Rebeldes de cine (o cómo interpretar el socialismo)
Jonathan Martínez – Alternatiba
Hace ahora más de un año, encontré a Antonio Banderas abanicándose con un fajo de billetes en una calle de Cracovia. Anunciaba créditos para BZ-WBK, filial polaca del Banco Santander. Al 5’99%. Sin complicaciones. La semana pasada, el actor malagueño fue elegido embajador honorario de la marca España durante un acto celebrado en la Ciudad Financiera del Banco Santander. «Hay una sospecha de que estamos viviendo en una época postdemocrática. Me pregunto si realmente estamos siendo gobernados por aquellos a quienes hemos votado, o hay alguien detrás de la cortina. Se pueden llamar mercados, lobbies, corporaciones…». Son palabras suyas. Banderas, votante confeso del PSOE, sabe quiénes juegan delante y detrás de la cortina porque ha ejercido de bufón para todos ellos.
En 2008, Pedro Almodóvar levantó su ceja para la campaña electoral de Zapatero, pero ha tenido tiempo desde entonces para renegar del PSOE y terminar aplaudiendo al 15-M. No sabemos si el director manchego se arrepiente también de practicar la evasión fiscal legalizada tributando al 1% a través de una SICAV gestionada por la Banca March, uno de los principales padrinos financieros del golpe de estado del 36 contra la República española. Tampoco sabemos si se arrepiente de financiar la especulación inmobiliaria y el negocio de la incineración de basuras a través de la FCC de Esther Koplowitz. ««Roban, pegan, no nos representan» es un eslogan muy certero», dice Almodóvar.
Isabel Coixet ha pasado de rodar spots electorales para el PSOE a lamer el cinematográfico trasero de Baltasar Garzón con un documental premiado con Goya. «Habrá que reinventar la democracia», dice Coixet, a la vez que reinventa la realidad de un heroico juez que nunca envió a prisión a cientos de personas mediante autoinculpaciones escritas bajo tortura, un magistrado que nunca cerró periódicos ni ilegalizó organizaciones sociales y partidos políticos. Un prohombre que nunca figuró en una lista electoral detrás del mismo Felipe González que había liderado el gobierno de las ejecuciones sumarísimas de los GAL.
Pero quienes quieran escuchar rebeldía impostada no necesitan recurrir a las voces cantantes del cine español. Ahí está la histriónica tournée de Beatriz Talegón por todos los platós de televisión, para amantes del socialismo de palo y del séptimo arte en general. Hay que reconocer que se está currando un Goya.