La impunidad empresarial salpica también a los Talleres Jaulice y Pigran Ugao

BILBO, 4 DE NOVIEMBRE DE 2010 – El grupo de Alternatiba en las Juntas Generales de Bizkaia ha exigido hoy a la Diputación foral que se implique de inmediato en la búsqueda de una salida digna a la situación de especial dificultad y abandono a la que están siendo sometidos los cincuenta trabajadores de las empresas Pigram-Ugao y Talleres Jaulice, en Ugao Miraballes. 

El portavoz de la formación de izquierdas, Jonathan Martinez, ha expresado su solidaridad con los empleados de Talleres Jaulice (calderería) y Pigran Ugao (pintura industrial), que llevan ocho meses sin cobrar y han perdido sus puestos debido a la quiebra de ambas empresas. «En Ugao hay 50 familias que están sufriendo la impunidad empresarial y la barra libre para la patronal. Cada día son más los empresarios sin escrúpulos que pisotean los derechos de los trabajadores escudándose en la crisis y agarrándose a la nueva legalidad, que les garantiza una impunidad vergonzosa”, ha denunciado Martínez.

Por ello, el juntero de Alternatiba ha exigido a la Diputación y al Gobierno Vasco «que se mojen y se impliquen, porque no pueden dejar tirada a tanta gente también desde las Administraciones. No pueden seguir escondiendo la cabeza como avestruces y hablar con una mano de creación de empleo mientras con la otra secuestran derechos laborales”. El portavoz de la formación de izquierdas ha apelado a PSE y PNV y ha recordado que «quienes sustentan el Gobierno Vasco y la Diputación son, precisamente, quienes han tramado una reforma laboral que deja el despido a precio de saldo. Ante esto, los empresarios están respondiendo con más despidos, más deslocalizaciones y más cierres encubiertos».

La Marcha Mundial de las Mujeres en el Sur de Kivu> Colette Brackman (Sin Permiso)

Colette Braeckman es periodista del periódico belga Le Soir. Ha acompañado a la Marcha Mundial de las Mujeres a Kivu. Sus crónicas pueden leerse en su página web http://blogs.lesoir.be/colette-braeckman/

Este artículo, traducido por Gustavo Buster, se ha publicado en la Revista  Sin Permiso.

Imagen: Revista Sin permiso

La Marcha Mundial de las Mujeres acaba de realizar este mes de octubre una experiencia singular de diplomacia popular y de solidaridad internacional. Miles de mujeres han viajado hasta la provincia del Sur de Kivu, en el oriente de la República Democrática del Congo, para decir basta a las violaciones masivas, a la guerra alimentada por el expolio mercenario de sus riquezas minerales y a las intervenciones militares de todos los ejércitos y milicias de la región. Pocos días antes se había hecho público el informe de la Comisión de Investigación de Naciones Unidas sobre los crímenes cometidos en la región como continuación del genocidio ruandés y la llegada de milicias y refugiados hutus, perseguidos por el ejército de mayoría tutsi.

La movilización de las mujeres altermundialistas de la Marcha ha servido de catalizador para que las mujeres de la región y todo el Congo hayan adquirido de nuevo el protagonismo de su lucha contra la violencia de género sistemática que padecen. Reproducimos aquí dos crónicas de la conocida periodista belga Colette Braeckman, que ha acompañado a la Marcha Mundial de las Mujeres en el Sur de Kivu. 

1 Homenaje a las mujeres mártires de Kivu

A lo largo de la carretera de Bukavu a Mwenga, un territorio en el corazón del Sur de Kivi, las concentraciones de aldeanos no recuerdan haber visto antes una caravana de coches semejante, con tal número de extranjeros juntos. Y sobre todo, en este territorio minero que es una especie de Far West tropical, más frecuentado por los soldados y los aventureros que por los altermundialistas, nadie recuerda haber oído jamás hablar de solidaridad, de justicia, de reparación…

Aquí, a cuatro horas de Bukavu por pista de tierra, las participantes de la Marcha Mundial de Mujeres han venido a hacer un minuto de silencio en este santuario del martirologio congolés, ante un futuro monumento cuya primera piedra han depositado, en homenaje a las trece mujeres y dos hombres que fueron enterrados aquí en octubre de 1999 tras ser arrojados a la fosa y cubiertos lentamente por los paletadas de tierra.

En la muchedumbre que se apelotan bajo la lluvia para ver a todos estos blancos, todos esos funcionarios, entre ellos la Ministra de Igualdad y la Infancia, que colocan la primera piedra de una futura casa de mujeres, se encuentra Machozi Asoni, de 60 años. Erguida, llena de arrugas, la mirada penetrante y la memoria intacta. Se acuerda de todo, porque estaba allí cuando los militares, a comienzos de octubre de 1999, invadieron el barrio: “buscaban brujas, a mujeres que fabricaban el gris gris para los Mai Mai” (los gris gris son unos amuletos que se cree hacen invulnerables a los combatientes angoleños, a los chicos de las aldeas que se oponen a la presencia de las fuerzas ruandesas). “La víspera, una joven que vivía con el jefe de los soldados había enfermado y había acusado a las mujeres de haberla maldito con un conjuro…”.

