Cumplir condena sin haber sido condenado> Ander Rodriguez y Enrique Martínez (Alternatiba)

Ander Rodríguez Lejarza
Enrique Martínez-Flórez

Alternatiba

“No está acreditado que Egunkaria haya servido para financiar a la banda terrorista ETA”. “No consta que Egunkaria ni los procesados hayan servido a los fines de ETA”. “No consta que los procesados hayan legitimado las acciones terroristas o hayan exculpado o minimizado su significado”. “No consta que los procesados hayan prestado alguna ayuda específica ni genérica dirigida a apoyar en concreto la colaboración con el terrorismo”. Éstas son las conclusiones del Ministerio Público, no de la defensa, sino de la Fiscalía que representa el interés común, el bien público, a propósito de la actuación de los procesados del caso Egunkaria.

No queremos, ni es el momento de analizar el sumario, pero no nos resistimos a mencionar la clave que la Benemérita utiliza para solicitar la imputación y volvemos al tenor literal de lo que obra en el sumario: “Las personas que lo pusieron en marcha no tenían vinculación con la organización ETA”, para después añadir sin prueba alguna que, “precisamente, esa falta de vinculación con ETA se buscó de propósito por la banda armada”. Es decir, que si tienen vinculación, son culpables y si no, también.

A partir de aquí, nos encontramos con la siguiente situación: un proyecto de desarrollo cultural del euskera con una tirada de 15.000 ejemplares y más de 44.000 lectores no volverá a los quioscos. Egunkaria ha cumplido la condena sin haber sido condenado. Eso sí, probablemente procederá una indemnización que la AVT y Dignidad y Justicia, que ejercen la acusación pública, cifran en 60 millones de euros que ellos no satisfarán, sino que lo haremos todos.

¿Cómo explicamos esto en un supuesto Estado de Derecho?, ¿cómo se explica esta violación flagrante de valores constitucionales tales como el pluralismo, la libertad de expresión, de información y la tan querida para algún partido libertad de empresa del artículo 33?, ¿cómo es posible pasar de lo que resulta del tenor literal del sumario a una condena cumplida?

Sólo se explica desde la vis expansiva que ha adquirido en el sistema jurídico del reino de España el concepto de terrorismo, que se invoca cada vez más para hacer frente a fenómenos de mera disidencia. Se difuminan las fronteras entre uno y otra, se instrumentaliza la legislación penal contra el adversario político.

Egunkaria es el ejemplo de los peores abusos en la persecución del llamado entorno de ETA, de los peligros que asume una democracia cuando sacrifica las garantías judiciales y las libertades individuales en la lucha contra el terrorismo. En resumen, cuando el fin justifica los medios.

Desde esta doctrina, es fácil justificar la condena a las familias de las personas presas que supone el alejamiento, contrario a las normas del propio reino y su legislación penitenciaria. Desde esta doctrina, es fácil justificar una Ley de Partidos que niega a un amplio sector el derecho de participación del artículo 23 de la Constitución. Incluso se justifica el velo de silencio y la ausencia de investigación que rodea a las denuncias de tortura y vejaciones homofóbicas realizadas por los procesados.

Volviendo al tenor del sumario, nos encontramos con que la Benemérita criminaliza que desde Egunkaria se abogara por un Estado independiente socialista y euskaldun, porque coincide con los fines de ETA. Es decir, se niega la posibilidad de defender por medios pacíficos y democráticos la independencia, el socialismo, la cultura y la lengua vasca.

Reflexionemos ante todo lo anterior: ¿Quién justifica acciones violentas, quién carga de significado político las acciones criminales, quién defiende la privación de derechos y libertades en este caso? Los “Pactos por las Libertades” serán efectivos y justos cuando contemplen las libertades de todos y todas.

“No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias de justicia” (Montesquieu)

Transfobia> Johnny Salgado (Alternatiba Gasteiz)

Luis Salgado

Alternatiba

Ayer, día 5 de Noviembre, se celebró el juicio contra el dueño de una bocatería sita en la vitoriana cuesta de San Francisco, por el despido de Mª Jesús Lastra. La sentencia del Juez declaró improcedente el despido y condenó al gerente al pago de una indemnización de 1.000 euros a dicha trabajadora.

