo que llegar a un fraude electoral masivo), se han tomado las medidas oportunas para adulterar el voto de múltiples maneras, como no ha dejado de denunciar la oposición. En definitiva, esta es la derecha que nos estamos encontrando y con la que nos vamos a encontrar, unida, agresiva, nerviosa, antidemocrática, y golpista cuando la ocasión lo merece.

En segundo lugar, la estrategia de la izquierda partidaria de plantear un mensaje centrista le deslegitima como alternativa, a la vez que no le permite alcanzar el gobierno. Así, López Obrador y el PRD, en vez de definir una verdadera agenda de transformación para México, han planteado un giro hacia la derecha, concertando con ésta a través de compromisos públicos con el empresariado y otros poderes fácticos, con la intención de presentarse como alternancia responsable y creíble, a través de propuestas huecas de contenido político como la revolución amorosa, eje central de la campaña. Si los virajes a la derecha han sido históricamente errores estratégicos, caminos de ida pero no de vuelta, largos tránsitos por tierras de nadie –ni la derecha confía ni la izquierda asume el giro-, hoy en día, con la crisis civilizatoria que nos atraviesa, esos errores se convierten en el alejamiento permanente de los y las que están abajo y a la izquierda.

En tercer lugar, ha sido la sociedad civil organizada la protagonista de la confrontación con la derecha, y no el PRD. A las luchas indígenas, feministas, de maestros y maestras, de campesinos y campesinas, se han sumado durante la campaña las reivindicaciones estudiantiles, convirtiéndose el movimiento #yosoy132 en el verdadero protagonista de la misma, en su campaña rotunda en contra del regreso del PRI al gobierno, rompiendo incluso la dictadura mediática de los mas media a través de las redes sociales. El PRD ha querido patrimonializar este y otros movimientos sociales, pero sin participar con ellos ni asumir la diversidad de sus agendas. Así, ha entendido que estos movimientos deberían ser sus correas de transmisión en su pretensión presidencial, en vez de entender que es precisamente al revés, que son los partidos quienes deben entender las lógicas emancipatorias de largo recorrido, la importancia de hacer crecer la contestación ciudadana más allá de lo electoral, y lo estratégico que es entonces articularse en la diversidad, asumiendo responsabilidades y compromisos explícitos en la defensa de agendas realmente emancipadoras.

En definitiva, en esta crisis sistémica que estamos viviendo, y ante una derecha que se revuelve como gato panza arriba, el análisis de la realidad mexicana nos enseña que sólo desde la articulación de la diversidad, sólo desde el entendimiento y el respeto mutuo entre partidos y movimientos, sólo desde la asunción y el compromiso con agendas radicales, claras, alternativas, definidas en el largo tiempo de la emancipación y no en el corto plazo electoral, podrá la izquierda revertir esta situación de injusticia y desigualdad global.

Coups 2.0 in the Americas

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate –  Internationalist Working Group of Alternatiba

Everybody is familiar with the complexity of understanding the alternative processes that are taking place in the Americas, where multiple topics and agendas intersect, in the common will to break with the history of domination and exclusion of the subcontinent. On the one hand, the 21st century has been accompanied by the arrival of anti-neoliberal governments in various countries, with an unequal record of transformation, but which are the response to the popular majorities being fed up with their reality of poverty, inequality and external dependence. On the other hand, precisely taking advantage of this favorable context, many social movements – and many societies in movement – have raised the need for progress in the implementation of emancipative political agendas, that once and for all get beyond the colonizing and subordination logic to which the region and the population have historically been subjected.
 
So, after a few starts in which institutional and social actors walked hand in hand, tensions between governments and movements have emerged, as well as strained relations between old and new social movements: how slowly or quickly processes of change is taking place; the short life of governments or the long life of emancipation; developmentalism or a determined transition towards good living; the urgent need to overcome the patterns of dependency or the impossibility to do so in such a short period (in historical terms). These are precisely the debates that baffle and enrich the reality of Latin America. The answers to these situations are not simple, nor are they categorical, and deepening reflection on them is one of the great challenges of all the Left, including the European left.
 
However, something that cannot be denied, regardless of where we are positioned, is that all these processes initiated with the new century have torn open gaps, have allowed for spaces of accumulation of forces, spaces for the interconnection of struggles, spaces for the exercise of citizenship rights by large majorities. And nobody can capitalize that, it is part of the action path taken by both governments and movements. The Right knows it well: it attempts to put an end to this new exciting stage by any means. Thus, attacks of the oligarchies and their media – hegemonically aligned with them – do not cease in their effort of discrediting governments and social struggles, with the aim of destabilizing the region and returning to the previous situation of absolute control of the subcontinent. To do so, they are willing to do anything, including coups d’état.
 
This is the key to understanding the coup d’état in Venezuela in 2002 and the coup d’état in Mexico in 2006 – via electoral fraud -. But it is also useful for understanding the coups d’état 2.0 in Honduras (2009) and Ecuador (2010), where new formulas of coup are being tested, seeking for the international community and the population not to assimilate them as such (but with identical results). In this way, instead of the pure and simple military coup, new ways are emerging, ranging from social destabilization generated by the police to the fraudulent use of judicial and even constitutional resources.
 
This new coup scheme 2.0 is still very present in America today. Last week, the President of Paraguay was dismissed on the basis of a political trial, a legal figure of the Constitution which makes it possible to remove a President from office based on a manifest disability to perform his duties. In this sense, a legal staging was orchestrated for an illegitimate and anti-democratic event, where a President elected by popular vote was fulminated in a summary trial in which he only had two hours to exercise his defense, unable to prepare it properly, and against a very serious accusation. The ultimate goal of the coup: that one of the most retrograde oligarchies of the continent could put a stop to the timid processes of change engendered in recent years, and prevent the Left from accumulating enough forces to face the presidential elections in 2013.
 
On the other hand, since the past weekend, all the media of the world echoed the turmoil generated by the police strike in Bolivia – illegal in many countries – and which is perhaps a prelude of further attempts of destabilization in the Andean country. Finally, we’ll see what happens in the Mexican elections, where a broad student movement has gained significant momentum against the possibility that the PRI returns to power (with the full support of the Right and large media conglomerates.)
 
We must remain very much on the alert for these new realities, and denounce without palliatives, both here and there, the abuses perpetrated against democracy in the Americas. Regardless of the views we hold about one government or the other, or their greater or lesser commitment to the emancipation of the continent, we must be clear about one thing: we cannot allow what has been achieved in the last decade to be reverted, and we must join forces to prevent anti-democratic regressions, not only because of international solidarity, but also given the importance of the region as a source of inspiration to raise proposals that allow us to envision other paths to overcome this crisis of civilization that affects us all. Our paths are deeply intertwined, their democracy is also ours. 

(Translation FEDAEPS)

X