Alternatiba denuncia el chantaje de las instituciones europeas que exigen más recortes contra los sectores sociales más desfavorecidos

El portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, ha censurado las exigencias lanzadas hoy desde el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, por ser “profundamente injustas y representar un nuevo ataque contra los sectores sociales más desfavorecidos en auxilio de quienes han generado la crisis”. Desde Alternatiba, dan por constatado que “la democracia está tutelada y dirigida por oscuros entramados financieros, más preocupados por mantener sus márgenes de beneficio y socorrer a sus correligionarios banqueros que por garantizar una vida digna para la ciudadanía”.

Matute ha lamentado las peticiones de aumentar el IVA, “una medida fiscal errónea por no ser equitativa ni progresiva”, y acelerar el retraso de la edad de jubilación realizado desde Bruselas, y ha asegurado que “ha llegado el momento de pararles los pies y decirles con rotundidad que no estamos dispuestos a pagar sus desmanes y que mucho menos vamos a favorecer la detentación de su poder a costa de las capas populares de nuestra sociedad”. Así, el único lugar en el que se pueden encontrar dichas instituciones y la ciudadanía es, en palabras del portavoz de la formación de izquierdas, en los tribunales, “ellos en el banquillo de los acusados y nosotros y nosotras, el pueblo, ejerciendo la labor acusadora por su expolio y la malversación de fondos públicos que viene practicando con total impunidad”.

Alternatiba, finalmente, ha denunciado el “chantaje” planteado desde las instituciones europeas, que “prometen flexibilidad y ayudas a cambio de perpetrar un sistema y una lógica inhumanos”. Matute ha alertado de “la dictadura de los mercados, que nos quiere someter cual esclavos para satisfacer nuevamente sus intereses a costa de nuestras propias vidas”. La izquierda, ha añadido, debe decirle a la ciudadanía que “existe otra forma de hacer frente a esta situación, que pasa por defender el empleo digno, los servicios públicos y la protección social. Porque solo situando la sostenibilidad de la vida en el centro de nuestras preocupaciones podremos salir de esta espiral de exclusión, pobreza y miseria”.

Alternatiba asegura que la sentencia del Supremo “evidencia el escaso carácter democrático” del estado español

El portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, ha valorado muy negativamente la sentencia del Tribunal Supremo revelada esta mañana y que mantiene, aun rebajándolas ligeramente,  las condenas a Arnaldo Otegi, Arkaitz Rodríguez, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Rafa Díez por el llamado caso Bateragune. Según Matute, el fallo “pone en evidencia el escaso carácter democrático que tiene el estado español, así como la carencia absoluta de sentido común en cualquiera de la sentencias judiciales que tienen algo que ver con Euskal Herria”.

En el mismo sentido, el portavoz de la formación de izquierdas ha denunciado lo injusto de “mantener en prisión a cinco personas por el hecho de montar una estrategia dirigida a acabar con todas las violencias, estrategia de la que eran soberanos y plenamente conscientes, en ningún caso subordinados a ninguna lógica de actuación de ETA”.

Por todo ello, Matute ha asegurado que se trata de una “sentencia absolutamente despreciada y rechazada por la mayoría de la sociedad vasca, por lo que tendrá su respuesta en las calles de Euskal Herria”. La decisión, ha concluido, “nos tiene que animar, con más fuerza si cabe, a seguir trabajando en la línea que venimos realizando desde hace tiempo, una línea que nos lleve a una desaparición de la violencia y un escenario de paz y soluciones democráticas justo y sin vencedores ni vencidos”.

Audio de las declaraciones de Oskar Matute

Alternatiba valora muy positivamente las informaciones recabadas por parte de la Comisión Internacional de Verificación

El portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, ha valorado “muy positivamente” las informaciones recabadas por la Comision Internacional de Verificación tras participar en la ronda de contactos que el CIV ha tenido durante esta semana con diferentes agentes políticos, entre ellos, Alternatiba. Para la organización de izquierdas, “queda patente tanto el compromiso como el respeto a la decisión anunciada en octubre por ETA, que ha entendido la demanda de la sociedad vasca y sostiene la palabra dada en forma de abandono definitivo de la acción armada”.