Hasta aquí, podríamos decir que todo transcurrió tal y como suele ser habitual en los pleitos laborales. El despido es libre en este país, y basta con que el empresario disponga del suelto suficiente para hacer frente a la indemnización.

Sin embargo, éste no es un despido más, ésta es una actuación aún más sangrante, porque trata de una flagrante vulneración de los derechos más elementales que deberíamos tener las personas. Mª Jesús Lastra no fue despedida por no cumplir con sus obligaciones laborales (no llegó a finalizar la primera jornada de su contrato), ni lo fue por causas organizativas o de producción (medidas éstas que están tan de moda en estos momentos de crisis). Fue despedida, única y exclusivamente, por su condición sexual, transexual, como así lo reconoció sin ningún rubor el dueño de la bocatería ante las indagaciones del juez. Y, ante esto, la única actuación de la justicia es condenar al pago de una mísera indemnización al discriminador.

Este tipo de actos deberían ser erradicados de raíz, si realmente queremos una sociedad basada en la igualdad de derechos de todas las personas que la componen. Y tener las mismas oportunidades a la hora de acceder a un empleo es una piedra angular para lograr dicha igualdad de los sectores sociales hasta ahora marginados, transexuales, gays, lesbianas, mujeres en general, inmigrantes…

Sin embargo, si el despido en sí, o la propia sentencia, son evidencias claras de la existencia de diferentes grados de ciudadanía, más preocupante aún es el eco social que este acto de discriminación ha tenido. Ya sea en los medios de “desinformación” de masas, donde apenas a ocupado una mínima reseña en el mejor de los casos, como en la calle. Baste como ejemplo la concentración frente a los juzgados, convocada por EHGAM-DOK, y que apenas nos reunió a una veintena de personas bajo la pertinaz lluvia.

No debería bastarnos con promesas inútiles de igualdad, con palabras huecas, y actos de cara a la galería de los gobiernos de turno. La igualdad de las personas no puede ser un negocio electoralista, sino el principal argumento educativo. Actuaciones como la de este empresario deben ser perseguidas y denostadas por el conjunto de la sociedad. Y, sobre todo, por aquellos a los que gusta tanto alardear de su magnífica Constitución…

El artículo 14 de la Constitución dice: “Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Salud y a vivir!

Argazkia: EHGAM

SOS: eskubideak eta askatasunak

Luis Salgado, Oskar Matute eta Amaia Agirresarobe

Alternatiba

Bertolt Brechtek hauxe esan zuen bizi izan zen garaiari buruz: «Garai bat latza da, baldin eta begien bistakoagatik borroka egin behar bada». Urte asko joan dira baieztapen hartatik, baina ezinago baliagarria da Euskal Herrian eta munduan egun dugun egoeraz mintzatzeko ere.

Begien bistakoa da bere burua demokratikotzat daukan gizarte batean lehentasunezko araua behar duela izan eskubide eta askatasun guztiak indarrean egotea gizaki guztientzat. Begien bistakoa da, halaber, emakume eta gizon askeek osaturiko gizarte horretan indarkeria ez dela onargarria inolaz ere.

Baina, zoritxarrez, premisa teoriko horiek praktikan ez dira betetzen gure herrialde txiki eta atsekabetu honetan. Hala, bada, planetako pertsona eta herri gehienen eskubideak urrakorrak dira, oro har; Euskal Herrian, berriz, kiribil ezinago kezkagarrian sartuta gabiltza, hainbat eskubide zibil eta politiko urratuta. Beraz, argi eta irmo erantzun beharra daukagu lehenbailehen: eskubide guztiak pertsona guztientzat.

Alde horretatik, ezer berririk ez dugu ageriko egingo, baldin eta esaten badugu agente urratzaile nabarmena dela ETA eta haren indarkeria zentzugabea, eta hark eragindako urraketek ondorio etiko, politiko eta sozial zorigaiztokoak dakarzkiola elkarbizitzari eta garapenari; ezinbestean salatu beharrekoa daukagu, beraz, ETAren estrategia militar antzua bezain mingarria.

