Carlos Alberto Ruiz «El ELN está dispuesto a retomar los diálogos y humanizar sin que se burle lo ya suscrito»

Entrevista de la periodista de GARA y NAIZ Ainara Lertxundi a Carlos Alberto Ruiz Socha, asesor jurídico de ELN en la mesa de La Habana, al hilo de la charla sobre la paz en Colombia organizada por Alternatiba, al hilo de su 10º aniversario, en Bilbao.

 

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¿Dónde estamos? Desde que se inició este proceso, éste es, evidentemente, el momento más crítico porque se contaba con un mínimo de garantías y reglas, no solamente una garantía jurídica básica para el ELN sino de credibilidad y potencial del proceso basado en la coherencia. El Gobierno no declara la ruptura radical porque ha urdido una trampa y una imagen pero deja sin esa básica seguridad jurídica no sólo para este proceso de paz, sino que destruye lo que sería predicable para cualquier proceso de paz en el mundo: el respeto a una delegación de diálogos con la posibilidad de que si se rompe, retorna esa delegación a su lugar y no se atenta con perfidia contra su seguridad física y libertades esenciales.

Este escenario, siendo el más problemático, no obstante, puede suponer una reconsideración para ambas partes. El Estado colombiano tiene aún la posibilidad de dar esa garantía jurídica sin la cual obviamente no habrá proceso.
Esto supone que renuncie a ese enfoque inútil y perverso de derecho penal de enemigo, que es el que está desarrollando olvidando lo más elemental de las estrategias de negociación, que es el respeto a una delegación de diálogos de un oponente o adversario armado al que se le ha dicho respetar y proteger, para luego traicionar.
Aún en estas condiciones es posible hacer algo para salvar años de esfuerzos políticos, diplomáticos, muy hondos, existiendo una gran expectativa de muchos sectores en Colombia para que esta apuesta de solución política no se abandone y sólo puedan verse las partes hasta «dentro de 50.000 muertos», como alguien dijo hace años.

¿Y el ELN, dónde está? El ELN ha realizado una serie de gestos de orden político y humanitario. En el reconocimiento que hace de su responsabilidad del atentado de Bogotá a la Policía como institución, deja planteada la posibilidad de que se examine su actuación a la luz del Derecho Humanitario. Esto significa que puede atender en esta materia las recomendaciones que surjan de observadores verdaderamente independientes, no solo sobre esta acción sino en una mirada más amplia sobre la conducción de operaciones militares por ambas partes.
Si se llega a la conclusión para el ELN y para el Estado que, por ejemplo, quedan proscritos los explosivos, no cabe duda que el ELN puede comprometerse bajo esa mirada y requerimiento imparcial a acciones de desescalamiento, por supuesto, en el marco de la reciprocidad.

Ha dicho, no ahora sino en el pasado, que puede reconsiderar limitar, regular, modular prácticas asociadas o derivadas del conflicto armado, como lo demostró durante el cese al fuego bilateral firmado con Juan Manuel Santos.

Durante 101 días, el ELN no realizó privaciones a la libertad que tuvieran como razón el carácter económico, igualmente suspendió acciones ofensivas o de sabotaje contra infraestructuras asociadas a la capacidad de su enemigo.

Esto demostró que no sólo tiene unidad de mando, control territorial y de operaciones, sino capacidad de disciplina y corrección que se traduce en la suspensión en todo el territorio nacional de acciones no defensivas. Creo que esto podría perfectamente asumirlo el ELN hoy día.

El presidente Iván Duque puso como exigencia para reanudar la mesa de conversaciones que el ELN pusiera fin a la práctica del secuestro –retenciones, según la guerrilla–, liberase a las personas que tiene en su poder y suspendiera las acciones. Duque no continuó la Mesa en la dinámica, aun precaria, que se venía dando con el Gobierno Santos, pero existía un cierto desarrollo tanto de la agenda como de los esfuerzos de ambas partes de entendimiento, tanto es así que durante el sexto ciclo de conversaciones que terminó en agosto de 2018 hubo propuestas muy concretas del ELN para suscribir un nuevo cese al fuego bilateral que no fueron atendidas por parte de la delegación del Gobierno de Santos, porque ya esa delegación no estaba trabajando bajo las instrucciones del entonces presidente saliente sino que estaba trabajando, no cabe la menor duda, bajo el guión del presidente electo que era Duque y su afán de imposiciones y negacionista.

El ELN propuso la suspensión temporal de las retenciones de carácter económico y suspender otras acciones si se daban ciertas condiciones. A esa fórmula el Gobierno saliente y, sobre todo, el Gobierno entrante, respondió no, arruinando poco a poco la Mesa, señalando unas condiciones imposibles de cumplir dada la naturaleza rebelde del ELN. Como lo explica el comandante Antonio García, en tanto organización alzada en armas, disputa tres monopolios del Estado; el de las armas, el de los impuestos y del Derecho.

El ELN no ha renunciado a ninguno de esos objetivos frente al monopolio que pretende ejercer formalmente el Estado. Esto por su naturaleza rebelde, de proyecto de ruptura del orden injusto establecido. Si el ELN dice que acepta esas condiciones, explican sus mandos, deja de ser rebelde, suspende todo su accionar que, por supuesto, es por fuera de la ley del adversario.

El ELN ha dicho que está dispuesto a escuchar esas condiciones pero restablecida la Mesa; incluso llegó a plantear reuniones confidenciales para hablar sobre esas nuevas condiciones, o sea, en esa perspectiva, la regulación o limitación de las privaciones de libertad y de otras acciones.

Pero el Estado colombiano, a través de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, no ha enviado hasta el día de hoy a ningún emisario, sólo ha sostenido comunicaciones telefónicas en las que promete lo que no ha cumplido. Tuvo reuniones con Gestores del ELN en Bogotá y con diplomáticos, diciendo que no renunciaba al proceso de paz.
Pero, mientras tanto, se fue pudriendo la Mesa con peticiones que el ELN ve inviables, imposibles de ser cumplidas automática y gratuitamente, dado el carácter del ELN, que no acepta someterse a un establecimiento que actúa con engaños.

No significa que el ELN no pueda cumplir algunas demandas, creo puede y debe hacerlo, pero si se establecen con respeto y decencia, se desarrollarían en el marco de una negociación, no de dictados de sometimiento.
Aquí no hay negociación, sino imposición; la propuesta de Duque es ‘sométanse, y luego, negociamos’. Se ha confundido negociación con claudicación. Si se trata de que el ELN se someta, entonces, cuál es la razón para negociar.

