Día de la memoria

Alternatiba ha querido clarificar su posicionamiento en torno a la celebración del Día de la Memoria reafirmándose en su claro apoyo a un reconocimiento no excluyente. Alternatiba, en palabras de su portavoz, Oskar Matute, «comparte la necesidad de reconocimiento a las víctimas de la violencia política» por el dolor que ésta violencia ha generado en la sociedad. Pero «institucionalizar» un día de reconocimiento que rinda homenaje «a una sola parte de las víctimas y no a todas», tendría un efecto que Alternatiba rechaza de forma taxativa por entender que «este tipo de iniciativas que excluyen a parte de la víctimas, no asienta el necesario reconocimiento y reparación de las mismas». Según Matute, en poco o nada ayudaría a superar dicha división el hecho de marcar en rojo un día del calendario como día de las víctimas, ya que resulta injustificable «marginar a las víctimas de la violencia de Estado», entre las que se incluye a los grupos terroristas, las víctimas provocadas por los delitos de los cuerpos de seguridad o las de la represión franquista.

Alternatiba en ningún caso niega el carácter de víctimas a aquellas que se propone homenajear, homenaje que considera «necesario», pero se revela ante la negación de este reconocimiento a otras muchas, como los obreros asesinados el 3 de marzo de 1976 en Gasteiz; a Txiki y Otaegi; o a Roberto Pérez Jauregui. «Es difícilmente explicable que sus homenajes sigan celebrándose casi de forma clandestina y rodeados de una policía que, en ocasiones, ha llegado a intervenir en los actos convocados».

El portavoz de Alternatiba la falta de consenso e información hacia otras formaciones políticas aseguró que «no es fruto de la casualidad, sino el resultado de una visión unidimensional y politizada del carácter de víctima».

Alternatiba, que no avalará con su presencia el Día de la Memoria, ha recordado que «el Acuerdo de Gernika es incluso más incluyente para con las víctimas de la violencia», al establecer la «necesidad de un reconocimiento, reconciliación y reparación de todas las víctimas, originadas por el conflicto político y la realidad de las múltiples violencias.»

«Nuestra decisión responde a un puro ejercicio de responsabilidad política y a una clara apuesta a favor de propuestas que contribuyan a superar la división social», concluyó Matute, que anunció que Alternatiba no dudará en apoyar este Día de la Memoria cuando «todas las víctimas tengan el mismo reconocimiento, allí estaremos».

Sahara elkartasuna

Bilbao 8-11-2010 El portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, ha reclamado «la necesidad de una respuesta unitaria del conjunto de las instituciones vascas ante el asalto de las fuerzas marroquíes del campamento saharaui Gdem Izik.» Para el portavoz de la formación de izquierdas «ante este nuevo ataque al indefenso pueblo saharaui, el gobierno del Reino de España no puede mirar hacia otro lado y ser cómplice una vez más de la maquinaria belicista marroquí.»

Matute ha señalado, que la militancia de Alternatiba participará «no sólo en cuantas incitativas institucionales se presenten para denunciar esta situación, sino también en aquellos actos de repulsa que las diferentes organizaciones en defensa del Sahara y de su soberanía se realicen en Euskal Herria»

El portavoz de Alternatiba ha señalado que «el Reino de España tiene responsabilidades ante lo que está ocurriendo, por un nefasto proceso de descolonización», por lo que pide, «una respuesta contundente y la retirada del embajador del Reino de España en Marruecos como un primer paso».

Finalmente, Oskar Matute señalo la necesidad de «dejar la actual posición de falsa neutralidad del Reino de España». Para Alternatiba esta posición inmoral se basa en gran medida por el volumen de negocio que en venta de armas se mantiene con el gobierno de Marruecos. Matute ha recordado, «que estas armas están siendo utilizadas sistemáticamente para reprimir y atacar al pueblo saharaui».

El Sahara Occidental, moneda de cambio del PSOE> Hector Rojo Letón (Diagonal)

Artículo de Héctor Rojo Letón publicado en la revista Diagonal

“Como parte del pueblo español, sentimos vergüenza de que el Gobierno [franquista] no haya sólo hecho una mala colonización, sino una peor descolonización entregándoos en manos de gobiernos reaccionarios como los de Marruecos y Mauritania”, afirmaba en 1976 Felipe González (PSOE) en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia.

Más de 30 años después no descubrimos nada al decir que la descolonización del Sáhara Occidental no ha terminado, único caso en África, y que la potencia administradora de este territorio, según la ONU, es el Estado español. Tampoco si hablamos de los más de 120.000 refugiados saharauis que desde 1974 pueblan la hammada argelina. Allí huyeron de los bombardeos indiscriminados de napalm y fósforo blanco posteriores a la ocupación de su territorio por parte del ejército alauita.

Un muro de 2.700 kilómetros rodeado de minas antipersonas divide los territorios de la antigua provincia y colonia española. A un lado, las zonas liberadas que el Frente Polisario intenta poblar; del otro, los territorios ocupados, donde la población saharaui sufre la ocupación militar de marroquí. “Especialmente desde que el 6 de noviembre Mohamed VI en su discurso conmemorativo de la Marcha Verde declarara que sólo hay dos tipos de personas: marroquíes o traidores. La represión ha aumentado: detienen a gente por recibir a abogados internacionales, a activistas de los derechos humanos les han quitado sus papeles…”, denuncia El Mami Amar Salem, vicepresidente del Colectivo Saharaui de Defensores de Derechos Humanos.

