Fundamentos para una economía ecológica

En las últimas décadas, el consumo de recursos naturales ha crecido hasta el punto de convertirse en una seria amenaza para el funcionamiento del sistema socioeconómico, debido tanto a los problemas ambientales que genera como al propio agotamiento de los recursos. La crisis económico-financiera y los conflictos sociales actuales (guerras, hambrunas, etc.) no son más que un reflejo de una situación de deterioro ecológico que ha situado a la civilización al borde de un colapso sin precedentes en la historia.

En este sentido, la expansión del capitalismo y de las fuerzas productivas a partir de la revolución industrial ha sido posible gracias a una energía abundante y barata. Su agotamiento supone volver a una cruda realidad termodinámica: el ser humano tendrá que ser capaz de organizarse en torno al flujo de energía que proporcionan las fuentes renovables. La crisis, no obstante, es una extraordinaria oportunidad de cambio, porque lo imposible en tiempos ordinarios se torna factible en tiempos extraordinarios como los que vivimos.

De esta manera, reconducir la insostenibilidad de la civilización occidental supone situar el modelo socioeconómico imperante, basado en crecimiento económico ilimitado y en el consumo compulsivo, en la raíz del problema. El ritmo de consumo de recursos naturales ha sido inédito en la historia: en la segunda mitad del siglo XX hemos consumido más recursos que todas las generaciones anteriores juntas. La nuestra es la primera civilización donde el ser humano se considera fuera, a la vez que dueño, de la naturaleza. La sociedad actual identifica progreso con el dominio de la naturaleza gracias a la tecnología. Competencia es igual a eficiencia y bienestar a consumo. Sin embargo, la crisis ambiental global en que ha desembocado esta cosmovisión desenmascara la falsedad de estas premisas y nos obliga a reconsiderar la relación entre la naturaleza y el ser humano: hay que ecologizar la economía en lugar de economizar la naturaleza. Sólo de esta forma será posible lograr un mayor equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, entre la economía y la ecología, entre el bienestar y el medio ambiente.

Es necesario por tanto respetar los límites que imponen los sistemas naturales, tanto en la disponibilidad de recursos como en la capacidad de asimilación de residuos de los sumideros. Bajo este nuevo paradigma, las condiciones que determinan la perdurabilidad del sistema natural adquieren una importancia substancial, dado que al margen de ellas no existe posibilidad de edificar ningún modelo social ni económico. En otras palabras, el futuro habrá de ser sostenible porque de no ser sostenible no habrá un futuro. La sostenibilidad se convierte, así, en condición necesaria para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.

Por lo tanto, el nuevo modelo de sociedad deberá asumir la sostenibilidad ecológica como premisa de actuación. Ésta requiere del cumplimiento de los principios bióticos y abióticos mediante el desarrollo de una economía cíclica, en la que los materiales se obtengan de los grandes depósitos -aire, suelo y agua- y vuelvan a depositarse en ellos; y todo el proceso se mueva por energía solar. De esta manera, el desarrollo humano sostenible requiere:

  1. Planificar, para proteger el medio ambiente y gestionar de forma sostenible los recursos.
  2. Potenciar un desarrollo autocentrado a partir de los recursos naturales y energéticos propios. Esto garantiza otros objetivos: soberanía alimentaria, promoción de lo local, descentralización, autosuficiencia y menor vulnerabilidad.
  3. Fomentar dentro de los sistemas socioeconómicos la diversidad, evolución, autoorganización, autosuficiencia, descentralización y cooperación. Este objetivo requiere garantizar la participación social en la toma de decisiones.
  4. Cerrar el ciclo de los materiales, de tal forma que las emisiones de residuos sean recicladas por los ecosistemas naturales (dicho de otro modo, estado estacionario en términos biofísicos).
  5. Utilizar los recursos renovables como la pesca, la caza o la agricultura sin disminuir la capacidad de los sistemas ecológicos de ofrecer esos recursos en el futuro.
  6. Utilizar los recursos no renovables teniendo en cuenta su necesidad en el futuro y la disponibilidad de recursos alternativos.
  7. Utilizar los recursos existentes bajo criterios de eficiencia (disminución del consumo de recursos por unidad de producto) y suficiencia (disminución del consumo total de recursos).
  8. Una visión transdisciplinar de los problemas, que integre factores ecológicos, sociales, económicos, políticos y culturales.

