Golpes de estado 2.0 en las Américas

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

Por todos y todas es conocida la complejidad de entender hoy en día los procesos alternativos que se están desarrollando en las Américas, donde múltiples sujetos y agendas se entrecruzan en la voluntad de romper con la historia de dominación y exclusión del subcontinente. Por un lado, el siglo XXI ha venido acompañado por la llegada de gobiernos anti-neoliberales a diversos países, con desigual carácter transformador, pero que suponen la respuesta al hartazgo de las mayorías populares a la realidad de pobreza, desigualdad y dependencia externa; por otro lado, y aprovechando precisamente esta coyuntura favorable, muchos movimientos sociales -y muchas sociedades en movimiento- han planteado la necesidad de avanzar de manera contundente en la puesta en práctica de agendas políticas emancipadoras, que superen de una vez las lógicas colonizadoras y de subordinación a las que han estado históricamente sujetas la región y sus habitantes.

Así, tras unos inicios en los que actores institucionales y sociales marchaban de la mano, han surgido tensiones entre gobiernos y movimientos, así como entre viejos y nuevos movimientos sociales: la rapidez o lentitud de los procesos de cambio; el corto plazo de los gobiernos o el largo de la emancipación; desarrollismo o transición decidida al buen vivir; la necesidad de superar aquí y ahora los patrones de dependencia o la imposibilidad de hacerlo en un tiempo tan corto en términos históricos. Estos son precisamente los debates que complejizan y enriquecen la realidad de América Latina. Las respuestas a estas situaciones no son sencillas, ni son categóricas, y profundizar en ellas es uno de los grandes retos de toda la izquierda, también de la europea.

No obstante, lo que no podemos negar, independientemente de dónde nos situemos, es que todos estos procesos iniciados con el nuevo siglo han abierto brechas, han permitido espacios de acumulación de fuerzas, espacios de articulación de luchas, espacios de ejercicio de la ciudadanía por parte de las grandes mayorías. Y eso no lo puede capitalizar nadie, es parte de la acción tanto de movimientos como de gobiernos. Eso bien lo sabe la derecha, que pretende acabar de cualquier manera con toda esta nueva etapa ilusionante. Así, los ataques de las oligarquías y de sus medios de comunicación -hegemónicamente alineados con ellas- no cejan en el esfuerzo de desacreditar gobiernos y luchas sociales, con el ánimo de desestabilizar la región y de volver a la situación previa de control absoluto del subcontinente. Para ello, están dispuestas a todo, incluidos los golpes de estado.

En esta clave se entiende el golpe de estado en Venezuela en 2002 y el golpe de estado en México en 2006 -vía fraude electoral-. Pero también así se entienden los golpes de estado 2.0 de Honduras (2009) y de Ecuador (2010), donde se ensayan nuevas fórmulas de golpe en las que se busca que, con idénticos resultados, la comunidad internacional y la población no los asimile como tal. De esta manera, frente al golpe militar puro y duro, se plantean nuevas vías, que van desde la desestabilización social generada por la policía, hasta al uso fraudulento de recursos legales e incluso constitucionales.

Esta nueva trama golpista 2.0 sigue hoy por hoy muy presente en América. La pasada semana el presidente de Paraguay fue destituido en base a un juicio político, figura legal de la constitución que permite apartar de su cargo a un presidente por incapacidad manifiesta para ejercer sus funciones. En este sentido, se orquestó una escenificación legal para un acto ilegítimo y antidemocrático, en la que se fulminó a un presidente elegido por votación popular en un juicio sumario en el que sólo tuvo dos horas para ejercer su defensa, sin posibilidad de prepararla como es debido, y ante una acusación tan grave. El objetivo último del golpe: que una de las oligarquías más retrógradas del continente frenara los tímidos procesos de cambio generados en los últimos años, así como evitar que la izquierda contara con las fuerzas suficientes para enfrentar las elecciones presidenciales de 2013.