El Mami sigue muy de cerca la situación de Aminetu Haidar, pero tampoco se olvida de los siete activistas que desaparecieron en octubre a su vuelta de una visita a los campamentos. “Siguen en la cárcel de Salé, aislados y a la espera de ser juzgados en un Tribunal militar”, denuncia Khadad Emhamed, coordinador saharaui ante la Misión Internacional de Naciones Unidas para la celebración de un Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), que se creó en 1991

Una misión inconclusa y, de nuevo, paralizada. A primeros de diciembre se debía celebrar una nueva ronda de negociaciones que no tendrá lugar, “las detenciones de activistas saharauis y la expulsión a Lanzarote de Aminetu Haidar hacen que estas sean imposibles”, apuntilla Khadad a este periódico.

¿Apoyo a la causa saharaui?

Aun así la postura oficial de la dirección del PSOE es la de defender la causa saharaui que pelea por el derecho a su autodeterminación. Es decir, un referéndum en el que puedan elegir sobre su independencia o integración en Marruecos. ¿Igual que en 1976? “No hemos modificado ni una coma nuestra postura”, explica a este periódico Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional de este partido. ¿Y qué opinan de Marruecos? El propio González formó parte de la comisión que intentó que Marruecos organizara el Mundial de Fútbol de 2010. También es conocida su intermediación ante Mohamed VI en favor de que Telmex, empresa de Carlos Slim, entrase en el mercado alauita. O para que en 2006 Chile y Colombia decidieran no reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática.

Eso sí, la Agencia Española de Cooperación Internacional no ha dejado de nutrir a los campamentos de refugiados. “Preferimos que llegue un comunicado político que ejecute la legalidad internacional, a toda la ayuda que mantiene a nuestro pueblo en campamentos de refugiados”, reconoce Khadad.

“Marruecos es un tapón para la inmigración del África Subsahariana; empresas españolas realizan dumping social allí, al instalar sus centros y rebajar así las condiciones laborales de sus empleados; los armadores de barcos españoles pueden pescar en sus caladeros gracias a los acuerdos con la UE. Pero todo esto no me parece motivo suficiente para que el pueblo saharaui sea una moneda de cambio. Tampoco que altos cargos del PSOE como el propio Felipe tengan intereses personales”, explica perplejo Fernando Peraíta, de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Sevilla.

Otra de estas posibles monedas de cambio es el comercio de armas. Desde 1984, todos los gobiernos han vendido o regalado material bélico a Marruecos. Tanto en plena guerra, como en la actual situación de alto fuego. En 2008 recibieron el obsequio de seis torpedos MK46 MOD-2 y una venta cifrada en 113, 9 millones de euros. La monarquía marroquí se convirtió en el tercer cliente de la industria militar española.

Los cambios en la ONU 
“Desde el Franquismo, los únicos gobiernos españoles que se han abstenido en una votación por la descolonización del Sáhara Occidental han sido el de Franco y el de Zapatero”, reconocía en 2006 a DIAGONAL Mohamed Y. Beissat, embajador del Polisario en Argelia, tras la actuación del Gobierno. Tan sólo un año después de la llegada de Zapatero a la Moncloa las cosas estaban muy claras. En marzo de 2007, en su visita a Marruecos, Zapatero conoció su última apuesta por la autonomía. “La parte española ha acogido esta propuesta con interés y considera que podría generar una nueva dinámica de diálogo”, según recogía entonces Asuntos Exteriores.

“Hay mucha gente del PSOE en las asociaciones de defensa del pueblo saharaui, incluso alcaldes o concejales. Esto debe crear contradicciones en el partido. La cúpula está del lado de Marruecos y la base en contra”, reconoce Peraíta. Según el actor Willy Toledo, presidente de la Plataforma Todos con Aminetu, que lleva en Lanzarote desde el 17 de noviembre, así se han manifestado también parlamentarios vascos del PSE o el secretario de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo. Sin embargo, Valenciano no reconoce ninguna tensión. “Decir que hay un movimiento crítico es demasiado, hay mucha gente preocupada y nos pide que hagamos cosas”, apostilla.

El expolio, una traición más 
Desde 2007 a los caladeros saharauis han vuelto los pesqueros europeos, especialmente españoles y franceses. “La historia no tiene marcha atrás”, afirmaba este verano López Aguilar, ex ministro de Justicia y candidato al Parlamento Europeo por el PSOE, sobre las posibilidades de ratificar el Nuevo Acuerdo de Asociación de la Unión Europea con Marruecos. Al menos el conflicto saharaui ha vuelto a la “agenda internacional”. “Hay otros muros en el mundo que deben caer”, denunciaba el presidente hace unas semanas en el vigésimo aniversario de la caída del muro de Berlín. Como dirían en tierras de Zapatero: “Una cosa es predicar y otra dar trigo”. Los 2.700 kilómetros de muralla del Sáhara siguen levantados. Y la valla de Ceuta y Melilla también.

Algunas claves para mantener la vida> Yayo Herrero (Diagonal)

«La visibilización, politización y priorización del cuidado es una tarea necesaria para la sostenibilidad.Representa un cambio de prioridades antipatriarcal y anticapitalista. Es antipatriarcal porque se enfrenta al orden que impone la división sexual del trabajo. Es anticapitalista porque socava el concepto y el valor que el mercado da al trabajo.»

Artículo de Yayo Herrero publicado en Diagonal

 

El crecimiento económico y la obtención de beneficios como prioridad social han conducido en apenas un par de siglos a un cambio global en los equilibrios dinámicos de los sistemas naturales a los cuales la especie humana está adaptada. Los límites físicos del planeta han sido superados y los sumideros que deben degradar los residuos que genera el proceso económico no dan abasto. Pero el modelo socioeconómico no ha crecido sólo a costa de los sistemas naturales, sino también a partir de la apropiación de los tiempos de las personas para ponerlos al servicio de la maquinaria económica. Ha sido evidente en el caso de las personas empleadas de manera remunerada, pero es mucho menos visible o invisible en lo referente a de los tiempos dedicados a la reproducción social y mantenimiento de la vida cotidiana (como los cuidados en el hogar).