Por otro lado, Matute ha subrayado la necesidad de que todos los agentes den los “pasos necesarios para que el abandono definitivo de ETA se convierta en punto y final en la existencia de la misma y afianzar así un proceso de paz y soluciones democráticas en Euskal Herria. En este sentido, ha remarcado que el Gobierno del Reino de España “no solo no aporta soluciones, sino que mantiene una política de negación de derechos civiles, sociales y políticos, como demuestran los procesos judiciales abiertos”, en alusión a Bateragune, D3M o Askatasuna.

El portavoz de Alternatiba ha reconocido el “necesariamente elevado nivel de paciencia” para acometer cambios y hacer virar posiciones hasta ahora enconadas, asegurando que “de tomar ese rumbo contarán con nuestra comprensión; pero si, por el contrario, detrás de su inmovilismo no se encuentra otra cosa que el cálculo político y lograr un escenario final de vencedores y vencidos, contarán con nuestro frontal rechazo y denuncia pública”.

La diversidad funcional también a la huelga

Igor Nabarro – Militante de Alternatiba

Mañana, 29 marzo, vamos a asistir a una de las jornadas de huelga general más justificadas de los últimos años. No tenemos ninguna duda de que la movilización entre las clase obrera va a ser masiva. La presencia en la calle de trabajadores y trabajadoras en defensa sus derechos se va a dejar notar en las calles de las ciudades y pueblos de Euskal Herria.

Tenemos el convencimiento de que esta jornada de lucha será recordada por  largo tiempo, y que servirá de paradigma para futuras ideas revolucionarias… Pero a esta cita no solamente están llamadas aquellas personas que a día de hoy se encuentran dentro del mercado laboral.

El modelo de producción capitalista que, durante demasiados años ya, asfixia nuestra sociedad, no ha permitido la formación de un ámbito laboralinclusivo, que integre factores como el género, la edad o la discapacidad, sino que sustenta un modelo de mercado laboral patriarcal ligado al papel del hombre adulto y en plena condición física, psicológica e intelectual. Este sistema, basado en la minimización de los costes y en maximizar la productividad y el rendimiento de las personas trabajadoras, no deja lugar para la diversidad.

El capitalismo ha provocado que el trabajo asalariado se convierta en el elemento fundamental, y casi único, de construcción de la ciudadanía y de integración en la sociedad, consagrando, como única posibilidad de emancipación e independencia, así como de realización personal, la acumulación de capital y el consumo.

La incorporación al mundo laboral es, dentro del nuestro contexto geográfico, cultural y social, un proceso imprescindible para el desarrollo personal y comunitario. Necesidades como la autoestima o reconocimiento social no encuentran otra vía de satisfacción que no sea el empleo.

Debido a esto, las personas o colectivos a los que, el modo de producción capitalista les impide la entrada, o les expulsa del mercado laboral, o están de un modo no normalizado, el sistema les niega la ciudadanía plena convirtiéndolos en subproductos dependientes.

Las personas diversas funcionalmente, no son consideradas válidas para el sistema capitalista, debido a que no son «capaces» de producir y de participar en la creación de plusvalía, bajo los mismos índices de presión empresarial. Esto produce su desvinculación de la ciudadanía y de la sociedad. Esta es la razón de que las personas con diversidad funcional sean uno de los colectivos sociales, que habitualmente se encuentra más cercano del riesgo de exclusión social.

En la exclusión social, está caracterizada como un concepto multidimensional pero que tiene su eje central en las relaciones de producción y en las de distribución y consumo.

Las tasas de desempleo, de la población con diversidad funcional, son exageradamente más elevadas que la de la población en general. En 2008, la tasa de empleo de las personas con diversidad funcional era de un 28.3%, frente a un 67.2% de las personas sin discapacidad. De las, casi millón y medio de personas con discapacidad en edad de trabajar, solamente habían accedido al empleo una tercera parte. La tasa de paro de las personas con diversidad funcional doblaba la del resto de la población; siendo en el caso de las mujeres todavía más acuciante: únicamente un 23.7% de las mujeres con diversidad funcional en edad de trabajar lo hacía.