Machozi cuenta como siete mujeres, sus vecinas, fueron detenidas como escarmiento para las demás: “los militares rebeldes de la época, el RCD Goma (Unión Congolesa para la democracia, a las ordenes de Ruanda) las fueron a buscar, las golpearon y las arrojaron a una celda. Poco después capturaron a seis mujeres más y a dos hombres, igualmente sospechosos”.

La prisión sigue allí, con sus muros desteñidos por la lluvia y manchados de ese lodo rojo al que se pegan las semillas. Debajo de la escalera se ve una especie de fosa llena de agua: “Es ahí”, dice Machozi, “donde arrojaron a las mujeres, es ahí donde las tuvieron en cuclillas varios días. Oíamos sus gritos y lamentos, porque las habían golpeado en la cabeza con palos y las habían herido con las bayonetas. Antes de echarlas al agua, habían arrojado sal y los militares habían cubierto a las mujeres de pili pili y las habían abierto las vaginas con cuñas de madera para meterles dentro pimientos picantes…”

Otras dos mujeres interrumpen, se trata de Angelina Bibiha y Naluwinja Andropine, que también recuerdan: “las mujeres todavía estaban vivas cuando las sacaron de la cárcel. Las empujaron hasta el centro de Mwenga, totalmente desnudas, heridas, aunque todavía caminaban. Habían cavado una gran fosa en el suelo y las obligaron a bajar. Los militares comenzaron a arrojarles encima paletadas de tierra y las fueron enterrando mientras lloraban y gritaban de angustia…” Todos los habitantes de Mwenga asistieron al suplicio, pero las mujeres insisten: “en el gentío nadie se movió, ni un grito de protesta, ni una lagrima, los militares amenazaban con disparar al menor ruido. Decían que nos debía servir de lección, que no debíamos ayudar a los Mai Mai, nuestros hijos que luchaban contra los invasores llegados de Ruanda…”

En el descampado enlodado que debía de servir como pista de aterrizaje para los helicópteros que jamás llegaron por las lluvias torrenciales, una muchedumbre compacta se arremolina detrás de pancartas que reclaman justicia, la partida de los militares, reparación de los daños. En uno de los cartelones, que portan los “huérfanos de Mwenga” hay unos nombres pintados en rojo, los de los asesinos de las mujeres: Kasereka (probablemente un apodo), que era entonces el comandante militar, originario del Norte de Kivu, Ramazani, un soldado de Uvira, y su jefe, Amisi Tango Tour. Los dos primeros, nos dicen, “se esconden en las filas del ejercito congolés”. El tercero, Gabriel Amisi, ha ascendido como premio: hoy es comandante en jefe de las fuerzas de tierra. Todos ellos eran entonces auxiliares de una Ruanda que quería controlar el este del Congo.

Gracias a los acuerdos de paz de 2002, hoy se han integrado en las fuerzas gubernamentales y, en algunos casos, han cambiado de nombre. Por eso en Mwenga desconfían del ejército. “Algunas caras, nos hacen temblar” dicen Machozi y las otras mujeres…

Dando brincos por los baches de la pista de tierra roja durante horas, una pista escurridiza como si fuera de jabón, las delegaciones de la Marcha Mundial de Mujeres, van descubriendo, aldea tras aldea, las planicies abiertas del Congo: colinas desiertas, que hoy todavía ocupan los rebeldes humus que todavía saquean y matan cuando tienen la oportunidad, las aglomeraciones sobre pobladas donde se han refugiado los civiles expulsados de sus campos, toda esa gente que grita, que se abalanza pidiendo que se les ayude. Las mujeres tienen que hacer frente a una multitud de crímenes impunes: en Kasika, los aldeanos han bloqueado la carretera para explicar a la caravana como, el 24 de agosto de 1998, su Mwami (rey tradicional de los Bashi) fue asesinado en la Iglesia, como su mujer, embarazada de gemelos, fue abierta en canal sobre el altar, como fueron masacrados los curas y sus fieles.

En estos campos del Sur de Kivu, las violaciones y los asesinatos continúan y los aldeanos denuncian las operaciones militares en curso: los rebeldes de vengan de nosotros, los militares nos roban, la guerra nos impide cultivar la tierra…”

El domingo, miles de mujeres venidas de América, Europa y toda Africa (a excepción muy significativa de Ruanda) se reúnen en Bukavu. Depositan flores en un modesto memorial creado por las refugiadas de la guerra y, sobre todo, atraviesan el poblado cantando, gritando su solidaridad y reclamando justicia y reparación para sus hermanas congolesas. A Mwenga, la coordinadora local de la Marcha resume el sentimiento general y agradece a las mujeres del mundo entero haber hecho semejante viaje: “durante mucho tiempo, cuando contábamos los horrores que hemos padecido, temíamos que no nos creyeran. Hoy habéis visto y escuchado…”.- 17 de octubre del 2010

2 ¿Hasta cuando retumbaran los gritos de las mujeres de Bukabu?  

¡Lo nunca visto en Bukabu! Quince mil mujeres en la calle, vestidas con telas deslumbrantes, con una sola exigencia “Denuncia las violaciones y di NO”. Mujeres que se manifiestan y corean la consigna que se ha hecho celebre en todo el Congo: “sol, sol, solidaridad con las mujeres de todo el mundo”.