La reducción de la noción de trabajo a la esfera exclusiva del empleo asalariado, oculta el hecho de que para que la sociedad y la economía se sostengan es imprescindible la realización de una gran cantidad de trabajo que tiene por fin la resolución de las necesidades y el bienestar de las personas. Labores que, debido la división sexual del trabajo que impone el patriarcado, recae de forma mayoritaria sobre las mujeres en el ámbito del hogar. Esta segregación por roles es la que permite a los hombres ocuparse a tiempo completo del trabajo mercantil, sin tener que ocuparse de las personas de su entorno o de ellos mismos.

Del mismo modo que los materiales de la corteza terrestre son limitados y que la capacidad de los bosques para absorber CO2 no es infinita, los tiempos de las mujeres para trabajar tampoco lo son. Los cambios en los modelos urbanos, la supervivencia de las personas hasta edades más avanzadas, la precariedad y la creciente dedicación de las personas al empleo remunerado, hacen que cada vez sea más difícil cubrir esos tiempos necesarios para mantener la vida cotidianamente. En algunos casos, algunas mujeres contratan a otras mujeres que, casi siempre en condiciones precarias, realizan parte de estas tareas a cambio de un salario. Colocar la satisfacción de las necesidades y el bienestar de las personas como objetivo del proceso económico representa un importante cambio de perspectiva. Así el trabajo que permite a las personas desarrollarse y mantenerse como tales se sitúa como un eje vertebrador de la sociedad.

El capitalismo ha logrado convertir a las fuerzas productivas en fuerzas destructivas que, sin saberlo, muchas veces obtienen el salario realizando una actividad que deteriora la base natural que permite sostener la vida y crea miseria en otras partes del mundo. Frente a ello, los trabajos domésticos son trabajos socialmente necesarios, dotados de sentido vital. No persiguen un aumento constante de la productividad, ni operan según el mecanismo de la competitividad. Conllevan una carga fuerte carga emocional (que no siempre tiene por qué ser positiva) y, a diferencia del mercado, responden a una ética centrada en las relaciones y en las necesidades humanas. El trabajo en el mercado está orientado a la obtención de resultados, pero la satisfacción de necesidades de cara a mantenerse vivo no tiene fin. En una sociedad que, debido a los límites físicos, tendrá que aprender a vivir bien con menos, que deberá adoptar un modelo de producción y consumo más sobrio y equitativo, hay que reflexionar sobre qué trabajos son social y ambientalmente necesarios, y cuáles son aquellos que no es deseable mantener. La pregunta para valorarlos es en qué medida facilitan el mantenimiento de la vida en equidad.

Si intentáramos clasificar los trabajos según su aportación a la calidad de vida, el orden de valoración sería diferente al actual. Podríamos diferenciar entre trabajos ligados a la producción de la vida y trabajos que provocan su destrucción. No basta con que el cuidado se reconozca como algo importante si no se trastoca profundamente el modelo de división sexual del trabajo. Es preciso romper el mito de que las mujeres son felices y se realizan cuidando. Muchas veces cuidar es duro y se hace por obligación, porque no se puede dejar de hacer. Por ello, porque es imprescindible, los hombres y la sociedad en su conjunto se tienen que responsabilizar de él.

La sostenibilidad social necesita la corresponsabilidad de hombres y mujeres en las tareas de mantenimiento de la vida, realizada en equidad y mantenida en el tiempo. Esta transformación puede provocar un cambio de enormes dimensiones: variaciones en los usos de los tiempos de vida, en el aprecio por el mantenimiento y la conservación, en la comunicación y en las formas de vida comunitaria. La visibilización, politización y priorización del cuidado es una tarea necesaria para la sostenibilidad. Representa un cambio de prioridades antipatriarcal y anticapitalista. Es antipatriarcal porque se enfrenta al orden que impone la división sexual del trabajo. Es anticapitalista porque socava el concepto y el valor que el mercado da al trabajo y denuncia la dependencia que el mercado tiene del trabajo de cuidado, además, propone la sustitución del objetivo de crecer por crecer por un compromiso con la defensa de las vidas (cualquier tipo de vidas) en condiciones dignas.

 

El cepillo del estado sigue manteniendo la iglesia> Fernando Pastor (Diagonal)

Fuente: Diagonal

Artículo: Fernando Pastor

Enrique Ruiz del Rosal, economista y miembro de la Junta Directiva de Europa Laica, ha elaborado un trabajo de análisis a raíz de la publicación de la Memoria Justificativa de Actividades de 2008, presentada recientemente por la Conferencia Episcopal Española (CEE). Según este análisis, el Fondo Común Interdiocesano (FCI) se nutre de la asignación de los Presupuestos del Estado y de las aportaciones de las diócesis en una proporción en la que cada vez es mayor el peso de la aportación de las arcas públicas, que supone un 92 % frente al 8% que aportan las diócesis.

Sin embargo, en la distribución de este Fondo Común Interdiocesano se observa que la mayor parte se destina a sufragar los gastos de las diócesis, a la remuneración de obispos y clero en general, incluida su Seguridad Social, a financiar Universidades Católicas (incluidas las ubicadas en el extranjero, como Roma y Jerusalén), y tan solo una mínima cantidad se destina a actividades pastorales (acompañamiento, asesoramiento espiritual, formación, catecumenado… de sus fieles).

Aparte de los datos referidos al FCI, la memoria ofrece también cifras de la actividad litúrgica de la Iglesia Católica en 2008, en el que ésta omite cifras de asistentes a misa dominical, destaca el incremento de bautismos y no puede ocultar una caída drástica de primeras comuniones y bodas. También alude al número de religiosos que operan en el Estado español: 77.000 (20.390 son sacerdotes), a los que hay que sumar más de 70.000 catequistas. Respecto al trabajo pastoral desarrollado por estas personas, se afirma en la memoria que han sido 45.200.000 horas, de las que 34.800.000 corresponden a la actividad pastoral de los sacerdotes diocesanos.