Por otro lado, todos los medios de comunicación del mundo se hacen eco desde el pasado fin de semana de los disturbios generados por la huelga policial en Bolivia -hecho ilegal en muchos países-, y que preludian quizá nuevos intentos de desestabilización en el país andino. Finalmente, veremos qué pasa este domingo en las elecciones mexicanas, donde un amplio movimiento estudiantil ha cobrado un gran vigor frente a la posibilidad de que el PRI regrese al poder, que cuenta con todo el apoyo de la derecha, de los grandes conglomerados mediáticos.

Habrá que estar muy atentos y atentas a estas nuevas realidades, y denunciar sin paliativos, aquí y allá, los atropellos que se pretenden realizar contra la democracia en las Américas. Independientemente de las opiniones que nos merezcan unos gobiernos u otros, de su compromiso mayor o menor con la emancipación del continente, debemos tener una cosa clara: lo conseguido en esta última década no podemos permitir que se revierta, y debemos unir fuerzas para evitar regresiones antidemocráticas, por solidaridad internacionalista, y por la importancia de la región como fuente de inspiración para plantear propuestas que nos permitan vislumbrar otros caminos para superar esta crisis civilizatoria, que nos afecta a todas y todos. Nuestros caminos están profundamente entrelazados, su democracia es también la nuestra.

Euskal Herria Bildu con Syriza

A lo largo de estos dos últimos años, en Grecia se han aplicado las más severas medidas de austeridad y recortes sociales sistemáticos, como condiciones impuestas por los mercados y la troika europea  para rescatar al pueblo griego. Unas medidas que decían sacarían a Grecia de la grave crisis que padecía, posibilitaria un cambio en la política fiscal y sería eficaz para pagar la deuda.

Sin embargo, los resultados han sido un absoluto fracaso y tan solo han supuesto un empobrecimiento de las capas populares, una depauperización general de las condiciones de vida del pueblo griego y la destrucción de empleo alcanzando su propio record de desempleo en el 21%.

Por ello y ante la nueva cita con las urnas del pueblo griego este domingo 17 de Junio, desde Euskal Herria Bildu  queremos mostrar publicamente nuestro apoyo a Syriza y demás fuerzas de izquierda griega que cuestionan el acuerdo de rescate y busca su renegociación, devolviendo la soberanía nacional  hoy secuestrada por los poderes financieros internacionales al pueblo griego.

Apoyamos la apuesta de Syriza y las fuerzas de izquierda por la soberanía nacional y por la derogación inmediata de los memorándum impuestos y su renegociación, así como su oposición a la Europa neoliberal buscando su transformación desde el interior. Ello pasa por una ruptura con los tratados fundadores de Maastricht y de Lisboa, y de su remplazo por nuevos tratados que rompan con el neoliberalismo y promuevan una Europa social y de los pueblos en la que los derechos de las personas y sus pueblos prevalezcan sobre los mercados y el dinero.

Apoyamos así mismo a Syriza y los sectores populares de Grecia, por solidaridad internacionalista,  porque en Grecia se juega una etapa esencial de la lucha que los pueblos europeos contra la oligarquía financiera y sus instrumentos de imposición y en favor de la mayoría social europea.

 Una lucha ciertamente desigual, en tanto hemos podido observar como la union europea y los poderes financieros no han escatimado esfuerzos, chantajes ni discursos alarmistas contra una eventual victoria de Syriza para intentar influir en la decisión de los y las griegas, evidenciando así, mediante la presión directa y mezquina a la ciudadanía la falsa democracia que pretenden instaurar en toda Europa.

Es por ello, que las gentes de izquierda de Euskal Herria agrupadas en Euskal Herria Bildu tomamos partido por la dignidad del pueblo griego, por el esfuerzo compartido en buscar una sociedad y un modelo económico más justo y solidario con los y las que menos tienen, por la que tomamos partido por Syriza y las fuerzas de izquierda helénicas.

Dignidad griega para otro proyecto europeo

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

El próximo domingo 17 de junio se celebrarán en Grecia elecciones generales, un proceso electoral de especial relevancia para toda Europa, también para el conjunto de la izquierda europea. Podríamos llegar a decir que más allá de las múltiples y contundentes respuestas y resistencias que movimientos sociales y partidos han venido desarrollando desde el estallido financiero, esta es una oportunidad única para confrontar directamente con la estrategia ultraliberal de Merkel, del FMI, y del proyecto europeo tal y como ha sido concebido. Toda la izquierda mira con esperanza a Grecia en estos momentos, y muy especialmente a la coalición de izquierdas Syriza, que cuenta con posibilidades reales de ganar las elecciones, fundamentalmente por su oposición al chantaje de la UE.

