Esperando al tren

Jon Albizu – Alternatiba / EH Bildu

Llevamos años discutiendo sobre el desarrollo ferroviario en Gipuzkoa. En la actualidad, dos líneas férreas vertebran nuestro Territorio. Ambas – tanto la gestionada por el Gobierno Vasco, a través de Eusko Trenbide Sarea, como la que está en manos del administrador estatal ADIF- son los restos de dos infraestructuras mucho más amplias que operaban antaño. El tren es parte de la historia de Gipuzkoa.

Sin embargo, durante la última década hemos visto cómo el debate acerca del desarrollo ferroviario se ha centrado en el Tren de Alta Velocidad y cómo, año tras año, se nos han intentado vender las bondades de este macroproyecto, con un resultado que sigue siendo una incógnita.

Dejando de lado el impacto ecológico de la obra, que no es poco, con el TAV el argumentarlo clásico de las fuerzas conservadoras vuelve a querer hacernos trampa. Si con respecto a otros temas de carácter social (las pensiones, los derechos laborales, sociales o medioambientales) la sostenibilidad económica es una variable que siempre se pone encima de la mesa, con el TAV, su coste económico y su rentabilidad social nunca son cuestionados por quienes exigen recortes en otros ámbitos para ajustar las cuentas.

Algo extraño ocurre cuando se pone tanto empeño y tanto interés en una infraestructura que, después de casi una década de trabajos, con cifras millonarias en licitaciones públicas, todavía no sabemos qué servicio va a dar. Resulta curioso el efecto hipnótico que esta obra produce en algunos dirigentes políticos. Debe de existir un bien superior – no explicable racionalmente- que hace que se sigan invirtiendo dinero público de forma desorbitada y acrítica, con la promesa –nunca demostrada- de que servirá para un futuro mejor.

Mientras el TAV y su desarrollo copan millones en inversiones y cientos de páginas en medios de comunicación, la red ferroviaria que miles de guipuzcoanos y guipuzcoanas utilizamos diariamente recibe dinero a cuenta gotas. Estaciones con graves carencias, vagones no accesibles para las personas con movilidad reducida, falta de seguridad y, en el caso de Eusko Tren, recorridos en los que el tren no llega a los 30km/hora.

La inversión pública debería ser un motor de generación de riqueza y centrarse en mejorar los sistemas actuales, para permitir que la ciudadanía dedicara menos renta a sus desplazamientos. El dinero destinado al transporte público debe tener un efecto redistributivo. El TAV, no lo pongo en duda, también lo tiene: redistribuye la renta de todos y todas entre unas pocas constructoras, y, además, ahonda en la diferencias entre clases sociales. Mitras tanto, obras de vital importancia para el transporte guipuzcoano, como el intercambiador ferroviario entre Eusko Tren y ADIF, llevan más de una década esperando, porque la prioridad es el TAV.

La red actual de RENFE se gestiona muy lejos de los intereses guipuzcoanos, desde Madrid, donde el interés máximo se centra exclusivamente en el desarrollo del TAV, dejando de lado las verdaderas necesidades de nuestra red local. Esto no sólo se puede ver por el volumen de las inversiones, sino también por el nulo interés de integrar este servicio en la tarjeta MUGI.

El resultado del Tren de Alta Velocidad, después de tanta cerrazón, es lamentable. Tras años de obras, de miles de millones de dinero público gastado, de no saber cómo entrará en las ciudades, de no saber qué servicio ofrecerá, de no saber cuándo se terminará, de no saber cuándo se conectará con el resto de la red, los mismos partidos que son responsables directos de este timo pretenden ofrecernos una imagen de buenos gestores de lo público. Mientras tanto, miles de guipuzcoanos y guipuzcoanas esperan a su tren en alguna estación pendiente de reformas.

Es hora de que pongamos encima de la mesa que no hace falta continuar con esta orgía de despropósitos. Orientemos el gasto ferroviario hacia las necesidades reales de la ciudadanía. Décadas de fracasos han demostrado que esto sólo será posible si gestionamos nuestras necesidades desde aquí, con criterios cercanos a los intereses públicos. Lo contrario es una huida hacia adelante a alta velocidad.

6 de diciembre, manifestación en Bilbo contra la Constitución Española convocada por EH Bildu

Sabino Cuadra y Maria Sierra, esta última en nombre del movimiento juvenil, han llamado a la ciudadanía vasca a acudir a la manifestación que recorrerá las calles de la capital vizcaína para mostrar nuestro rechazo a una Constitución “impuesta, tramposa, cínica e hipócrita”.

Cuadra ha señalado que en Euskal Herria como en Catalunya, esto no da más de sí, por lo que ha hecho un llamamiento a todos los agentes sociales, culturales, sindicales, económicos y políticos vascos a “dejar de mirar a Madrid para empezar a mirar a nuestro propio pueblo”. A su juicio, “tenemos alma y músculo suficiente para construir un futuro de libertad, democracia y justicia social, esas que nos niegan a diario”.