Este domingo hasta la lluvia ha querido ayudar a la capital del Sur de Kivi y el sol da la bienvenida a la Marcha Mundial de las Mujeres, que se despliega como una larga serpiente abigarrada por toda la población. En las aceras, los hombres, petrificados se paran para observar a estas mujeres tan bellas, tan decididas, tantas, que han comenzado a manifestarse después de plantado un árbol de la paz. Han venido de todas partes, latinoamericanas que parecen desfilar sobre la luna y cantan consignas altermundialistas, sudafricanas de puño en alto que repiten una y otra vez “amandla”, el grito de la lucha contra el apartheid, las burundesas, deslumbrantes bajos sus sombrillas blancas, las quebecois, las españolas, que se encuentran con sus hermanas de las organizaciones feministas que llevan apoyando tanto tiempo. Aquí, blancas y negras, al mismo paso, bajo las mismas pancartas, con las mismas esperanzas.

La delegación belga, con el mandato de todas las organizaciones feministas del país y los sindicatos, con el apoyo de Joelle Milquet, es una de las que mas se hacen notar por la radicalidad de sus consignas: “Lo que no hace la Monuco (la Misión de las Naciones Unidas), lo haremos nosotras…”

Bélgica no se ha contentado con mandar una delegación importante. La ministra Joelle Milquet esta representada por su consejero diplomático Charles Delogne y por el ex senador George Dallemagne. Muchas mujeres congolesas, representantes de todas las organizaciones de base del Sur de Kivi, cuentan como las mujeres belgas (entre ellas Tournai) las han ayudado y han traído telas para las pancartas y medios para el viaje: “si estamos aquí, si nos podemos hacer oír, es gracias a la movilización de nuestras hermanas del mundo entero, y en particular de Bélgica…”

Las delegadas de la Marcha Mundial de las Mujeres, que han animado tres días de debates apasionados en el Ateneo de Ibanda y rendido homenaje a las mujeres mártires de Mwenga, son hoy desbordadas en número por las congolesas, que desfilan compactas y que parecen crecer en participación de calle en calle.

Las mujeres congolesas han venido de todos los rincones del país para unirse a sus hermanas que sufren, levantan decididas las pancartas de las empresas públicas en las que trabajan o de sus asociaciones, las banderas de sus provincias de origen.

“Nos hemos pagado el viaje” aseguran orgullosas 40 mujeres llegadas de Kisangani, “la provincia oriental también ha sido victima de la guerra y aun hoy hay grupos de extranjeros que llegan de Sudan o Uganda para atacarnos. Por eso tenemos que unir nuestra voz a las de nuestras hermanas de Kivi…” Las mujeres de Kino y de Katanga nos cuentan como han hecho rifas, recorrido las empresas publicas y privadas, para reunir los fondos necesarios para el viaje “es importante estar aquí, mostrar que el Congo es un país unido y que somos solidarias…”

A lo largo de este día memorable, se olvidan las peleas de la víspera. Al comienzo, empeñadas en su autonomía, las organizadoras de la Marcha habían rechazado el apoyo de los poderes públicos, temiendo que las utilizaran políticamente. Pero el día antes de la manifestación, cuando las delegadas extranjeras comenzaban a concentrarse en Bukavu, las representantes de la Marcha Mundial de las Mujeres en Kinshasa y Kivu han repensado su actitud ante la debilidad de sus recursos y la importancia de la acción y han aceptado la ayuda de la ministra de igualdad y la familia, Marie-Ange Lukiana, que, junto al nuevo gobernador del Sur de Kivu, Marcellin Cishambo, se vuelcan. “Lo que esta en juego es la imagen de nuestro país, el éxito de este encuentro internacional” asegura la Señora Lukiana. En una semana y gracias al poyo de las autoridades, Bukavu se transforma: la calle que lleva al Ateneo de Ibanda es asfaltado, aparecen kioscos protegidos de la lluvia por lonas, la ciudad se cubre de pancartas con las reivindicaciones de las mujeres, la denuncia de la violencia sexual…

Una de las organizadoras congolesas, Janine Mukanirwa, debe reconocerlo finalmente: “sin la participación de los poderes públicos, no hubiéramos tenido este éxito”. El gobernador Cishambo añade. “para reconstruir nuestro país, restaurar la autoridad del estado –el único que puede asegurar una paz duradera- tenemos que colaborar todos. La sociedad civil y los poderes públicos no son opuestos, sino complementarios….”

Contrapoderes, antipoderes, preludio de la campaña electoral, riesgo de cooptación política…el domingo todas estas discusiones parecen estériles ante las mujeres que desfilan codo con codo y que inundan la ciudad con sus reivindicaciones: “fin a la guerra, fin a la violencia”.

¿Cómo no se escuchará este grito de las mujeres de Bukavu en Nueva York o Bruselas? El sentido común de las mujeres no se deja atenazar por las precauciones del lenguaje o las perífrasis diplomáticas. Lo que quieren es que “esos extranjeros (los hutus ruandeses) que han llegado hasta aquí a través de un corredor humanitario organizado por la comunidad internacional y que han sembrado la muerte, sean repatriados, por las buenas o por la fuerza”. Que “los violadores sean castigados, que se impida que continúen, que se les persiga, con independencia de que formen parte de nuestras fuerzas armadas o de los cascos azules”, que “las victimas, a las que no se ha ayudado nunca, puedan por fin esperar una indemnización por los daños sufridos”. El responsable del Buró de Naciones Unidas por los derechos humanos, el belga Luc Hekinbrant, quiere proponer que las victimas que han acudido a la justicia puedan tener acceso a un fondo especial, que pueda adelantarles dinero a cuenta de las eventuales indemnizaciones.