Finalmente, los sistemas socioeconómicos deben estar regidos por dos grandes principios: el principio de precaución y el principio de regencia ambiental. El principio de precaución es un concepto que respalda la adopción de medidas protectoras cuando no existe certeza científica de las consecuencias socioambientales de una acción determinada. Según el principio de regencia ambiental, la propiedad privada de la tierra debe sustituirse por el usufructo, es decir, cada generación es usufructuaria de los bienes y servicios de la naturaleza.

De esta manera, el nuevo modelo socioeconómico, pero también el político, debe adecuarse a estos principios como bases fundamentales, transformando los parámetros actuales, generadores del deterioro ambiental.

Porque este deterioro ambiental no sólo tiene carácter antropogénico sino que, además, es un problema sistémico. La competencia, la búsqueda de beneficios a corto plazo, la propiedad privada, la mercantilización de la fuerza de trabajo, la globalización, etc., características funcionales de la economía de mercado, contribuyen decisivamente a la destrucción de la naturaleza, la desigualdad y, en definitiva, a la desintegración social. El camino hacia la sostenibilidad requiere, por tanto, la transición del modelo actual hacia un nuevo modelo basado en los principios anteriormente citados, en donde los objetivos de equidad, justicia y bienestar se logren con un consumo de recursos naturales acorde con los límites de la Naturaleza. Sólo así, el sistema económico dejará de ser parte del problema en lugar de formar parte de la solución. El medio natural está íntimamente relacionado con el medio social, de forma que los procesos de degradación de uno afectan al otro y viceversa. Revertir esta tendencia supone entender que el ser humano es parte de la naturaleza en lugar de su propietario;y que, por tanto, la economía humana no puede ser sino un subsistema del sistema natural.

A partir de este marco general, se establecen tres ejes prioritarios de actuación: biomímesis, decrecimiento y  equidad.

Ecología

Desde la mesa de ecología se propone un modelo socioeconómico que se adapte a los principios y formas de funcionamiento de los sistemas naturales, y no al revés, tal y como el sistema capitalista, desde sus parámetros cortoplacistas, individualistas y de acumulación, hace en la práctica; por otro lado, apunta al concepto de decrecimiento como una nueva fórmula alternativa al productivismo, sea este capitalista o no. Como ya hemos indicado, no han un debate cerrado en torno a este último punto.

Más subcontratación en Gipuzkoa

«El Gobierno foral no puede dejar a dos colectivos especialmente vulnerables, como menores y ancianos, en manos de empresas privadas»

Alternatiba denuncia que la Diputación de Gipuzkoa siga subcontratando servicios asistenciales tras haberse detectado «irregularidades en el seguimiento a menores de edad»

DONOSTIA, 18 DE MAYO DE 2010 – El grupo de Alternatiba en las Juntas Generales de Gipuzkoa ha exigido hoy a la Diputación «que asuma de una vez sus responsabilidades y deje de subcontratar servicios asistenciales», sobre todo en centros de atención a personas mayores o a menores de edad, «dos colectivos especialmente vulnerables que están siendo paganos de las irregularidades provocadas por la nefasta política social del Gobierno foral».

El juntero de Alternatiba Ander Rodríguez ha denunciado que el Departamento de Política Social «no está haciendo frente a los graves problemas laborales y asistenciales que está originando la subcontratación de servicios». A su juicio, «el Gobierno foral no puede dejar a dos colectivos especialmente vulnerables, como menores y ancianos, en manos de empresas privadas, que anteponen sus intereses económicos a los criterios sociales». Así lo demuestran los casos de la residencia de Aldakonea o del centro de acogida situado en el paseo de Francia y gestionado por Nuevo Futuro, ambos en situación de huelga indefinida y con graves carencias en el servicio.

Respecto a este último recurso, un informe firmado por la propia diputada de Política Social, Maite Etxaniz, constata que en el mes de marzo se informó a la Diputación de la existencia de «algunas irregularidades en el seguimiento de algunas de las personas menores de edad atendidas en el centro». Asimismo, se detectaron «constantes actitudes defensivas por parte de algunos integrantes del equipo respecto al seguimiento y las directrices marcadas desde Diputación para el trabajo educativo y la documentación a enviar a la misma, así como fuertes resistencias para adecuarse a los procedimientos de trabajo que requiere la institución».