Las administraciones están impulsando un modelo de empleo basado en la exclusión y el paternalismo. Un modelo que margina a las personas con diversidad a ámbitos no normalizados, excluyentes y discriminatorios, en vez de trabajar por la contratación normalizada en igualdad de condiciones.

Han renunciado a garantizar que las empresas cumplan con la normativa de integración para el empleo, consagrando las empresas de trabajo protegido o centros especiales de empleo como la única fórmula factible de inclusión en el mercado laboral. Estos sistemas de empleo, impiden la normalización del empleo de las personas con discapacidad, a la vez que limita las posibilidades de promoción laboral y produce que los trabajadores y trabajadoras con diversidad funcional no sean considerados en igualdad de condiciones con el resto de trabajadores y trabajadoras.

Es urgente e imprescindible, que sustituyamos el actual sistema de producción capitalista, por otro que tenga como fuente de legitimidad la justicia social y la igualdad de oportunidades para todas las personas. Un modelo inclusivo que tenga en cuenta todas las variables por cuestión de género, edad, diversidad funcional o cualquier otra que pudiera producirse.

Por estas razones y por otras muchas más, las personas con diversidad funcional, también debemos acudir mañana a la llamada de la clase trabajadora, porque esta es la lucha de todos y todas.

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29M: Hora de responder

Oskar Matute (Alternatiba), Pello Urizar (EA), Rebeka Ubera (Aralar) y Joseba Permach (Izquierda Abertzale)

A estas alturas son de sobra conocidas las consecuencias de la salvaje reforma laboral impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy. Y lo son, en gran parte, porque son cada vez más los y las trabajadoras de Euskal Herria que sufren sus consecuencias. El Gobierno de España representa a la perfección los intereses que se esconden tras un partido ultraderechista como el Partido Popular. A menudo se les acusa de actuar bajo las órdenes de entidades financieras privadas y del gran empresariado, pero esto no es del todo correcto; no es que sigan sus dictados, es que son parte de los mismos. Basta observar los nombres de un equipo de Gobierno que incluye a un ex dirigente de Lehman Brothers, un vendedor-empresario de la industria armamentística o varios ministros de reconocido recorrido en la negación de los derechos de las mujeres.

Desde que se hicieran visibles las consecuencias de la última crisis del capitalismo, han sido numerosos los ataque vertidos desde los gobiernos de España: contra las personas trabajadoras, contra los y las pensionistas, contra la juventud, contra las mujeres que ya padecen la crisis sistémica impuesta por un sistema patriarcal, contra las personas inmigrantes… Hemos salido al paso de cada reforma para decir que era la más grave de cuentas hubieran sufrido los y las trabajadoras hasta el momento. Podría parecer que caíamos en la exageración y que estas denuncias carecían ya de rigor, pero nada más lejos de la realidad. Que nadie se lleve a engaño, como bien nos ha advertido puntualmente la mayoría sindical de Euskal Herria, cada una de las reformas ha sido la más letal cuando ha sido promulgada, pero esta lo es más que ninguna porque acumula y multiplica los daños, los recortes y las vulneraciones de derechos de cada una de las anteriores. Razón por la cual debemos multiplicar también la fuerza de nuestra respuesta, que ha de ser proporcional al tamaño del ataque que representa esta reforma. A la mayoría parlamentaria que ostentan los populares en un parlamento vertebrado por un caduco sistema bipartidista, debemos responder con una mayoría de agentes políticos, sociales y sindicales de Euskal Herria trabajando en común para confrontar y construir alternativas. Deben escuchar nuestras voces con más firmeza que nunca, para que desde las calles de nuestros pueblos y ciudades nuestras proclamas lleguen hasta Madrid, Bruselas y hasta Berlín.