Esto no significa que en el camino el ELN no pueda suspender, reconsiderar, limitar o regular algunas prácticas, por ejemplo, lo que tiene que ver con las privaciones de carácter económico y otras. Repito, ya lo ha formulado. No va a desistir de retener a paramilitares, militares, policías o sicarios que entran en territorios para hacer inteligencia a fin de cometer masacres; ese control no está prohibido por el derecho de los conflictos armados.

A diferencia de lo que ocurrió con el proceso con las FARC-EP, en la Delegación nombrada por el Gobierno de Santos para negociar con el ELN hubo constantes cambios, incluso de jefe negociador, retrasando con ello también la dinámica de la mesa. Eso que anotas es uno de los signos o síntomas que descubren la poca voluntad de ese gobierno y del Estado por desarrollar un diálogo serio y consistente con el ELN, porque lo entendieron como un diálogo apéndice del desarrollado con las FARC-EP, y por supuesto se equivocaron.

Cuando pensaron que negociar con las FARC-EP era tener como anexo o añadido una negociación gratis y exprés con el ELN, les faltó inteligencia y comprensión histórica del conflicto, de las divergencias sustanciales, porque pensaban que dominando a la guerrilla más potente en ese momento, atraían a la calificaron como más débil militarmente, sin saber que hay diferencias en muchos planos.

¿Cuáles serían esas diferencias que el Estado no tuvo en cuenta? El ELN ha planteado un proceso cuya referencia sea la deuda con la sociedad, no es el sujeto rebelde el centro, no es autoreferencial. Defiende una perspectiva como organización político-militar, pero desde hace 30 años o más, ha formulado que la fuente de la salida política sea la participación social. Eso no estaba en el proceso con las FARC que fue como Luis Jorge Garay, un reconocido intelectual, llamó «negociación de cúpulas». El ELN nunca ha entendido esto como una «negociación de cúpulas». Esa es una diferencia clave.

Hay otra y es que por diferentes prácticas, por desarrollos que tuvo la estrategia de las FARC-EP, quedaron contra la pared en determinados temas, por ejemplo, ante las acusaciones de narcotráfico. El ELN no tiene esa realidad.
Otra de las diferencias tiene que ver con una lectura en su momento acertada de las FARC-EP, que había una gran oportunidad con Santos para generar espacios, y es cierto porque se abrieron unas compuertas que con Duque se cerraron, además en un contexto internacional hoy día adverso, diferente al que hubo hace unos años, con Venezuela y otro entorno regional. Pero eso no es ni capricho del ELN ni de las FARC, sino un desenvolvimiento de intereses en el mapa continental.

También tenía que ver con las básicas condiciones que el presidente Santos generó y respetó. No dudo que Santos hubiera aplicado el protocolo de ruptura, que hoy Duque se da el lujo de desconocer; no llegó nadie del equipo de Santos al grado de negacionismo al que está se está llegando. Diría más, en ese momento había una audiencia favorable y otras ideas eran las que se posicionaban.

Estos días leía a Kai Ambos, un reconocido catedrático en Derecho Penal, que hace unos años, según decían en la Silla Vacía y otros medios, fue asesor de Sergio Jaramillo, o sea de la estrategia del Estado, quien opinaba diferente a como lo hace hoy, secundando con mediocridad los argumentos de Duque al grado de decir que en Colombia no hay un conflicto armado interno. Esa es una cínica posición negacionista. Desconoce que hay fuerzas combatientes.

Estamos ante un escalamiento de tesis perversas y enunciados oportunistas y rastreros como que «el ELN hizo trizas la paz», esta vez por vía de algunos opinadores en favor del negacionismo, que se acoplan ante esa vuelta rentable al negacionismo que desarrolló Uribe y que Santos, en alguna medida, se atrevió a romper.
Ahora Duque reedita no solo por fuerza de su propia voz sino acompañado de esa serie de analistas del mercado de ideas, que le respaldan la vuelta al negacionismo. Este viaje va de la mano con la política internacional imperante de Trump y otros actores internacionales.

Es inadmisible poner en duda que en Colombia hay un conflicto armado interno; que se lo pregunte Kai Ambos al padre o madre de uno de los cadetes muertos o a las poblaciones en el Catatumbo, en el Cauca, Antioquia, sur de Bolívar, Arauca, Putumayo…

Si esas tesis ganan terreno significa que en Colombia no va a haber un proceso de paz, porque se está negando la naturaleza del conflicto, de la contraparte insurgente, de las obligaciones del DIH y los derechos de las víctimas.
Espero que cuando –es muy probable que pase, ojalá no– suceda lo mismo de la otra parte, por ejemplo combatientes insurgentes muertos en actividades de formación, que bombardeen una escuela de guerrilleros, estas mismas personas que hoy se rasgan las vestiduras, digan entonces que ese acto es ilícito, por el uso de bombas del Estado, así tendría algún peso su argumento.

Eso supondría que el Estado no puede utilizar explosivos, y está en la propuesta del ELN de acordar zonas, escuelas o espacios, o categorías de personas y actividades, donde una parte no puede atacar a la otra; eso sería el comienzo del desescalamiento, lo cual se hizo con las FARC-EP.

Sí es posible plantear el desescalamiento, desintensificarlo, bajarle intensidad al conflicto armado, a modalidades; ahí hay una propuesta abierta. El ELN formuló algo de lo que mucha gente puede asirse para decirle al ELN: ustedes pueden regular, no volver a atacar esto o aquello, y el ELN escuchará; pero claro, no significa que entonces queda autorizada la otra parte para hacer lo que quiera apuntando en este caso con esos medios proscritos.
Hay una puerta muy importante que ya mismo pueden intentar abrir la comunidad internacional y en Colombia los movimientos por la paz.

¿Perdió, entonces, el ELN el tren de la paz que de alguna manera hizo encarrilar Santos? Creo que se perdió por parte de todos una posibilidad. Santos sí formuló al ELN un tren de paz, pero parte de esos vagones estaban marcados con las siglas DDR, Desarme, Desmovilización y Reinserción.

Al ver que el destino de ese tren tenía marcado el DDR, ese final, el ELN con su razón no se subió, no podía hacerlo por su coherencia. No obstante, hay que reconocer que Santos tuvo una mirada estratégica que hoy echamos en falta.

Hoy día vemos chapuzas en el Gobierno, y trampas que urden hacia la perfidia, no sólo engañando al ELN sino a países tan serios como Noruega, a otros garantes y al país y la comunidad internacional. La Administración Duque quiere ponerlos de peones, de policías o carceleros en un enfoque de rancio Derecho Penal decimonónico.
En la medida en que deja rehén a la delegación del ELN en Cuba, puede direccionar presiones a Cuba y Venezuela, o sea, jugar a su vez un papel de peón en el papel geopolítico, a las órdenes de Pompeo o Trump.