La memoria también aborda la “actividad educativa”, indicando que existen 6.041 centros educativos católicos atendidos por 112.439 personas y que cuentan con 1.370.151 alumnos. La iglesia llega a la conclusión de que con ello ahorran al Estado 4.148 millones de euros. Como conclusión de su trabajo, Enrique Ruiz del Rosal cree que “los datos contenidos en esta Memoria son pura propaganda interesada, que entre aportaciones directas e indirectas (exenciones fiscales, etc.) de todas las administraciones públicas son muchos miles de millones de euros los que recibe la Iglesia Católica sin que exista un control de la utilización que se realiza de caudales públicos, todo ello al amparo de los acuerdos con el Vaticano de 1979”.

Respecto a las cifras sobre la actividad litúrgica que recoge la memoria, Ruiz del Rosal señala que “la ausencia de datos sobre la asistencia a misa dominical es una clamorosa omisión, si hasta hace poco en la web de la Conferencia Episcopal se hablaba de diez millones de personas pese a que ya para 2007 se evaluaba esa asistencia entre 7 y 8 millones de personas. Habrán considerado que es mejor ahorrarse una mentira”. Este miembro de Europa Laica se muestra crítico en lo referente a las cifras de bautismo: “los 335.000 que aparecen en la memoria de 2008 suponen un incremento de 18 % respecto a los de 2007, incremento que es muy superior al del crecimiento vegetativo de niños de entre 0 y 4 años, sin indicar de qué fuente estadística proceden los datos”. Para Ruiz del Moral “el aspecto numérico queda empequeñecido ante la esencia misma de este acto litúrgico cuya pervivencia atenta contra la libertad de conciencia individual; los menores también son sujetos del derecho de libertad de conciencia, así lo reconoce el artículo 3.1 de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor.

Sobre las primeras comuniones y las bodas, Enrique Ruiz constata su acusada reducción, hasta el punto de que actualmente se celebran más matrimonios civiles que religiosos.

La impunidad empresarial salpica también a los Talleres Jaulice y Pigran Ugao

BILBO, 4 DE NOVIEMBRE DE 2010 – El grupo de Alternatiba en las Juntas Generales de Bizkaia ha exigido hoy a la Diputación foral que se implique de inmediato en la búsqueda de una salida digna a la situación de especial dificultad y abandono a la que están siendo sometidos los cincuenta trabajadores de las empresas Pigram-Ugao y Talleres Jaulice, en Ugao Miraballes. 

El portavoz de la formación de izquierdas, Jonathan Martinez, ha expresado su solidaridad con los empleados de Talleres Jaulice (calderería) y Pigran Ugao (pintura industrial), que llevan ocho meses sin cobrar y han perdido sus puestos debido a la quiebra de ambas empresas. «En Ugao hay 50 familias que están sufriendo la impunidad empresarial y la barra libre para la patronal. Cada día son más los empresarios sin escrúpulos que pisotean los derechos de los trabajadores escudándose en la crisis y agarrándose a la nueva legalidad, que les garantiza una impunidad vergonzosa”, ha denunciado Martínez.

Por ello, el juntero de Alternatiba ha exigido a la Diputación y al Gobierno Vasco «que se mojen y se impliquen, porque no pueden dejar tirada a tanta gente también desde las Administraciones. No pueden seguir escondiendo la cabeza como avestruces y hablar con una mano de creación de empleo mientras con la otra secuestran derechos laborales”. El portavoz de la formación de izquierdas ha apelado a PSE y PNV y ha recordado que «quienes sustentan el Gobierno Vasco y la Diputación son, precisamente, quienes han tramado una reforma laboral que deja el despido a precio de saldo. Ante esto, los empresarios están respondiendo con más despidos, más deslocalizaciones y más cierres encubiertos».

La Marcha Mundial de las Mujeres en el Sur de Kivu> Colette Brackman (Sin Permiso)

Colette Braeckman es periodista del periódico belga Le Soir. Ha acompañado a la Marcha Mundial de las Mujeres a Kivu. Sus crónicas pueden leerse en su página web http://blogs.lesoir.be/colette-braeckman/

Este artículo, traducido por Gustavo Buster, se ha publicado en la Revista  Sin Permiso.

Imagen: Revista Sin permiso

La Marcha Mundial de las Mujeres acaba de realizar este mes de octubre una experiencia singular de diplomacia popular y de solidaridad internacional. Miles de mujeres han viajado hasta la provincia del Sur de Kivu, en el oriente de la República Democrática del Congo, para decir basta a las violaciones masivas, a la guerra alimentada por el expolio mercenario de sus riquezas minerales y a las intervenciones militares de todos los ejércitos y milicias de la región. Pocos días antes se había hecho público el informe de la Comisión de Investigación de Naciones Unidas sobre los crímenes cometidos en la región como continuación del genocidio ruandés y la llegada de milicias y refugiados hutus, perseguidos por el ejército de mayoría tutsi.

La movilización de las mujeres altermundialistas de la Marcha ha servido de catalizador para que las mujeres de la región y todo el Congo hayan adquirido de nuevo el protagonismo de su lucha contra la violencia de género sistemática que padecen. Reproducimos aquí dos crónicas de la conocida periodista belga Colette Braeckman, que ha acompañado a la Marcha Mundial de las Mujeres en el Sur de Kivu. 