El objetivo primordial de este conjunto de medidas es empobrecer más todavía las condiciones laborales y los sueldos. Y aunque pueda resumirse en una frase aparentemente sencilla, esta reforma destruye infinidad de derechos y garantías laborales: Ahora los empresarios tienen un año para despedir al trabajador sin indemnización alguna al tiempo que abarata el resto de despidos para la mayoría de las personas trabajadoras, tanto del sector privado como público. Pero el decreto va mucho más allá, al alcanzar y dinamitar también la negociación colectiva. Prioriza los pactos de empresa frente a los convenios colectivos y, como colofón, condiciona y amenaza la ultraactividad, una de las únicas garantías con las que los trabajadores contaban a día de hoy. De uno u otro modo, la patronal siempre gana, porque le han otorgado potestad para modificar las condiciones salariales, los horarios y el área geográfica de los y las trabajadoras. Estas últimas medidas van en contra del Marco Vasco de Relaciones Laborales que necesitamos, lo que supone una razón más para luchar en su contra, al igual que contra las graves vulneraciones que acarrea. Necesitamos la soberanía política y económica, precisamos todas las herramientas disponibles para redistribuir la riqueza, para superar un modelo injusto y discriminador impuesto por el sistema capitalista, para crear otro modelo social que luche contra todas las desigualdades. El 29 de marzo vamos a salir a la calle a reivindicar un marco propio, vamos a dejar claro que no pretendemos seguir siendo esclavos de los intereses de mercados financieros.

Demasiados golpes y en demasiados frentes: sueldos de 480 euros para jóvenes de hasta 33 años, nuevas deducciones e incentivos para los empresarios, privatización de los servicios de empleo, posibilidad de despedir a trabajadores con ausencias justificadas aún por enfermedad, legalización de horas extras, flexibilidad ampliada hasta el extremo, retroceso en medidas de conciliación… Y por si esto fuera poco, los señores de los mercados, de mano de los partidos de derechas, exigen ahora hacer desaparecer el derecho a la huelga. Es hora de salir a la calle, para gritar que no vamos a permitir que sigan arrebatándonos derechos, vamos a demostrarles que no van a silenciarnos, y vamos a hacerlo con una Huelga General masiva.

Reiteramos y subrayamos que esta reforma laboral acumula las consecuencias y los ataques de las anteriores. El PSOE, que ahora denuncia desde la hipocresía las medidas del PP, fue precursor de algunos de los más graves ataques contra las personas trabajadoras. Y no podemos olvidar que el PNV fue su cómplice, con el voto a favor o la abstención de sus parlamentarios en Madrid. Los jeltzales hicieron oídos sordos a las reivindicaciones de la gran mayoría social de Euskal Herria, movidos por intereses meramente partidistas. Zapatero los necesitaba para sacar adelante sus recortes, y por eso negoció con los jeltzales; Rajoy, por el contrario, no tiene tal necesidad. De haberla tenido, no nos cabe duda de que la negociación entre la derecha española y la vasca, UPN incluida, se hubiera producido con éxito. Nuestros derechos no pueden convertirse en piezas de sus tableros de ajedrez. El 29 de marzo dejaremos bien claro en las calles, las plazas y los centros de trabajo de Hego Euskal Herria que los derechos laborales no son un juego y que la dignidad de las personas no se negocia.

Que no nos intenten convencer de que la huelga no arreglará nada, en un contexto en el que quieren hacer desaparecer hasta el último de nuestros derechos, la lucha solo puede fortalecernos. Saldremos a la calle para frenar y tratar de revertir la Reforma Laboral, saldremos para denunciar los nuevos recortes y reformas que el PP pretende anunciar al día siguiente de la huelga. Con esta protesta también daremos pasos hacia un Marco Vasco de Relaciones Laborales y en la reclamación de una soberanía plena para construirlo, un paso hacia una Euskal Herria basada en la justicia social y hacia un modelo sostenible. El hecho de que tanto la patronal como los partidos de la derecha más rancia soliciten recortar el derecho a la huelga demuestra la eficacia de la misma, siempre y cuando una gran mayoría social la secunde en las calles. No dudamos que así será. Es hora de responder. Es hora de construir nuestro futuro.

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