¿Y ahora qué? Incluso a Noruega le ha dicho Duque que no reconoce protocolos como el de ruptura y retorno del ELN, que vence el 2 de febrero. Si el Gobierno colombiano no desiste de esa mirada ridícula, inútil, y retorcida de un Derecho Penal de enemigo, como si la Mesa en La Habana fuera un estrado judicial, cuando no es tiempo de tratar las responsabilidades penales del conflicto, pues es un punto que vendrá más adelante, está creando un laberinto, donde pareciera que queda como rehén el ELN pero en realidad es donde se atascará el mismo Gobierno, pues está bloqueando posibilidades frente a necesidades de solución de problemas inmediatos, como los humanitarios.

Si bloquea la delegación de diálogos del ELN, todos los esfuerzos políticos y diplomáticos, cualquier entendimiento incluso sobre esos asuntos humanitarios inaplazables, quedarán sin resolverse y será un bumerang.
Está buscando por la vía penal más visceral una presión que probablemente no va a fructificar; lo que va a crear es un escenario diplomático de presiones indebidas contra países soberanos que sabrán cómo contestar a esa absurda petición de extraditar a quienes no han hecho más que cumplir un mandato de dialogar en medio del conflicto, pues el Estado ha rechazado el cese bilateral, para poder conversar sin el peso de las acciones propias del conflicto armado.

Obviamente, Cuba, que tiene gran experiencia en estos escenarios diplomáticos, jurídicos, en la política internacional en general, sabrá qué decir.

Como asesor jurídico que he sido del ELN, lo que yo tengo que manifestar es que la petición del Gobierno colombiano es improcedente, recae sobre hechos que hacen parte de la rebelión, que es un derecho, por tanto, configuran delitos políticos y los países que hacen parte de Interpol o son parte de otros tratados, pueden no cumplir esas supuestas obligaciones tratándose de la persecución de delincuentes políticos o rebeldes; lo que están persiguiendo es claramente a rebeldes, a actores políticos, no a una organización terrorista, aunque EEUU, Colombia y la UE y otros califiquen como tal un determinado hecho, o al ELN, sin tener autoridad moral ni fundamento para ello.

Aquí hay un debate jurídico y es el que se refiere a la naturaleza de la rebelión, a sus actos en una guerra irregular y asimétrica, y por ende a los actos que constituyen la complejidad y conexidad del delito político.
Si Colombia desconoce esos protocolos, defrauda la buena fe con la que se firmaron por países garantes como Noruega, que seguramente rehusarán participar del acto ilegal o la perfidia a la luz del derecho internacional, siendo infractores de compromisos internacionales, consuetudinarios, que es a lo que les invita el Gobierno Duque. ¿Cómo se harían buenos oficios en el futuro frente a otros conflictos, por ejemplo en Palestina?

El jefe de la Delegación del ELN, Pablo Beltrán, afirma que no tenían conocimiento alguno del atentado de Bogotá y que se desvinculan de él. El ELN ha emitido una declaración de reconocimiento de su responsabilidad. Lo firma la Dirección Nacional, un organismo colegiado o colectivo, creo que una veintena de mandos, del cual forman parte dos comandantes que están en La Habana.

Sin embargo, ellos tienen un mandato dado por ese organismo o por un Congreso del ELN hace unos cuatro años, que es desarrollar única y exclusivamente las relaciones políticas en la Mesa con el Estado, con los países garantes y con el sin número de personas y organizaciones que se han acercado a la Mesa para los diferentes temas.

Es absolutamente comprobable que no tienen los comandantes en La Habana ningún tipo de control, ni mediato ni inmediato, como individuos, en tiempo real ni en la vista de días, sobre algún tipo de acciones de orden militar. Nada que ver, nada que instruir.

No obstante, como queda claro, están, en tanto rebeldes y mandos políticos, en desarrollo de acciones militares comprendida la integralidad de su organización, pues el ELN afirma que ejerce acciones de legítima defensa y ataque en el marco de las reglas de conducción y del respeto al derecho a la guerra, y al derecho humanitario.
Hubo una última tregua unilateral, que cumplió el ELN, y ha explicado que corresponde, después de ese cese despreciado por el Gobierno, un desarrollo del conflicto armado, sin desistir de realizar acciones ofensivas y defensivas; eso, está claro, entraña la responsabilidad en el marco de la rebelión de todos y todas los que se reconocen como parte del ELN.

¿Hay todavía algún tipo de margen o estamos ante una oportunidad histórica perdida? Creo que pese a lo terrible y doloroso que ha sucedido por la acción de Bogotá y el conjunto de actos de guerra de ambas partes, y al ambiente de guerra sucia que ha desarrollado el régimen con la matanza sistemática de líderes sociales y de derechos humanos, hay posibilidad todavía de reconducir, y de alguna manera, hay una señal esperanzadora, constructiva, en el propio comunicado en el que el ELN admite su responsabilidad, cuando plantea que está dispuesta esta organización al escrutinio, no solamente sobre esta acción sino sobre otras.

El ELN está esperando que haya iniciativas formuladas por la comunidad internacional y en el país, para debatir y hallar soluciones prácticas; es justo ahora el momento de plantearlas. Hay actitud clara, que me consta a mí, de escucha y de atención, de tomar nota y de procesar esos requerimientos que se le hagan.

Así ha sido durante meses y años, por ejemplo cuando recientemente se acudió al Papa Francisco para que jugara un papel y a otros países y Estados, y fueron despreciados esos esfuerzos por la Administración Duque. Creo que es el momento de retomar esos buenos oficios del Vaticano, de Naciones Unidas, de la Iglesia Católica en Colombia, de plataformas que han pedido que ambas partes se comprometan con el Derecho Humanitario y no se entierre definitivamente este proceso.

Están todavía en La Habana dispuestos a escuchar y a acoger recomendaciones. El hecho de que estas entidades se involucren y no dejen que la delegación del ELN regrese a sus campamentos y territorios, sino que cuente de nuevo con básicas garantías jurídicas, será primordial, porque luego va a ser muy difícil retomar el contacto y plantear asuntos humanitarios, como la entrega que se espera de los tres tripulantes de un helicóptero derribado por el ELN, u otros compromisos respecto a retenciones, minas antipersona, etcétera…

Retomar los asuntos humanitarios es esencial, no al capricho de las partes sino según dicta el Derecho Humanitario.

Es una posibilidad para no quemar todos los puentes. Estamos viendo cómo arden unos, algunos están destruidos, pero otros no lo están todavía.