George Dallemagne, también preocupado por hacer efectiva la lucha contra la impunidad, propone otra idea: hacer test de ADN a las mujeres victimas de violaciones (un procedimiento barato que ya se aplica a los solicitantes de visado) para poder identificar, si se da el caso, a sus agresores y poder castigarlos. Durante tres años, Abogados Sin Frontera ha estudiado sin éxito esta propuesta, que ya habia hecho en su momento Karen De Gucht. Pero ahora Dallemagne, médico de profesión, quiere relanzar la idea: “si se implementa, además del castigo, esta prueba tendría un efecto disuasivo…”

Se las ve y se escuchan sus gritos, se anuncian nuevas iniciativas…ya era hora, porque desde las montañas del Sur de Kivu llegan noticias inquietantes a Bukavu: desorientados, furiosos por el arresto de su jefe Callixte Mbarushimana, los rebeldes hutus han intensificado sus ataques y, como nos dice un testigo: “atacan a los civiles con una rabia y una violencia desatada…”

El Norte y el Sur de Kivu siguen siendo un polvorín. La guerra y el miedo reinan en las colinas, pero este domingo, aunque haya sido durante unas pocas horas, millares de mujeres han superado su angustia para celebrar su solidaridad, cambiar el destino y obligarle a ser más clemente.

La ceremonia de cierre, en la Plaza de la Independencia, estuvo a la altura de esta mañana memorable: terminan los discursos oficiales cuando aun se sumaban a la plaza cortejos de mujeres llevando el paso al ritmo de la fanfarria kimbanguista. La ministra Lukiana galvanizaba al gentío. La esposa del presidente prometía presentar a su marido “esa misma noche” el manifiesto de la Marcha Mundial. En la concentración, las fans de Oliva, la primera dama –cuyo carisma no tiene discusión- gritaban de alegría. También oímos cantar al gobernador Cishambo con buena voz un himno religioso, un canto en lingala, mientras ejercía de maestro de ceremonias improvisado, y pedía que todos entonaran a capella y con el corazón en un puño el bello himno nacional “En pie, congoleses…”

Las congolesas han demostrado, sin duda, que hace tiempo que se han puesto en pie y que están en camino, que nunca han dejado de luchar por sus derechos y su dignidad. Y en Bukavu han descubierto que no están solas en esa lucha…- 18 de octubre del 2010.

 

 

Reinterpetrar para debilitar: Las oposiciones al cambio en Ecuador

Artículo de Magdalena León, integrante de la Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía –REMTE-. Este texto está publicado en la Agencia Latinoamericana de Información, ALAI.

Avanza una nueva semana en Ecuador, tras los acontecimientos golpistas del jueves 30 de septiembre. Aún no se había juntado toda la información de lo ocurrido, pero abundaban ya las interpretaciones y reinterpretaciones, en unos casos rayando en la banalización de hechos que son de gran complejidad política y también de alta sensibilidad humana, dado el saldo de varias personas muertas y decenas de heridas.

De hecho, se despliega una verdadera disputa por la reinterpretación, que es en lo inmediato una disputa frente al resultado político que confirmó el apoyo al proyecto de Revolución Ciudadana y al Presidente Correa. Las reinterpretaciones vienen de diferentes entornos, pero buscan bajarle el perfil a ese resultado con el común enfoque de poner en duda si hubo o no intento de golpe, si hubo o no secuestro y, sobretodo, de atribuir la responsabilidad y hasta la culpa al Presidente y al gobierno.

En unos casos, de a cara este episodio se reitera en un ‘método’ que ha sido aplicado de modo sistemático para criticar al gobierno: poner la mira en la figura de Correa. Así, un proceso que por obvias razones está en latente disputa, cruzado por múltiples actores, intereses y relaciones, termina siendo visto y explicado por lo que Correa dice y hace, por sus posturas y por su temperamento.

Semejante simplificación ha dado pie a un ‘anticorreismo’ que, si bien minoritario, muestra variados matices: desde el visceral hasta el pensado / calculado, pasando por el de la rivalidad de egos –por supuesto masculinos- Pero sin duda la centralidad de los ataques a Correa conjuga elementos de ideología, método de análisis, animadversiones personales y el hecho objetivo de que su liderazgo o popularidad ha sido una de las condiciones imprescindibles para abrir un espacio de cambio. De ahí que, desde varios frentes, se apunta a un debilitamiento de su imagen.

Entre los planes opositores previos figura el inicio de un proceso de revocatoria del mandato, cuyos impulsores han declarado que no buscan la revocatoria en sí, imposible dado el apoyo popular a Correa, sino su debilitamiento para hacer inviable el proyecto de Revolución Ciudadana, el avance en la implementación de la Constitución; en su lugar, reclaman los mecanismos ‘democráticos’ de mesas de negociación, con participación ‘pluralista’, en una versión que al fin encarna en los hombres de siempre de los grupos de siempre.