Sin embargo, en el mismo escrito, la Diputación señala que «no se han detectado deficiencias» y que no le corresponde tratar de solucionar el conflicto laboral existente en este centro, ya que considera que su responsabilidad se limita únicamente y exclusivamente a inspeccionar el servicio con una periodicidad mínima semanal.

«¿Es ésa una manera adecuada de responsabilizarse de un centro de acogida para la infancia y adolescencia en situación de desprotección social?», se ha preguntado Ander Rodríguez. «A juicio de Alternatiba, desde luego, no lo es. La subcontratación sólo conduce a la merma de la calidad de los servicios y de las condiciones laborales de los y las trabajadoras. Es una vergüenza que el Gobierno foral siga llevando a cabo este tipo de prácticas en la gestión de los servicios asistenciales», ha concluido el juntero.

http://alternatiba.net/old-files/Respuesta Nuevo Futuro.pdf

Cuestión Nacional

Alternatiba apuesta por la construcción de una izquierda nacional vasca inclusiva, internacionalista, soberanista y radicalmente democrática, con la determinación de continuar la labor iniciada por algunas otras experiencias pasadas –aunque bajo un nuevo paradigma-, y rompiendo con el falso debate sobre la imposibilidad de casar la construcción nacional con la construcción social

De esta manera, afirmamos que se puede ser internacionalista vasco defendiendo la vertebración de nuestra sociedad o país, y apostando por la unidad de los y las trabajadoras en la acción y para la acción. En cambio, no nos comprometemos en un concepto de unidad nacional de carácter orgánico, que defienden aquellos que niegan la relación y unidad entre la construcción nacional y la construcción social. No se construye Euskal Herria bajo los parámetros actuales, obviando los diferentes sistemas de dominación y exclusión vigentes; al contrario, sólo una propuesta integradora de luchas y sujetos de transformación, bajo mínimos comunes denominadores, podrá avanzar en este sentido.

Así, y partiendo de estas premisas iniciales, hemos articulado siete ejes estratégicos que concretan iniciativas específicas, que pueden dar cuerpo a la izquierda que queremos construir en Euskal Herria desde el punto de vista del debate nacional: identidad nacional y el papel de la izquierda, posicionamiento en el debate sobre la construcción nacional, identidad y ciudadanía, Euskal Herria como nación cultural y comunidad linguística, derecho de autodeterminiación, soberanismo político, territorialidad y construcción nacional distorsionada por la violencia de ETA y el Estado. 

Construcción nacional distorsionada por la violencia de ETA y el estado

  • Exigimos a ETA su desaparición por motivos de carácter ético, democrático y político.
  • Apostamos por la importancia de los métodos democráticos de acción política, legitima la causa y la engrandece mientras que el uso de la violencia para la consecución de fines corre el riesgo de pervertir los propios fines.
  • Creemos en los métodos de desobediencia civil para hacer frente a la represión y recorte de libertades que viene practicando el estado español con sus sucesivos gobiernos.
  • Debemos ser contundentes, al igual que lo somos con ETA, en denunciar todo el engranaje de leyes de excepción creadas so pretexto de la actividad violenta de ETA: legislación antiterrorista, ley de partidos, rebaja de la edad penal, acumulación de condenas, etc.
  • Nuestro compromiso con las soluciones dialogadas, apostamos por una paz justa, solo una paz justa es una paz duradera.
  • Los gestos son importantes para obligar a la otra parte a sentarse a negociar, y sin duda tan efectivo como el cese de la violencia de ETA, lo sería el acercamiento de presos.
  • Irlanda nos ha enseñado recientemente donde pueden estar las claves de una negociación. En cualquier caso el proceso ha de ser un proceso que haga de la ciudadanía el eje principal del acuerdo. No se puede fraguar una negociación de espaldas al mismo, que o bien se frustra por la incomprensión de un fracaso del que no ha sido informado en ningún momento, o bien no lo valida porque las partes se han arrogado mas representatividad de la que la sociedad vasca está dispuesta a otorgarles.