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Alternatiba analiza en Donostia la relación entre la izquierda y la construcción nacional

Este jueves, 24 de enero, Alternatiba organiza una charla en su sede de Donostia para analizar la relación entre la izquierda y la construcción nacional. Para la misma, contará con Jule Goikoetxea, activista feminista, filósofa y profesora de la EHU-UPV; y con Joxe Iriarte “Bikila”, escritor, militante histórico de la izquierda vasca y miembro de la Coordinadora Nacional de Alternatiba.

En las naciones sin estado, existe un debate que se repite una y otra vez y que será, precisamente, el objeto de análisis de la conferencia: las prioridades entre la construcción nacional y la construcción social. Existen opiniones que las consideran caras indivisibles de la misma moneda, y sin embargo otras voces afirman la imposibilidad de conciliar ambas dimensiones. De todo esto hablarán Goikoetxea y Bikila.

La charla se celebrará en la sede de Alternatiba de Donostia, en el número 15 de la calle Autonomía (junto a la estación de Euskotren de Easo), el jueves 24 de enero a las 19:00 de la tarde. Será en euskera y de libre acceso hasta completar el aforo de la sala. El acto se enmarca en ciclo de charlas que conmemoran en décimo aniversario de Alternatiba, siendo esta la primera que acogerá la capital de Gipuzkoa.

Prietas las filas (Josu Perea)

El impulso ultraconservador que transita con todo esplendor por la España peninsular no es un hecho coyuntural, ni un fenómeno de paso. En este escenario emerge con fuerza la nueva derecha, la alt-right (derecha alternativa) como un grupo híbrido de neoconservadores, franquistas de nuevo y viejo cuño, cristianos renacidos y neoliberales globalizantes que han ido extendiendo su poder a través de sus medios de comunicación y de sus voceros «bocachanclas» dispuestos a entrar en nómina de estos nuevos (y viejos) detentadores del poder. Medios de comunicación que aparecen con auténtica dinamita ideológica que nos hacen temer lo peor, y que están despertando a las «células durmientes» de la memoria más negra de un pasado tenebroso.

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Los impuestos sobre la riqueza, un requisito democrático (Txema Mendibil)

Los impuestos sobre el patrimonio, también llamados sobre las fortunas o sobre la riqueza, han sido siempre los más odiados por los poderosos de este mundo. Nunca han existido en EEUU, ni en los países postestalinistas (Rusia, China…), ni en ningún régimen dictatorial o teocrático. De hecho, el actual gobierno de la India derogó rápidamente en el año 2015 la versión descafeinada que existía.

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Alternatiba analiza en Bilbao los obstáculos del proceso de paz en Colombia

El próximo miércoles 23 de enero, Alternatiba aborda en Bilbao las dificultades del proceso de paz en Colombia transcurridos más de dos años desde la firma por parte del Gobierno del estado y de las FARC en Cartagena de Indias. La conferencia correrá a cargo de dos participantes en los diálogos de paz: Alberto Pinzón Sánchez y Carlos Alberto Ruiz Socha. Presentará el encuentro Diana Urrea Herrera, miembro de la Mesa Internacionalista de Alternatiba.

Alberto Pinzón Sanchez, médico y antropólogo, formó parte de la Comisión de Notables de los diálogos de paz de 2001 donde participaban el gobierno colombiano y las FARC, y los diálogos de 2002 donde también participaban el gobierno y el ELN. Por su parte, Carlos Alberto Ruíz Socha, es académico y jurista, fue asesor de las FARC en el proceso de paz que culminó hace algo más dos años y, actualmente, también ejerce como asesor jurídico de la delegación de paz del ELN.

La moderación de la conferencia correrá a cargo de la compañera de Alternatiba Diana Urrea Herrera. Nacida en Colombia, fue parlamentaria en la cámara de Gasteiz en la pasada legislatura y participó en el Foro por la Paz de Colombia celebrado en Porto Alegre (Brasil) en 2013.

La charla tendrá lugar el miércoles 23 de enero a partir de las 18:30 en el Hika Ateneo de Bilbao (Muelle Ibeni 1). Se enmarca en el ciclo de charlas que arrancó el pasado mes de diciembre para conmemorar el décimo aniversario del nacimiento de Alternatiba. El acceso será libre hasta completar el aforo de la sala.

(Vídeo) Acto décimo aniversario de Alternatiba 15/12/18

Alternatiba ha celebrado en el Museo Marítimo de Bilbao un acto político en el que ha conmemorado el décimo aniversario desde su asamblea fundacional celebrada el 13 de diciembre de 2008 en la Biblioteca de Bidebarrieta.

En el acto, han intervenido la parlamentaria navarra y candidata a la presidencia por EH Bildu para el 2019 Bakartxo Ruiz, y el portavoz de Alternatiba Oskar Matute. Durante el mismo, el también diputado del Congreso en Madrid, ha destacado el papel jugado por su organización en estos diez años: “El tiempo ha demostrado que los diagnósticos que hacíamos entonces siguen teniendo plena validez en nuestros días. Decíamos entonces que nacíamos para morir porque nuestra patria no son las siglas sino las personas”.

Sobre la coyuntura política, Matute ha advertido del riesgo del auge de la extrema derecha; “en el mapa europeo, la plaga del fascismo crece al calor de las políticas austericidas de la Troika”. Pese a todo, ha llamado a situarte frente a las “derechas xenófobas y a los populismos misóginos, racistas y homófobos”, que hablan incluso de ilegalizar siglas que apuesten por la soberanía o la independencia, “no vamos a ceder ni un palmo de terreno, ni un milímetro de los derechos y libertades que tanto esfuerzo nos ha costado conquistar”.

Al acto han acudido delegaciones de diferentes organizaciones políticas y sindicales, tanto de Euskal Herria (CCOO, EA, EHBILDU, Equo, ESK, Ezker Anitza, LAB, Podemos, UGT, USO, Sortu y STEILAS) como de Andalucia (SAT), Aragón (Puyalon de Cuchas), Asturies (Andecha Astur), Canarias (Unidad del Pueblo), Catalunya (CUP y Som Alternativa), entre otras. También han estado presentes miembros de diferentes movimientos sociales de diversos ámbitos, feministas, memorialistas, pensionistas, internacionalistas y ecologistas, junto con gentes del ámbito universitario.

10º aniversario

Tras la reunión fundacional del 13 de diciembre de 2008, bajo el nombre, precisamente, de aquel día “Abenduak 13”, la inscripción en el registro de partidos se produjo en febrero de 2009. Durante el mismo año, se fueron creando las estructuras de la organización, desde la Coordinadora Nacional (la dirección política) como las Mesas de Elaboración Colectiva que dieron forma a los documentos fundacionales que recogen las propuestas de Alternatiba. Durante este año 2018, estos documentos han sido actualizados a través del proceso Eraiki.

