Gaur legebiltzar honetan Legez Besteko proposamen bat dugu mahai gainean, errefuxiatuen giza eskubideen urraketaren inguruko eztabaida politikoa jorratuko duena, eta ondorioz, laster Euskal Autonomia Erkidego honek 1.000 lagun ingururi egingo dion harrera.
Ante la intensificación de la mal llamada “crisis migratoria” surgieron voces de gobernantes, políticos y supuestos expertos en el tema asegurando que este no era un problema europeo sino africano o, en todo caso de Oriente Medio.
La estremecedora imagen de Aylan Kurdi, el niño kurdosirio yaciendo inerte en una playa de Turquía luego de que naufragara la barcaza en que junto con su familia intentaba llegar hasta la isla de Kos, en Grecia, conmovió a la opinión pública mundial y puso de relieve el inmenso drama humanitario que se está desenvolviendo en el Mediterráneo.
No fue el primero ni será el último que paga con su vida la crisis desatada por la desestabilización de un país, Siria, desgraciadamente convertido en el blanco de siniestros cálculos geopolíticos de Estados Unidos y sus aliados que destruyeron uno de los países más prósperos y estables de la región.
Aurten, dagoeneko, 2.500 pertsona baino gehiago hil dira mediterraneoko uretan. Hala, itsaso hori munduan dagoen hobi komunik handiena da, azken 10 urteetan 20.000 hildako baino gehiago pilatu dituelarik.
Beharrezkoa da agerian jartzea Europar Batasunak heriotza hauetan daukan ardura nabarmena.
Izan ere, pertsona hauek euren sorlekutik joateko sentitzen duten beharrizanak harreman zuzena dauka Europar Batasunak Afrikarekin dauzkan politika ekonomiko, komertzial eta militarrekin. Politika horiek Afrikako herritarrak krisi humanitario amaigabe batera eraman ditu.
Ezin daiteke ahaztu ere Europako herriek Afrikaren kolonizazio garaian izan zuten papera, harrapaketa sistematikoa, kontinentearen egitura tradizionala apurtzea, berrantolaketa desorekatua zein arbitrarioa, eta aurretik bilatutako subordinazio ekonomiko, estrukturala sustatu zutelarik.
La responsabilidad de Europa es mucho mayor, más visible e inocultable en el caso del África Subsahariana porque: ¿Quién ocupó, colonizó y saqueó durante siglos al mal llamado continente negro si no las potencias coloniales europeas?
¿Quién organizó el tráfico de esclavos a través del Atlántico si no los gobiernos y las clases dominantes de Europa?
¿Quiénes impusieron sus intereses, perpetraron un cruel etnocidio y arrasaron con formas tradicionales de organización económica, política y social en Africa?
¿O es que los colonialistas de hoy creen que podrán salirse con la suya y no pagar la cuenta de los crímenes y fechorías de sus antepasados?
¿Cómo podrían los gobiernos europeos y sus mandatarios decir que la mal llamada crisis migratoria que tantas muertes ha causado y sigue causando es “un problema africano”? cuando no es otra cosa que el inexorable y demorado resultado de su expansión colonial.
Europar Batasunak Ekialde Ertaineko eta Afrikako egoera politiko eta militarrean etengabe esku-hartu izan du, aitzaki faltsu batekin: bertako herritarrak defendatzea. Horrek gatazka egoerak areagotzea baino ez du egin, herritar kopuru handi baten joan-etorria eraginez.
Pertsona horiek, gatazka endogenoen biktimekin batera, asilo eskatzaile potentzialak dira, eta Europar Batasunaren baitako estatuek sinatutako nazioarte mailako babes itunen babespean egon beharko lukete. Baina Europak ateak ixten dizkie, eta itxaropen handirik gabeko atzerriratzeari ekitea baino beste aukerarik ez dute ikusten.
Kasu askotan, atzerriratze prekario horietan itota hil egiten dira, “etorkin ilegal” gisa. Beste askotan, Hungaria, Frantzia edo Espainia bezalako herrialdeek, inpunitate osoz –jakinda ere Nazioarteko Zuzenbide Humanitarioaren aurka dagoela eraikitzen dituzten hesí hiltzaileetan larriki zauritzen dira.
Ante el mayor éxodo de personas refugiadas desde la segunda guerra mundial, la respuesta de la UE es tan ridícula como vergonzosa. Se han establecido un reparto de personas refugiadas, esas famosas cuotas, pretendiendo vender la imagen de solidaridad por acoger a 120.000 personas refugiadas, esta miserable cifra que equivale al 0,03% de su población, cuando recordemos que desde comienzos de año, más de medio millón de personas han intentado cruzar las fronteras europeas en busca de asilo.
Países como Líbano o Jordania acogen hasta 1,500.000 de personas refugiadas. Es decir, más del 20% de su población.
Como contrapartida al número de personas establecido por la UE para acoger entre los países miembros, se aprobaba una normativa para acelerar la devolución de las personas migrantes en situación administrativa irregular, que no se consideren refugiada, vulnerando múltiples directivas europeas, además de diversas convenciones empezando por la CE de DDHH.
