Matute: «Rechazar una ley que otorga al pueblo la capacidad de decidir significa sumarse al frente de la negación»

La Mesa del Parlamento admitió ayer a trámite la Proposición de Ley para el Empoderamiento de la Ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, pero lo que debía haber sido una decisión de mero trámite adquirió un importante significado político debido al voto de PP y PSE en contra de tramitar la iniciativa de EH Bildu, en contra no ya de su contenido, sino incluso de que pueda ser debatida. Tal y como el compañero de Alternatiba y parlamentario de EH Bildu Oskar Matute ha denunciado hoy, “PP y PSE evidenciaron una vez más su carácter antidemocrático, ya que ningún demócrata de verdad puede decir no a consultar a la gente; solo quien manifiesta alergia a los parámetros democráticos puede oponerse a una propuesta que busca dar la palabra y la decisión a la ciudadanía. PSE y PP reniegan de la democracia, de que la gente pueda ser consultada sobre los temas que le afectan en su vida cotidiana. Están dispuestos a vulnerar lo que es un derecho fundamental de la población, el derecho a ser consultados, el derecho a opinar”.

A juicio del portavoz de EH Bildu, el voto de PSE y PP en contra de la tramitación de la Proposición de Ley para el Empoderamiento de la Ciudadanía es “una muestra más de que los partidos unionistas, igual que en Catalunya, también en Euskal Herria se mueven en términos de imposición y negación. Ya no es que nieguen nuestro derecho a decidir nuestro futuro, es que llegan al extremo de negar nuestro derecho a opinar. Si fuera por ellos, negarían a este Parlamento hasta el derecho a debatir”.

Tras subrayar que la Ley de Empoderamiento que propone EH Bildu “pretende ser una herramienta para profundizar en la democracia”, Matute constata que la respuesta de PSE y PP prueba que “del Estado español solo podemos esperar imposición y negación, como ya están demostrando en Catalunya”. Ante esa evidencia, “este pueblo tiene que hacer su propio camino, y es ahí donde situamos nuestra proposición de ley, porque ante la negación, la imposición y las amenazas del Estado nuestra respuesta debe ser más democracia”.

Por eso, advierte Matute, “rechazar una ley que otorga al pueblo la capacidad de decidir significa sumarse al frente de la negación que se está formando en el Estado ante Catalunya; todos y todas las que reivindicamos el derecho a decidir de la sociedad vasca tenemos que tener claro que ese camino no pasa por Madrid, que ese camino es imposible de la mano del PP o del PSOE, y tenemos que ser capaces de actuar en consecuencia”.

EH Bildu

La Mesa del Parlamento admitió ayer a trámite la Proposición de Ley para el Empoderamiento de la Ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, pero lo que debía haber sido una decisión de mero trámite adquirió un importante significado político debido al voto de PP y PSE en contra de tramitar la iniciativa de EH Bildu, en contra no ya de su contenido, sino incluso de que pueda ser debatida. Tal y como Oskar Matute ha denunciado hoy, “PP y PSE evidenciaron una vez más su carácter antidemocrático, ya que ningún demócrata de verdad puede decir no a consultar a la gente; solo quien manifiesta alergia a los parámetros democráticos puede oponerse a una propuesta que busca dar la palabra y la decisión a la ciudadanía. PSE y PP reniegan de la democracia, de que la gente pueda ser consultada sobre los temas que le afectan en su vida cotidiana. Están dispuestos a vulnerar lo que es un derecho fundamental de la población, el derecho a ser consultados, el derecho a opinar”.

A juicio del portavoz de EH Bildu, el voto de PSE y PP en contra de la tramitación de la Proposición de Ley para el Empoderamiento de la Ciudadanía es “una muestra más de que los partidos unionistas, igual que en Catalunya, también en Euskal Herria se mueven en términos de imposición y negación. Ya no es que nieguen nuestro derecho a decidir nuestro futuro, es que llegan al extremo de negar nuestro derecho a opinar. Si fuera por ellos, negarían a este Parlamento hasta el derecho a debatir”.

Tras subrayar que la Ley de Empoderamiento que propone EH Bildu “pretende ser una herramienta para profundizar en la democracia”, Matute constata que la respuesta de PSE y PP prueba que “del Estado español solo podemos esperar imposición y negación, como ya están demostrando en Catalunya”. Ante esa evidencia, “este pueblo tiene que hacer su propio camino, y es ahí donde situamos nuestra proposición de ley, porque ante la negación, la imposición y las amenazas del Estado nuestra respuesta debe ser más democracia”.

Por eso, advierte Matute, “rechazar una ley que otorga al pueblo la capacidad de decidir significa sumarse al frente de la negación que se está formando en el Estado ante Catalunya; todos y todas las que reivindicamos el derecho a decidir de la sociedad vasca tenemos que tener claro que ese camino no pasa por Madrid, que ese camino es imposible de la mano del PP o del PSOE, y tenemos que ser capaces de actuar en consecuencia”.

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Esperando al tren

Jon Albizu – Alternatiba / EH Bildu

Llevamos años discutiendo sobre el desarrollo ferroviario en Gipuzkoa. En la actualidad, dos líneas férreas vertebran nuestro Territorio. Ambas – tanto la gestionada por el Gobierno Vasco, a través de Eusko Trenbide Sarea, como la que está en manos del administrador estatal ADIF- son los restos de dos infraestructuras mucho más amplias que operaban antaño. El tren es parte de la historia de Gipuzkoa.