Desde el 2010, y como fruto del trabajo de apostar por la confluencia de las fuerzas de izquierdas soberanistas vascas, Alternatiba participó en diferentes acuerdos estratégicos de diversos ámbitos, como Adierazi EH y el Acuerdo de Gernika (2010) o Euskal Herria Ezkerretik (2011). En ese mismo año se apostaría por la concurrencia con EA e independientes a las elecciones de mayo del 2011, apuesta que se refrendaría como Amaiur en las elecciones estatales del mismo año, sumándose Sortu y Aralar a la coalición.

En sucesivas Asambleas Nacionales (órgano máximo de la organización), Alternatiba ha refrendado su apuesta por la unidad de la izquierda soberanista vasca aportando para que EH Bildu pueda llegar a ser hegemónica, que sea la herramienta de transformación que permita garantizar los derechos y la dignidad de toda la ciudadanía vasca.

La conmemoración del 10º aniversario de Alternatiba se extenderá hasta el mes de abril, con la celebración de un ciclo de charlas en diferentes ciudades de Euskal Herria y en la que se abordarán, entre otras, propuestas feministas (Irantzu Varela, Oihana Etxebarrieta o Zuriñe Rodríguez), ecosocialistas (Luis González Reyes y Nuria del Viso), Internacionalistas (Carlos Alberto Ruiz Socha, Alberto Pinzón Sánchez y Diana Urrea) o de construcción nacional (Jule Goikoetxea y Joxe Iriarte ‘Bikila’).

Matute «Queremos que Sánchez nos muestre su hoja de ruta contra la involución democrática»

‘Boulevard’ de Radio Euskadi ha reunido a cinco de los representantes vascos en las Cortes, tanto en el Senado como en el Congreso, el día en el que el Gobierno de España remite los presupuestos generales del estado al Congreso. Nuestro compañero de Alternatiba y diputado de EH Bildu en el Congreso Oskar Matute ha debatido con Jokin Bildarratz (PNV), Javier Lasarte (PSOE), Nagua Alba (Unidos Podemos), e Iñaki Oyarzabal (PP). El debate se ha centrado en los dos ejes políticos de inicio de año, el cambio hacia la derecha en Andalucía y la votación presupuestaria. Aquí la tertulia completa.

Oskar Matute ha apostado por ‘ahondar en los derechos de todos y en la plurinacionalidad’. Matute se muestra preocupado ante la posibilidad de ‘volver al periodo 1936-1975, al nacionalcatolicismo’ pero considera insuficiente ‘amortiguar la hipotética llegada de la derecha’, apunta que ‘no vale quedarse como estamos, hay que profundizar en la descentralización. Estamos en una encrucijada’. Ha criticado además el PSOE por no ‘interactuar’ con EH Bildu en el Congreso, ‘queremos que se siente a hablar y nos muestre su hoja de ruta contra la involución democrática, queremos saber por ejemplo en qué queda la derogación de la ley mordaza’.

Extracto de las intervenciones de Matute:

Alternatiba lleva a Bilbao la presentación de la mayor crónica visual del referéndum catalán, “Días que durarán años”, con su autor Jordi Borràs

Este sábado 12 de enero Alternatiba organiza en el Hika-Ateneo de Bilbao la presentación del libro “Días que durarán años” (Ara Llibres, 2018) del fotoperiodista catalán Jordi Borràs. Será el propio autor el que presente la obra que recoge una cuidada selección de imágenes de las jornadas históricas que vivó el pueblo catalán en otoño de 2017, antes, durante y después del referéndum del 1 de octubre.

https://pbs.twimg.com/media/DwjEdf7XcAAmk_0.jpgEste acto, junto con el que se celebrará en la víspera en el EH Bilgune de Gasteiz, supone la primera presentación en Euskal Herria de la traducción del libro “Dies que duraran anys”, una de las obras más vendidas en Sant Jordi el pasado año.

Jordi Borràs, que ya ha participado en conferencias organizadas por Alternatiba en torno al auge del fascismo, es un reputado ilustrador y fotoperiodista, habiendo sufrido múltiples amenazas de grupos ultraderechistas en el ejercicio de su trabajo, e incluso agresiones físicas, como el pasado verano de la mano de un Policía Nacional que le agredió fracturándole la nariz.

El libro recoge imágenes icónicas que formarán parte para siempre de la historia de Catalunya: movilizaciones populares, el ingenio a la hora de custodiar las urnas y las papeletas, las primeras detenciones de cargos públicos, etc. Acompañan las imágenes textos de escritores y escritoras de reconocido talento que vivieron aquellos días con una mezcla de júbilo, horror y, sobre todo, dignidad.

La presentación de Bilbo, parte del ciclo de charlas por el décimo aniversario de Alternatiba, se desarrollará este sábado, 12 de enero, a partir de las 12:30 en el Hika Ateneo (Muelle Ibeni 1). Será de libre acceso hasta completar el aforo de la sala. Borras será introducido por el historiador, doctor en ciencias políticas y miembro de la ANC EH Fermí Rubiralta.

Entrevista a Oskar Matute «No hacíamos de la creación de un partido un fin en sí mismo, sino un instrumento»

Para los medios siempre fue el “líder” de Alternatiba, pero lo cierto es que desde la fundación del partido tan solo ejercía la portavocía hasta que en 2016 fue elegido miembro de la Coordinadora Nacional, lo que al fin le otorgó voto, además de voz, en las decisiones que, por otro lado, suelen buscar el consenso. En cualquier caso, el décimo aniversario de Alternatiba bien merece una entrevista sosegada.

¿Qué te pasaba por la cabeza el 12 de diciembre de 2008, víspera de la reunión de Bidebarrieta donde se presentaba un nuevo espacio que acabaría siendo Alternatiba?
Ultimábamos detalles, esperando que toda la gente que había confirmado asistiera, y que el acto tuviera una cierta repercusión, no dejaba de ser una presentación pública con el objetivo de llegar a más gente. Era el surgimiento de una nueva sigla, en un mar de siglas de izquierda y en un contexto complicado. La reflexión que nos había motivado a crear Alternatiba estaba muy trabajada, y teníamos el convencimiento de que lo que estábamos haciendo era importante y podía tener un recorrido notable.