Nolanahi ere, berehala eta betirako amaitu beharra dauka indarkeria halakoak; ezin du balio, eta ez du balio behar, eskubideak eta askatasunak sistematikoki urratzeko alibi gisa, gure lurraldean gero eta modu etengabeagoan eta kezkagarriagoan gertatzen ari denez.

Duela dezente urtedanik, bada, Estatuak eta haren bitartekoek erantzun bakarra eman diote ETAren indarkeriari: zapalkuntza bideak areagotzea, eta oinarrizko eskubideak eta askatasunak ukatzea; eta horrek guztiak zatiketa eragin du gizartean, zeina bat baitator haien hitzek eta egintzek proposaturiko nortasun zatiketarekin.

Argi dago Euskal Herrian hainbat ekimen jarri dituztela abian, batzuen batzuk legegintzaldi izaerakoak, eta horiek ezpata ukaldi hilgarria eman diote gure gizarteko demokraziaren zimentarriari.

Baieztapen horren argigarri, eta korolario zabalago bateko adibide gisa, hona hemen hori bermatzen duten hiru mugarri edo osagai:

Espainiako Estatuak eta haren Gobernuak bestaldera begiratzen du, oraindik ere, Amnesty Internationalek eta beste hainbat erakundek Estatuko poliziek egindako torturak direla-eta aurkeztutako salaketak ez entzunda. Torturak onartzeak eta ezkutatzeak, torturatzen dutenak ez ezik, torturei bide ematen dietenak eta torturak onartzen dituztenak doilortzen ditu.

Espainiako Estatuak eta haren Gobernuak, oraindik ere, arbuiatu egiten ditu Eusko Legebiltzarreko gehiengoaren erabakiak, eta, bide batez, ukatu egiten du haren ustezko subiranotasuna, Euskal Herriko presoen sakabanaketa politika ankerrari bezain bidegabeari bere hartan eutsita. Politika hori legearen kontrakoa da, kartzela politikak ardatz izan beharko lukeen gizarteratze eta gizartekotze irizpideari begiratuta; eta zigor erantsia ere bada ezertxo ere egin ez dutenentzat, presoen senitartekoentzat.

Espainiako Estatuak eta haren Gobernuak lege bat jarri du abian, Alderdien Legea izenekoa. Lege horrek, legezkoa den ideologia politiko bat desegiteko berariaz egindakoa izaki, oinarrizko hainbat eskubide eta askatasun murrizten ditu, hala nola elkarteratzeei, manifestazioei, eta adierazpide nahiz parte-hartze politikoei dagokienez. Lege horrek hauteskunde errentagarritasun handia dakarkie haren alde daudenei eta hura babesten dutenei; horrez gain, ordea, askatasun publikoen sistemaren kontra doa zuzen-zuzenean. Eta lege horren interpretazioa ere lasaia denez gero, Gobernuaren interes ilunei enbarazu egiten dieten buruzagiak atxilotu eta kartzelako balio du. Testuinguru horretan sar daitezke Arnaldo Otegiren, Rafa Diezen eta beste hainbaten atxiloketak.

Nahiko adibide dira horiek, gauden egoera politikoaz jabetu gaitezen. Hala ere, Alternatibakook uste dugu ez dela etsipenerako unea, ez eta garai hobearen zain geratzekoa ere, babeslekuetan ezkutaturik.

Argi hitz egiteko unea da, salaketak egitekoa, eta ekitekoa. Objektiboki, eragotzi egin dute -hein batean, ETAren indarkeria dela bitarteko- gaur egun gailen den ekonomia, gizarte eta politika sistema gainditzea; sistema hori desegiteko unea da, Euskal Herriko ezker alderdi ugarien arteko harremanak samurtu daitezen eta baturik jardun dezaten, baina ez salbuespen modura, baizik eta orain eta beti.

Unea da, halaber, agerian uzteko ezinago barregarriak izan direla Barne Sailak gauzaturiko jarduerak -Ares jauna buru dutela egindakoak-, ideia eta proiektu legezkoei jazartzeko asmoz. Salatu egin behar da epaileen eginkizun arbitrarioa, botere politikoen agintaritzapean baitihardute.