Sin embargo, durante la última década hemos visto cómo el debate acerca del desarrollo ferroviario se ha centrado en el Tren de Alta Velocidad y cómo, año tras año, se nos han intentado vender las bondades de este macroproyecto, con un resultado que sigue siendo una incógnita.

Dejando de lado el impacto ecológico de la obra, que no es poco, con el TAV el argumentarlo clásico de las fuerzas conservadoras vuelve a querer hacernos trampa. Si con respecto a otros temas de carácter social (las pensiones, los derechos laborales, sociales o medioambientales) la sostenibilidad económica es una variable que siempre se pone encima de la mesa, con el TAV, su coste económico y su rentabilidad social nunca son cuestionados por quienes exigen recortes en otros ámbitos para ajustar las cuentas.

Algo extraño ocurre cuando se pone tanto empeño y tanto interés en una infraestructura que, después de casi una década de trabajos, con cifras millonarias en licitaciones públicas, todavía no sabemos qué servicio va a dar. Resulta curioso el efecto hipnótico que esta obra produce en algunos dirigentes políticos. Debe de existir un bien superior – no explicable racionalmente- que hace que se sigan invirtiendo dinero público de forma desorbitada y acrítica, con la promesa –nunca demostrada- de que servirá para un futuro mejor.

Mientras el TAV y su desarrollo copan millones en inversiones y cientos de páginas en medios de comunicación, la red ferroviaria que miles de guipuzcoanos y guipuzcoanas utilizamos diariamente recibe dinero a cuenta gotas. Estaciones con graves carencias, vagones no accesibles para las personas con movilidad reducida, falta de seguridad y, en el caso de Eusko Tren, recorridos en los que el tren no llega a los 30km/hora.

La inversión pública debería ser un motor de generación de riqueza y centrarse en mejorar los sistemas actuales, para permitir que la ciudadanía dedicara menos renta a sus desplazamientos. El dinero destinado al transporte público debe tener un efecto redistributivo. El TAV, no lo pongo en duda, también lo tiene: redistribuye la renta de todos y todas entre unas pocas constructoras, y, además, ahonda en la diferencias entre clases sociales. Mitras tanto, obras de vital importancia para el transporte guipuzcoano, como el intercambiador ferroviario entre Eusko Tren y ADIF, llevan más de una década esperando, porque la prioridad es el TAV.

La red actual de RENFE se gestiona muy lejos de los intereses guipuzcoanos, desde Madrid, donde el interés máximo se centra exclusivamente en el desarrollo del TAV, dejando de lado las verdaderas necesidades de nuestra red local. Esto no sólo se puede ver por el volumen de las inversiones, sino también por el nulo interés de integrar este servicio en la tarjeta MUGI.

El resultado del Tren de Alta Velocidad, después de tanta cerrazón, es lamentable. Tras años de obras, de miles de millones de dinero público gastado, de no saber cómo entrará en las ciudades, de no saber qué servicio ofrecerá, de no saber cuándo se terminará, de no saber cuándo se conectará con el resto de la red, los mismos partidos que son responsables directos de este timo pretenden ofrecernos una imagen de buenos gestores de lo público. Mientras tanto, miles de guipuzcoanos y guipuzcoanas esperan a su tren en alguna estación pendiente de reformas.

Es hora de que pongamos encima de la mesa que no hace falta continuar con esta orgía de despropósitos. Orientemos el gasto ferroviario hacia las necesidades reales de la ciudadanía. Décadas de fracasos han demostrado que esto sólo será posible si gestionamos nuestras necesidades desde aquí, con criterios cercanos a los intereses públicos. Lo contrario es una huida hacia adelante a alta velocidad.

6 de diciembre, manifestación en Bilbo contra la Constitución Española convocada por EH Bildu

Sabino Cuadra y Maria Sierra, esta última en nombre del movimiento juvenil, han llamado a la ciudadanía vasca a acudir a la manifestación que recorrerá las calles de la capital vizcaína para mostrar nuestro rechazo a una Constitución “impuesta, tramposa, cínica e hipócrita”.

Cuadra ha señalado que en Euskal Herria como en Catalunya, esto no da más de sí, por lo que ha hecho un llamamiento a todos los agentes sociales, culturales, sindicales, económicos y políticos vascos a “dejar de mirar a Madrid para empezar a mirar a nuestro propio pueblo”. A su juicio, “tenemos alma y músculo suficiente para construir un futuro de libertad, democracia y justicia social, esas que nos niegan a diario”.

Tanto Sabino Cuadra como María Sierra han señalado que “se acabó de jugar con su baraja, con sus cartas marcadas, con sus árbitros comprados. Se acabo de jugar a la pequeña. Es la hora de tirar el viejo naipe a la basura y de jugar a la mayor: a exigir el derecho a decidir y a ponerlo en práctica”.

En ese sentido, Cuadra ha afirmado que el próximo 6 de diciembre saldremos a la calle a denunciar la cárcel de pueblos y de personas en la que vivimos pero, también, a reclamar libertad y soberanía para, a partir de ahora mismo, emprender el camino que nos conduzca a la independencia, a la Republica Vasca”.

La manifestación partirá a medio día de la plaza Moyua y se finalizará en la plaza Arriaga.

EH Bildu

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