Hablamos del 2008, pero dice la Wikipedia que Alternatiba surge en 2009 como una escisión…
Alternatiba nace primero como forma organizativa que impulsa un grupo de personas que nos salimos de Ezker Batua. De ese núcleo originario nace la reflexión sobre la necesidad de generar una nueva formación política, Alternatiba, abriéndonos desde el minuto uno a diferentes personas y sectores que habíamos conocido en nuestra trayectoria militante. Con ese grupo promotor que incorpora gentes que no tienen nada que ver con Ezker Batua, empezamos a dedicar mucho tiempo al por qué y al para qué, es decir, ¿por qué una nueva organización política en el fragmentado campo de la izquierda vasca? y el ¿para qué se crea esa organización? Fueron muchos meses creando diferentes mesas de debate: concepto de democracia, soberanía alimentaria, internacionalismo, feminismo… Todo ese trabajo de va incorporando de forma progresiva y paulatina a cada vez más gente.

El 13 de diciembre de 2008 es la manifestación de una voluntad, de una idea, y meses después, en el acto de Arrupe Etxea, se plasmará esa idea en una organización concreta, con una dirección electa y con una hoja de ruta. Es un grupo de personas, con diferentes procedencias militantes, que deciden poner en pie esa idea de una organización política socialista nueva en Eukal Herria.

Con el tiempo, al incorporarse más gente ¿cuánta gente procede de esa supuesta escisión?
No creo que ahora mismo superemos el 20% o 25 % del conjunto de la militancia de Alternatiba. Además, nunca hemos funcionado como tendencia o sector organizado, pero aunque alguien quisiera no tendría una fuerza determinante para desviar el rumbo de la organización para ningún otro propósito que no fuera el que la propia militancia decida.

Alternatiba se presenta no para sumar una sigla más, y apuesta por la unidad de acción con otros grupos en las instituciones donde tiene presencia; incluso paralelamente se empieza a cristalizar esa voluntad de sumar a la unidad de la acción de la izquierda vasca.
Nacimos con dos premisas interconectadas. La primera, que no queríamos instaurar una sigla más en el fragmentado panorama de la izquierda vasca, que no hacíamos de la creación de un partido el fin en sí mismo, que era un instrumento “para”, y el “para” venía asociado a la segunda frase, que nacíamos ”para morir”. Nuestra voluntad era recoger fuerzas dispersas de diferentes luchas populares, sociales y políticas en Euskal Herria, para que sirviera de catalizador y generar un espacio mucho más amplio. Desde el mismo momento en que surgimos, lo que hacemos es tender puentes en las diferentes expresiones de la izquierda vasca, con un objetivo común: construir un espacio de referencia que quiera ser hegemónico y disputar el poder a la derecha.

Esto hace asomarse a personas novatas en la política, no solo a participar en un proyecto recién nacido, sino incluso a las instituciones, que a veces son para la izquierda terreno incómodo. ¿Cómo recuerdas ese estreno de gente novata que va con ilusión a las instituciones, a terreno enemigo?
Alternatiba no podía ser un espacio que al final hiciera una utilización instrumental de las personas que se acercaran a él en beneficio de la sigla, lo que era muy habitual en todas las izquierdas. Pensábamos justo lo contrario, que Alternatiba tenía que ser ese vehículo al servicio de esas personas. Lo que decíamos a la gente era, tú acércate, te vas a encontrar una mesa de trabajo en la que vas a poder aportar y vas a poder definir las posiciones y los rasgos de la opción política que estamos construyendo, con lo que va a tener cosas de ti. Eso permitió un cierto clima de confianza y de ilusión compartida, que fue fundamental para que mucha gente diera el salto a la institución, un salto que genera vértigo para quien no lo ha vivido. Desde esa ilusión compartida hacemos el esfuerzo de generar una herramienta más poderosa que Alternatiba, Bildu, que plantea el salto de mucha gente a las instituciones fruto de esa ley de partidos que nos obliga a presentar gente limpia, como decían. Ese proceso generó lazos de solidaridad y empatía muy fuertes. Es la virtualidad de esa etapa.

Alternatiba no aspiraba a ser una organización de grandes masas militantes, sin embargo su contribución a Bildu suele ser señalada cualitativamente. ¿Qué ha aportado la gente de Alternatiba a ese espacio común?
Tiene que ver con una voluntad por romper espacios estancos. La política en este país se ha movido en la superposición de dos ejes: izquierda-derecha, y abertzale-no abertzale. La virtud de Alternatiba es que rompe la caracterización fácil que desde determinados medios de comunicación pudieran querer hacer de EHBildu, como un espacio de renovación de la tradicional e histórica izquierda abertzale.

EHBildu ya no es solo izquierda abertzale o una transformación de su sigla pero con las mismas gentes, ahora es algo más, es la incorporación de personas de otras corrientes de izquierda que hacen una apuesta colectiva. Ahí está su mayor virtualidad; al final EHBildu es un sujeto cambiante, y es bueno que sea así. Debemos ser capaces de entender que el proyecto político no es más que un instrumento al servicio de la idea de pueblo que queremos construir, ahí es donde las gentes de Alternatiba aportamos para construir ese proyecto colectivo.

Un hito pese al que el “todo es ETA” sigue vigente y en boca de algunos líderes políticos, y que incluso aunque Bildu haya tenido su recorrido, aunque no sea esa nueva sigla de la izquierda abertzale, hasta gente como Jon Iñarritu o tú mismo, tenéis que asumir esa mochila, ¿hasta que punto molesta?
Se dan dos circunstancias, la primera que la victoria tiene muchos padres y la derrota ninguno, y seguramente que ETA haya dejado de actuar a través de acciones violentas puede entenderse como una victoria, y aquí parece que todo el mundo fue el factor decisivo para el cese de la violencia de ETA. Yo no me lo creo tanto, pero conozco algo la intrahistoria como para creer que en la medida de nuestras posibilidades algo tuvimos que ver. Y la otra circunstancia es que cuando, desde el estado, que sigue ejerciendo violencia, se decide que todo es ETA, pues al final todo les parece ETA, por poner unas pegatinas, por una discusión con unos guardias civiles en un bar, porque esa es la realidad que han cosido. Para ellos todo lo no sea su manera de entender y de ver este país, aunque sea minoritaria, va a ser ETA, como voluntad de sacudir el espantajo o de señalar el mal. No perdería demasiado tiempo en esos discursos fácilmente rebatibles, nosotros estamos en contra de cualquier tipo de acción violenta y por eso estamos en contra de la violencia del Estado, el problema es que el Estado, que sigue ejerciendo la violencia , ya no tiene otra violencia que echarnos a la cara, tiene que vivir del pasado para ocultar su doloroso presente.