Es decir, antes y después del 30 de septiembre el propósito de los diferentes fragmentos de oposición ha sido debilitar el proyecto de cambio, y su principal herramienta la crítica y descalificación a la figura presidencial.

En esta oportunidad, las voces y lecturas coincidentes desde la derecha y desde otros costados opositores, cuestionan la presencia de Rafael Correa en el cuartel sublevado tildándola de prepotente, autoritaria, provocadora, temeraria y hasta machista. Se dice que el asunto debió ser encarado y resuelto a través de los ministerios respectivos dado que, se insiste, se trataba de una protesta por razones salariales.

Se distorsiona así lo que fue ante todo un gesto de responsabilidad frente una situación de enorme riesgo para el país: con el sólo hecho de no salir a las calles a cumplir sus tareas relativas a la seguridad, la policía creó un clima de caos de impredecibles consecuencias. Si a esto se suma la toma de la Asamblea Nacional y el cierre de aeropuertos, ocurridas al mismo tiempo, la situación era ya lo suficientemente crítica como para que el Presidente se ponga al frente. No rehuir las situaciones críticas ha sido una constante en este período al frente del gobierno, ésta, tan grave, no podía ser precisamente la excepción.

La acción policial ciertamente se inscribe en un conflicto que va más allá del episodio de ese día, pues atañe a las dificultades de reestructuración y renovación de una entidad que fue moldeada en los patrones de la represión, el abuso, el clientelismo y la impunidad. Las inercias que se observan requerirán respuestas de fondo, creativas y transformadoras.

Pero en los afanes debilitadores, el profundo sentido anti cambio del hecho policial termina siendo legitimado a nombre de un ‘justo reclamo’ de derechos no bien manejado por el gobierno, y pasa a segundo plano o se ignora lo que debería concitar una reacción urgente de todas/os: los alcances de la violencia desplegada por los armados contra las autoridades y contra la sociedad. La movilización popular fue atacada con disparos, gases, golpes, insultos. Con rostros cubiertos o descubiertos, los policías sublevados gritaban consignas contra Venezuela y Cuba, agredían física y verbalmente a varias/os asambleístas ‘acusándolos´ de lesbianas, gays, comunistas. En el ámbito opositor al cambio, desde las expresiones más educadas hasta las más grotescas coinciden en rechazar lo que consideran la amenaza del ‘comunismo’, del ‘chavismo’, del ‘autoritarismo’.

Las reacciones y disputas de estos días confirman la necesidad de una transición, de un ‘ajuste de foco’ de diferentes sectores a lo que significa una coyuntura de transformación, en la cual se redefinen ámbitos y roles de movimientos y gobierno, se mezclan sus aguas. Esto supone construir conjuntamente una agenda de cambio como proceso -el maximalismo y el inmediatismo juegan en sentido contrario-, asumiendo que en ese camino abierto se conjugan la transformación del Estado y su institucionalidad y la transformación de la sociedad y sus expresiones organizativas.

El gobierno transgénico> Miguel Jara (Insurgente.org)

Artículo publicado en Insurgente.org

Como comentábamos en la anterior información, España es el único país de la UE que cultiva maíz transgénico a gran escala. Otros países como Austria, Alemania, Bulgaria, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia o Polonia prohiben su cultivo basándose en evidencias científicas sobre sus impactos ambientales, la imposibilidad de evitar la contaminación genética de otros cultivos y sus posibles daños a la salud.

El Gobierno hace recaer la responsabilidad de sus decisiones en la Comisión Nacional de Bioseguridad, un cuerpo supuestamente científico en el que, según Amigos de la Tierra, sólo hay siete representantes científicos de un total de 46 miembros. Muchos de ellos han manifestado en público ser defensores de los transgénicos, con relaciones cercanas a esta industria, a sus fundaciones y lobbies. Entre los representantes de la Administración dentro de la Comisión, también hay algunos que mantienen una relación estrecha con la industria.

El apoyo del Ministerio a las compañías de transgénicos genera numerosas protestas desde las organizaciones de la sociedad civil. Y cuando estas opiniones molestan en los organismos de participación, el Ministerio hace lo posible por ponerles fin. Es el caso del Grupo de Trabajo sobre Transgénicos del Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA), donde están representadas las cinco asociaciones ecologistas estatales, sindicatos, asociaciones agrarias y tan sólo dos representantes empresariales. Tras una reunión donde el Gobierno decidió invitar a todas las asociaciones empresariales que ejercen de lobby a favor de los transgénicos, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino ha creado otro organismo de participación, donde se rebaja la presencia de las organizaciones ecologistas y se incrementa la de la industria.

Otro claro ejemplo de la vinculación y total apoyo del Gobierno a la industria es el regreso al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino de uno de los principales responsables de la introducción de los transgénicos en España bajo la administración del PP. Martín Fernández de Gorostiza, en aquel momento Director de la Oficina Española de Variedades Vegetales, fue denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente por una coalición de organizaciones sociales (entre ellas Amigos de la Tierra y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG-) por compatibilizar cargos en el Ministerio de Agricultura con la coordinación del Observatorio de Biotecnología del Foro Agrario, una organización de promoción de los transgénicos ligada a la Fundación Antama, que ejerce de lobby y relaciones públicas de las multinacionales de los transgénicos, como Monsanto y Syngenta. Esta denuncia le forzó a abandonar el Ministerio. Pero la ex-ministra Elena Espinosa, según Amigos de la Tierra, le ha recuperado para trabajar en temas de agricultura ecológica.