Porque el domingo no sólo está en juego si Europa continúa con su estrategia de rapiña con los y las griegas, -situadas en una situación crítica de pauperización y de explotación creciente-. No, lo que también se dirimirá este domingo es, en el fondo, si la Europa que hemos conocido hasta ahora, la Europa de los mercaderes y del capital, empieza a descarrilar por la acción de una ciudadanía harta de ser despojada, de ser engañada, de ser culpabilizada. Por ello, este domingo todos y todas participamos en las elecciones griegas.

Esto lo han entendido también todas las fuerzas vivas del proyecto ultraliberal, que están sometiendo a la población griega a una intensa campaña de desinformación para intentar generar miedo y rechazo a las propuestas alternativas. Así, no ha habido líder europeo que no intente vincular la victoria de Syriza con la salida del euro, ni grupo de presión mediática que no haya caracterizado a Alexis Tsipras, como bolchevique, radical, el chavez del meditarráneo, etc. Pese a todo ello, la ciudadanía europea debe saber que, sin ser un programa revolucionario, la propuesta política de Syriza está cargada de dignidad y de esperanza, como reza su propio título. Podríamos clasificar su propuesta en tres grandes ámbitos: uno, romper los memorandos firmados con la Troika, que obligan a las actuales políticas draconianas de ajuste, que se congelarían en caso de victoria; dos, rescatar sectores estratégicos de las manos del capital, a través de la nacionalización del conjunto de la banca, así como de otros sectores de carácter estratégico; y tres, renegociar la deuda sin chantajes, estableciendo una auditoría de la misma para saber cuál es y cuál no es legítima, como se hizo hace unos años en Ecuador, en el marco de la Revolución Ciudadana.

Este programa, por sí sólo, es ya todo un desafío para el proyecto europeo hegemónico: un pueblo que dice basta, que dice que su crisis la paguen ellos, y que quiere negociar de tú a tú con el capital, habráse visto. Al mismo tiempo, es una oportunidad para las izquierdas de acumular fuerzas en pos de una Europa de los derechos, de la democracia participativa, de la confrontación con el capitalismo y con el sistema múltiple de dominación generado en torno a este sistema socieconómico injusto. Debemos renovar nuestra vocación internacionalista y plantear un agenda común de mínimos: democratización del entramado institucional europeo; restitución pública del BCE y de los bancos centrales de los diferentes países; auditoría integral de la deuda; repensar el papel de la moneda única en una estructura económica desigual, tomando la lucha contra las desigualdades como prioridad política; no penalizar los déficit y sí penalizar los superavit, obligando a que éstos se trasladen a la masa salarial y no a la burbuja financiera; derogar definitivamente la Política Agraria Común (PAC) en defensa de la soberanía alimentaria; apostar por el reparto de trabajo, productivo y reproductivo, desde la corresponsabilidad como principio; reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos y naciones europeas.

Esta agenda alternativa, de la que Syriza y la izquierda griega es hoy un referente, debe permitirnos aunar esfuerzos y luchas, debe permitirnos confrontar proyectos políticos. Estamos en una coyuntura de crisis civilizatoria y no nos podemos permitir el lujo de especular, o de simplemente pretender resistir. Hay que pasar a la ofensiva y ofrecer dignidad, esperanza, vientos de revolución y de emancipación. Empecemos este domingo, ¡todos y todas con Syriza!

Alternatiba aplaude la nacionalización de YPF y aboga por imitar al gobierno argentino recuperando sectores estratégicos para la ciudadanía

La Mesa Internacionalista de Alternatiba ha “aplaudido y se ha felicitado” hoy por la nacionalización de la empresa YPF, hasta el momento bajo control de REPSOL, anunciada ayer por el Gobierno de Argentina por “incumplimiento sistemático de los fines sociales que cualquier empresa tiene la obligación de cumplir en un país democrático”. Desde Alternatiba han asegurado que “ya era hora de parar esta segunda ola de colonización protagonizada por las empresas transnacionales y sus gobiernos esbirros, que confunden el bien de la ciudadanía con el bien de sus empresas, buscando únicamente el lucro global”.