Tanto Sabino Cuadra como María Sierra han señalado que “se acabó de jugar con su baraja, con sus cartas marcadas, con sus árbitros comprados. Se acabo de jugar a la pequeña. Es la hora de tirar el viejo naipe a la basura y de jugar a la mayor: a exigir el derecho a decidir y a ponerlo en práctica”.

En ese sentido, Cuadra ha afirmado que el próximo 6 de diciembre saldremos a la calle a denunciar la cárcel de pueblos y de personas en la que vivimos pero, también, a reclamar libertad y soberanía para, a partir de ahora mismo, emprender el camino que nos conduzca a la independencia, a la Republica Vasca”.

La manifestación partirá a medio día de la plaza Moyua y se finalizará en la plaza Arriaga.

EH Bildu

No soy feminista

Luis Salgado – Alternatiba

Hoy voy a confesar que no soy feminista, y no lo soy por el mismo motivo que un blanco de clase alta del Upper East Side Newyorkino no podrá ser nunca un negro de Brooklin, por mucho que escuche rap, vista como un gangsta, y se manifieste en favor de la igualdad racial mientras disfruta de los privilegios de ser la clase la dominante en una de las mayores urbes del planeta. Es lo que tiene vivir en el lado de la tostada que siempre cae hacia arriba. Y es muy importante ser consciente de ello, porque todo lo demás es pose.

Nunca me he considerado una persona dogmática, defiendo el derecho de todas las personas a equivocarse, a tener incoherencias, sin embargo, tan importante como tener principios, tener conciencia, o estar dispuesto a la lucha, es ser conscientes de esas incoherencias y ahí se incluyen los privilegios de clase, sean estos económicos, raciales o de género. No reconocer estos “errores” nos llevará irremediablemente a cometer otros peores.
 
No soy feminista, pero esto no quiere decir que no crea en el feminismo. A día de hoy el feminismo es sin duda una de las corrientes ideológicas que más a desarrollado su discurso, sino la más, pero lo seguro es que el feminismo es el único movimiento político que realmente desarrolla todo su discurso desde el concepto más básico, la vida y eso hace que irremediablemente choque con un Sistema patriarcal, capitalista, desarrollista, y militarista. Es sin duda el cuestionamiento total de un Sistema que nos anula como seres humanos y como sociedad para convertirnos en engranajes de una maquinaria pensada para el lucro y el control por una minoría. Un Sistema del que somos parte y sustento, también quienes decimos combatirlo, y al cual no haremos frente si no somos conscientes de ello.
 
Esa es la gran virtud del feminismo, desde la idea radical de que las mujeres son personas, y el concepto revolucionario de que la vida es el centro de todo, se ponen en cuestión la practica totalidad de los sistemas de opresión, y por supuesto, tiene errores, y tiene incoherencias, y tiene, tiene vida y no seré yo quien ponga la mirada en el dedo cuando lo importante es la luna que nos señalan.
 
Y lo sigo reconociendo, no soy feminista, y por eso me niego a que me den lecciones de feminismo esos hombres megainteligentes que defienden cómo algo lógico que cobre más un ingeniero industrial que trabaja mejorando armamento en una multinacional que luego será utilizado para destruir vida que una mujer extranjera explotada en el mercado laboral sumergido limpiando casas, cuidando de sus hijos y los hijos del ingeniero, del padre del ingeniero, solo porque para nuestras mentes estrechas cuidar, ser cuidado es algo que nace del amor, de la bondad y no requiere ser valorado, no al menos en la misma condición.
 
¡Y hay tantos ejemplos!. Y que fácil es pensar que tener algo más de sensibilidad en un tema ya nos da el marchamo necesario para presentarnos como adalides de algo. Que fácil resulta para John Smith viviendo en su loft de Upper East Side fardar ante sus xenófobos amigos de su lucha incansable por los derechos de los afroamericanos del Bronx mientras la empresa en la que trabaja saquea el Coltán africano amparados en mercenarios, y armamento de los buenos hombres blancos. Por eso y por mucho más no soy feminista pero sé que la revolución será feminista o no será.
 

Oskar Matute: “Hay que empoderar al pueblo frente a las élites dominantes”

Audio de la entrevista realizada al portavoz de Alternatiba y parlamentario de Euskal Herria Bildu, Oskar Matute, en el magazine matutino Kalegorrian de Info 7 irratia.

«Esta mañana EH Bildu ha registrado en la cámara de Gasteiz la “Ley de Empoderamiento Ciudadano”. Una ley sobre la que hoy, en Kalegorrian, hemos preguntado a Oskar Matute, parlamentario de la coalición soberanista.

ENTZUN HEMEN

Matute ha defendido la citada ley “porque visto que la vía bilateral con el Estado está agotada, el único camino es la unilateralidad y para eso hay que empoderar a la ciudadania”. El parlamentario de EH Bildu también se ha referido al desalojo y posterior derribo hoy del gaztexe Kortxoenea en Donostia, para mostrar su solidaridad con el centro autogesitonado y denunciar lo que ha calificado de “ataque contra un espacio libre”.»

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