1 Homenaje a las mujeres mártires de Kivu

A lo largo de la carretera de Bukavu a Mwenga, un territorio en el corazón del Sur de Kivi, las concentraciones de aldeanos no recuerdan haber visto antes una caravana de coches semejante, con tal número de extranjeros juntos. Y sobre todo, en este territorio minero que es una especie de Far West tropical, más frecuentado por los soldados y los aventureros que por los altermundialistas, nadie recuerda haber oído jamás hablar de solidaridad, de justicia, de reparación…

Aquí, a cuatro horas de Bukavu por pista de tierra, las participantes de la Marcha Mundial de Mujeres han venido a hacer un minuto de silencio en este santuario del martirologio congolés, ante un futuro monumento cuya primera piedra han depositado, en homenaje a las trece mujeres y dos hombres que fueron enterrados aquí en octubre de 1999 tras ser arrojados a la fosa y cubiertos lentamente por los paletadas de tierra.

En la muchedumbre que se apelotan bajo la lluvia para ver a todos estos blancos, todos esos funcionarios, entre ellos la Ministra de Igualdad y la Infancia, que colocan la primera piedra de una futura casa de mujeres, se encuentra Machozi Asoni, de 60 años. Erguida, llena de arrugas, la mirada penetrante y la memoria intacta. Se acuerda de todo, porque estaba allí cuando los militares, a comienzos de octubre de 1999, invadieron el barrio: “buscaban brujas, a mujeres que fabricaban el gris gris para los Mai Mai” (los gris gris son unos amuletos que se cree hacen invulnerables a los combatientes angoleños, a los chicos de las aldeas que se oponen a la presencia de las fuerzas ruandesas). “La víspera, una joven que vivía con el jefe de los soldados había enfermado y había acusado a las mujeres de haberla maldito con un conjuro…”.

Machozi cuenta como siete mujeres, sus vecinas, fueron detenidas como escarmiento para las demás: “los militares rebeldes de la época, el RCD Goma (Unión Congolesa para la democracia, a las ordenes de Ruanda) las fueron a buscar, las golpearon y las arrojaron a una celda. Poco después capturaron a seis mujeres más y a dos hombres, igualmente sospechosos”.

La prisión sigue allí, con sus muros desteñidos por la lluvia y manchados de ese lodo rojo al que se pegan las semillas. Debajo de la escalera se ve una especie de fosa llena de agua: “Es ahí”, dice Machozi, “donde arrojaron a las mujeres, es ahí donde las tuvieron en cuclillas varios días. Oíamos sus gritos y lamentos, porque las habían golpeado en la cabeza con palos y las habían herido con las bayonetas. Antes de echarlas al agua, habían arrojado sal y los militares habían cubierto a las mujeres de pili pili y las habían abierto las vaginas con cuñas de madera para meterles dentro pimientos picantes…”

Otras dos mujeres interrumpen, se trata de Angelina Bibiha y Naluwinja Andropine, que también recuerdan: “las mujeres todavía estaban vivas cuando las sacaron de la cárcel. Las empujaron hasta el centro de Mwenga, totalmente desnudas, heridas, aunque todavía caminaban. Habían cavado una gran fosa en el suelo y las obligaron a bajar. Los militares comenzaron a arrojarles encima paletadas de tierra y las fueron enterrando mientras lloraban y gritaban de angustia…” Todos los habitantes de Mwenga asistieron al suplicio, pero las mujeres insisten: “en el gentío nadie se movió, ni un grito de protesta, ni una lagrima, los militares amenazaban con disparar al menor ruido. Decían que nos debía servir de lección, que no debíamos ayudar a los Mai Mai, nuestros hijos que luchaban contra los invasores llegados de Ruanda…”

En el descampado enlodado que debía de servir como pista de aterrizaje para los helicópteros que jamás llegaron por las lluvias torrenciales, una muchedumbre compacta se arremolina detrás de pancartas que reclaman justicia, la partida de los militares, reparación de los daños. En uno de los cartelones, que portan los “huérfanos de Mwenga” hay unos nombres pintados en rojo, los de los asesinos de las mujeres: Kasereka (probablemente un apodo), que era entonces el comandante militar, originario del Norte de Kivu, Ramazani, un soldado de Uvira, y su jefe, Amisi Tango Tour. Los dos primeros, nos dicen, “se esconden en las filas del ejercito congolés”. El tercero, Gabriel Amisi, ha ascendido como premio: hoy es comandante en jefe de las fuerzas de tierra. Todos ellos eran entonces auxiliares de una Ruanda que quería controlar el este del Congo.

Gracias a los acuerdos de paz de 2002, hoy se han integrado en las fuerzas gubernamentales y, en algunos casos, han cambiado de nombre. Por eso en Mwenga desconfían del ejército. “Algunas caras, nos hacen temblar” dicen Machozi y las otras mujeres…

Dando brincos por los baches de la pista de tierra roja durante horas, una pista escurridiza como si fuera de jabón, las delegaciones de la Marcha Mundial de Mujeres, van descubriendo, aldea tras aldea, las planicies abiertas del Congo: colinas desiertas, que hoy todavía ocupan los rebeldes humus que todavía saquean y matan cuando tienen la oportunidad, las aglomeraciones sobre pobladas donde se han refugiado los civiles expulsados de sus campos, toda esa gente que grita, que se abalanza pidiendo que se les ayude. Las mujeres tienen que hacer frente a una multitud de crímenes impunes: en Kasika, los aldeanos han bloqueado la carretera para explicar a la caravana como, el 24 de agosto de 1998, su Mwami (rey tradicional de los Bashi) fue asesinado en la Iglesia, como su mujer, embarazada de gemelos, fue abierta en canal sobre el altar, como fueron masacrados los curas y sus fieles.