Europar Batasunaren migrazio kontrolerako politikak erratuta daude. Giza eskubideetan eta injustizia zein desorekak gainditzeko helburuan oinarritu beharrean, segurtasun printzipioan oinarrituta sarbidea galaraztera bideratuta daude.
Hori nazioarteko legediaren aurka dago eta segurtasun enpresa erraldoien zein armamentu enpresen onurarako egiten da.
Europar Batasunaren lehentasunen artean, ordea, ez dago itsas-salbamenduan edo laguntza humanitarioan inbertsioak egitea. Hain zuzen, horrelako ekimenak gero eta garrantzia gutxiago dute eta gero eta baliabide gutxiago bideratzen zaie.
¿Por qué el infortunado niño de la minoría kurda en Siria tuvo que dejar su país?
Porque bajo la excusa de guerra civil en Siria, se ha llevado a cabo una agresión pergeñada desde afuera por Estados Unidos y sus compinches europeos (al igual que hicieran con Libia pocos años antes) y en donde bandas de atroces mercenarios son exaltados como heroicos “combatientes por la libertad” y respaldados política y diplomáticamente mientras cometen toda clase de desmanes.
De esta madriguera creada por las democracias occidentales y sus reaccionarios socios en la región brotó, incontrolable, el Estado Islámico, con luz verde para perpetrar horrendos crímenes y destrucción de reliquias históricas.
Aylan Kurdi pereció porque tuvo que huir del infierno en que Washington y los gobiernos europeos convirtieron a su patria, pese a la heroica resistencia del pueblo kurdo, sobre todo de sus combativas mujeres, que supieron poner freno a la expansión militar del EI en sus territorios.
No podemos seguir llamando “guerra civil” a lo que sucede en Siria. Desde el principio en 2011 fue una invasión imperial, disfrazada de ejércitos “sirios libres”, asimilables con lo que fueron los “contras” nicaragüenses en los años 80, desde sus bases en Honduras, contra la Nicaragua sandinista, a los que los gobiernos de Estados Unidos llamaban: los “combatientes de la libertad”.
¿Recuerdan los crímenes atroces en las aldeas nicaragüenses cercanas a la frontera con Honduras?
¿Es tan difícil no reconocer el rostro del fascismo en todo lo que está sucediendo?
Cuando Estados Unidos anuncia el envío de armas, a los “disidentes” sirios, ¿de qué está hablando? Cuando los invasores se encuentran como “amigos del pueblo sirio” para reunir fondos millonarios, destinados a pagar los sueldos de los mercenarios y comprar más armas, como lo dicen abiertamente ¿puede tratarse de una confrontación civil?
Una vez más, estamos viendo como sin ningún pudor, potencias occidentales pretenden entrar en Siria, llevarla a la guerra, con la excusa de luchar contra el terrorismo.
El resultado de esta macabra iniciativa sólo puede traer destrucción y muerte, y renovados contingentes de refugiados y refugiadas golpeando a las puertas de la opulenta Europa.
En ese gran mapa de operaciones de rapiña imperialistas además del África subsahariana, Siria o Libia, a las que he mencionado, tenemos los ejemplos de Irak, Afganistán, Kurdistán o Gaza.
Y es que denominar guerras contra el terrorismo, a las guerras para usurpar territorios, y controlar recursos en un proyecto de expansión imperial global, es uno de los argumentos más perversos en la historia del mundo.
La mayor acción terrorista de estos tiempos son las invasiones militares que protagoniza la OTAN con sus hordas mercenarias sobre países indefensos frente al poder militar de las potencias.
Si estos países que dilapidan millones de euros para financiar a la OTAN quisieran una solución, esta sería precisamente la de retirar sus tropas de los países invadidos y ocupados en lo que va del siglo XXI.
Si Occidente creyera firmemente en su tan pregonada doctrina de los derechos humanos tendría que modificar radicalmente su política migratoria y hacerse cargo de su responsabilidad en la crisis actual. Pero ni Estados Unidos ni la Unión Europea parecen haber dado muestras de tomarse en serio los derechos humanos, por lo que lo único que aparece en el horizonte europeo es una política de mayor control migratorio, cierre de fronteras, expulsión y deportación de los mal llamados migrantes ilegales.
Mientras Europa siga avanzando detrás de las necesidades geoestratégicas de un imperio en decadencia,- que propone una dictadura global o de los sueños fascistas del gobierno israelí de extenderse sobre todo Oriente Medio, lo que supone nuevos genocidios en la región, las víctimas seguirán llegando masivamente exigiendo protección a los responsables de su tragedia. Y no habrá muro que resista.
Tal y como expresaban compañeras de EH Bildu en un artículo de opinión al respecto, decir «Welcome Refugees» es también gritar un viejo, reconocible y actual «Go home» a las políticas de agresión militar, al imperialismo, que son causa de muerte e injusticia, fuera y dentro de Oriente Medio.