Intervención de nuestro compañero de Alternatiba y Diputado de EHBildu, Oskar Matute, en el congreso de Madrid con motivo de la decisión adoptada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de dar por finalizada la campaña del bonito, el diputado Oskar Matute ha solicitado la comparecencia urgente en comisión de la Ministra del ramo, Isabel García Tejerina.
Según el diputado soberanista, la decisión del Gobierno español ha sido “unilateral” y “prematura”, ya que, “en modo alguno, ha sido consultada y contrastada con el sector”. Matute ha recordado además, que en ningún caso se había alcanzado la cuota establecida de pesca de la especie citada, dejando más de 1.200 toneladas sin capturar.
A su juicio, “esta decisión genera enormes deificultades para un sector, en el que se incluyen arrantzales vascos, que se ha caracterizado por el respeto a los cupos, estando o no de acuerdo con los mismos”.
“Alguien en el Ministerio no ha tenido en cuenta ni la opinión ni la experiencia de los arrantzales vascos, ni mucho menos su empleo de las artes pesqueras menos devastadoras para el medio marino que las utilizidas por terceros”, ha afirmado.
Por todo ello, EH Bildu ha solicitado la comparecencia urgente en comisión de la Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
El PP se ha sumado al gobierno municipal a la hora de hacer suya la decisión tomada por el museo Guggenheim, en cuyo patronato participa el Alcalde Aburto, que despedirá mañana a los y las 18 educadoras con lo que contaban, por salir a la huelga a reivindicar empleo digno. En el Pleno de hoy, ante una moción conjunta de EH Bildu, Udalberri y Goazen Bilbao, portavoces de PNV, PSOE y PP han subrayado que coincididen con la decisión tomada por el museo que se traduce en el despido de 18 personas y la destrucción de 6 puestos de trabajo.
Intervención de nuestra compañera de Alternatiba y concejala de EH Bildu Bilbo Alba Fatuarte:
Mañana es 30 de Septiembre, fecha en que finaliza el contrato que el Museo Guggenheim Bilbao tiene firmado con la empresa Manpower, y día en que 18 educadoras y educadores del Museo que decidieron ir a la huelga para pedir un empleo digno se van definitivamente a la calle. Pero que nadie se confunda: Ni el problema acaba mañana, ni nosotras dejaremos de pedir responsabilidades por ello.
Lo dijimos en la comparecencia del 9 de Septiembre y lo decimos ahora: Estas 18 personas mañana se van a la calle por haberse atrevido a hacer huelga, que es, recordemos, un derecho fundamental de todo trabajador o trabajadora. Estos jóvenes, solo pedían condiciones dignas porque no querían seguir siendo la mano de obra a precio de saldo sobre la cual Bilbao se asoma y se vende al mundo. Y aunque al señor Álvarez no le gustara nada el adjetivo que utilicé entonces, lo repito: les echan por venganza. Usted afirmaba que es un término “fácil de utilizar, pero difícil de defender y mucho más difícil de demostrar”. Pues nosotras lo defendemos aquí y creemos que también va a ser posible demostrarlo en los juzgados. Porque es evidente que si para poder acceder a los 3 puestos que van a sustituir a estos 18 contratos, hay que estar en una bolsa de trabajo de 2011 que ni siquiera es específica de la categoría que se precisa; y resulta que en esa bolsa no está ninguna de las personas que han estado en la pancarta, yo a eso lo llamo venganza, sin eufemismos. Y ustedes no solo lo saben sino que, además, lo apoyan.
Lo apoyan, según afirma el Museo Guggenheim en la nota de prensa que hizo pública el día 29 de Agosto, y según lo confirmaba el señor Álvarez en la comparecencia del 9 de septiembre. Una comparecencia, por cierto, a la que estaba convocado el Alcalde, como único representante de este Ayuntamiento en el Comité Ejecutivo del Museo, y a la que decidió no acudir. Quizá para evitarse el bochorno de tener que justificar lo injustificable. Quizá por no tener que reconocer que su famoso “pacto de titanio” no era tal.