En estos campos del Sur de Kivu, las violaciones y los asesinatos continúan y los aldeanos denuncian las operaciones militares en curso: los rebeldes de vengan de nosotros, los militares nos roban, la guerra nos impide cultivar la tierra…”

El domingo, miles de mujeres venidas de América, Europa y toda Africa (a excepción muy significativa de Ruanda) se reúnen en Bukavu. Depositan flores en un modesto memorial creado por las refugiadas de la guerra y, sobre todo, atraviesan el poblado cantando, gritando su solidaridad y reclamando justicia y reparación para sus hermanas congolesas. A Mwenga, la coordinadora local de la Marcha resume el sentimiento general y agradece a las mujeres del mundo entero haber hecho semejante viaje: “durante mucho tiempo, cuando contábamos los horrores que hemos padecido, temíamos que no nos creyeran. Hoy habéis visto y escuchado…”.- 17 de octubre del 2010

2 ¿Hasta cuando retumbaran los gritos de las mujeres de Bukabu?  

¡Lo nunca visto en Bukabu! Quince mil mujeres en la calle, vestidas con telas deslumbrantes, con una sola exigencia “Denuncia las violaciones y di NO”. Mujeres que se manifiestan y corean la consigna que se ha hecho celebre en todo el Congo: “sol, sol, solidaridad con las mujeres de todo el mundo”.

Este domingo hasta la lluvia ha querido ayudar a la capital del Sur de Kivi y el sol da la bienvenida a la Marcha Mundial de las Mujeres, que se despliega como una larga serpiente abigarrada por toda la población. En las aceras, los hombres, petrificados se paran para observar a estas mujeres tan bellas, tan decididas, tantas, que han comenzado a manifestarse después de plantado un árbol de la paz. Han venido de todas partes, latinoamericanas que parecen desfilar sobre la luna y cantan consignas altermundialistas, sudafricanas de puño en alto que repiten una y otra vez “amandla”, el grito de la lucha contra el apartheid, las burundesas, deslumbrantes bajos sus sombrillas blancas, las quebecois, las españolas, que se encuentran con sus hermanas de las organizaciones feministas que llevan apoyando tanto tiempo. Aquí, blancas y negras, al mismo paso, bajo las mismas pancartas, con las mismas esperanzas.

La delegación belga, con el mandato de todas las organizaciones feministas del país y los sindicatos, con el apoyo de Joelle Milquet, es una de las que mas se hacen notar por la radicalidad de sus consignas: “Lo que no hace la Monuco (la Misión de las Naciones Unidas), lo haremos nosotras…”

Bélgica no se ha contentado con mandar una delegación importante. La ministra Joelle Milquet esta representada por su consejero diplomático Charles Delogne y por el ex senador George Dallemagne. Muchas mujeres congolesas, representantes de todas las organizaciones de base del Sur de Kivi, cuentan como las mujeres belgas (entre ellas Tournai) las han ayudado y han traído telas para las pancartas y medios para el viaje: “si estamos aquí, si nos podemos hacer oír, es gracias a la movilización de nuestras hermanas del mundo entero, y en particular de Bélgica…”

Las delegadas de la Marcha Mundial de las Mujeres, que han animado tres días de debates apasionados en el Ateneo de Ibanda y rendido homenaje a las mujeres mártires de Mwenga, son hoy desbordadas en número por las congolesas, que desfilan compactas y que parecen crecer en participación de calle en calle.

Las mujeres congolesas han venido de todos los rincones del país para unirse a sus hermanas que sufren, levantan decididas las pancartas de las empresas públicas en las que trabajan o de sus asociaciones, las banderas de sus provincias de origen.

“Nos hemos pagado el viaje” aseguran orgullosas 40 mujeres llegadas de Kisangani, “la provincia oriental también ha sido victima de la guerra y aun hoy hay grupos de extranjeros que llegan de Sudan o Uganda para atacarnos. Por eso tenemos que unir nuestra voz a las de nuestras hermanas de Kivi…” Las mujeres de Kino y de Katanga nos cuentan como han hecho rifas, recorrido las empresas publicas y privadas, para reunir los fondos necesarios para el viaje “es importante estar aquí, mostrar que el Congo es un país unido y que somos solidarias…”

A lo largo de este día memorable, se olvidan las peleas de la víspera. Al comienzo, empeñadas en su autonomía, las organizadoras de la Marcha habían rechazado el apoyo de los poderes públicos, temiendo que las utilizaran políticamente. Pero el día antes de la manifestación, cuando las delegadas extranjeras comenzaban a concentrarse en Bukavu, las representantes de la Marcha Mundial de las Mujeres en Kinshasa y Kivu han repensado su actitud ante la debilidad de sus recursos y la importancia de la acción y han aceptado la ayuda de la ministra de igualdad y la familia, Marie-Ange Lukiana, que, junto al nuevo gobernador del Sur de Kivu, Marcellin Cishambo, se vuelcan. “Lo que esta en juego es la imagen de nuestro país, el éxito de este encuentro internacional” asegura la Señora Lukiana. En una semana y gracias al poyo de las autoridades, Bukavu se transforma: la calle que lleva al Ateneo de Ibanda es asfaltado, aparecen kioscos protegidos de la lluvia por lonas, la ciudad se cubre de pancartas con las reivindicaciones de las mujeres, la denuncia de la violencia sexual…

Una de las organizadoras congolesas, Janine Mukanirwa, debe reconocerlo finalmente: “sin la participación de los poderes públicos, no hubiéramos tenido este éxito”. El gobernador Cishambo añade. “para reconstruir nuestro país, restaurar la autoridad del estado –el único que puede asegurar una paz duradera- tenemos que colaborar todos. La sociedad civil y los poderes públicos no son opuestos, sino complementarios….”

Contrapoderes, antipoderes, preludio de la campaña electoral, riesgo de cooptación política…el domingo todas estas discusiones parecen estériles ante las mujeres que desfilan codo con codo y que inundan la ciudad con sus reivindicaciones: “fin a la guerra, fin a la violencia”.

