Hoy nos hemos acercado a la comarca de Enkarterri para dar voz a la rabia de quienes han pagado una crisis económica que no han provocado. Para denunciar las nefastas políticas económicas y de empleo que hemos tenido que padecer en Euskal Herria, a manos de unos políticos que no sirven a las personas, sino al gran capital.
Por eso estamos aquí, donde hace casi un año la empresa alemana Thyssenkrupp se convirtió en la primera en aprovechar la reforma laboral pactada por PSOE y PNV para dejar en la calle a 120 trabajadores. Aquí, donde el Diputado General de Bizkaia, José Luis Bilbao, quiso engañarnos con la promesa electoral de crear 1100 puestos de trabajo con el proyecto Habidite que nunca llegó a existir. A día de hoy, no hay más que un terreno desolado y lleno de escombros, una imagen que simboliza perfectamente la desertización industrial y la destrucción de empleo que han fomentado nuestros gobernantes.
Porque no nos engañemos; aunque PNV, PSOE y PP intenten convencernos de que representan opciones políticas diferenciadas, la realidad es que no tardan ni medio minuto en ponerse de acuerdo para recortar derechos laborales y para poner alfombra roja a los abusos de las grandes corporaciones y a la especulación financiera. En público hablan de creación de empleo, mientras en los despachos negocian junto a la banca y la patronal el saqueo permanente a las clases trabajadoras de este país.
Acusan a Bildu de ser un matrimonio de conveniencia, cuando el auténtico matrimonio interesado es el suyo, el del PP, PNV y PSOE con la banca y con la patronal.
Ellos nos han condenado a la precariedad, a los contratos basura, a los salarios miserables, a la temporalidad. Todo ellos sin despeinarse, sin que ninguno de los partidos hegemónicos haya puesto el grito en el cielo. Al contrario, han justificado su ofensiva como si de un mal menor se tratara. Mientras tanto, las mujeres, las personas jóvenes y las personas migrantes continúan siendo quienes sufren con más crudeza las embestidas de la crisis, y quienes viven condenados a la precariedad estructural por culpa de un modelo económico y social profundamente injusto e insolidario.
Y a la vez que aparecen cada vez más bolsas de pobreza o se incrementa la cifra de personas desempleadas hasta números escandalosos, quienes nos malgobiernan continúan privatizando y subcontratando los servicios sociales, o desvalijando cualquier tipo de prestación pública, ya sea el sistema público de pensiones, la prestación por desempleo o la renta de garantía de ingresos.
Pero se va a acabar este abuso de poder. Frente a la docilidad que han demostrado PNV, PSOE y PP ante las exigencias más ruines de los mercados, Bildu representa una opción combativa, alineada nítidamente con la clases populares y más desfavorecidas de este país. Frente a su incompetencia para hacer frente al desempleo, quienes conformamos Bildu apostamos por una economía social y solidaria, por el trabajo cooperativo, y por alternativas laborales en nuevos nichos de empleo. Acusan a Bildu de no tener programa. Lo que no tenemos son mentiras y falsas promesas, del resto podemos hablar lo que quieran y cuando quieran, porque Bildu tiene pograma y propuestas para este país.
Desde la defensa de un marco vasco de relaciones laborales, así como de un sistema vasco de servicios sociales, tenemos la responsabilidad y el compromiso de reformular nuestra economía y nuestros sectores productivos, para poner fin a un modelo caduco que sólo genera más diferencias sociales, más destrucción ambiental, más paro y más ruina.