Aquel pacto lo hicieron público el señor Rementería y usted como candidatos a alcalde y Diputado General, hablando de palabras como “progreso, reconocimiento internacional, actividad económica y empleo”. Y yo me pregunto, acaso en ese pacto no se incluía a la educadoras y educadores del Guggenheim? No se incluían a las personas que en ese preciso momento estaban trabajando en precario a unos pocos metros de donde ustedes hacían sus promesas? Porque para ellos y ellas aquí no hay pacto de titanio, sino más bien, mano de hierro.
Este gobierno puede y debe tomar parte y actuar en el sentido en que indicamos en la moción básicamente por 4 razones: 1, porque este ayuntamiento tiene representación en el Comité Ejecutivo del Museo Guggenheim Bilbao. 2. porque la misión de este y de cualquier museo ha de ser por encima de todo ser una institución educativa 3. porque este ayuntamiento subvenciona con un cuarto de millón de euros anuales al Museo Guggenheim. Y 4, porque la “marca Bilbao” está sustentada, hoy por hoy, casi exclusivamente en ese museo, con todo lo que ello conlleva.
Y no es tarde para conseguir mantener los puestos de trabajo de los servicios del departamento de educación del Guggenheim. Ni las peticiones que hacen estas trabajadoras ni nuestra propuesta son en absoluto inviables. Es cuestión de voluntad política. En el caso del Museo de BBAA, aunque les costó, la hubo, fue efectiva y creemos que aquí también es posible.
Para acabar decir que esto, no se lo pedimos solo los tres grupos que presentamos la moción; lo hacen las cientos de personas que han firmado ya el manifiesto a favor de estos 18 educadores y educadoras, y lo hacen también otras instituciones, como la UPV, cuya Junta de Centro de la facultad de BBAA pedía ayer mediante una nota pública literalmente: “a la dirección del Museo, a las instituciones responsables del mismo y a las empresas implicadas en su gestión que reconsidere su posición y negocien unas condiciones laborales dignas para un personal que durante años ha demostrado su profesionalidad”.
Estos son los apoyos que están recibiendo y son muchos más los que están por llegar. Les pedimos que recapaciten, que reconsideren su postura, y que hagan lo posible por negociar en favor de los educadores y educadoras del Museo Guggenheim que mañana se quedan sin empleo.
Alba Fatuarte – Compañera de Alternatiba y concejala de EH Bildu Bilbo
Hace poco más de un año, Unai Rementería y Juan Mari Aburto iniciaban su campaña electoral en la explanada del Museo Guggenheim. Los que a día de hoy son Diputado General de Bizkaia y Alcalde de Bilbao, afirmaban entonces sellar un «pacto de titanio»entre ambas instituciones. Nos hablaron del «Titanio del Guggenheim y de los valores que representa: El progreso, el reconocimiento internacional, la actividad económica y el empleo». Un pacto pensado «por y para la personas de Bilbao y de Bizkaia» y que les comprometía con esos mismos valores. Un año más tarde, constatamos la gran estafa que supone ese pacto y que en Bilbao no es titanio todo lo que reluce.
El museo que nos vendieron como buque insignia de la regeneración económica y la creación de empleo, navega en las aguas del capitalismo más salvaje, dejando a su paso un reguero de precariedad. El Bilbao de la cultura y la modernidad es el Bilbao de las Empresas de Trabajo Temporal, los salarios de miseria y la destrucción de empleo; un lugar en el que si se te ocurre salir a la calle a pedir dignidad, te mandan directamente a la cola del paro.
Yo misma fui hace unos años becaria-precaria en el Guggenheim, trabajando sin cotizar y cobrando 700 euros por 40 horas semanales, mediante un convenio con la fundación Novia Salcedo,señalada por inspección de trabajo por empleo fraudulento de becas para suplir a trabajadores fijos. Una realidad que muchos jóvenes faltos de experiencia laboral y con muchas ganas de trabajar conocen bien. Aquel año, tras la visita de inspección de trabajo al Museo, la dirección decidió eliminar el programa de becarios. Buscan la forma más barata de hacerse con mano de obra cualificada, sabedores de que rozan la ilegalidad y, cuando esta se demuestra, se deshacen del problema.