¿Cómo no se escuchará este grito de las mujeres de Bukavu en Nueva York o Bruselas? El sentido común de las mujeres no se deja atenazar por las precauciones del lenguaje o las perífrasis diplomáticas. Lo que quieren es que “esos extranjeros (los hutus ruandeses) que han llegado hasta aquí a través de un corredor humanitario organizado por la comunidad internacional y que han sembrado la muerte, sean repatriados, por las buenas o por la fuerza”. Que “los violadores sean castigados, que se impida que continúen, que se les persiga, con independencia de que formen parte de nuestras fuerzas armadas o de los cascos azules”, que “las victimas, a las que no se ha ayudado nunca, puedan por fin esperar una indemnización por los daños sufridos”. El responsable del Buró de Naciones Unidas por los derechos humanos, el belga Luc Hekinbrant, quiere proponer que las victimas que han acudido a la justicia puedan tener acceso a un fondo especial, que pueda adelantarles dinero a cuenta de las eventuales indemnizaciones.

George Dallemagne, también preocupado por hacer efectiva la lucha contra la impunidad, propone otra idea: hacer test de ADN a las mujeres victimas de violaciones (un procedimiento barato que ya se aplica a los solicitantes de visado) para poder identificar, si se da el caso, a sus agresores y poder castigarlos. Durante tres años, Abogados Sin Frontera ha estudiado sin éxito esta propuesta, que ya habia hecho en su momento Karen De Gucht. Pero ahora Dallemagne, médico de profesión, quiere relanzar la idea: “si se implementa, además del castigo, esta prueba tendría un efecto disuasivo…”

Se las ve y se escuchan sus gritos, se anuncian nuevas iniciativas…ya era hora, porque desde las montañas del Sur de Kivu llegan noticias inquietantes a Bukavu: desorientados, furiosos por el arresto de su jefe Callixte Mbarushimana, los rebeldes hutus han intensificado sus ataques y, como nos dice un testigo: “atacan a los civiles con una rabia y una violencia desatada…”

El Norte y el Sur de Kivu siguen siendo un polvorín. La guerra y el miedo reinan en las colinas, pero este domingo, aunque haya sido durante unas pocas horas, millares de mujeres han superado su angustia para celebrar su solidaridad, cambiar el destino y obligarle a ser más clemente.

La ceremonia de cierre, en la Plaza de la Independencia, estuvo a la altura de esta mañana memorable: terminan los discursos oficiales cuando aun se sumaban a la plaza cortejos de mujeres llevando el paso al ritmo de la fanfarria kimbanguista. La ministra Lukiana galvanizaba al gentío. La esposa del presidente prometía presentar a su marido “esa misma noche” el manifiesto de la Marcha Mundial. En la concentración, las fans de Oliva, la primera dama –cuyo carisma no tiene discusión- gritaban de alegría. También oímos cantar al gobernador Cishambo con buena voz un himno religioso, un canto en lingala, mientras ejercía de maestro de ceremonias improvisado, y pedía que todos entonaran a capella y con el corazón en un puño el bello himno nacional “En pie, congoleses…”

Las congolesas han demostrado, sin duda, que hace tiempo que se han puesto en pie y que están en camino, que nunca han dejado de luchar por sus derechos y su dignidad. Y en Bukavu han descubierto que no están solas en esa lucha…- 18 de octubre del 2010.

 

 

Reinterpetrar para debilitar: Las oposiciones al cambio en Ecuador

Artículo de Magdalena León, integrante de la Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía –REMTE-. Este texto está publicado en la Agencia Latinoamericana de Información, ALAI.

Avanza una nueva semana en Ecuador, tras los acontecimientos golpistas del jueves 30 de septiembre. Aún no se había juntado toda la información de lo ocurrido, pero abundaban ya las interpretaciones y reinterpretaciones, en unos casos rayando en la banalización de hechos que son de gran complejidad política y también de alta sensibilidad humana, dado el saldo de varias personas muertas y decenas de heridas.

De hecho, se despliega una verdadera disputa por la reinterpretación, que es en lo inmediato una disputa frente al resultado político que confirmó el apoyo al proyecto de Revolución Ciudadana y al Presidente Correa. Las reinterpretaciones vienen de diferentes entornos, pero buscan bajarle el perfil a ese resultado con el común enfoque de poner en duda si hubo o no intento de golpe, si hubo o no secuestro y, sobretodo, de atribuir la responsabilidad y hasta la culpa al Presidente y al gobierno.

En unos casos, de a cara este episodio se reitera en un ‘método’ que ha sido aplicado de modo sistemático para criticar al gobierno: poner la mira en la figura de Correa. Así, un proceso que por obvias razones está en latente disputa, cruzado por múltiples actores, intereses y relaciones, termina siendo visto y explicado por lo que Correa dice y hace, por sus posturas y por su temperamento.

Semejante simplificación ha dado pie a un ‘anticorreismo’ que, si bien minoritario, muestra variados matices: desde el visceral hasta el pensado / calculado, pasando por el de la rivalidad de egos –por supuesto masculinos- Pero sin duda la centralidad de los ataques a Correa conjuga elementos de ideología, método de análisis, animadversiones personales y el hecho objetivo de que su liderazgo o popularidad ha sido una de las condiciones imprescindibles para abrir un espacio de cambio. De ahí que, desde varios frentes, se apunta a un debilitamiento de su imagen.

Entre los planes opositores previos figura el inicio de un proceso de revocatoria del mandato, cuyos impulsores han declarado que no buscan la revocatoria en sí, imposible dado el apoyo popular a Correa, sino su debilitamiento para hacer inviable el proyecto de Revolución Ciudadana, el avance en la implementación de la Constitución; en su lugar, reclaman los mecanismos ‘democráticos’ de mesas de negociación, con participación ‘pluralista’, en una versión que al fin encarna en los hombres de siempre de los grupos de siempre.