Unea da, azken batean, herrialde honetako ezker askotarikoak eta aniztunak argi eta irmo salatu ditzan alde batean eta bestean gertaturiko gehiegikeriak; ezkerrak salatzen ez baditu, ez ditu beste inork salatuko.

Horrez gainera, aukera hau baliatu nahi dugu argi eta garbi adierazteko Euskal Herria ez dela bakartuta bizi, eta planeta osoan zeharo zabalduta dagoela, zoritxarrez, eskubideak eta askatasunak murrizteko jarduera. Baliteke hemen, gure eremu berezi honetan, beste inon baino areago jasan behar izatea, baina mundu osoko errealitate mingotsa da, oro har.

Geure burua ezkerrekotzat dugunok gogoan izan behar dugu botereak hainbat modutan zapaltzen dituela eskubideak: besteak beste, berdintasun politika eraginkor eta benetakorik ez ezarrita, emakumeen eskubideak lortzeko; gainerako herritarrei baino eskubide gutxiago aitortua herritar batzuei, beren sorterriko bizi-baldintzak direla-eta ezinbestean etorri behar izan dutelako gurera; gizon-emakume langileen eskubideak sistematikoki zapalduta, beren handinahikeria dela-eta krisi hau jasanarazten ari zaizkigunen egoera arintzearren; ingurumen iraunkorra izateko gure eskubidea bertan behera utzita, betiko gutxiengoen, pertsonen, taldeen… onurarako.

Ezbairik gabe, aldarazi beharreko egoeraz beteta daukagu agenda Euskal Herriko ezkerrekook, eta geure esku dago horri ekitea, edo aurrerantzean ere damututa ibiltzea eta ematen dizkiguten apurrekin etsitzea. Alternatibako kideok argi daukagu, egin egin behar dugu ezkerra: eskubide guztiak, pertsona guztiontzat.

Itzulpena: Berria. Argazkia: Snazzo.

El municipio 51> Johnny Salgado (Alternatiba Gasteiz)

Johnny Salgado

Alternatiba

La SIEP (Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios) acaba de dar el pistoletazo de salida definitivo a la construcción en Araba de una macro-cárcel. La envergadura del proyecto es tal que el penal ocupará una superficie similar a una veintena de campos de fútbol y supondrá una inversión de 103 millones de euros. Así, los 720 reclusos y el medio centenar de funcionarios penitenciarios (carceleros) que custodiarán el recinto convertirán al penal de Zaballa en el decimosexto ‘municipio’ alavés de un total de 51. Albergará a tantas personas entre sus muros como habitantes tienen Labastida o Laguardia, llegando incluso a superar a localidades como Santa Cruz de Campezo.

El proyecto no se ha librado de una agria polémica entre las diferentes instituciones y, a día de hoy, está pendiente de la resolución que dictamine el Tribunal Supremo tras la demanda interpuesta por las Juntas Generales de Araba. Pero que nadie se engañe, la controversia no viene dada por la propia infraestructura en sí, sino por el impacto medioambiental de la misma. Es más, tal debe ser la imperiosa necesidad que, mientras en un principio esta moderna y súper-segura prisión iba a sustituir a la vetusta ya existente, parece ser que, de un tiempo a esta parte, la SIEP valora la posibilidad de mantener ambas por necesidades de saturación. Sin embargo, pocas son las voces que se alzan o cuestionan el fondo de la cuestión: el propio sistema penitenciario.

“Se ha instalado la simplista e inexacta idea de que la manera de combatir la delincuencia es mandar cada vez más gente a la cárcel. España se ha puesto a la cabeza de Europa en población penada, pese a que no es de los países donde se cometen más delitos ni de más gravedad. Esta filosofía ha puesto al sistema penitenciario español al borde del colapso. (…) Cada cuatro años (el tiempo que cuesta hacer un centro de 1.000 plazas) la población reclusa se incrementa en 6.000 personas. (…) Si los legisladores siguen valorando que la manera más efectiva de abordar los problemas sociales es enviar a más gente a la cárcel, desoyendo la opinión de los expertos que dicen que la privación total de libertad es antitética con el tratamiento de determinadas patologías; si no se generaliza la utilización de medidas alternativas de cumplimiento de las penas que las leyes ya contemplan, la situación será inasumible.” Esta reflexión ha sido realizada por la propia Mercedes Gallizo, Directora General de Instituciones Penitenciarias.