Desde la Mesa Internacionalista esperan que esta “medida democrática” permita iniciar a la Argentina a una “estrategia de transición a una matriz energética no dependiente de los fósiles y que haga posible el buen vivir”. Por otro lado, el órgano de Alternatiba ha invitado los gobiernos de Europa a “tomar buena cuenta de esta medida ambiciosa y valiente, y recuperar sectores estratégicos para el control democrático de la ciudadanía, sobre todo en aquellos ámbitos donde está demostrada su actividad fraudulenta en lo que se refiere a buscar el bien común”. Por ello, Alternatiba ha apostado por buscar las fórmulas adecuadas para la nacionalización absoluta de la banca y del sector energético, “como transición hacia una sociedad donde no prime la ganancia, sino el bienestar».

Internationalist declaration of Bilbao: Creating Alliances between the peoples of Europe and the Americas

Internationalist declaration of Bilbao: Creating Alliances between the peoples of Europe and the Americas

Considering that capitalism, as well as the rest of dimensions that articulate the Multiple System of Domination (patriarchy, productivism, colonialism, racism, cultural hegemony), are responsible for the current situation of systemic vulnerability.

Considering also that, not only have they proven to be incapable of confronting the actual problems that beset humanity and the planet, but they have also started a suicide run, a headlong rush of terrible consequences.

European and American political and social organizations that have signed this declaration undertake:

1. To put in practice the idea that the revolution will be international or it will be nothing. Even though our struggles are, and will continue being, local, national, regional and without borders, we should not forget that the Multiple System of Domination is developed and organized globally and it will only be beaten this way.
2. To finish with the current framework of relationship between the Americas and Europe, that since the 16th century has been following the interests of the market and the reproduction of the capital, violence, racism, coloniality and pillaging. From our internationalist commitment, we will insist on the construction of new ways of relationship between individuals and peoples.
3. To coordinate ourselves in a non-colonialist, horizontal, democratic and effective way to radically end with the multiple system of domination that has dragged the world into an unprecedented crisis. At this critical moment there is no place for changes and improvements, the only possible option is the construction of alternative proposals.
4. To draw up common political agendas out from transforming values and principles, where the crux is the reproduction of life and not the capital. Out from recognition and commitment to diversity and radical democracy as a premise. Out from political strategies that aim for new production, consumption and welfare patterns based on the sustainability of our planet and on collective interests.
5. To give priority, in the political agendas, to common aspects we all share. Have respect for other struggles, make them ours, but it is necessary to put special emphasis on common struggles.

a. To support initiatives for alternative integration and integration of the peoples, like the ones that are currently being carried out in Latin America. Face up to the current patterns of regionalization represented by the European Union (EU) and the Organization of American States (OAE) because they meet the interests of the capital and not the interests of the peoples.
b. To face up to Partnership Agreements between the EU and the Americas as they plead for an unbridled capitalism where the markets and transnational companies rule. To condemn the governments and multilateral bodies that strengthen the anti-popular nature of these agreements.
c. To face up to, condemn, and prevent European transnational companies from depredating in the Americas for the terrible ecological, social, political and economical impact they carry out.
d. To stand up for the right to self-determination of any country without exception and condemn all the anti-democratic cases where the exercise of this internationally recognized right is violated.
e. To strengthen the resistance to austerity policies and plead for the radical modification of the creation and the distribution of wealth, for the defense of public services and the radical break with the capitalist world order.
f. To pledge our commitment to the de-patriarchalization of our states and societies. To acknowledge feminist proposals and struggles, specially against the oldest domination system –men against women-. Only then will we be able to talk about real democracy, justice, equality and emancipation.
g. To pledge our commitment to food sovereignty and agroecology versus industrial agriculture –represented by the CAP- and the intensive single-crop, the use of genetically modified products, plundering of natural resources, etc. as we believe that feeding is a right and not a commodity.

The revolution will be international or it will be nothing!

Bilbao, December 15, 2011

X