Es decir, antes y después del 30 de septiembre el propósito de los diferentes fragmentos de oposición ha sido debilitar el proyecto de cambio, y su principal herramienta la crítica y descalificación a la figura presidencial.

En esta oportunidad, las voces y lecturas coincidentes desde la derecha y desde otros costados opositores, cuestionan la presencia de Rafael Correa en el cuartel sublevado tildándola de prepotente, autoritaria, provocadora, temeraria y hasta machista. Se dice que el asunto debió ser encarado y resuelto a través de los ministerios respectivos dado que, se insiste, se trataba de una protesta por razones salariales.

Se distorsiona así lo que fue ante todo un gesto de responsabilidad frente una situación de enorme riesgo para el país: con el sólo hecho de no salir a las calles a cumplir sus tareas relativas a la seguridad, la policía creó un clima de caos de impredecibles consecuencias. Si a esto se suma la toma de la Asamblea Nacional y el cierre de aeropuertos, ocurridas al mismo tiempo, la situación era ya lo suficientemente crítica como para que el Presidente se ponga al frente. No rehuir las situaciones críticas ha sido una constante en este período al frente del gobierno, ésta, tan grave, no podía ser precisamente la excepción.

La acción policial ciertamente se inscribe en un conflicto que va más allá del episodio de ese día, pues atañe a las dificultades de reestructuración y renovación de una entidad que fue moldeada en los patrones de la represión, el abuso, el clientelismo y la impunidad. Las inercias que se observan requerirán respuestas de fondo, creativas y transformadoras.

Pero en los afanes debilitadores, el profundo sentido anti cambio del hecho policial termina siendo legitimado a nombre de un ‘justo reclamo’ de derechos no bien manejado por el gobierno, y pasa a segundo plano o se ignora lo que debería concitar una reacción urgente de todas/os: los alcances de la violencia desplegada por los armados contra las autoridades y contra la sociedad. La movilización popular fue atacada con disparos, gases, golpes, insultos. Con rostros cubiertos o descubiertos, los policías sublevados gritaban consignas contra Venezuela y Cuba, agredían física y verbalmente a varias/os asambleístas ‘acusándolos´ de lesbianas, gays, comunistas. En el ámbito opositor al cambio, desde las expresiones más educadas hasta las más grotescas coinciden en rechazar lo que consideran la amenaza del ‘comunismo’, del ‘chavismo’, del ‘autoritarismo’.

Las reacciones y disputas de estos días confirman la necesidad de una transición, de un ‘ajuste de foco’ de diferentes sectores a lo que significa una coyuntura de transformación, en la cual se redefinen ámbitos y roles de movimientos y gobierno, se mezclan sus aguas. Esto supone construir conjuntamente una agenda de cambio como proceso -el maximalismo y el inmediatismo juegan en sentido contrario-, asumiendo que en ese camino abierto se conjugan la transformación del Estado y su institucionalidad y la transformación de la sociedad y sus expresiones organizativas.

El gobierno transgénico> Miguel Jara (Insurgente.org)

Artículo publicado en Insurgente.org

Como comentábamos en la anterior información, España es el único país de la UE que cultiva maíz transgénico a gran escala. Otros países como Austria, Alemania, Bulgaria, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia o Polonia prohiben su cultivo basándose en evidencias científicas sobre sus impactos ambientales, la imposibilidad de evitar la contaminación genética de otros cultivos y sus posibles daños a la salud.

El Gobierno hace recaer la responsabilidad de sus decisiones en la Comisión Nacional de Bioseguridad, un cuerpo supuestamente científico en el que, según Amigos de la Tierra, sólo hay siete representantes científicos de un total de 46 miembros. Muchos de ellos han manifestado en público ser defensores de los transgénicos, con relaciones cercanas a esta industria, a sus fundaciones y lobbies. Entre los representantes de la Administración dentro de la Comisión, también hay algunos que mantienen una relación estrecha con la industria.

El apoyo del Ministerio a las compañías de transgénicos genera numerosas protestas desde las organizaciones de la sociedad civil. Y cuando estas opiniones molestan en los organismos de participación, el Ministerio hace lo posible por ponerles fin. Es el caso del Grupo de Trabajo sobre Transgénicos del Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA), donde están representadas las cinco asociaciones ecologistas estatales, sindicatos, asociaciones agrarias y tan sólo dos representantes empresariales. Tras una reunión donde el Gobierno decidió invitar a todas las asociaciones empresariales que ejercen de lobby a favor de los transgénicos, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino ha creado otro organismo de participación, donde se rebaja la presencia de las organizaciones ecologistas y se incrementa la de la industria.

Otro claro ejemplo de la vinculación y total apoyo del Gobierno a la industria es el regreso al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino de uno de los principales responsables de la introducción de los transgénicos en España bajo la administración del PP. Martín Fernández de Gorostiza, en aquel momento Director de la Oficina Española de Variedades Vegetales, fue denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente por una coalición de organizaciones sociales (entre ellas Amigos de la Tierra y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG-) por compatibilizar cargos en el Ministerio de Agricultura con la coordinación del Observatorio de Biotecnología del Foro Agrario, una organización de promoción de los transgénicos ligada a la Fundación Antama, que ejerce de lobby y relaciones públicas de las multinacionales de los transgénicos, como Monsanto y Syngenta. Esta denuncia le forzó a abandonar el Ministerio. Pero la ex-ministra Elena Espinosa, según Amigos de la Tierra, le ha recuperado para trabajar en temas de agricultura ecológica.

Más artículos del autor

Más info: En el libro Conspiraciones tóxicas. Cómo atentan contra nuestra salud y el medio ambiente los grupos empresariales.

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