Más artículos del autor

Más info: En el libro Conspiraciones tóxicas. Cómo atentan contra nuestra salud y el medio ambiente los grupos empresariales.

Entrevista a Duñike Agirrezabalaga (Alternatiba)

¿Qué es Alternatiba y qué ofrece a la sociedad?

Alternatiba nace hace dos años de una escisión de Ezker Batua, aunque a lo largo de este tiempo es algo más que la mera escisión. Hay gente nueva que se ha ido sumando a un colectivo que quiere ser un partido de políticas de izquierda en Euskal Herria para hacer frente a la derecha de este país. Nuestra vocación siempre ha sido la de unirnos a otros partidos, a otros colectivos para reforzar esa izquierda.

La izquierda vasca parece una sopa de letras.

Entre los propios partidos que se definen de izquierdas, hay matices. Matices en la cuestión nacional, matices en los asuntos sociales… También está la experiencia de las personas que se encuentran en los cargos públicos, que es un bagaje a tener en cuenta también. Nosotros nos definimos como izquierda soberanista defensora del derecho de autodeterminación, defensora de las políticas públicas tanto a nivel teórico como de gestión, sacando proyectos adelante desde un prisma de izquierdas.

A priori, la crisis podría favorecer el crecimiento de la izquierda, pero en Europa no ocurre así. Suben la derecha y la ultraderecha

Hay un discurso que hace la derecha, muy populista y muy peligroso además, que roza la xenofobia y pone en cuestión los derechos sociales de los trabajadores. El miedo se ha instalado en algunos sectores de la sociedad y se dejan arrastrar por discursos fáciles. Tendemos a no hacer memoria y a olvidar que muchos sectores críticos con la inmigración también lo han sido alguna vez, o dentro su mismo país o de un lado a otro del continente. La gente tiene miedo a compartir sus privilegios con personas que llegan al primer mundo con graves necesidades económicas, sociales y de derechos civiles. Es importante que la izquierda siga marcando con su discurso todas estas conquistas.

La unidad de acción entre la izquierda abertzale, Aralar, EA y Alternatiba tiene en el acuerdo de Gernika su ejemplo más importante. ¿Estamos en la antesala de un convergencia en la izquierda vasca y soberanista?

La verdad es que todavía existen algunas incógnitas por despejar. Estamos todos a la espera de pasos importantes, revolucionarios diría yo, en la historia de Euskal Herria. La apuesta de Alternatiba es ésa, constituir una izquierda potente para hacer frente a una derecha que está consolidada.

Usted tiene la experiencia de la coalición de izquierdas con Aralar en el Ayuntamiento de Donostia.

Ha sido un laboratorio positivo como experiencia política. Sin ocultar que también han existido diferencias, ha primado la lealtad y la colaboración. Yo creo que es una muestra y un ejemplo de lo que puede hacer la izquierda en el futuro.

¿Y es extrapolable a otros municipios vascos o es una formula en clave donostiarra?

Cada municipio tiene sus propias características pero, sin duda, es una fórmula extrapolable a todas las realidades municipales de Euskal Herria.

¿Ha habido conversaciones para repetir la fórmula?

Aún no hay nada concreto. Nosotros no vamos a definirnos antes de la Asamblea de hoy. Estamos preparándonos para trabajar solos aunque con voluntad de hacerlo acompañados, con Aralar o con otras fuerzas que sintonicen con nuestro programa político.

¿No teme al desgaste de imagen que les puede ocasionar el pacto de gobierno con el PSE, que pacta con el PP en Vitoria?

Son dos realidades diferentes. Y el propio Odón Elorza supone una realidad distinta a la del PSE, con unas ideas políticas diferentes del cuerpo político al que representa. ¿Desgastar? La gestión siempre desgasta. No hemos hecho todo lo que nos hubiera gustado hacer pero tenemos que ver lo positivo. Además, no podemos olvidar que hay otros partidos en la ciudad y no sé cómo hubiera sido el gobierno con ellos.

La incineradora es un ejemplo de la unidad de acción de la izquierda

Y nuestra presencia en el Gobierno municipal nos ha llevado a la Mancomunidad de San Marcos y ha permitido que en municipios como Usurbil, Oiartzun o Hernani el puerta a puerta sea una realidad.

¿Cree que ETA se avendrá a la nueva estrategia de la izquierda aber-tzale?

Hay que reconocer que se están dando pasos hace tiempo impensables y que podemos superar esta fase de la historia.

Colombia – Denuncian el asesinato de 22 defensores de derechos humanos en los primeros 75 días de Santos

Rebelión – Agencias

Al menos 22 activistas, un periodista y un juez fueron asesinados durante los primeros 75 días del Gobierno colombiano de Juan Manuel Santos, según un informe de grupos pro derechos humanos presentado hoy en Washington. El Grupo Interdisciplinario por los Derechos Humanos (GIDH) y otras organizaciones expusieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el documento, que se basa en los datos de una plataforma que reúne a cerca de 200 organizaciones pro derechos humanos, la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (CCEEEU).