No sabemos si fugazmente o no, pero ¿el Régimen se ha reinventado con ésta vuelta del PSOE? Por un lado el Valle de los caídos, pero por otro los consensos del 78 que no terminan de caer.
El socialismo y el PSOE hace mucho tiempo que se dieron la espalda si es que algún día se conocieron… Para quién sostiene que existía una ventana de oportunidad para tumbar al régimen el tiempo le ha demostrado que esa ventana se ha cerrado. El Estado español estaba atravesando una triple crisis, la económica, la de valores o de crédito institucional y la territorial, ahí el ejemplo Cataluña, además del nuestro, que en los últimos años es muy evidente. Siempre decíamos que la territorial era la ventana para tumbar al régimen, porque era aquella en la que podíamos tener correlaciones de fuerza tanto hacia dentro, en Catalunya y en Euskal Herria, como de legitimidad hacia fuera que pudieran hacer tumbar al régimen del 78.

Son los consensos del 78, el régimen del 78, el artículo 2 y 8 de la constitución, la unidad indisoluble de la patria ,y el papel del ejército como garante de esa unidad indisoluble, es la inviolabilidad del rey, es decir el rey no se toca… Por desgracia, a día de hoy, en el estado español, lo que vemos es que esa ventana de oportunidad que algunos decían que se podía dar por la crisis económica o por la institucional, con el 15M y demás, se ha cerrado. El bipartidismo, ha pasado a un bipartidismo con cuatro patas, porque Podemos decidió que del asalto a los cielos había que pasar al camino de la reforma. Partido Popular y Ciudadanos constituyen una alianza que gira este país hacia lo más rancio y hacia lo más contrario a la democracia, pero el PSOE y Podemos no plantean tampoco una impugnación de esos valores reaccionarios.

Y nosotros ahí mantenemos lo que hemos venido diciendo siempre, que romper los candados del 78 es la única manera de conseguir la libertad, tanto para los pueblos como para las personas. Por ello debemos romper esos candados que he señalado antes.
Pero yo creo que Euskal Herria estamos a otra clave y deberíamos estar a otra clave. Porque la nuestra no es contribuir a generar instrumentos para mejorar el gobierno de España, sino trabajar para que en España se desbloqueen los candados que nos impiden tener nuestra libertad como pueblo y como personas, y ahí es donde nosotros nos movemos.

Volviendo a señalar hitos históricos de la última década, y ya a nivel personal, ¿pensabas hace diez años que Catalunya podría dar ese acelerón hacia la independencia?
No; sinceramente no, y sin embargo ellos han sabido construir un proyecto de empoderamiento social y colectivo del soberanismo y del independentismo catalán de una manera muy eficaz y han sabido romper el eje de definición como independentista y no independentista solo en función de lo identitario, de lo cultural o de lo afectivo, y lo han sabido llevar al terreno de lo práctico, al terreno de lo democrático, a depositar más poder en la ciudadanía. Eso les daba la posibilidad de construir una sociedad más justa, más digna. Ahí está la fortaleza del proceso catalán.

Pero también diré que hace un año yo pensaba que podían ser una nación independiente, desde el respeto, y lo digo como un observador, creo que tuvieron en su mano poder haber sido, o ser a estas alturas, una nación independiente.

El espejo catalán no solo ha servido para mirar la velocidad de los procesos, también para mirarse en el espejo de la represión. Euskal Herria lleva sufriendo mucho tiempo, con heridas todavía abiertas.
Aquí teníamos muy presente que la represión del estado iba a ser una variable que iba a imperar y que iba a actuar con contundencia, como mínimo, con la contundencia con la que se ha empleado. No teníamos ninguna duda que el Estado español iba a utilizar la represión, pero además estamos en esa otra fase en la que no solo va a reprimir para ganar, sino que luego va a humillar y vengarse. La realidad es que el Estado español avanza hacia una involución democrática muy severa que le acerca a una sociedad con rasgos fascistizantes, y lo digo abiertamente, lo veo en las calles, en el Congreso, y asusta realmente. Y es algo que en EH Bildu atinadamente se detecta.

¿Hasta qué punto debe preocupar el auge de la ultraderecha?
Hace ya mucho tiempo que Europa está convirtiéndose en el refugio perfecto para ideas contrarias a la democracia. Y era curioso que quienes señalábamos eso, por cosas tan concretas como despojar de poder a esa hipotética unión política europea, para dárselo a las multinacionales o para hacer de la Unión Europea que tendría que ser un terreno de derechos y libertades, un terreno de libertad de movimiento para el capital pero con cada vez menos libertad de movimiento para las personas. Cuando todo eso estaba pasando, quienes denunciábamos todo eso éramos tildados pues de euroescépticos o antieuropeos. Y era justo lo contrario, si lo que estamos viendo es que construyen un modelo de Europa que lo que va a hacer es retrotraernos a las épocas más negras de la propia historia de Europa, y hablo del nacismo, del fascismo del franquismo… nosotros lo que hacemos es denunciarlo y son los que están todo el día con los valores europeos los que están permitiendo que Europa se convierta en una especie de refugio y de laboratorio de esas ideas. Es muy preocupante.

Toca repensar el papel de la izquierda; hace doce años todavía pensábamos que ante la crisis del modelo socialdemócrata europeo como alternativa a la derecha más clásica, lo que podía surgir a través de la indignación popular tenía que ser necesariamente el surgimiento de una izquierda alternativa que desplazara a la socialdemocracia y le disputara el poder a la derecha. Sin embargo la historia nos ha demostrado que no hemos sido capaces de conseguirlo, y que en Europa quien está desplazando a la socialdemocracia o a la derecha de esa pugna por la centralidad están siendo expresiones neofascistas y de extrema derecha. Tenemos que ser capaces de ver en qué hemos fallado y ser capaces de conectar con la mayoría de la gente, incluso con esa que está considera no tan nocivas esas ideas de la extrema derecha.

Pero a la vez hay movimientos sociales más fuertes que nunca.
Sí, las y los pensionistas, o el movimiento feminista nos enseñan el camino para fortalecer una idea de cambio en este país. Y desde luego nuestra lucha en las instituciones tiene sentido si encontramos una contraparte en las calles.

Alternatiba no tiene una definición en torno al independentismo, quizás la soberanía es el término más adecuado. C¿uestiones como Grecia han demostrado quizá que la propia independencia “per se” no es suficiente para garantizar la dignidad de la ciudadanía?
Creo sinceramente que la independencia es la única opción que le queda a este pueblo si quiere sobrevivir y si quiere tener la posibilidad y las herramientas para construir un futuro digno para toda la gente que vive o vivirá en él. Pero creo que hablar de soberanía es impugnar el discurso, porque uno puede ser independiente y no ser soberano pero nadie puede ser independiente sin ser soberano. La idea de defender la soberanía pretende que la ciudadanía vasca tenga la plena capacidad y la libertad sobre sus vidas. Por eso ponemos el énfasis en definirnos como soberanistas, lo que hacemos es depositar en manos de todas y de todos la posibilidad de ser lo que queramos ser.