Ha llegado el momento de que la sociedad moderna supere la idea de que las prisiones son el destino inevitable al que están abocadas todas las personas que incumplen las normas penales. No es razonable. No es útil. No es realista. He aquí 10 razones por las que oponerse a la construcción de más cárceles:

1º Ineficacia de la rehabilitación: Más del 90% de la población reclusa lo es por delitos menores. Normalmente no tienen dinero, ni empleo, ni educación, ni vivienda y, en muchos casos, son adictos a las drogas. Estos problemas no son solucionados en la cárcel y, por tanto, al salir de ella, se verán abocados a reincidir. Mientras no se traten los problemas sociales, la teórica política de rehabilitación de las cárceles será tan solo una quimera populista.

2º Ineficacia preventiva: A mayor dureza de las penas (mayor duración de las mismas), mayor masificación de las cárceles, sin embargo, salvo en casos marginales, no han producido una reducción de los delitos.

3º Ineficacia incapacitadora: El desarrollo penal en los EEUU puede verse como un macro-experimento de incapacitación colectiva: las tasas de criminalidad no han dejado de crecer. Cada año, nuevas generaciones de jóvenes delinquen y nada se soluciona manteniendo a las viejas en prisión. Todo lo que se logra es un aumento de la población reclusa pasmosa.

4º ¿Justicia?: Se convierte el comportamiento criminal en tiempo cual simple fórmula matemática. Sin embargo, ¿quién puede considerar justa una sentencia de 2 años de cárcel por robar una pizza, cuando grandes estafadores apenas tienen que pisar un centro penitenciario?

5º Irreversibilidad: Sólo se plantea el derribo de una prisión cuando ha quedado en medio del casco urbano. La teoría social de “no en mi patio” y una falsa y demagógica humanidad de los mandatarios lleva a la vieja prisión a ser sustituida por otra, por supuesto más segura.

6º Insaciabilidad: Es la misma cárcel la que fagocita insaciablemente desde su nacimiento todos los cambios que se puedan proponer. Planifíquense cien cárceles y las cien estarán sobresaturadas antes de ser terminadas.

7º Inhumanidad: Las cárceles modernas no son más humanas: la vídeo-vigilancia suprime los lugares de intimidad, los controles físicos son tan exhaustivos que a veces se obliga al preso a colocarse desnudo sobre un espejo para observar su interior o se le sienta en un retrete hasta obtener sus excrementos… Pero el control total no se logra completamente y, por tanto, la espiral de desarrollo de nuevos métodos y de inhumanidad continúa.

8º Quiebra de los valores: La construcción de nuevas cárceles es, en sí misma, la intensificación de la guerra contra los pobres. Cientos de estudios (muy recomendable Demasiado de nada… las condiciones de vida y la procedencia social de las personas condenadas, de Lotte Rustad) muestran que cuanto “más involucrado” se está en el sistema penitenciario, más pobre se es.

9º No ayuda a las víctimas: La creación de nuevas cárceles no alivia el dolor de las víctimas y, sin embargo, sí promociona en el subconsciente colectivo una psicología personal de venganza. Debieramos aumentar las ayudas a las víctimas de delitos ‘serios’ en vez de incrementar el castigo a los infractores.

10º La masificación puede ser resuelta por otras vías: La mayor parte de los reos cumplen condenas de larga duración por delitos menores reiterados. Si realizásemos una escala condenatoria a la inversa, donde la pena mayor se impusiera por grandes delitos y desde ésa fuésemos reduciendo los tempos condenatorios, nuestra población reclusa tomaría una senda de decrecimiento.

Quizás aún no sea el momento de hablar de abolición del sistema penitenciario, pero lo que no podemos permitir es que éste nos fagocite y atrape. 6.000 reclusos más cada cuatro años es una cifra más que considerable como para que alguien pueda plantear el fracaso de este sistema desde su planteamiento. Mientras esto ocurre, demos la bienvenida al ‘municipio 51’ del Territorio Histórico de Araba.

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