En concreto, el informe detalla la muerte de cinco activistas defensores de las tierras, siete líderes indígenas, una defensora de los derechos humanos, cinco sindicalistas, dos mujeres educadoras comunitarias y dos miembros de organizaciones de la comunidad lésbica, gay, bisexual y transexual (LGBT).

Además da cuenta de los homicidios del juez Pedro Elias Ballesteros Rojas y del periodista Rodolfo Maya Aricape, corresponsal de una radio comunitaria indígena.

Otro caso documentado es el asesinato de tres niños en el Municipio de Tame del 14 de octubre que, según las organizaciones, fue perpetrado por miembros del batallón de contraguerrillas número 45, adscrito a la Brigada Móvil número 5 de la octava división del Ejército Nacional.

Igualmente se exponen amenazas y hostigamiento a decenas de organizaciones pro derechos humanos y sus miembros a lo largo de las 21 páginas del informe titulado «Las palabras y los hechos. Los primeros 75 días del Gobierno de Juan Manuel Santos y la situación de los derechos humanos».

Santos asumió la Presidencia de Colombia en 7 de agosto de 2010.

Tras una audiencia de la CIDH, que celebra estos días el 140 período de sesiones, María Victoria Fallon, de GIDH, dijo que el informe pretende demostrar que existe una «continuidad con otro lenguaje» entre el Gobierno actual y el anterior de Álvaro Uribe en cuanto a la situación de derechos humanos.

«Puede haber un cambio de estilo, pero tiene que verse en la práctica», señaló Fallon, quien insistió en que los datos son un «subregistro», en alusión a que podría haber más muertes no documentadas.

En la audiencia, Fallon pidió a los comisionados de la CIDH una visita a Colombia para evaluar la situación denunciada.

Además aseguró que los grupos pro derechos humanos necesitan el «apoyo» de la comisión para que se avance en el trabajo para una política de atención y reparación de daños a víctimas.

La Asamblea Nacional de Alternatiba acuerda impulsar una estrategia común en la izquierda soberanista vasca

La Asamblea Nacional de Alternatiba acuerda iniciar una ronda de contactos con los partidos soberanistas de izquierdas con el objetivo de unir fuerzas en una estrategia común

Alternatiba hace un llamamiento a la unión de las fuerzas soberanistas de izquierda de cara a las próximas elecciones municipales y forales, ya que, según ha manifestado el portavoz de la organización, Oskar Matute, Euskal Herria está viviendo un momento histórico en el que se abre una oportunidad de oro para plantar cara a la derecha hegemónica de PNV, PSE-EE y PP. Por ello, ha anunciado que Alternatiba iniciará una ronda de conversaciones con representantes de partidos como Aralar, la Izquierda Abertzale y EA, entre otros agentes sociales y políticos del país.

Los y las militantes de Alternatiba han aprobado los estatutos del partido, la estrategia para la participación activa de las mujeres, además de un Documento Político que incluye un decálogo de principios para la negociación de posibles coaliciones electorales con otros partidos.

Matute ha resaltado que “Alternatiba nació en diciembre del 2008 con la convicción de que no irrumpíamos en el escenario político para instalar una sigla más en la débil y dispersa izquierda de Euskal Herria, sino que nacíamos para hacer realidad nuestra inclusión en la izquierda vasca del futuro. Y durante todo ese tiempo hemos trabajado en esa línea, estado presentes en las movilizaciones y luchas que han tenido lugar en defensa de un modelo socioeconómico alternativo; en contra del actual sistema desarrollista y aniquilador de nuestro medio ambiente; en el acuerdo de Gernika para la paz y normalización política en Euskal Herria; en el compromiso con el feminismo como enfoque de interpretación y premisa de actuación, etc”.

Según ha recordado Matute, en este trayecto Alternatiba ha estado acompañada de otras fuerzas de la izquierda social, sindical y política. “Esta colaboración nos ha servido para vencer viejos prejuicios, sustituir el recelo por la empatía, practicar la solidaridad de clase y articular una propuesta desde Alternatiba que constituye nuestra aportación a la construcción de una izquierda soberanista, unida, orgullosa, clara y potente”.

Así, el portavoz ha considerado que os y las militantes han dado el pistoletazo de salida a la carrera por la consecución de este objetivo de alianza, que se debe concretar en una confluencia estratégica de la izquierda.

“Hemos perdido mucho tiempo y hemos malgastado demasiadas energías equivocando al adversario. Como consecuencia de ello, y también de nuestra incapacidad para ofrecer respuestas globales, reconocibles y creíbles a la actual crisis sistémica, estamos corriendo el serio riesgo de desactivar la potencialidad que a nadie se le escapa que la izquierda vasca, en su conjunto, tiene en Euskal Herria. Es hora de unirse”, ha concluido el portavoz de Alternatiba.

Presentación pública de la Asamblea Nacional del 30 de Octubre

Alternatiba ha considerado hoy que las próximas elecciones forales y municipales constituyen “una oportunidad de oro para confrontar una acumulación de fuerzas de izquierdas y soberanistas contra la hegemonía de la derecha vascaencabezada por PP, UPN, PNV, H1! Y PSE–, siempre a través de vías pacíficas y democráticas”. Éste será uno de los principios fundamentales sobre los que girará la primera Asamblea Nacional de Alternatiba, en la que los militantes de la organización se reafirmarán en su compromiso con el socialismo, la democracia radical y las luchas soberanista, feminista, anticapitalista y ecologista, al tiempo que decidirán su estrategia electoral en estos primeros comicios que afronta el partido desde su fundación. 

El portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, ha comparecido ante los medios en una rueda de prensa en Donostia –acompañado del juntero Ander Rodríguez y de la secretaria de organización, Amaia Agirresarobe– para anunciar la celebración de la Asamblea Nacional de Alternatiba, que tendrá lugar este sábado, día 30, en el centro Arrupe Etxea de Bilbo. En este encuentro, los militantes votarán la aprobación de los estatutos del partido, la estrategia para la participación de las mujeres en Alternatiba y un Documento Político, que incluye un decálogo de principios irrenunciables en la conformación de posibles alianzas políticas para las próximas elecciones municipales y forales.

Dichos principios, según ha resaltado Matute, incluyen el compromiso  de Alternatiba con la construcción y vertebración, junto a otros, de alianzas estratégicas de izquierda soberanista atendiendo a las circunstancias actuales. Este compromiso lleva a Alternatiba a impulsar, en el terreno electoral, la siguiente apuesta táctica:  “En el ámbito municipal, se atenderá y priorizara en cada caso la que sea más conveniente para los intereses locales, sin que esto obligue a  consolidar una misma alianza en todos los Ayuntamientos. En el ámbito foral, por contra, se buscará una única alianza común para los tres territorios, lo más inclusiva posible, que permita ir avanzando en la meta establecida de consolidación de un espacio potente y un papel determinante de la izquierda soberanista en Euskal Herria”.

En este sentido, el documento advierte de que “Alternatiba no pretende entrar en competencia de siglas, ni incidir en la desarticulación y división de las izquierdas”. Al contrario, muestra su compromiso para “sumar y unir fuerzas desde la diversidad que enfrenten con la legitimidad, la firmeza y la contundencia necesaria a la derecha vasca y a la conculcación de derechos individuales y colectivos planificada desde el Reino de España”.

La Asamblea de Alternatiba dará el pistoletazo de salida para abrir un gran foro de encuentro entre sensibilidades de izquierdas de Euskal Herria. No hay ningún partido ni agente social o sindical  que, a priori, sobre en la unidad de acción de la izquierda”, ha asegurado Oskar Matute.

Según el portavoz de Alternatiba “si el acuerdo de Gernika tiene un valor incontestable tanto por lo que dice como por quienes lo suscriben, debemos ser capaces de promover otro acuerdo estratégico en torno al modelo de sociedad, que vaya reforzando la idea de que la unidad de acción no sólo es posible, sino deseable para todos y todas”.

En cuanto a los mínimos irrenunciables que deben regir cualquier coalición electoral, Matute ha resaltado que el documento que se aprobará el sábado incluye “la apuesta inequívoca de Alternatiba por un proceso de pacificación y normalización en Euskal Herria, donde la izquierda alternativa debe jugar un papel fundamental”. Así, se ha reafirmado en el espíritu del acuerdo de Gernika, que exige a ETA un alto el fuego permanente y verificable, y ha agregado que, “para una paz justa y duradera, también es necesario que superemos la dialéctica perversamente lanzada desde los poderes del Estado de la necesidad de finalizar el conflicto con vencedores y vencidos”.

A su juicio, “la izquierda vasca debe ser capaz de ofrecer un proyecto coherente, claro, inclusivo, integrador y respetuoso con las diferentes identidades nacionales que conviven en nuestro país”. Por ello, el portavoz de Alternatiba ha validado su apuesta por la consecución del ejercicio efectivo y real del derecho de autodeterminación: “Vivimos tiempos decisivos para la redefinición del soberanismo vasco y para la generación de amplias mayorías sociales en torno al derecho de autodeterminación. Euskal Herria es y será lo que los ciudadanos y ciudadanas queramos que sea”. Ha quedado demostrado que tanto el Estatuto de Autonomía como el Amejoramiento foral son herramientas caducas que perpetúan una división administrativa absurda y trasladan el grueso de la soberanía política a los poderes estatales españoles”.

Éstos y otros principios -como la democracia radical, el feminismo, la contraposición al modelo capitalista de un modelo desde la izquierda, el compromiso internacionalista o la erradicación del racismo– quedan recogidos tanto en el Documento Político como en los estatutos de Alternatiba, donde se plasma, además, una nueva cultura organizativa basada en la democracia militante, es decir, “un modelo de organización que prioriza la participación activa y de calidad de las y los militantes, los cuales, a su vez, se comprometen a liderar colectivamente la marcha del proyecto”.

“Somos conscientes de nuestras debilidades organizativas, del riesgo que asumimos en la construcción de un nuevo paradigma y de los objetivos tan ambiciosos que nos marcamos. Pero, por otra parte, confiamos en la firmeza de nuestros enfoques, estamos seguros y seguras de la necesidad de este proyecto para Euskal Herria porque tenemos la convicción de que se abre una nueva etapa política esperanzadora en la que nuestra propuesta cobra pleno sentido”, ha concluido Matute.

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