Eso es también obstáculo para confluir con otras izquierdas que siguen teniendo un prisma estatal y que parece que podrían hablar de todo, no solo con Alternatiba, sino con EHBildu, pero que al final por esa sacrosanta unidad del estado parece imposible.
No debería existir ningún obstáculo insalvable con ninguna expresión de izquierdas, si lo hacen primando lo democrático a lo identitario. Lo que decimos es: pongámonos de acuerdo en el método, en la soberanía de las personas ejercida de forma colectiva. Pero, ¿cuál es el problema?, que prima el interés de lo identitario. Lo que decimos no debiera sonar extraño a la izquierda, que lo que nosotros tenemos que hacer para romper con un modelo, el capitalismo, es buscar los terrenos de juego, marcos autónomos de lucha que sean más favorables en clave de correlación de fuerzas para la clase trabajadora. Ahí sí que encontraríamos una posibilidad de construir hegemonías, y nuevos sentidos comunes, diferentes al que impera en el Estado español. Hagamos un frente democrático, de izquierdas, que plantee el derecho a decidir y que cada cual vote en libertad. Todo el mundo tiene un origen, tanto en lo geográfico como en lo identitario, yo soy vasco y ese es el marco desde el que yo actúo desde la izquierda. Para otros el marco será otro, pero que lo digan claramente.

Volviendo a Alternatiba, otra de frases que se daban en las primeras reuniones era el “nacer para morir”; toda una declaración de intenciones. 10 años después, viendo por el camino cómo un socio de coalición como Aralar puso fin a su andadura, ¿Sigue vigente la frase?
Seguimos manteniendo que “nacemos para morir”, el día que EHBildu sea un proyecto hegemónico, capaz de construir una sociedad y un sentido común diferente al imperante y basado en criterios de justicia, igualdad, libertad y solidaridad, probablemente Alternatiba no tenga sentido, mientras eso no suceda utilizamos esta pequeña herramienta que es Alternatiba para seguir promoviendo debates en el seno de EHBildu, que consideramos necesarios para no perder la perspectiva. Decimos que tenemos que poner todas las luchas en pie de igualdad, y Alternatiba aporta para que determinadas luchas tengan la importancia que deben tener para un proyecto político: contra las transnacionales, contra el orden social y económico, el feminismo, el ecosocialismo… La labor de Alternatiba es ser un catalizador, un hilo conductor de muchas luchas que se dan en muchos lugares para incorporarlas a la reflexión y a la acción también en Euskal Herria, pero si algún día no es necesario que Alternatiba haga nada, porque todo está hecho, bajaremos la persiana. Seguiremos en nuestra militancia en la izquierda vasca y lo haremos en la propuesta que en ese momento tenga la izquierda soberanista vasca.

¿Se puede defender en Euskal Herria la construcción nacional de la mano de la social?
Nunca ha sido imposible, el problema es que las élites dominantes imponen un relato, y acaba por parecer cierto. La CUP es un ejemplo de combinación de la lucha nacional y de la lucha social o de la lucha por la defensa de un proyecto nacional propio, los Països Catalans. Creo que la CUP lo hace muy bien, pero por ser honestos, la izquierda abertzale ha mantenido también esos dos hilos de la historia, el hilo rojo y el hilo nacional, pero ha habido un interés evidente porque pareciera que eso no era así.

A nosotros nos parece extraño que alguien defienda que son dos planos separados y que incluso pueden ser contrapuestos, porque siempre decimos que así como construyes país, construyes sociedad y del modo en que construyes sociedad, construyes país. Los planos están absolutamente conectados.

Hay tradiciones de la izquierda vasca que han hecho caminos paralelos en el pasado y a través de Alternatiba han vuelto a compartir espacios en EHBildu. ¿Qué recuperaba la izquierda soberanista con la incorporación de gente significativa de Gorripidea a Alternatiba?
Para mí es una satisfacción colectiva, pero también personal. Yo que empecé a militar muy joven en política, nunca quise aceptar que todo el caudal militante que tenía la izquierda quedara representado en tan poco espacio. Para mí que gentes de Gorripidea se incorporen a Alternatiba es una especie de reencuentro con algo que en el pasado a mí me generó tanta simpatía y que lamentaba que hubiera quedado más o menos desarticulado. Ojalá más de aquellos veteranos militantes de esa extrema izquierda se sigan incorporando a Alternatiba, nos aportaría no solo su experiencia militante sino también sus ideas y reflexiones, que fueron riquísimas, y que fruto de un sistema electoral bastante injusto quedaron fuera de las instituciones. Había un pulso militante, un hervor social y político que parece que durante un tiempo desapareció de nuestras vidas, pero que algunos lo mantuvieron con mucho tesón y que de alguna manera reconecta Alternatiba con esas experiencias políticas militantes. Experiencias muy dignas, muy honrosas y muy necesarias para lo que supuso en ese momento y en ese tiempo la lucha de este pueblo por su libertad y por acabar con el fascismo.

Diez años en términos históricos es poco tiempo, sin embargo esta década ha tenido hitos como el proceso que llevó a la desaparición de ETA. Quedan el acuerdo de Gernika del que formó parte Alternatina, las cumbres de Aiete, el Foro Social…
Cierto, esta década será recordada como un tiempo en el que pasaron cosas importantes y yo creo que ahí Alternatiba le toca mostrarse orgullosa de lo que ha hecho con la satisfacción de saber que estuvo donde tenía que estar en todos los momentos, a las duras y a las maduras. Hubo momentos difíciles, en los que había que jugársela y yo creo que Alternatiba ahí fue generosa, y estuvo en el acuerdo de Gernika , en la gestación de Bildu, empujando junto a otros y otras para abrir alguno de esos cerrojos, como el de cese de la actividad armada de ETA. Ahora hay mucha gente que quiera apuntarse el tanto del fin de ETA, pero la contribución que hizo la izquierda soberanista vasca en su pluralidad para que ETA dejara de ser una organización presente en la vida política y social de este país fue fundamental, y eso es algo que, personalmente, me parece un hito positivo para quienes tuvimos algo que ver en esa historia.
Siempre he tenido serias discrepancias éticas con la actividad de ETA, la violencia que ETA podía ejercer, aun no siendo la única, que quede claro, yo creo que no aportaba en clave positiva para este país ni para las luchas sociales, ni para los objetivos políticos

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