Ahora que las educadoras han decidido ir a la huelga, vuelven a optar por la misma salida: Cortar por lo sano. Pero esta vez las consecuencias son mucho más graves: Dejan en la calle a las 18 huelguistas con el aval de instituciones gobernadas por el PNV y PSE. Estas son las instituciones al servicio del capital que dejan tirada a la juventud precaria. Estas son las instituciones del vergonzoso «pacto de titanio». Estas son las instituciones que aspiramos a cambiar.
Oskar Matute, parlamentario de EH Bildu y compañero de Alternatiba, lleva mucho tiempo trabajando en contra del TTIP. Sus últimas intervenciones en pleno y comisiones del Parlamento Vasco han estado centradas en este tratado. En ellas intenta abordar la cuestión intentando que el parlamento se posicione en contra, al mismo tiempo que alerta de los peligros y muestra la gran falta de información y estudio sobre el tema que adolecen las instituciones vascas.
Oskar Matute, pregunta acerca del TTIP al consejero Ángel Toña en la Comisión de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda del Parlamento Vasco:
La estupidez y el poder son un coctel altamente inestable y peligroso cuando ambas se concentran en una sola persona. Si además la saturación es tan alta como la que podemos encontrar en el jefe del empresariado español las “perlas” que salen por su boca no tendrán desperdicio. Frases que insultan a la inteligencia y sobre todo a la clase trabajadora. Sin embargo, estas estupideces no tendrían importancia si fueran pronunciadas por un parroquiano sentado en barra con un txikito en la mano. El problema viene cuando quien lo pronuncia es el Presidente de la mayor asociación empresarial, uno de los principales lobbys de presión, y un agente que marca las políticas del Estado.
Pero el Sr. Rosell, no nos engañemos, no da puntada sin hilo. Todos sus dardos van dirigidos, bien dirigidos, y su dirección es esa que nos está llevando hacia el nuevo modelo de esclavos del siglo XXI, la esclavitud 2.0, que cómo ya escribí en un post anterior ni siquiera cubre techo y comida como hacía en otras épocas. El futuro según Rosell y el empresariado en general pasa por la aceptación de que el trabajo es el motivo de la vida, y nuestra vida ha de estar supeditada al trabajo, y no hablamos del concepto abstracto de la vida sino directamente nuestro derecho a vivir, y sino démosles tiempo y verán como nuestros derechos básicos se convierten en caridad del poderoso, de la piedad del mismo.
Estamos en una guerra y estamos siendo masacradas mientras nos retiramos de la batalla, y salvo algunos escarceos nada indica que exista una verdadera línea del frente. La lucha es multidimesional pero parece que no queremos enterarnos y nos enfrascamos en nuestras batallas personales, y sin organización no hay victoria. Terminaremos en el siglo XIX como dice el Sr Rosell, en jornadas de 16 horas, sin derechos ni techos, y no es demagogia sino trayectoria salvo que hagamos algo.
No tenemos tiempo para tonterías y discusiones teórico-filosóficas o quizás el tiempo de la revolución nos pille en una reunión. La guerra social se libra en todos los frentes y no se gana en unas elecciones, pero tampoco con movimientos sociales endogámicos, reflexivos y políticamente correctos. O todas a una, o seremos individuos libres para elegir el color de nuestras cadenas. Hay que asaltar las instituciones, pero también el poder, el poder económico, productivo, la autoridad… etc. Y es que lo uno sin lo otro jamás será efectivo. Es necesario organizar la lucha de resistencia ante las agresiones, como es imprescindible elaborar y atacar alternativas económicas y sociales desde la base. Algunas experiencias ya tenemos, bancas éticas, cooperativas energéticas, comercios de cercanía y tantas otras, pero también algunas más radicales como la ocupación de viviendas y barrios para generar espacios libres, expropiaciones de empresas. Y sí, hacen falta las instituciones, pero no para gestionar las migajas sino para dar cobertura legal a estos proyectos alternativos. Para ir creando las condiciones idóneas donde estos nuevos proyectos sean preponderantes. No se trata de contraponer al esclavismo 2.0 un reformismo más o menos radical, sino generar un nuevo modelo que contraponer al actual donde el lema punk de los 70 tiene más sentido que nunca: “No future”.