Territorialidad

  • Reivindicamos la unificación política de los territorios que componen Euskal Herria, pero lo hacemos desde la asunción de la realidad actual.
  • Aspiramos pues a una unidad basada en la voluntariedad de las partes, y respetuosa con los marcos en los que actualmente cohabitan.
  • Reivindicamos un procedimiento democrático basado en la consulta ciudadana en cada uno de los territorios vascos por separado y sin injerencia de unos sobre otros –así como apostamos por las consultas y los referéndum para la mayoría de los temas estratégicos, que deberían ser regulados por ley, tal y como defendemos en la mesa de democracia radical-.
  • La organización que estamos construyendo ha de aspirar a tener representación en el conjunto del país, siendo conscientes de las dificultades existentes y aceptando formas de organización flexibles que no lleven al conjunto a un dominio del debate CAV sobre el resto.

La unidad territorial que defendemos solo puede hacerse desde la voluntad de las partes y atendiendo a sus propios ritmos.

Reivindicación del soberanismo político

  • Apostamos porque la organización que estamos construyendo sea de carácter soberanista. Esto es, el autogobierno, hasta donde queramos y sin injerencias externas. O lo que es lo mismo, tener competencia para decidir sobre todas las competencias.
  • Reivindicamos la capacidad para tener un poder político propio, controlado en todo momento por la ciudadanía.
  • Atendiendo al momento histórico que vivimos y desde el respeto a la soberanía nacional que defendemos, ha de ser la ciudadanía  vasca la que de forma democrática decida cuál es la forma de relación más optima con los pueblos y naciones que la circundan, aunque no podemos obviar los lazos y vínculos existentes con dichos pueblos.
  • Nuestra apuesta por el soberanismo pretende superar las defensas del derecho de autodeterminación vinculadas a determinada opción que estamos acostumbrados a escuchar, entendiendo que la decisión a tomar ha de ser aquella que mejor convenga objetivamente a la clase a la que defendemos y sin renuncia a futuro de nuestra soberanía en el ejercicio de nuestra capacidad de decidir.
  • La organización que queremos en función de la premisa expuesta en el punto anterior puede y debe ser un punto de encuentro de todas aquellas personas y colectivos de izquierda que antepongan el ejercicio democrático de su soberanía a su legitimo deseo de vertebración política e institucional.

Dicho de otro modo, nuestra aspiración es conformar un lugar en el que quepan federalistas, confederalistas, independentistas e incluso autonomistas, si lo desean, depositando en el pueblo el control, dominio y tiempos de su soberanía, que nosotros y nostras defendemos y reivindicamos.

Derecho de autodeterminación

  • Nos declaramos abiertamente autodeterministas, y por tanto nos mostramos favorables a que este pueblo, sociedad o nación pueda decidir libre y democráticamente lo que quiere ser y como quiera relacionarse con otros pueblos y naciones.
  • Desde una concepción ciudadana de la nación, nos afirmamos como tal, y queremos poder gobernarnos, siendo nosotros y nosotras mismas las que decidamos en un momento u otro hasta donde queremos que alcance nuestro autogobierno.
  • Denunciar el papel que juega la constitución española a la hora de impedir y limitar nuestro propio desarrollo. Por tanto si no quieren reformarla para hacerla más abierta y democrática, nuestra posición hacia la misma no puede ser otra que la de rechazo.
  • Los estatutos de autonomía o de amejoramiento del fuero, no son ni pueden ser en ningún caso la línea de llegada o límite en el desarrollo de nuestro país, ya que reconocen un cierto grado de autogobierno, pero cercenan la posibilidad de ir más allá depositando la soberanía política en las instituciones del estado. Por tanto, no creemos que la nueva organización deba caer en un neoestatutismo, sino que debe apostar por un pacto de igual a igual con el estado español que reconozca nuestra capacidad para decidir en todo momento.
  • Debemos situarnos enfrente y rebatirles dialécticamente a aquellas organizaciones y personas que desde supuestas filiaciones en el campo de la izquierda nieguen el derecho de autodeterminación. Porque un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser un pueblo libre.

Nuestra apuesta firme e inequívoca con la autodeterminación, sin vincular nuestro apoyo al mismo derecho en función de un marco deseado u otro, es una apuesta basada en nuestro compromiso con este pueblo, y absolutamente democrático, muy alejado por tanto de visiones nacionalistas

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