10 PROPUESTAS POSIBLES PARA SALIR DE LA CRISIS:
MÁS DERECHOS, MÁS CONTROL SOCIAL
MENOS DESIGUALDAD, MENOS PRIVILEGIOS
- Prioridad por la economía social y solidaria. Debemos avanzar hacia un modelo de economía basada en la participación activa, la solidaridad, la equidad, la inclusión y el feminismo, cuyo fin sea estrictamente satisfacer las necesidades de todas las personas.
- Democracia en la economía. No habrá democracia real si la dimensión económica no tiene un control social que garantice su objetivo último: generar unas condiciones de vida dignas para todos y todas. Proponemos la obligatoriedad de la planificación, de los presupuestos participativos en las Administraciones, así como mejores sistemas de control de éstas y de las grandes empresas.
- Ecologizar la economía. Prioridad por el ahorro energético y uso de fuentes renovables ecológicas a partir de un sistema exclusivamente público de energía. Desmantelar las centrales térmicas, cerrar Garoña y acabar con la construcción de centrales de ciclo combinado. Para poder cerrar todas las centrales que destruyen el medio ambiente no vale solo con aumentar la producción de energías renovables, es fundamental reducir el consumo energético y la nacionalización del sector energético. Fin del transporte destructivo: Exigimos una moratoria a las carreteras, paralizar la construcción del TAV y un fuerte apoyo tanto al transporte público como al tren social. Gestión sostenible de los residuos. Es posible gestionar los residuos sin incineración, si reducimos los envases y tomamos conciencia del problema. Apoyo al sistema puerta a puerta de recogida de residuos.
- Apoyo a la soberanía alimentaria: Políticas activas de defensa de la soberanía alimentaria, sustituyendo el actual modelo agroindustrial: apoyo a los procesos de producción agroecológicos, a las economías campesinas, a los circuitos cortos de encuentro productor/a – vendedor/a, y a los mercados locales. Gestión planificada, colectiva y social de los bienes naturales: agua, tierra, semillas, etc. Impedir el uso de transgénicos y luchar contra con las trasnacionales en el sector.
- Aumentar la cantidad y la calidad del empleo como prioridad: reparto del trabajo y adelanto de la jubilación a los 60 años. Ante el paro estructural, y después de las últimas décadas en las que la masa salarial se ha reducido notablemente respecto a las rentas de capital, son necesarias medidas audaces para revertir esta situación. Proponemos reducir el tiempo de trabajo para repartir el trabajo, sin reducción salarial. De esta manera, además, se posibilitaría el aumento de bienestar de la sociedad en su conjunto, pudiendo dedicar más tiempo a la acción política y social, el ocio, etc. En este sentido, también proponemos adelantar la pensión de jubilación a los 60 años, financiada desde el sistema impositivo si fuera necesario. En una situación como la del Estado Español, que lidera la tasa de paro juvenil en Europa, lo más oportuno pasa por adelantar –nunca retrasar- la edad de jubilación, posibilitando la incorporación de los y las jóvenes al mundo laboral en condiciones dignas. Además, las pensiones, al ser un derecho de los y las trabajadoras, se podrá financiar por la vía más oportuna, incluido el sistema impositivo, sin que a nadie se le caigan los anillos si así fuera necesario. Por último, es necesario alterar los sistemas de cómputo para las mismas –años mínimos de cotización, prioridad dado a los últimos años- para que se adapte mejor a la realidad de cada persona.
- Salario Mínimo Interprofesional de 1.200€. Es necesario elevar esta cifra a los niveles europeos para que pueda convertirse en un escudo que realmente proteja a las personas trabajadoras de menor salario.
- Nacionalización de la banca bajo control social. Queremos un estado fuerte en la defensa de los derechos y la equidad, y un estado débil en términos represivos. En este sentido, necesitamos un sistema financiero que cumpla su objetivo natural: prestar dinero para la promoción de iniciativas económicas y sociales de las clases populares. Por el contrario, el actual sistema, privado y des-regulado, persigue de manera obsesiva el lucro individual, jugando con los recursos de toda la ciudadanía. Fuera de todo control público se ha construido un sistema financiero opaco que se pone en peligro a sí mismo, atando de por vida a los y las hipotecadas. Es hora de que las instituciones públicas dejen de quejarse de que el dinero que se da a los bancos no llega a las empresas y a las familias. La solución está en recuperar esta herramienta para la transformación social.
- Política activa pública en torno a los cuidados. Desde Alternatiba entendemos el trabajo como un concepto amplio, que incluye no sólo el empleo remunerado, sino también toda actividad necesaria para el sostenimiento de la vida social. En este sentido, los cuidados, mayoritariamente bajo la responsabilidad de las mujeres, son un elemento fundamental de lo que consideramos trabajo. Se debe reconocer este trabajo invisibilizado y no remunerado, e incluirlo en las estadísticas generales. Las instituciones deben garantizar el derecho al cuidado de toda la ciudadanía, dejando de asumir que las familias (las mujeres) son las garantes últimas del cuidado de sus miembros y poniendo en marcha políticas públicas de atención a la dependencia, acompañadas de todos los recursos necesarios para su implementación. Se debe revisar el impacto que está teniendo la actual Ley de Dependencia, sobre todo en la situación de las mujeres cuidadoras, y realizar los cambios en la Ley necesarios, como por ejemplo incorporar dentro de las situaciones de dependencia que se recogen el cuidado de niños y niñas. Además se deben potenciar todo tipo de medidas que promuevan la corresponsabilidad de los hombres en las tareas de cuidado.
- Aumentar el gasto público en servicios sociales, invirtiendo en la mejora de los servicios públicos, revirtiendo así el proceso de privatización actual: apostar por un impulso a la vivienda de alquiler –siempre manteniendo la propiedad pública-, empezando por incorporar al mercado público las viviendas vacías; apostar por servicios que garanticen un sistema público de cuidados eficaz; apostar por una educación pública, laica, emancipadora u equitativa para mujeres y hombres; apostar por la investigación pública de conocimiento a largo plazo.
- Revisar el sistema impositivo desde la progresividad: que pague menos quien menos tiene, menos gana, menos contamina y menos despilfarra. Para poder afrontar todas las políticas públicas necesarias, es necesario un sistema fiscal fuerte que impida los regalos en forma de reducción de impuestos que se han hecho a los ricos, y que sea capaz de recaudar los recursos necesarios para hacer políticas públicas. Para ello, proponemos restaurar el Impuesto del Patrimonio u otro impuesto sobre la riqueza; no a la subida del IVA; crear impuestos ecológicos; subir el tipo marginal del IRPF al 50% y el tipo de las rentas del capital al menos al 27%; la lucha contra el fraude fiscal y el endurecimiento de penas en este sentido.